Quinta y última entrega, hasta la fecha, de
nuestras andanzas animadas. Lo que tenemos entre manos es mi capítulo
preferido, así que mejor dejarlo cuando la fiesta está en todo lo
alto, ¿no creen? Las estrellas tintinean, los motores Warp van a
plena potencia, las venusianas están húmedas y hay cerveza romulana
en la nevera, es hora de apagar las luces y bajar las persianas de la
nave. Ha sido divertido. Yo me he reído, y tengo un amigo que
también, lo sé porqué me lo ha dicho. Ha habido zombies,
fantasmas, dimensiones alternativas y fotocopiadoras. Ha sido como
Fringe pero sin el robo de niños. Así que un servidor se dispone a
despedirse de estos personajes y de ese sofá dónde se podía decir
cualquier gilipollez, aunque con voz robótica y monocorde. En fin,
larga vida y prosperidad, o lo que es lo mismo; salud y pasta.
Que me lo disfruten.
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#0: 'SOFAFILIA': Ghost World
#1:'SOFAFILIA': Dellamorte dellamore
#2:'SOFAFILIA': Fantasias animadas
#3:'SOFAFILIA': Condensador de fluzo... fluzeando
#4:'SOFAFILIA': Aquellos maravillosos años
Parte de uno de los monólogos que Marlon Brando recita en Julio César (1953), de Joseph L. Mankiewicz.
"(...) He venido a enterrar a César, no a elogiarlo. Los malos actos de los hombres viven más que ellos; los buenos mueren con ellos. Así sea en el caso de César. El noble Bruto os ha dicho que César era ambicioso. Si así fue, fue una grave falta, y César ha pagado por ella. Aquí, con permiso de Bruto y los demás, pues Bruto es un hombre honrado, igual que ellos, vengo a hablar al funeral de César. Era amigo mío, fiel y justo conmigo. Pero Bruto dice que era ambicioso y Bruto es un hombre honrado. Trajo muchos cautivos a Roma y sus rescates llenaron las arcas públicas. ¿César pareció ambicioso entonces? Cuando los pobres lloraban, César lloraba. La ambición debería ser más dura. Pero Bruto dice que era ambicioso y Bruto es un hombre honrado (...)".
En el capítulo de hoy los chicos del Quesito Rosa
nos ponemos nostálgicos y empezamos a recordar nuestros añorados
años mozos. Los 80, qué década. Esos capones de los profesores,
esas carpetas de los New Kids On The Block, esas revisiones médicas,
esos enjuagues bucales al unísono. Qué locura. Sin internet, ni
telefonía móvil, ni leches. A pelo. Y esa tele… qué pedazo de
tele, por favor. Medio metro de profundidad que tenía la condenada.
Conectarla era la risa, moverla el descojone. Yo siempre sintonizaba
el canal con ayuda de un palillo, pero supongo que veía demasiados
capítulos de McGyver… Pero, ¿no lo hacíamos todos? En fin.
Que me lo disfruten.
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#3:'SOFAFILIA': Condensador de fluzo... fluzeando
¡Buenas! ¡Si hoy es jueves, esto son las aventuras
animadas del Quesito Rosa! En nuestro capítulo de hoy podréis
encontrar más bromas pesadas sobre cine, referencias nada sutiles a
los atributos de ciertas actrices, tacos y mucha gente sentada
hablando y hablando con voces de lo más fastidiosas. ¡Ah, sí! ¡Y
el descubrimiento de una dimensión paralela llena de Nachos
Vigalondos! ¡Jajajaja! ¡Vaya tontería teníamos el día que
grabamos este capítulo! Nos ha quedado torpe hasta para ser
nosotros. Pero oye, dura poco. Y es mejor que la mayoría de cosas
que dan por la tele. Y luego gana si lo comentas. Y tiene su qué.
Vean, vean.
Que me lo disfruten.
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Amigos, aquí llega otra de las aventuras animadas
de los chicos del Quesito Rosa. En esta ocasión podremos observar
cómo se desenvuelven en su lugar de trabajo, un hábitat que les es
completamente hostil, como Corea del Norte o cualquier biblioteca. En
esta entrega también habrá cabida para la reflexión y el debate
entorno a un tema ideológico bastante controvertido y de una
dimensión emocional profunda; me refiero a la cuestión de qué
maciza de la animación nos pone más perracos. Como veréis, y
contra todo pronóstico, lo solucionaremos sin llegar a las manos, si
es que estamos de un civilizado que quita el hipo.
Que me lo disfruten.
