Doce hombres sin piedad (1957)

Elprimerhombre ha visto Doce hombres sin piedad, de Sidney Lumet, una rotunda obra maestra que representa el debut cinematográfico de este director.

La historia nos presenta a un jurado formado por doce hombres, que tienen el difícil papel de deliverar sobre el futuro de un chico de dieciocho años, acusado de homicidio en primer grado. Su padre fue encontrado muerto con una navaja en el corazón y hay pruebas y testigos que le confirman como el verdadero culpable. El juez les advierte que está en sus manos la suerte del chico y que el voto debe ser unánime; cualquier duda que tengan debería ser suficiente para no enviarle a la silla eléctrica. De los doce hombres que entran a deliverar en la sala contigua, sólo hay uno que albergue dudas sobre su culpabilidad y ese es, ni más ni menos, que el personaje interpretado por Henry Fonda.

A partir de aquí, es normal que el espectador se plantee qué va a ocurrir en la hora y veinte minutos restantes. Sólo hay uno que piense diferente de los demás, con pruebas que, a primera vista, parecen irrefutables. ¿Cómo se va a plantear el desarrollo de la trama para que no sea trivial? ¿Qué camino se va a tomar para no caer en lo esperado? Pues debido a un sólido guión pensado al milímetro, lleno de diálogos inteligentes, salidos de unos personajes perfectamente definidos, Sidney Lumet logra un verdadero trabajo, gracias sobre todo a Reginald Rose, el responsable de esta obra tan completa, que originariamente fue creada para la TV en 1954, y que al obtener un gran éxito, consiguiendo un Emmy, el guión llegó al cine de la mano de Lumet, para finalmente también adaptarse al teatro y estrenarla en 1964.

Centrándonos en la evolución del film, el personaje de Henry Fonda tiene un papel muy importante, queriendo explicar su motivo por votar a favor de la inocencia del chico. En principio, su intención no es que los demás cambien su postura, sino que sólo quiere que vean lo que él cree que falla en las pruebas utilizadas en el juicio. Y ese es su gran acierto. A algunos de los allí presentes empiezan a entrarles dudas a causa de su exposición y se verán enfrentados a razones obvias que no querrán comprender o les costará admitirlas. Siendo que el voto debe ser unánime, la tensión está garantizada, aumentada por el calor que hace en la sala ya que nos encontramos en pleno verano, siendo el día más caluroso del año. El elenco de actores que forman este grupo es de órdago, ayudando con sus actuaciones a que la película tenga momentos de alto nivel cinematográfico. Habría que destacar a Martin Balsam (el policía de Psicosis) que es el moderador de la votación, Lee J. Cobb (con unas cuantas películas ya en su haber) siendo el de carácter más fuerte, Jack Warden (casi recién llegado a la gran pantalla) como el más pasota, queriendo acabar pronto para irse a un partido, Ed Begley (también con una importante carrera ya encima) como el que se queja todo el rato de las tonterías que se dicen, según sus propias palabras, y cómo no, Henry Fonda, el más ilustre de todos ellos. Hay que decir que él y el nombrado señor Reginald Rose, fueron los que produjeron esta película y fue la única vez que lo hicieron en toda su carrera. El interés por ella debió suscitarles el compromiso por respetarla como se merecía.

Para acabar, habría que considerar que la dirección de Lumet es otro punto a favor de este gran film. Con los movimientos continuos de la cámara en la sala y los encuentros y desencuentros de los personajes, el espectador parece meterse en la piel de todos ellos, unos más ariscos y otros más dóciles de carácter. Cada vez que ocurre algo nuevo o alguno de ellos descubre alguna que otra laguna en lo sucedido, los latidos van en aumento. Primeros planos, planos generales, planos medios, todos tienen cabida en esta gran producción. Hay una toma espléndida sin cortes, de unos seis minutos de duración, al principio, cuando entran todos a la sala, con sutiles movimientos de cámara. Y es glorioso el primer minuto del inicio, con el plano que asciende por todo el edificio del Tribunal de Justicia, pasando a un segundo plano que nos enseña delicadamente su interior, siguiendo con la cámara a tres personas para llegar a la puerta del juicio que nos interesa. Es una verdadera maravilla de secuencia filmada con talento. Sin embargo, por ponerle algún pero a esta película, se podría comentar que el personaje de Martin Balsam no está del todo bien construido, porque es al único que no se le pregunta por sus razones al votar culpable, y al personaje de Lee J. Cobb le sobraría esa obsesión con su hijo al que no ve desde hace mucho, ya que tiene que ver demasiado con el desenlace final.

En definitiva, un drama judicial que no defraudará a casi nadie por su potencial cinematográfico y por sus diálogos de gran calidad.

Un saludo! (les recomiendo verla en Versión Original Subtitulada, háganme caso)



Leer critica Doce hombres sin piedad en Muchocine.net

18 piquitos de oro:

Ramón Ramos dijo...

