La dama de hierro (2011)

Sí, primera ministro.

Meryl Streep no es una película, es una actriz. Esta absurda afirmación coge relevancia después del estreno de la película La dama de hierro. Y es que me he encontrado con el caso de que cada vez que intentaba buscar información sobre la cinta o preguntaba a quien la había visto qué le había parecido, únicamente me hablaban de la actriz, pero en ningún caso de la peli en general. A modo de ejemplo, voy a transcribir a continuación una conversación absolutamente falsa e irreal, que únicamente ha ocurrido en mi cabeza, pero que bien podría haber ocurrido en la vida real, para ayudar a comprender lo que les intento contar:

- ¿Has visto ya la peli de La dama de hierro? ¿Qué tal está?
- Uf, Meryl Streep está increíble, super convincente.
- Genial, ¿y la peli qué tal? ¿Engancha la trama?
- La peli cuenta con una caracterización brutal y un fantástico maquillaje que hace que Meryl Streep parezca una anciana en algunos momentos del film.
- Me alegro, pero ¿resulta interesante la película? ¿Toca los momentos más conflictivos de su vida política?
- No sé, pero hay que verla en versión original porque, además, Meryl Streep clava el acento inglés e incluso el tono de voz de la Thatcher.
- Que sí, coño, pero aparte de la protagonista ¿que tal está el resto de la cinta?
- ¡Grande Meryl! ¡¡¡Te mereces este Oscar!!!


Y una vez vista, ya puedo por fin dar mi opinión al respecto de la película. Y opino que Meryl Streep está increíble, super convincente, que su caracterización es espectacular (especialmente cuando aparece de anciana), que los responsables del maquillaje han realizado un trabajo espléndido y que, especialmente, recomiendo que vayan a ver la película en versión original porque el trabajo de dicción de la actriz es mayúsculo. Sí, ya sé que no estoy diciendo nada nuevo pero es que Meryl Streep vuelve a demostrar, una vez más, que es una de las mejores actrices de su generación, y que lo mismo te clava una comedia, que un drama, que un musical, que lo que sea. Lamentablemente, la película de Phyllida Lloyd (quien anteriormente ya había dirigido a Meryl Streep en ¡Mamma Mía!), con la única excepción de la elección de la actriz protagonista, falla calamitosamente en todo lo demás.

La película está contada en formato de flash-backs continuados. De esta forma la historia transcurre entre dos tiempos: el presente, donde nos encontramos con una anciana Margaret Thatcher semi-recluida en su propia vivienda, a la que se le empieza a ir la cabeza y no puede evitar (por más que lo intenta) dejar de ver a su esposo fallecido; y el pasado, donde hacemos un repaso a toda su carrera política y personal, desde que sus inicios, como hija de un comerciante, hasta la cumbre de su carrera, como primer ministro de Inglaterra, pasando por la relación familiar con su marido y sus dos hijos. El problema es cómo acaba distribuyendo el tiempo la cinta para contarnos la historia. Por ejemplo, de pequeño recuerdo ver a la Thatcher siempre al lado del presidente americano Ronald Reagan. Pues bien, en la peli le dedican tanto tiempo a Reagan, cinco segundos, como a Nelson Mandela con quien las relaciones no fueron, precisamente, tan fluidas.

Recuerdo la película El desafío: Frost contra Nixon. Se trataba de un film claramente político, basado en hechos reales, que se centraba en un acontecimiento histórico en concreto: una entrevista televisiva concedida por Nixon que acabó provocando su caída política. Se trataba de una buena película, interesante y bien contada. La dama de hierro es todo lo contrario. En lugar de centrarse en algún capítulo de la vida de la primer ministro, deciden contárnoslo todo, intentando resumir más de quince años en menos de dos horas, lo que acaba provocando que: a) no acaben de quedar claros algunos de los acontecimientos que nos pretende contar la película (hay un momento en el que una joven Margaret Thatcher asume que jamás podrá ser primer ministro de Inglaterra para, diez minutos más tarde, ya estar ejerciendo como tal, sin que el espectador acabe de tener del todo claro qué es lo que ha pasado); y b) se terminen desaprovechando algunos elementos que, mejor tratados, hubieran dado mucho juego (el auténtico punto fuerte de la trama es el hecho de que la protagonista sea una mujer en un mundo de hombres, tema sobre el que sobrevuela la cinta en diversas ocasiones, sin terminar de profundizar todo lo que hubiera sido deseable).

Resumieno: Tan buena es la interpretación de Meryl Streep, como poco interesante termina resultando ser la cinta.

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