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#0: 'SOFAFILIA': Ghost World
#1:'SOFAFILIA': Dellamorte dellamore
Después de nuestro aclamado capítulo piloto, llega
de nuevo otra entrega de la serie de animación dedicada a la
trepidante vida de unos blogueros. ¡Zombis, romance, canibalismo,
saqueo de las bandas sonoras de Tarantino y referencias cinéfilas
metidas con calzador! Todo ello embellecido con un look visual
prefabricado y unos efectos de sonido monocordes e hipnóticos. Pero
así es este siglo, feo y con mala leche. ¡Viva el mal, viva el
capital!
Que me lo disfruten.
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#0: 'SOFAFILIA': Ghost World
Superman II Reloaded
Superman es mi personaje de ficción favorito, y no sólo eso, también es la imagen más repetida en mis calzoncillos, lo que hace de nuestra relación algo, cuanto menos, íntimo. El personaje ha cumplido los 75 recientemente, y durante su recorrido por cómics, cine, televisión, videojuegos, prensa, radio, teatro y mis calzoncillos, se las ha visto de todos los colores, superando crisis, matrimonios y muertes, y demostrando una gran flexibilidad para adaptarse a lo que venga. El personaje tiene una gran capacidad simbólica, y según el contexto se muestra capaz de representar a Estados Unidos, a los inmigrantes, al capitalismo o a toda la comunidad superheroica, por ejemplo, en lo que viene a ser una cuestión de niveles. Pero este hecho se da de manera bidireccional, ya que también existe un abanico de imágenes precisas (la capa, la “ese”, el rizo en el pelo, los calzoncillos de nuevo…) que evocan en nuestra mente al personaje. Asistir al estreno de la última de sus encarnaciones cinematográficas se convierte en todo un acontecimiento para alguien como yo, pero tras más de 140 minutos de proyección me encontré en la salida del cine comentando el pendiente en la oreja de Perry White o que la interpretación de Diane Lane parecía basada en la loca de los gatos de los Simpson, lo que no es muy buena señal.
Buen monólogo de Kenneth Branagh en una escena de Enrique V (1989), adaptación de la obra de Shakespeare que él mismo dirigió.
"(...) Porque aquél que hoy vierta su sangre conmigo, será mi hermano, pues por muy vil que sea, este día ennoblece su condición, y los caballeros ahora en sus lechos de Inglaterra se considerarán malditos por no estar aquí y tendrán su hombría en baja estima cuando oigan hablar a aquél que haya luchado con nos ¡el día de San Crispín!".
El príncipe de Maquiavelo.
El tema de las series políticas siempre ha dado mucho juego (no nos pondremos ahora aquí a recordar el Sí, primer ministro), pero a finales de la década de los noventa y principios del 2000 hubo un auténtico boom con dos series tan potentes como El ala Oeste de la Casa Blanca y The wire. La primera estaba centrada en los empleados que pululan a diario por la Casa Blanca y fue, en cierto modo, una adelantada a su tiempo. En cuanto a la segunda, estaba más centrada en las escuchas policiales, pero la política también jugaba un papel relevante en la trama y es considerada por muchos como una de las mejores series de todos los tiempos. Una vez acabadas ambas hubo como una especie de período de duelo en el que pocas producciones se decantaron por la política, suponemos, debido al miedo de las comparaciones odiosas. No obstante todo parece apuntar que el duelo ha terminado y muchas han sido las cadenas que han apostado recientemente por esta temática con títulos como: Veep, The Boss, Political animals, The Scandal y, por supuesto, House of cards.
Mira, mira, en cancha está, una nueva jugadora,
Juana es su nombre y tiene mucha calidad,
en la grada Sergio está, viéndola jugar,
y su joven corazón late, late, fuerte, fuerte, ¡fuerte!
Dos fuera de serie (Juana y Sergio). Telecinco. 1990.
en la grada Sergio está, viéndola jugar,
y su joven corazón late, late, fuerte, fuerte, ¡fuerte!
Dos fuera de serie (Juana y Sergio). Telecinco. 1990.
¡Viva las Vegas!
