Shameless (US) 1ª y 2ª Temporada


Full house.
 
Shameless narra la historia de una disfuncional familia que malvive en un suburbio de la ciudad de Chicago. El padre, y cabeza de familia, es alcohólico y no duda en gastarse los pocos ahorros familiares en licor. Además sus propios hijos deben ir a recogerlo muchas mañanas porque el hombre no es capaz de regresar a casa por su propio pie. La hija mayor dejó de estudiar, antes de acabar el instituto, para hacerse cargo de sus cinco hermanos, después de que su madre los abandonara. Ella intenta sacar adelante la familia buscando dinero de donde buenamente puede para lograr poder comer y pagar las facturas más básicas a fin de mes. En eso ayudan también el resto de sus hermanos pequeños, apoyándose los unos en los otros para lograr salir adelante en una realidad que les es hostil y una vida que les ha dado la espalda. ¡Ah! Y por si todavía lo dudaban, Shameless, es una comedia.


La familia protagonista, los Gallagher (absténganse de bromas y chascarrillos varios sobre otras familias problemáticas de apellido similar), está formada por el padre, Frank, alcohólico empedernido, brabucón charlatán y consumidor habitual de todo tipo de sustancias ilegales, que resulta el típico personaje autodestructivo, con el agravante de tener a su cuidado a seis hijos menores de edad (imposible no odiarlo y amarlo, a la vez); y sus hijos: Fiona, la hija mayor, sobre la que recae el rol de madre, que debe encargarse de hacer funcionar la familia y evitar que sus hermanos terminen en una casa de acogida; Lip, un superdotado para los estudios a quien le resulta imposible no meterse en líos; Ian, un gay empeñado en entrar en el cuerpo de marines del ejército; Debbie, una especie de niña/anciana metomentodo; Carl, quien demuestra una preocupante tendencia para quemar todo tipo de cosas; y el pequeño Liam, que es negro.

Resulta fascinante las vueltas (de campana) que puede llegar a realizar la carrera profesional de un actor americano. Por ejemplo, los dos protagonistas de esta fantástica serie de televisión fueron, a la vez, los dos protagonistas de uno de los mayores descalabros cinematográficos de todos los tiempos y una de las peores películas realizadas en las últimas décadas: Emmy Rossum y Justin Chatwin, quienes interpretaron, respectivamente, los roles de Bulma y Son Goku en ese agujero negro de creatividad que llevó por nombre Dragon Ball Evolution. Los acompañan los veteranos y extraordinarios: William H. Macy (Fargo, Mistery Men), en el rol del padre, y Joan Cusack (In & Out, Escuela de Rock), quien interpreta a una vecina de la familia que sufre agorafobia y de la que no tardará en aprovecharse la familia Gallagher.
 
Estamos frente a lo que podríamos catalogar como una serie de tetas. Es un secreto a gritos que existen dos tipos de series usa actuales: en las que salen tetas y en las que no. Shameless pertenece al primer grupo, junto con otras series como: Juego de Tronos, Boardwalk Empire, True Blood, Californication, Weeds, Spartacus o Girls. La conclusión, así a bote pronto, sería que las series de calidad apuestan por las tetas (ojos en blanco, hilillo de baba). Parece que algo está cambiando en la televisión americana. Y nos alegramos enormemente, más si cabe, si la serie en cuestión se encarga de dejar en porretas a Emmy Rossum, quien parece haber abandonado sus sosos papeles anteriores, en films como El fantasma de la Ópera, El día de mañana, Poseidón o la propia Dragon Ball Evolution.

Paul Abbot, su creador, ha adaptado su propia serie, emitida en el Channel 4 británico (donde ya se está emitiendo la novena temporada), para la cadena americana Showtime. Y créanme si les digo que el resultado no podría haber sido más satisfactorio. Shameless es un fantástico espectáculo televisivo, irreverente, descarado, mordaz y políticamente incorrecto, dotado de unos personajes que funcionan tanto a nivel individual como colectivo, a cada cual más atrayente, y que en conjunto forman el grupo humano más esperpéntico e hilarante de parásitos sociales jamás unido bajo un mismo techo. La serie logra enganchar desde su episodio piloto, donde se sentarán las bases de la trama, mostrando especial interés por la figura del padre ausente (o simplemente tirado por el suelo) y la de la hermana mayor, obligada a sacar adelante su numerosa familia y de como se le pueden complicar todavía más las cosas cuando crea encontrar el amor. Para colmo, al principio de cada episodio, cuando se le recuerda a los espectadores lo ocurrido con anterioridad, aparece algún miembro de la familia para echarte la bronca en caso de que te perdieras el capítulo anterior (además también suelen haber escenas ocultas en los títulos de crédito finales).
 
Shameless juega claramente a buscar los límites humanos de bajeza moral para, posteriormente, superarlos y reírse de ellos. Reírse a carcajadas participando de la gran fiesta que termina siendo la serie, convertida en un constante show del más difícil todavía. Y para la posteridad siempre nos quedará Frank Gallagher, uno de los personajes más carismáticos, torpes y ridículos de los últimos años, un ser tan despreciable como fascinante, alguien de quien te encanta ver sus desventuras, pero que odiarías conocer en la vida real.

 
Resumiendo: Imprescindible comedia sobre las miserias humanas de nuestra sociedad, elevadas a la enésima potencia.
 

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