Elprimerhombre ha visto Alrededor de medianoche, de Bertrand Tavernier, una película que se centra más en hacer un retrato de un artista del jazz que no en relatarnos una buena amistad entre dos personas.
Basada en algunos incidentes de la vida de Bud Powell, un trompetista al que también se homenajea al final de la película, Tavernier nos cuenta una historia de amistad entre Dale Turner (Dexter Gordon), un saxofonista tenor, y Francis (François Cluzet), un hombre enamorado de la música de Dale que pasa por un momento crítico por estar sin trabajo, viviendo con su hija desde que su ex-mujer la dejó a su cargo. Estamos en 1959 y el tal Dale decide marcharse de Nueva York para quedarse por un tiempo en París, con ya una larga carrera a sus espaldas. Cada noche tocará en el club de jazz Blue Note, donde Francis lo escucha desde la calle al no tener mucho dinero (aunque incomprensiblemente lo veamos más adelante invitar a Dale unas cuantas veces). Una noche, Francis decide esperarle y el propio Dale se le acerca y le pide que le invite a una cerveza, empezando entonces una fiel relación entre ambos, más por parte de Francis que tendrá que vigilarlo a todas horas para que no caiga en la bebida, algo casi inevitable. Al final Dale llegará a vivir con él y con su hija.
Dexter Gordon hace el papel de Dale Turner, siendo también su mismo personaje ya que él fue el verdadero saxofonista tenor que se presenta en la película, casi olvidado en los años 80 y volviendo a renacer gracias al film de Tavernier (hasta es nominado en los Oscar). Su presencia impresiona por su altura y su voz tan carismática (aún más afónica que la de Tom Waits), logrando un personaje vital para la película aunque parezca que casi siempre esté borracho sin a veces haber bebido. Françoise Cluzet, con un tremendo parecido a Dustin Hoffman tanto en el físico como en su manera de actuar, hace un papel correcto, salvo esos elocuentes enfados en las escenas que se vuelve demasiado excéntrico por causas del guión.
En principio, la amistad que hay entre estos dos tipos debería ser lo más sugerente o lo más interesante de esta película, pero a pesar de algunos pocos diálogos que habría que destacar entre ellos dos, las demás escenas juntos se dejan ver pero no tienen mucho más peso que lo que se ve en pantalla, sin ser lo suficientemente resolutivas. Tavernier tiene más empeño en filmar bien las actuaciones de Dale y en contarnos sus problemas con la bebida que en enfatizar con buenos diálogos o buenas escenas la relación entre ambos. Sin contarnos nada nuevo, describe además con pinceladas el personaje de Francis, resaltando demasiado sus problemas económicos como si fuera una obligación para profundizar de alguna forma en su vida, quedando descaradamente forzado en la película. De este modo, realmente son más llamativas y hasta más emotivas otras escenas, como por ejemplo, en la escena que oímos por un breve momento la voz en off de Dale, con la cámara en lento movimiento por un pasillo y con la música de fondo de Herbie Hancock (que ganó el Oscar por la banda sonora teniendo también un papel en la película), o en la que vemos a Dale divagar delante de la cámara, hablando de su experiencia en el ejército. Pero aún con el desarrollo de la película un tanto lento e insulso a veces, encontramos también otros detalles de calidad que no hay que pasar por alto, destacando obviamente la ambientación y la fotografía del film y quedándome con la secuencia en el piso nuevo de Francis, en el que se encuentran todos los amigos de Dale, logrando juntos una fiesta a lo grande bien realizada.
Por todo lo dicho, Bertrand Tavernier hace una buena filmación sobre jazz como hizo Clint Eastwood en Bird dos años más tarde (aunque esta última es considerada por algunos como la mejor pelicula sobre jazz), pero cae en el típico sentimentalismo que debería haber evitado. Tavernier supo resolver mejor sus planteamientos en películas como Ley 627 (1992), Capitán Conan (1996) o sobre todo Hoy empieza todo (1999), con un gran Philippe Torreton en estas dos últimas.