Parece ser que, en los tiempos que corren, lo mínimo que se le puede exigir a una cinta de éxito es una trilogía. Lógicamente si la cosa sigue funcionando luego le seguirá una nueva trilogía, algún reboot, varias precuelas y, cuando el suflé empiece a bajar, por qué no una serie de televisión. Qué demonios, ¡que sean dos! ¡Y una de ellas con dibujos animados! Resulta evidente que Resacón en las Vegas (2009) es una película que encaja a la perfección en el contexto “cinta de éxito”, así pues su secuela no se hizo esperar y todos teníamos, más o menos claro, que la tercera parte iba a caer tarde o temprano. Pues bien, ya la tenemos aquí. Pero si en la segunda parte llamada Resacón 2 ¡Ahora en Tailandia!, los responsables del film se limitaron a sablear la cinta original, con más o menos fortuna, limitándose a añadir una nueva localización, más salvaje que la anterior si cabe; en esta tercera película de la saga la intención ha sido la de cambiar la dinámica de los dos films anteriores (esa de que los protas se levantan con una resaca de tres pares de narices e intentan reconstruir lo sucedido durante la noche anterior). Efectivamente con este tercer film han invertido la dinámica, y lo han hecho con la finalidad de poder seguir haciendo exactamente lo mismo aunque, lamentablemente, con peores resultados.
Este
muerto está muy vivo.
En
el fútbol existe una máxima que dice: “si algo funciona, no lo
toques”. Pues bien, tal afirmación también se puede aplicar
fácilmente a la gran pantalla, como bien lo demuestran los
productores de El cuerpo. Ellos fueron los responsables del
éxito comercial que supuso El orfanato y, viendo que la cosa
iba bien, decidieron seguir apostando por la fórmula que tan buenos
rendimientos les había dado y repitieron con Los ojos de Julia
y con la cinta que hoy nos ocupa. La receta es simple: a) Thriller
con toques de terror y fantástico; b) Belén Rueda convertida en una
especie de “screamgirl” nacional; c) Óscar Faura a la
fotografía; y d) Un sonido horroroso que incluso provoca que llegues
a perderte algunas líneas de diálogo.
Crimen Ferpecto.
Jack Reacher recuerda, por momentos, un capítulo de los nuevos episodios de la serie Perry Mason, pero con mucha más acción de la que allí se ofrecía y con la peculiaridad de que han sustituido al orondo y barbudo abogado por una letrada de rubia melena y senos generosos (salimos ganando) y al simpático detective que le ayudaba a resolver los casos por una especie de super agente secreto/militar encabronado con muy malas pulgas. Efectivamente no son pocos los cambios pero sigue manteniendo la esencia del típico: este caso está visto para sentencia hasta que alguien empieza a meter las narices más de la cuenta y empieza a descubrir que no todo es lo que parece y que hay mucha más gente implicada de lo que parecía en un principio y que todo termina resultando ser mucho más gordo de lo que nos habíamos imaginado. Entonces, ¿cual es el valor añadido que puede aportarnos la película? Pues que sea domingo, que esté lloviendo a mares en la calle y que tengas ganas de ver a Tom Cruise partiendo la pana.
Un segundo, por favor. Tenemos que lamentar un error, nos han dado dos sobres... Es un error gordo, lo sentimos muchísimo.
Gala de los Premios Goya. TVE1. 2013.
¿Cómo va eso?
Si
practicáramos una encuesta a pie de calle y preguntáramos a la
gente si les suena de algo el nombre de Matt LeBlanc, lo más
seguro es que la mayoría de la gente respondiera que lo lamenta pero
que no tiene ni la más mínima idea sobre de quien se trata; un
grupo mucho más reducido podría ser que les sonara aunque no
lograría ubicarlo; y por último una minoría residual lograría
responder correctamente y nos diría que se trata del actor que
interpretaba a Joey en la popular serie de televisión
Friends. Y es que el de Matt LeBlanc es el típico caso de
actor que después de intervenir en una conocida serie televisiva ya
no se ha podido sacar su personaje de encima y lo ha seguido
acompañando durante el resto de su carrera (en su caso agravado por
el hecho de haber protagonizado, incluso, un spin-off). Pues bien,
amigos, el Joey de Friends tiene nueva serie y ¿saben a quien
interpreta? Pues a Matt LeBlanc.
Mezclado, no agitado.
James Bond, el popular personaje creado por Ian Fleming, cumple sus bodas de oro en el cine. Para ello, sus responsables lo han embarcado en una peligrosa aventura en la que el agente secreto deberá enfrentarse al que probablemente sea su mayor enemigo: ¿Javier Bardem? No, el paso del tiempo. Y es que el mayor reto de este Bond del siglo XXI es el de lograr aunar algo tan antagónico como tradición y modernidad. Sin lo primero no existiría Bond (esos coches, esos gadgets, esos martinis, esas hembras de carnes prietas) y sin lo segundo, seguramente, no existiría saga. Y mucho menos a estas alturas.
John and son.
