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Conan, el bárbaro (2011)

Comer, beber, matar.


Después del sonado éxito de las dos primeras entregas de Conan (el bárbaro y el destructor), protagonizadas por el por entonces prácticamente desconocido Arnold Schwarzenegger, hubo una auténtica fiebre por realizar películas de espada y brujería, dando como resultado títulos tan dispares en resultados como El último guerrero, El guerrero y la hechicera, El guerrero rojo, Gor, Ator, Los bárbaros (si, si, la de los gemelos), El señor de las bestias o La reina bárbara, entre muchos, muchos otros. Como suele suceder en estos casos, el género acabó muriendo de puro desgaste quedando relegado, en sus años posteriores, a un cierto éxito a nivel exclusivamente televisivo con las series de Hércules y Xena, la princesa guerrera, producidas ambas por Sam Raimi. Llegados a éste 2011 parece ser que alguien ha vuelto a apostar fuerte por los bárbaros, con este reboot de la saga Conan, que nos llega de la mano del director Marcus Nispel, quien ya intentara reflotar el género hace unos años con El guía del desfiladero. Diríamos que en esta ocasión le han salido bastante mejor las cosas.

Robin Hood (2010)

Robin Hood Begins.

He aquí, una nueva aproximación al personaje de Robin Hood. Creo que sólo conozco a una persona que no se sepa la historia de pe a pa y se trata de la hija de un amigo que nació hace apenas un par de semanas. Como se suele decir en estos casos, la película apuesta por intentar dar una nueva vuelta de tuerca a la historia que ya conocemos y, en ese sentido, cabe reconocer que la cinta lo consigue, centrándose más en la forja del mito y cómo llegó a convertirse en el popular personaje, más que en sus peripecias en sí, robando a los ricos para dárselo a los pobres. En ese sentido la película se acerca más a “Robin Hood, la leyenda” que a “Las aventuras de Robin Hood”, para que nos entendamos, alejándose así de sus anteriores adaptaciones, algunas de ellas tan populares como Robin de los bosques (no veo yo a Russell Crowe dando los saltitos de Errol Flynn), la adaptación animada de la Disney, la crepuscular Robin y Marian o Robin Hood, Príncipe de los ladrones (con un Kevin Costner luciendo el pelo de Bon Jovi).

En esta nueva adaptación, la película empieza presentándonos a Robin Hood como un soldado del ejército del Rey Ricardo Corazón de León, de visita turística por tierras francesas por aquello de saquear castillos y esas cosas, después de regresar de las cruzadas. En la última batalla antes de volver a casa, el rey caerá en combate (no esperen una aparición estelar al final de la película porque uno no se recupera de una flecha clavada en el cuello a no ser que se trate de una película de George A. Romero) y nuestro prota, viendo el panorama, decide pirárselas para Inglaterra con la compañía de unos amigos que, como él, deciden poner pies en polvorosa. Muy heroico por su parte, todo sea dicho. Una vez en casa, Robin se hará pasar por Robert de Loxley, el hijo de un noble inglés caído en combate, y esposo de Lady Marian, para evitar con ello que ella pierda sus tierras. A mi esto me recuerda la horrible película esa de Sommersby, con Richard Gere y Jodie Foster, con una trama parecida aunque sin el consentimiento expreso por parte de la esposa; e incluso, si mucho me apuran, el capítulo de Los Simpson en que se descubre que el director Seymour Skinner, no es en realidad quien decía ser.

Al lío. Lady Marian, deberá hacer de tripas corazón (de León), instalando al desconocido en su casa y haciéndolo pasar por su marido a los ojos de la gente, para evitar perder sus bienes, al no tener descendencia, por mucho que en un principio le repugne la idea de compartir estancias con un individuo tan arrogante. Pero ustedes ya saben que “los que se pelean se desean“ (y en cine más) y poco a poco la muchacha se irá sintiendo más cercana al recién llegado. Por otra parte, muerto el Rey, su hermano pequeño El Príncipe Juan, heredará el trono y su primera medida será la de subir impuestos cosa mala a sus súbditos, en un afán recaptador que ríanse ustedes de la policía local de ciertos ayuntamientos. El pueblo, ahogado por las deudas deberá hacer frente como pueda a la subida de los impuestos que, los secuaces del rey, optarán por cobrar de formas altamente expeditivas. ¿Quién ayudará a las gentes de bien ante tal desdicha?

