Nos encontramos frente a uno de esos dramas que podríamos llamar “amables” e incluso, por momentos, “simpáticos”. Pero se trata de un drama al fin y al cabo, no se dejen engañar. Lo que ocurre es que, a diferencia de, por ejemplo, las películas de Ken Loach, donde sus tramas transcurren en unos ambientes apagados, con un clima tirando a gris, con unos protagonistas de clases sociales bajas luchando por defender sus libertades, aquí tenemos un drama ambientado en Hawaii, con un protagonista acaudalado, que tiene que hacer frente a su dolor ataviado con bermudas, chanclas y camisas floreadas. No queda serio. Si a todo esto le sumamos un personaje secundario más divertido para oxigenar la trama, el gran drama que representa la película incluso nos puede llegar a esbozar una ligera sonrisa mientras, en pantalla, vemos sufrir al protagonista.
Dicho protagonista es un hombre que deberá cuidar en solitario de sus dos hijas, de diecisiete y diez años, después de que su esposa sufra un accidente y quede en coma. Su hija mayor está en plena edad del pavo y su hija pequeña tiene ciertos problemas de actitud en la escuela. Por si fuera poco el accidente de su madre no hará más que acentuar sus comportamientos. Además del drama familiar, el prota también deberá lidiar con sus negocios, ya que su familia (descendientes de la realeza hawaiana) es propietaria de uno de los últimos grandes terrenos vírgenes de todo Hawaii i una gran compañía constructora está más que interesada en echarle el guante. Junto con el resto de sus primos deberá tomar una importante decisión, mientras su esposa se debate entre la vida y la muerte en el hospital e intenta enderezar la relación con sus dos hijas.
La peli está dirigida por Alexander Payne, una suerte de maestro en el difícil arte de lograr encontrar el perfecto equilibrio entre drama y comedia. Suyas son Election (1 nominación a los Oscar), A propósito de Schmidt (2 nominaciones a los Oscar) y Entre copas (5 nominaciones a los Oscar). Como absoluto protagonista encontramos a un George Clooney que hace gala de toda su retahila de muecas y expresiones faciales habituales, aunque descartando las más divertidas para ocasiones más propicias. Lo cierto es que el personaje parece hecho a su medida y da la sensación de que a Clooney no le ha costado demasiado hacérselo suyo con cierta facilidad. Entre los secundarios, además, uno se alegra en encontrar a un Beau Bridges al que, últimamente, solo se podía encontrar en televisión o en productos del calibre de Liberad a Willy 4: Aventura en Sudáfrica.
Los descendientes es una buena película cuyas críticas extraordinariamente positivas por parte de la crítica especializada (y las cinco nominaciones a los Oscar) juegan claramente en su contra, porque uno puede acabar esperando de ella algo que, la cinta, en ningún momento le va a ofrecer. El mayor punto a favor de la peli termina siendo su ritmo, tranquilo pero seguro, que avanza con fluidez y que termina provocando que, cuando uno quiere darse cuenta, ya han pasado las dos horas de duración de una trama que camina titubeante por la fina linea que separa el drama de la comedia.
Por el contrario, la película tiene dos grandes problemas. El primero es que la subtrama de los negocios del prota no está a la altura de la trama principal, no se le termina de dar la cancha suficiente y desprende un tufillo a mensaje ecologista muy poco sutil que termina tirando un poco para atrás. El segundo es que cuesta llegar a comprender algunas de las decisiones tomadas por los personajes del film, sorprendiendo ciertos comportamientos poco “naturales” y teniendo la sensación de que la película termina forzando algunas de las secuencias en beneficio de la trama a pesar de que puedan resultar poco creíbles. En ese sentido cuesta entender la incorporación a mitad del metraje del amigo de neuronas reducidas de la hija mayor que termina acompañando a la familia en los momentos más difíciles a pesar de que vaya metiendo la gamba una y otra vez.
Resumiendo: Buena película. Aunque si esta es la peli del año (como he leído en algunos sitios) yo soy Shaquille O’neal.
2 piquitos de oro:
No me gustó mucho, la vi entera pero me pareció algo monótona, como que le faltaba algo. Además, decidí verla tras leer un montón de elogios sobre ella, por lo que esperaba ver un auténtico peliculón, y bajo mi criterio no lo es.
No esta mal la película, contar un drama con camisa hawaina tiene su encanto, pero no es una peli redonda, aunque la escena de la piscina esta muy lograda, ese es el mejor recuerdo que me quedara de ella.
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