Lo de La jungla de cristal (Die Hard) más que una saga cinematográfica siempre me ha parecido una institución en sí misma. Desde que apareciera su primera entrega, allá por el lejano 1988, la franquicia ha ido evolucionando, con mayor o menor fortuna, pero siempre con un sello distintivo que la diferenciaba del resto de propuestas de acción: un personaje protagonista con un carisma que le sale por las orejas, acción con capacidad de enganchar al espectador, malos atrayentes capaces de vender su alma al mismísimo diablo por el vil metal, y las habituales pullas cómicas de un John McClane acostumbrado a darlo todo por la audiencia y por las víctimas propiciatorias de turno. No obstante, parecía como si la fórmula flaqueara un poco más a cada nueva entrega, a pesar de que la cosa seguía teniendo cierta gracia. Por eso, cuando apareció esta quinta entrega, me parecieron un poco injustas las críticas que dilapidaban este nuevo film en comparación con la primera película, ya que lo más justo sería compararla con la entrega inmediatamente anterior. Pues bien, una vez vista La jungla 5: Un buen día para morir, y después de compararla con su predecesora, La Jungla 4.0, debo admitir que esta quinta entrega es lo que cinematográficamente hablando se conoce como una castaña pilonga.
Si mañana no está el equipo habitual yo no hago este programa (...) No podemos tener a becarios haciendo el programa. Con todo el cariño, pero becarios no. ¿Eh?
Josep Pedrerol
Josep Pedrerol
Punto Pelota. Intereconomía. 2012.
Pasitos
de bebé.
Uno
no puede evitar tener la sensación de que el cine español se ha
pasado media vida criticando la forma de hacer películas en
Hollywood, y su vacuo sentido del espectáculo, a la vez que
defendía, a capa y espada, la cinematografía patria y su forma de
hacer las cosas. Por suerte o por desgracia, o mucho me equivoco o
creo que la otra mitad se la van a pasar copiando esa forma de hacer
cine, importada del otro lado del charco. No desearía que se me mal
interpretara: estoy encantado con la idea y lo cierto es que,
personalmente, ya estaba un poco hasta las narices de pelis sobre
grandes dramas de penurias y miserias ambientados en la guerra civil
española o, lo que es todavía peor, en la post-guerra (que lo poco
gusta y lo mucho cansa). Pero lo que también sería de agradecer es
que la valentía que se ha demostrado a la hora de cortar con una
especie de tradición de hacer cine en nuestro país, también se
demostrara a la hora de ser capaces de innovar en lugar de limitarse
a copiar, a pies juntillas, los grandes clichés de las
super-producciones americanas. Los últimos días no es que
contenga alguno de estos clichés, es que arrastra un enorme y pesado
carro repleto de ellos, provocando que le cueste una barbaridad
avanzar con un mínimo de fluidez y originalidad.
Monólogo final de Juan Diego Botto en Martín (Hache) (1997), de Adolfo Aristarain.
"(...) Yo sé que es una cagada despedirse así papá, pero pensé que era lo mejor. A vos no te gustan nada las despedidas. Pensé que podrías intentar convencerme de que me quedara; y corría el riesgo de que me convencieras. Te quiero mucho, viejo. Me gusta vivir con vos (...)"
Miseria y compañía.
Lo
imposible fue el gran fenómeno cinematográfico del 2012. La
película que logró batir récords, que arrastro un descomunal
número de espectadores a las salas de cine donde se proyectaba, que
contó con una espectacular y agresiva campaña de marketing y de la
que, obviamente, todo el mundo hablaba y opinaba. Además, por
increíble que pueda parecer, se trata de una super producción
española, rodada en inglés y protagonizada por grandes estrellas de
Hollywood, basada en un hecho real que en 2004 impactó al mundo
entero. Se trata de una cinta de catástrofes, es cierto, pero que
pretende ir mucho más allá, tocando temas como los de la
supervivencia, la superación personal, el compañerismo, la
generosidad, la ayuda anónima en un momento de necesidad y, ante
todo, de la unidad familiar por encima de todas las cosas. Y todos
estos elementos lo que hacían preguntarme una y otra vez era: ¿que
demonios hago yo viendo esta cosa?
Alta
suciedad.
Para
llevar a la gran pantalla su adaptación de El Hobbit, un
libro de poco menos de trescientas páginas, el director Peter
Jackson necesitará tres películas de tres horas de duración, cada
una de ellas. Sí, seguramente sea algo exagerado. Para adaptar
Hamlet, otro libro que tampoco llega a las trescientas
páginas, Kenneth Branagh realizó una excepcional película de
cuatro horas de duración (existía una versión corta de algo más
de dos horas y media, pero el espectador ya empezaba a perderse
elementos importantes de la historia). Pues bien, ahora llega el
bueno de Joe Wright y decide adaptar el clásico literario Ana
Karenina, un complejo libro de algo más de mil páginas,
resumiéndolo todo en una cinta de dos horas escasas de duración.
