Escondidos en Brujas (2008)

Buenos días, soy el jefe Dreyfus, hoy vuelve a ser viernes, y como esta semana no había nada en la cartelera que me motivará en exceso, he tirado una vez más de archivo y estuve viendo una peli que no hace mucho salió en dvd y que me salté en su momento de estreno en pantalla grande. Así que hoy, nos vamos de viaje por Bélgica con: Escondidos en Brujas... ¡Empezamos!

La peli empieza con la llegada a Brujas de dos asesinos a sueldo (Alejandro Magno y su compañero ya bastante mayor que él), que, después de llevar a cabo un "trabajito" que no acabó de salir del todo bien, su jefe, el paciente inglés, los envía a la ciudad Belga a esconderse y, de paso, a hacer el turista mientras las aguas se calman un poco. Los dos personajes se tomarán el forzado retiro espiritual de forma bien distinta ya que, mientras el joven, mucho más impetuoso, la ciudad se la suda y le parece un muermazo de tres pares de narices, su compañero optará por disfrutar de los encantos y la cultura del lugar. En sus "obligadas vacaciones", además, se cruzarán con personajes singulares como un enano metido a actor, un skin algo tonto o un tipo raro con una sorprendente fascinación por la palabra "recoveco". No obstante, a pesar de su escapada, no conseguirán huir de su pasado más reciente y el lío está asegurado, en un escenario que, como bien dicen en varias ocasiones durante la película, parece sacado de un cuento de hadas.

La película es la opera prima del señor Martin McDonagh, que se encarga de la dirección y guión, y al que no tenía el gusto de conocer de nada, aunque, buscando un poco por ahí, me he encontrado con que el hombre era un reconocido autor teatral, nominado a los premios Olivier y Tony, además de conseguir el Oscar al mejor cortometraje en el año 2006 lo que, sin duda, le acabó de abrir las puertas de la industria para poder realizar éste, su primer largo. Entre los actores encontramos a Colin Farrell, actor que compagina títulos interesantes con auténticas bobadas, pero que parece empeñado en ser considerado algo más que una cara bonita (aunque lo de cara bonita supongo que no lo dirán por las pintas que llevaba haciendo de malo en Daredevil) y que ya ha conseguido trabajar con directores del renombre de Joel Schumacher, Steven Spielberg, Oliver Stone, Terrence Malick, Michael Mann, Woody Allen o Terry Gilliam. Le acompañan Brendan Gleeson, eterno secundario (de lujo) que se ha paseado los últimos años por películas tan conocidas como Braveheart, Michael Collins, Misión imposible 2, El sastre de Panamá, A.I. Inteligencia Artificial, Gangs of New York, 28 días después, El bosque, Troya y un huevo y medio más y Ralph Fiennes, otro que ha hecho pelis como churros, desde que empezara con Cumbres borrascosas, incluyendo La lista de Schindler, Quiz Show, El paciente inglés, Spider, El dragón rojo, El jardinero fiel, algún que otro Harry Potter y alguna otra.

La película empieza con un ritmo muy lento, casi contemplativo, donde los protagonistas (y el mismo espectador) descubren la ciudad que será el escenario de toda la trama y empezamos a conocer a los dos protagonistas y las circunstancias que los han llevado hasta Brujas. Sin casi darnos cuenta la película va madurando, introduciendo los personajes secundarios que acompañaran a los dos protagonistas durante su periplo hasta llegar hasta la segunda mitad de la película (hay una escena que servirá como claro punto de inflexión) donde las cosas se empezarán a acelerar, especialmente cuando entre en escena un, absolutamente chalado, Ralph Fiennes que acabará de precipitar los acontecimientos. La recta final, simplemente, es que no te la puedes tomar muy en serio, hasta llegar a un más que convincente desenlace final.

Escondidos en Brujas es un cóctel de géneros, (mezclados, no agitados) donde pasamos con cierta facilidad del drama a la comedia, incluyendo la intriga o el thriller, donde todos tienen su espacio aunque alguno tienda a chirriar más que otro. A mi, personalmente, la peli me parece una absoluta fardada, especialmente hacia su recta final, que, como ya he dicho, gana enteros cuanto menos en serio te la tomas. Es por eso que cuando la peli se pone en plan melodramático no me acaba de convencer demasiado, aparte de que Colin Farrell, que no acaba de estar del todo mal en el film, no acaba de resultar del todo convincente en su papel de niño grande que arrastra un pesado sentimiento de culpa. No obstante, cuando la peli se desmadra, con un humor muy negro, con todo tipo de excesos, con diálogos absolutamente tan brillantes como absurdos, con personajes idos de la pelota y con situaciones límite inverosímiles, es cuando gana más puntos.

Resumiendo: Sorprendente opera prima, plagada de buenos diálogos, que empieza con un ritmo pausado para acelerarse en una recta final, que mejor no tomarse muy en serio y limitarse a disfrutar. Le auguro buen futuro al señor McDonagh.



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