La película, dirigida por Ridley Scott, viene a demostrar dos cosas que ya hace tiempo que nos rondaban por la cabeza: 1. Que al hombre le gusta más una lucha con espadas a cámara lenta que a un tonto un lápiz; y 2. que para el hermano mayor de los Scott a una película de menos de dos horas se le llama cortometraje. En el apartado de actores, en la cinta encontramos rostros conocidos como los de Russell Crowe, luciendo una vez más sus dos únicos registros interpretativos conocidos: serio y enfadado (siendo éste su quinto proyecto junto a Ridley Scott); Cate Blanchett, la mejor de la película de calle, interpretando a una dura Lady Marian, muy de armas tomar, más adaptada a nuestros tiempos; Mark Strong, el malo de Sherlock Holmes y Kick-Ass, ¿encasillamiento a la vista?, y los veteranos Max von Sydow (el malo de Flash Gordon) y William Hurt (El turista accidental), entre otros.

De entrada, hay que reconocer que para tratarse de una película de dos horas y media de duración la acción resulta suficientemente ágil como para que uno no se aburra soberanamente viendo las batallitas del famoso arquero, con un buen ritmo narrativo, únicamente cortado por la pesadez de las cámaras lentas que el señor Scott se empeña una y otra vez en colocarnos entre tomas (mira cómo tenso el arco, un poco más, un poco más, un poco más...mira cómo me gotea la sangre por la cara, un poco más, un poco más, un poco más...), una ambientación más que correcta y una historia que intenta aportar algo nuevo a lo que ya conocíamos. Dicho esto, después de un buen arranque de la película, una vez nuestro héroe llega a tierras inglesas, todo empieza a ir de mal en peor, como si el guión hubiera tenido tantas escrituras y re-escrituras que, al final, la cosa se hubiera tenido que unir con calzador, buscando un mínimo de coherencia a marchas forzadas. Porque lo cierto es que hay elementos de la película que no acabo de comprender: ¿qué pintan esos misteriosos habitantes de los bosques en la trama?, ¿qué son todas esas extrañas coincidencias, en plan: vaya por Dios, no nos habíamos visto nunca y resulta que lo sé todo de tu pasado? ¿por qué ningún habitante de Nothingham se da cuenta de que su señor ha vuelto con otro rostro? ¿qué es eso de buscar rollo en medio del fragor de la batalla y rodeados de cadáveres? ¿qué es ese extraño desembarco de Normandía made in siglo XII? ¿por qué Robin Hood tiene durante toda la película esa pinta de gordo y en la única ocasión de la película en que se quita la camiseta resulta que está cachas que te cagas?

Resumiendo: Un nuevo Robin Hood para saber, precisamente, de donde sale Robin Hood. Entretenida, aunque va perdiendo fuerza y coherencia a medida que avanza.




Leer critica Robin Hood 2010 en Muchocine.net

Beowulf (2007)

Buenos días, soy el jefe Dreyfus y, después de la animación clásica y la animación japonesa, hoy criticamos lo que, en principio, todo apunta será el futuro de la animación y, según algún entendido con poco crédito, el futuro del cine en general: la animación con la técnica denominada captura de movimiento. Así que hoy, con todos ustedes: Beowulf… ¡Empezamos!

Esto va de que en la Dinamarca de hace un porrón de años, encontramos un pueblo de bárbaros que está siendo victima de un monstruo/bicharraco/ogro, que de vez en cuando le da por aparecer y cargarse a todo el que se le pone delante. El monarca, Hannibal Lecter, necesita un héroe que se cargue a la bestia y en estas estamos cuando aparece en escena el aguerrido Beowulf (lo reconocerán con suma facilidad debido a que durante toda la peli no deja de gritar su nombre como un energúmeno) que intentará dar muerte a la bestia, conocida con el nombre de Grendel. Pero Grendel no está solo, en las montañas se esconde su madre, una bruja/demonio con tacones (!!!) y con las curvas de Angelina Jolie (que no es que sea mala, es que la han pixelado así) que parece una burbuja Freixenet pero sin bañador ni nada (buena gente sin duda) que tendrá mucho que decir en toda esta historia, destapando un oscuro secreto del pasado.

Total, que la peli contiene grandes dosis de espada, brujería, dragones, rudos guerreros, bellas princesas, magia y un montón de cosas más, sacadas de un poema épico anglosajón que, se estima, fue redactado durante la primera mitad del siglo VI (pero recordemos que la bruja lleva tacones).


- Venga, va, solo la puntita

El director de la película es el veterano Robert Zemeckis, y entre su filmografía encontramos títulos tan conocidos como Tras el corazón verde, la trilogía de Regreso al futuro (solo por esto ya merece pasar a la posteridad), ¿Quién engañó a Roger Rabbit?, La muerte os sienta tan bien, Forrest Gump (por la que consiguió el Oscar como mejor director), Contact, Náufrago o, su anterior trabajo, Polar Express (con la que ya empezó su idilio con este tipo de animación). Curioso como el hombre ha pasado de una película de animación tan infantil a una película de animación tan poco infantil. A cargo del guión encontramos a Roger Avary (el coleguita del amigo Tarantino) y a Neil Gaiman (el coleguita de Sandman y autor de la novela Stardust) y bajo los píxeles encontramos los rostros de Ray Winstone, Angelina Jolie, Anthony Hopkins, Robin Wright Penn o John Malkovich.