Francamente, más que una decisión tomada después de largas horas
de deliberación, lo que parece es la lógica conclusión de una mala
noche de borrachera con vodka.
Marinero
de luces.
De
todas las candidatas al Oscar de este año, La vida de Pi era la
película que me generaba más dudas. Por un lado me apetecía mucho
ver la cinta porque se trataba de la adaptación de un gran
best-seller, con un director que ha demostrado que cuando quiere
puede hacer grandes cosas y que tiene un sentido del espectáculo de
lo más afilado. Además la peli había resultado ser todo un éxito
de crítica y público, lo que hacía aumentar mis ganas. Pero por
otro lado, lo que teníamos entre manos era una historia sobre un
joven indio que tenía que entablar relación con un animal salvaje
(ay), que se pasa más de la mitad del metraje en una balsa a la
deriva sin más presencia humana (ay, ay) y con un tráiler en el que
podemos ver como una enorme ballena fluorescente se marca un salto
olímpico por encima de la pequeña embarcación (ay, ay, ay). Pues
bien, después de ver la película debo reconocer que sigo más o
menos como estaba: entre dos aguas. Como el mismo protagonista.
No
lo llames amor, llámalo bipolaridad.
Cuando
uno se encuentra con una película del género “comedia romántica”,
con dos guapas estrellas de Hollywood como protagonistas y con un
título del estilo de El lado bueno de las cosas, más que de
entrar en la sala a ver la cinta, de lo que le entran ganas a uno es
de meterle fuego a todos los cines que la proyectan con la intención
de limpiar nuestras almas gracias a un gran fuego purificador. Pero
luego uno empieza a ver las críticas y todos los premios que ha
recibido la peli y, todavía con un bote de gasolina en una mano y un
mechero en la otra, empieza a dudar. Siempre me he quejado
airosamente de que los grandes premios de cine tienden a ningunear
las comedias en favor de los grandes dramas. Y de pronto, nos llega
una pequeña comedia romántica que ha conseguido ocho nominaciones a
los Oscar (y encima en las categorías grandes) y otros muchos
premios internacionales. ¿Me habré precipitado a la hora de juzgar
la película? Pues no.
Uno de los varios monólogos que tiene John Cusack en Alta fidelidad (2000), de Stephen Frears.
"Las 5 cosas que echo de menos de Laura. Uno: Sentido del humor. Muy seco, pero también cariñoso y comprensivo. Y la mejor risa de todos los tiempos de la historia de todas las risas. Se ríe con todo el cuerpo. Dos: Tiene carácter. O al menos lo tenía, antes de la pesadilla de lan. Es leal y honesta, y no se ensaña con la gente cuando tiene un mal día. Eso es carácter. Tres: No olvido su olor...ni su sabor. Es el misterio de la química humana. Algo que no entiendo. Algunas personas actúan sobre tus sentidos, haciendo que te sientas en casa. (Cuatro): Me mola cómo va por la vida. Como si no le importara su aspecto y lo que provoque. Y no es que no le importe...no es una tía afectada. Y eso la hace elegante. Cinco: Una cosita que hace cuando no puede dormir. Empieza a gemir y se frota los dos pies la misma cantidad de veces, eso me mata. Creedme, también podría hacer una lista de las 5 cosas que me sacan de quicio. Pero son las típicas cosas de mujeres, así en plan esquizofrénico, que me llevaron a esta situación".
Si lo sé... no vengo. Tve1. 1985-1988.
Los
rescatadores en Iránlandia.
Argo
no deja de ser un nombre extraño para lo que en verdad es un
thriller clásico de los de toda la vida. Exactamente la película
pertenece a ese particular subgénero del thriller que es conocido
con el nombre de: “huy, casi, por poco”. De seguro sabrán
ustedes de lo que estoy hablando. Se trata de esos films en los que
de forma continuada parece que van a suceder cosas pero “huy, casi,
por poco”. Ejemplos: Que el malo está a punto de disparar al héroe
pero en el último momento éste se agacha, el villano termina
fallando y el espectador suelta un “huy, casi, por poco”; que
faltan pocos segundos para que estalle la bomba y el prota logra
detener el reloj cortando el cable adecuado cuando apenas restaba un
segundo para hacer detonación y su cara denota un “huy, casi, por
poco”; que la voluptuosa actriz protagonista está desnuda en la
cama con el espía de turno y hace un ademán de incorporarse pero
justo antes de hacerlo se cubre con las sábanas... “huy, casi, por
poco”. Además, la cinta ha logrado una gran acogida entre crítica
y público, convirtiéndose en una de las pelis más destacadas del
año pasado, lo que lleva a preguntarnos: ¿Es Argo una gran
película? Huy, casi, por poco.