Un saludo!
Dexter Gordon hace el papel de Dale Turner, siendo también su mismo personaje ya que él fue el verdadero saxofonista tenor que se presenta en la película, casi olvidado en los años 80 y volviendo a renacer gracias al film de Tavernier (hasta es nominado en los Oscar). Su presencia impresiona por su altura y su voz tan carismática (aún más afónica que la de Tom Waits), logrando un personaje vital para la película aunque parezca que casi siempre esté borracho sin a veces haber bebido. Françoise Cluzet, con un tremendo parecido a Dustin Hoffman tanto en el físico como en su manera de actuar, hace un papel correcto, salvo esos elocuentes enfados en las escenas que se vuelve demasiado excéntrico por causas del guión.
En principio, la amistad que hay entre estos dos tipos debería ser lo más sugerente o lo más interesante de esta película, pero a pesar de algunos pocos diálogos que habría que destacar entre ellos dos, las demás escenas juntos se dejan ver pero no tienen mucho más peso que lo que se ve en pantalla, sin ser lo suficientemente resolutivas. Tavernier tiene más empeño en filmar bien las actuaciones de Dale y en contarnos sus problemas con la bebida que en enfatizar con buenos diálogos o buenas escenas la relación entre ambos. Sin contarnos nada nuevo, describe además con pinceladas el personaje de Francis, resaltando demasiado sus problemas económicos como si fuera una obligación para profundizar de alguna forma en su vida, quedando descaradamente forzado en la película. De este modo, realmente son más llamativas y hasta más emotivas otras escenas, como por ejemplo, en la escena que oímos por un breve momento la voz en off de Dale, con la cámara en lento movimiento por un pasillo y con la música de fondo de Herbie Hancock (que ganó el Oscar por la banda sonora teniendo también un papel en la película), o en la que vemos a Dale divagar delante de la cámara, hablando de su experiencia en el ejército. Pero aún con el desarrollo de la película un tanto lento e insulso a veces, encontramos también otros detalles de calidad que no hay que pasar por alto, destacando obviamente la ambientación y la fotografía del film y quedándome con la secuencia en el piso nuevo de Francis, en el que se encuentran todos los amigos de Dale, logrando juntos una fiesta a lo grande bien realizada.
Por todo lo dicho, Bertrand Tavernier hace una buena filmación sobre jazz como hizo Clint Eastwood en Bird dos años más tarde (aunque esta última es considerada por algunos como la mejor pelicula sobre jazz), pero cae en el típico sentimentalismo que debería haber evitado. Tavernier supo resolver mejor sus planteamientos en películas como Ley 627 (1992), Capitán Conan (1996) o sobre todo Hoy empieza todo (1999), con un gran Philippe Torreton en estas dos últimas.
En definitiva, una historia que resalta por encima de todo la figura de Dexter Gordon pero que no cuaja del todo con la amistad entre este y un enamorado de su música.
Un saludo!
Leer critica Alrededor de medianoche en Muchocine.net
5 piquitos de oro:
Fantástica reseña, la apuntaré para su visionado lo antes posible, esta se me ha escapado.
¡Saludos!
Vaya rollo de peli...
Me a gustado mucho perderme por su blog, me a sido muy grato he instructivo, es muy completo, muchas gracias.
Saludos
jejeje sé que no viene a cuento con la entrada pero me ha hecho mucha gracia lo de Ray Liotta, qué malos sois jejeje pero me ha hecho gracia
Q blog más chulo, un saludo!
Grindhouse ha galardonado este blog con el premio Symbelmine, puede pasar a recogerlo por el blog.
PDATA: Es un premio simbólico, el webmaster del mismo le informa de que no tiene derecho a cobrar ningún cheque por conseguir el premio.
Saludos.
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