Indiscutible obra maestra de los dramas judiciales y de cine en general. Inolvidable Henry Fonda, y personajes en general muy bien trazados. Una lección sobre buen cine.
Saludos,

Captain Howdy dijo...

El mejor drama judicial que se haya rodado nunca (con permiso de 'Vencedores y Vencidos'), con unas lecciones magistrales en todos los aspectos. Imprescindible.

Si mal no recuerdo hay una versión española (no sé si es un Estudio 1 de aquellos) con José Bódalo al frente que es muy digna.

Salu2

Machete dijo...

No la he visto pero con lo bien que la pintas....

Anónimo dijo...

Bonjour le premierehomme,

No recuerdo haberla visto. La apunto también.
Por aportar un poco a la más que completa crítica, os animo también a ver la versión española hecha en Estudio 1 (sí, el teatro grabado en blanco y negro). Difícil de olvidar la brillante actuación de Ismael Merlo.

Un saludo, pequeño Lauzon
Nos vemos pronto?

Anónimo dijo...

Esta película si que es grande, se que no digo mucho pero me encantan las escenas de deiberación del jurado, por supuesto que son casi toda la peli, pero es que se te hace corta por lo buena que es.
Inconmensurable Fonda.

Saludos...

Möbius el Crononauta dijo...

Qué grande. Henry Fonda podría convencerme de que he votado a Bush o algo así.

¡Ese derrumbe de Lee J. Cobb!

Iñaki dijo...

Una de la media docena de películas que me atrevo a calificar de perfectas.

Anchiano dijo...

A mi me parece perfecto el final, cuando cada cual se va a su casa, le da un punto de cotidianidad a la institución del jurado en ese país, que aqui desconocemos por haberse implantado tardíamente, aunque no se si esa fué la intención del director. Gran película.

saudade dijo...

Yo le escribo de todas las maneras, por internet, sí, pero también le escribo cartas (coincido contigo), incluso le escribo en el cuerpo (la mejor forma, para mí (:).
Lo de los besos te explico, es una forma de despedirme de las actualizaciones, regalándole besos, la cuenta la llevamos las dos, a veces entre una actualización y otra sólo hay mil, otras veces más porque nos los regalamos por otros medios :).
Gracias por pasarte,
un beso :)

El Confesor dijo...

Pues si que es una obra maestra, sí.

Anónimo dijo...

Retomo a Anatolia y digo que Ismael Merlo hubiera estado estupendo en la peli en cuestión. La verdad es que no me emociona mucho, siempre me ha parecido muy teatral, y en eso estudio 1 me parece más honesto.
Saludos a todos

Anónimo dijo...

Que magnífica película. Grande, muy grande Lumet.

Anónimo dijo...

Hola. Gracias por pasarte por mi humilde blog.
Efectivamente mi nick viene de la película de Lauzon.
Recuerdo que me la paso un amigo en versión original y se convirtió al instante en mi favorita, ya no como espectador sino como educador que soy también. Los personajes, la banda sonora, el mensaje real que encirra la película diciendo que el lugar y las personas con las que vivimos determinan nuestra vida... todo en este film es genial. Si te gusto esta tienes que ver L.I.E. Es de bastante peor calidad pero el final es contrario al de Leolo. Trata de ese 1% de las personas que consiguen escapar de un mal lugar y rehacer su vida.
Nos veremos por tu blog. Saludos

Fred McMurray dijo...

A veure què tal Without a clue... pinta bé

Anónimo dijo...

Pedazo de peli que no necesitaba un remake en absoluto.

Anónimo dijo...

Una película magnífica en todos los sentidos, y con un Sydney Lumet, que nos demostró que con cuatro perras, una habitación, una mesa, y unas cuantas sillas, se puede hacer una obra maestra. Aunque también tuvieron mucha culpa unos actorcillos del tres al cuarto. Sobre todo uno que creo que se llamaba. UMMM, creo que... HENRY FONDA.
Soberbios todos.
Saludos!!!
http://pablocine.blogia.com
P:D. He leido los comentarios y algunos citan la obra de teatro que hece muchísimo tiempo pasron por televisión.Uno cita a Ismael Merlo, otro a José Bódalo. Los dos unos excelentes actores, pero el que partió aquí el bacalao fue el insustituible José Mª Rodero. Un actor que un dia dijo de el José Luis Coll que era capaz de interpretar hasta el recibo de la luz.

Redrum dijo...

Absoluta obra maestra. Como dice Pablo, poco se necesita aparte de unas cuantas sillas, actores solventes, una o dos estrellas y sobretodo un guión a prueba de balas.

96 minutos del mejor cine que verán nuestra retinas.

¡1 saludo!

Machete dijo...

Ya la he visto y aunque no soy gran aficionado al cine clásico me ha gustado bastante. Como anecdota y curiosidad me resta decir que este clásico no se ha librado de un remake, el trailer lo podeis ver aquí, pero dista bastante de la original con flashbacks de los sucesos anteriores al juício, aunque la idea es la misma.

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