Buen inicio de El lado oscuro del corazón (1992), de Eliseo Subiela, con el monólogo del actor Darío Grandinetti.
"Me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportar una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias. Pero eso sí...y en esto soy irreductible: no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar pierden el tiempo conmigo".
Lincoln desencadenado.
Steven
Spielberg es un director con una filmografía dividida en dos
vertientes muy claras: las películas que buscan el entretenimiento y
las que buscan los premios. Las primeras suelen ser películas
plagadas de aventuras y con una especial tendencia hacia el cine
familiar (Indiana Jones, Hook, Parque Jurásico, Minority Report
o la reciente Las aventuras de Tintín). Las segundas
acostumbran a ser una como una clase de historia en imágines (La
lista de Schlindler, Salvar al soldado Ryan, Munich o War
horse). Así pues, cada vez que Spielberg se pone serio lo que
debemos preguntarnos es hasta que época nos llevará esta vez. Con
Lincoln viajamos hasta la América del siglo XIX, un lugar al
que ya nos había llevado el director con uno de sus sonados
traspiés, de nombre Amistad, y donde ya se tocaba el tema de
la esclavitud. Y la fórmula no falla: nueva película histórica del
rey midas de Hollywood y doce nominaciones más a los premios Oscar.
Detrás de todo hombre gordo, hay una gran mujer.
La moda de los biopics en el cine sigue imparable. Y es que ya saben lo que se suele decir: la realidad siempre supera la ficción; lo que en Hollywood viene a significar que si no hay buenos guiones de ficción, que mejor que adaptar la vida de algún personaje popular, de trayectoria vital compleja (a poder ser añadiéndole un buen puñado de morbo a la historia) y dejar que lo interprete algún reputado actor de nivel capaz de soportar maratonianas sesiones de maquillaje. Ejemplos de biopics en el cine los hay a patadas: políticos, revolucionarios, cantantes, boxeadores, delincuentes, escritores, futbolistas, toreros e, incluso, tonadilleras. Todos parecen tener cabida en el mundo del biopic. Obviamente el cine también mira hacia sí mismo para crear nuevos títulos y de esta forma nos han llegado films como: Ed Wood, El aviador, Chaplin, Hollywoodland, RKO 281 o Mi semana con Marilyn. Estas dos últimas estaban centradas en sendos rodajes de dos películas míticas (Ciudadano Kane y El príncipe y la corista, respectivamente). Ahora nos llega un nuevo título que sumar a la lista: Hitchcock.
Siempre nos quedará París
La filmografía de Billy Wilder contiene una gran cantidad de obras maestras, y películas como Perdición (1944), El crepúsculo de los dioses (1950), o El apartamento (1960), así lo atestiguan. Pero con Ariane (1957) me he llevado una decepción, dirigida además el mismo año que Testigo de cargo, otra de sus obras maestras. Y aunque sea su primera colaboración con el guionista I.A.L. Diamond (trabajarían juntos hasta el último film de 1981, Aquí, un amigo), y aparezca una bella Audrey Hepburn (una de las actrices favoritas de Wilder), acompañada por un galán Gary Cooper (Cary Grant rechazó el papel), la historia se alarga demasiado. Eso sí, una menor película de Wilder no quiere decir un mal resultado en general, ya que contiene detalles y bromas para comentar, sobre todo el comienzo del film en el que la voz en off de uno de los protagonistas destaca París como la ciudad donde mejor se hace el amor y vamos viendo diferentes tipos de parejas besándose por las calles (ver tráiler).
Días de vino y vuelos.