La película no es que sea del todo fallida, pero es que resulta terriblemente irregular y avanza a trompicones. Después de un enérgico arranque de lo más prometedor, la película empieza a languidecer, con tremendos baches de aburrimiento y alguna breve remontada más como coletazos que otra cosa. La segunda parte de la película tampoco ayuda demasiado a que la película se venga arriba y, a pesar de una tontorrona, aunque voluntariosa, escena de acción final, la peli ya está sentenciada. Quizás es que la historia no da como para hacer una película de dos horas o quizás es que el bueno de Robert Zemeckis no consigue hacerse con las riendas de la película, pero el ritmo va y viene (más se va que viene) de una forma alarmante. A todo esto, el tufo a moraleja que va soltando la película tampoco ayuda demasiado a caer en gracia.


- ¿Han parado ya de chillar los corderos, Clarice?

Referente a lo de la animación digital, pues ni fu ni fa. Está bastante bien aprovechada en los momentos de acción más espectaculares, pero en el momento en que dos personajes, simplemente, se ponen a hablar, la cosa empieza a chirriar escandalosamente (y ya no les cuento cuando, en el fragor de la batalla, al director le da por jugar con la cámara lento, entonces ya es descarado). Los gestos faciales, no lo duden, todavía no pueden competir con los de actores de carne y hueso y eso pesa bastante durante toda la película. No dudo de que la cosa vaya a más y que si siguen por este camino puede que tarde o temprano lo consigan, pero por el momento todavía les queda bastante camino por recorrer. Lo que no acabo de comprender es que teniendo a su servicio todas las posibilidades de la técnica digital los personajes envejezcan tan mal, porque parece como si les hubieran teñido el pelo con canas y les hubieran marcado cuatro arrugas (como en los telefilms de bajo presupuesto de las sobremesas) en lugar de conseguir que, por una vez, un personaje envejezca realmente en pantalla, notándosele el paso del tiempo.

Resumiendo: Película demasiado irregular, con un prometedor arranque pero poco más y con una historia que no da como para las casi dos horas de metraje.



Leer critica Beowulf en Muchocine.net

300 (2007)


Buenos días, soy elputocriticón, con otro estreno más de dvd (la verdad es que últimamente me estoy dejando poco dinero en los cines, cuyos dueños se deben estar cagando en mi puta calavera). Hoy una de esas de batallas, espadas, escudos y ¡cuadriceps!: 300 … ¡Empezamos!


Bueno, pues la peli es una adaptación de una novela gráfica de Frank Miller, que últimamente se está poniendo las botas porque a todo el mundo le da por adaptar cosas suyas (quien se lo iba a decir después de que hiciera los guiones de Robocop 2 y 3). Y la cosa va de que los Espartanos (que en la peli, más que una civilización de guerreros, eso parece un gimnasio) no tienen ni putas ganas de pagar un tributo (o no se que de agua y tierra) a los Persas (cuyo cabecilla es un tio muy alto, negro, con voz de carajillo y una cara que parece un joyero) y a pesar de que estos últimos les ganan en número cosa mala, los Espartanos (que son de la teoría de que “pa chulo, chulo, mi pirulo”) se van a la batalla, sin pensárselo demasiado, con apenas 300 soldados.



¡Vaya puto rollo! Y es que, a mi no me molesta el hecho de que la peli sea un festival del croma, siempre y cuando la cosa vaya cogida de la mano de una buena historia, para ayudar a potenciarla, pero el caso es que en esta peli, simplemente, no hay historia, solo nos están contando ¡una puta batalla! Y es que incluso la batalla que nos están vendiendo, es muy sosa, no hay chicha (y la poca que hay está ya muy vista, ¡hostias!); y como mucho, lo poco que hay es épica. Pero es que para el director Zack Snyder (tiemblo solo de pensar que éste tipo se encargará de dirigir Watchmen) la épica consiste, puramente, en que los personajes griten como locos durante toda la peli (incluso cuando estén charlando amigablemente) y abusar de forma constante de la cámara lenta, que estoy seguro que si quitamos todas las cámaras lentas que tiene la cinta y las pones a velocidad normal, la peli no pasa de los 30 minutos, ¡coño! Y que no digo yo que el hombre no se esfuerce en sacar bonitos planos en ocasiones, pero es que todo lo demás está vacio, ¡que deje el cine y se ponga a hacer postales!



Resumiendo: Una puta batalla de hora y tres cuartos, plagada de robustos muchachos en calzones, paisajes y colorines imposibles y cantidad de cámara lenta para que el espectador se pueda recrear en los planos que se curra el señor director.


Leer critica de 300 en Muchocine.net

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