La
filmografía de Robert Zemeckis me ha acompañado a lo largo
de mi vida. De pequeño adoraba sus películas y su sentido del
espectáculo y la aventura con títulos como Tras el corazón
verde, la trilogía Regreso al futuro, ¿Quién engañó
a Roger Rabbit?, o La muerte os sienta tan bien. Puede que
no fueran perfectas, pero en una de ellas encontrábamos a una pareja
en busca de un tesoro en una espesa y peligrosa selva, en otra un
joven en apuros intentaba que su madre del pasado no se enamorara de
él, otra abordaba un mundo en el que convivían los dibujos y los
personajes de carne y hueso, y en la última la vida eterna
conllevaba unas catastróficas consecuencias. Grandes temáticas para
el poco sentido común de un pre-adolescente. Con Forrest Gump
su carrera tocó techo y nos regaló una película que, a pesar de
que en su momento me resultó de lo más antipática por robarle el
Oscar a Pulp Fiction, con el tiempo hemos hecho las paces y he
acabado reconociendo sus muchos méritos. Pero a partir de ese punto
su carrera se fue a tomar pol saco. Le siguieron Contact, Lo que la
verdad esconde y Náufrago, trabajos con temáticas atrayentes...
pero ya no era lo mismo. Para colmo, más tarde se emperró en hacer
triunfar la animación con la técnica de captura de movimiento y nos
llegaron Polar Express, Beowulf y Cuento de navidad.
Cenizas era lo único que quedaba de mi admiración por el director.
Y justo cuando ya parecía que no quedaba esperanza, nos llega su
último trabajo y logra dos nominaciones a los premios Oscar: El
vuelo. ¿Y de qué trata la película? Pues sobre los problemas
con la bebida de un piloto de aviones. No se paren. Sigan cavando la
tumba.
Buen monólogo final de uno de los protagonistas de A sangre fría, de Richard Brooks, una buena adaptación de la fenomenal novela homónima de Truman Capote.
"(...) Vivimos allí solos, en aquello que le recordaba su nuevo fracaso. Hasta que no pudo aguantar mi presencia. Y fue cuando pasó. Yo estaba comiendo, cuando empezó a gritar llamándome bastardo y egoísta. ¡Gritó y gritó hasta que le cogí por el cuello! ¡No pude evitarlo! Cuando se soltó, me encañonó y me dijo: "¡Mírame bien muchacho, mírame bien! ¡Soy el último ser viviente que tú vas a ver!". Y apretó el gatillo...pero no estaba cargada. Entonces empezó a llorar...lloró como un niño...(...)"
Dos
hombres y un mandingo.
Después
de ofrecernos su particular visión sobre géneros tan distantes como
el cine de gangsters, el blaxploitation, las artes marciales, el
thriller con toques de slasher o las cintas de nazis, ahora Quentin
Tarantino
ha decidido pasarse al western. Que Tarantino llegara al western era
solo cuestión de tiempo, pues ya se veía que el hombre le tenía
ganas al género en algunos tramos de Kill
Bill,
de Dead
Proof
e, incluso, en la secuencia inicial de su anterior trabajo, Malditos
bastardos.
De todos modos supongo que, en el fondo, no debería importarnos
demasiado cual es el género que Tarantino decida abordar en cada
ocasión, pues Tarantino
ya es un género en sí mismo.
De este modo cabe decir que Django
desencadenado
es un western, sí, pero sobre todo es un western de Tarantino, con
todo lo que tal afirmación conlleva.
El amor conyugal
Michael Haneke ha vuelto esta vez de una forma diferente: en Amor muestra su lado más humano, dejando algo aparte su visión cruda de la vida, como ya hizo David Lynch con Una historia verdadera (1999), saliéndose del surrealismo de sus otras películas y probando suerte con las relaciones humanas. Lo curioso es que la de Lynch obtuvo muy buenas críticas y Amor, entre muchos premios, ha sido considerada la mejor película europea del año, consiguió la Palma de Oro en Cannes, y está nominada a cinco Oscar, incluido el de mejor película.
Ya se sabe que únicamente existe una cosa que nos guste más a la gente que tenemos blogs de cine que el poder hacer callar a las personas que hacen ruido en una sala de cine: ¡hacer listas!. Bueno, y luego está lo del alcohol, pero eso ya es otro tema. Empezamos con los diez títulos más destacados del 2012:
Comedia menor que relata las desdichas de que te deje la pareja semanas antes del fin del mundo y que suple sus carencias, que no son pocas, con mucho carisma y simpatía. Este apocalipsis intimista consta de una genial obertura, una mitad tirando a regular y un cierre tan poético como emotivo.
9) Los mercenarios 2
Stallone capitanea esta sudorosa cinta de acción burra que consigue lo que parecía imposible; ser más macarra y autoparódica que su antecesora.
8) El amigo de mi hermana
Una pequeña película hecha con poco dinero y en poco tiempo, pero cuyo buen resultado se basa en parte en la improvisación y el gran trabajo de su trío protagonista y en los buenos diálogos que tienen.
7) Looper
Una pequeña película hecha con poco dinero y en poco tiempo, pero cuyo buen resultado se basa en parte en la improvisación y el gran trabajo de su trío protagonista y en los buenos diálogos que tienen.
7) Looper
Thriller
de acción futurista, con toques de ciencia ficción, de western, de
cine noir, de comedia, con una historia basada en los
saltos temporales, con máquinas del tiempo, algo de telequinesis,
motos voladoras, futuros apocalípticos... ¡y con Bruce Willis
partiendo la pana!
6)
Cabin in the Woods
Deconstrucción del
cine de terror que juega con la mitología del género, tan
inteligente y loca como Jack Nicholson en día de colada.
5) Shame
Michael Fassbender y Steve McQueen vuelven a formar un buen tándem y consiguen mostrar un retrato potente de la obsesión por el sexo.
4) Una pistola en cada mano
Verdades verdaderas. Cesc Gay eleva a la enésima potencia, y por capítulos, su fórmula de relaciones de parejas, mediana edad e historias que se cruzan. Y lo hace con una brillantez exquisita.
3) Los Vengadores
Verdades verdaderas. Cesc Gay eleva a la enésima potencia, y por capítulos, su fórmula de relaciones de parejas, mediana edad e historias que se cruzan. Y lo hace con una brillantez exquisita.
3) Los Vengadores
Los héroes más
poderosos de la taquilla se unen para repartir puñetazos,
martillazos y escudazos, todo ello con un impecable sentido del
entretenimiento. In Joss Whedon we trust.
2) Declaración de guerra
Una declaración en toda regla en la que vemos una inolvidable historia de amor y de lucha, llena de ternura y de varios momentos que ponen la piel de gallina.
Película
capaz de unificar dos adjetivos tan alejados y distantes, el uno del
otro, como "alocada" y "cerebral", consiguiendo
que se den la mano en este auténtico tour de force en pantalón
corto.
Pero si hay algo que nos gusta todavía más que hacer listas sobre lo más destacado del año, eso es, sin duda, hacer listas sobre los títulos más decepcionantes. Ojo, que no se trata de cargar contra los peores títulos del año (esos ni siquiera vale la pena mencionarlos). Se trata de aquellos títulos que a pesar de que prometían bastante, o que apuntaban maneras, o que se esperaban con ansiedad, finalmente acaban quedando muy lejos de las expectativas que habían generado. Así pues, aquí van los diez títulos más decepcionantes del 2012:
Aunque contiene algún momento visual potente, hay demasiado hueso en esta película, dando más preferencia a la personalidad del peculiar personaje masculino que al buen ritmo narrativo.
Pixar se queda
corta en este anuncio de champú, que hace por el feminismo mal
entendido lo mismo que ya hizo en su día William Wallace por la
libertad.
8) Tenemos que hablar de Kevin
Demasiado misterio para una película que se centra más en el dichoso niño que en profundizar en la historia.
Tragicomedia
que mendiga busca la complicidad del espectador a base de servir un cocktail de varios temas espinosos e intentar darle un giro más positivo. Pero la historia no es nueva, los personajes menos y los acontecimientos de la trama ya nos la vemos venir de lejos en todo momento.
Un gran poder
conlleva una pésima película, y en este caso parece que al filme le
haya picado una Stephenie Meyer radiactiva. Con funesto resultado,
claro.
Una de las películas más pretenciosas del año, con una moraleja tan clara que al final se quiere conseguir la sonrisa falsa del espectador.
4)
War horse
La
peli parece un episodio de Callejeros: hay demasiado caballo.
Técnicamente es impecable, eso si, pero ni eso la salva ante una
historia tan larga, ñoña, sensiblera y, a pesar de sus ganas de
grandilocuencia, facilona.
Probablemente se
tarda menos en leer la novela que en ver esta épica i soporífera
adaptación cinematográfica, Jackson ha tenido un mal viaje.
Hacer una precuela de Alien no parecía una buena idea. De hecho estaba rematadamente lejos de ser una buena idea. A pesar de ello Ridley Scott no se quiso dar por enterado y perpetró este despropósito dotado con un guión que contiene tantos agujeros que parece que un Alien se haya desangrado encima.
Comedia sin gracia, de bromas estúpidas y sentimiento generalizado de
vergüenza ajena. Sombras tenebrosas resulta una buena metáfora para
describir en qué se está convirtiendo la carrera de Tim Burton.
¿Es una sensación nuestra o las listas de "balance anual" cada año nos quedan más raras? Juzguen ustedes mismos y comenten. Están en su casa.
Y como siempre, nos leemos.
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