Los
vampiros no nacieron ayer.
“Es
por tu bien” o “Esto me va a doler más a mi que a ti”, son
frases típicas que se suelen pronunciar cuando uno se ve en la
imperiosa necesidad de tener que dar una reprimenda a algún tipo de
personaje estimado, deseando que entienda que lo que se pretende con
el escarmiento es lograr darle la vuelta a una dinámica negativa.
Dicho esto, siempre he sido un gran admirador del trabajo del
director Tim Burton a pesar de reconocer más de un sonoro
traspiés en su carrera. El problema es que los traspiés cada vez
resultan ser más seguidos y sonados en su trayectoria y los aciertos
cada vez aparecen más en cuentagotas. Su último trabajo, Sombras
tenebrosas, más que como un nuevo traspiés debería
interpretarse como un enorme y profundo socavón lleno de miseria y
calamidad. Siempre hablando por su bien... claro está.
La
película se sitúa en pleno siglo XVIII y empieza presentándonos a
un joven Barnabas Collins que viajará, junto con su familia,
desde Liverpool hasta América para emprender una nueva vida, donde
regentarán un próspero negocio. Con el tiempo la familia empezará
a amasar una importante fortuna, pero una especie de maldición
parece perseguir a los Collins. Las cosas se complicarán el día en
que el hijo único de la familia, Barnabas, seduzca a una joven del
pueblo que terminará resultando ser una peligrosa bruja. Cuando el
chico le de plantón y decida emprender una relación con otra
muchacha, la bruja entrará en cólera provocando la muerte de los
padres y de la prometida de Barnabas. Pero para él tendrá preparado
un destino peor todavía que la muerte: lo convertirá en un vampiro
y lo encerrará en un ataúd bajo tierra para el resto de la
eternidad, porque si Barnabas no es para ella no será para nadie y,
justo en ese momento... bueno, justo en ese momento aparecen los
títulos de crédito y empieza la película.
Y
es que nos encontramos frente a una de esos films con un prólogo
bastante más interesante y extenso que lo que viene siendo el resto
de la película en si. Una vez terminados los títulos de crédito la
acción se sitúa en plena década de los años ‘70 y unas obras
provocan que encuentren al ataúd de Barnabas, quien quedará
liberado al fin. Al volver a su antigua mansión descubrirá que está
habitada por los descendientes de su saga familiar, quienes lo
acogerán en su sino y, entre todos, intentarán que la familia
Collins recupere el nombre y la fortuna de la que antaño disfrutó.
Pero las cosas no van a resultar tan fáciles porque la misma bruja
que ya lo encerró en una ocasión, sigue merodeando por la zona.
¿Alguien más se ha percatado de que resulta bastante raro que si a
Barnabas lo encierran durante varios siglos bajo tierra y, antes que
eso, la bruja se carga a sus padres, la familia tuviera descendencia?
Tim
Burton adapta una serie televisiva creada en 1966, y para ello
vuelve a confiar en Johnny Deep para el papel protagonista,
confirmando que se trata de la pareja artística más sólida de todo
Hollywood. Lo que sucede es que, lamentablemente, se trata de una de
esas parejas que lo mejor sería que se tomaran un respiro para
replantearse su relación, porque el tiempo parece haber hecho mella
y empiezan a resultar terriblemente aburridos. La cinta también
cuenta con la habitual Helena Bonham Carter; Michelle
Pfeiffer, que vuelve a coincidir con Tim Burton después de que
la enfundara en látex para convertirla en su Catwoman; Eva Green,
que interpreta a una bruja muy seductora; la joven promesa Chlöe
Grace Moretz; y unos muy secundarios Christopher Lee y
Alice Cooper.
Nos
encontramos frente a una comedia con gracias del siguiente nivel: una
chica dice refiriéndose al vampiro: “este tío está colgado”, y
el vampiro responde: “en una ocasión intentaron lapidarme, pero
jamás colgarme” (risas enlatadas). Todo un festival del humor.
Cuanto más se esforzaba la película por resultar graciosa más
ganaba en patetismo. En otra broma el vampiro dice: “nos vamos,
preparen los caballos” y otro personaje le responde: “no tenemos
caballos, tenemos un Chevrolet” (más risas enlatadas). Cómo para
mondarse de risa, ¿no es cierto?. Pero no se crean que todas las
bromas tenían este nivel... las había mucho peores. Precisamente
eligieron las dos que he mencionado para incluirlas en el tráiler
sabiendo que es de lo mejorcito del film. Quizás ahora entiendan
cual es realmente la magnitud de la tragedia.
Todo
en Sombras tenebrosas parece estar mal. La película intenta
resultar divertida pero provoca la vergüenza ajena; los personajes
protagonistas están mal escritos y aparecen y desaparecen sin
demasiada explicación (en un principio el personaje interpretado por
Michelle Pfeiffer tiene mucho peso dentro de la historia, pero pasada
la primera mitad prácticamente desaparece de la trama sin motivo
aparente); los efectos especiales resultan impropios para una
película con un presupuesto de estas características (la escena del
polvo salvaje con la bruja también visto en el tráiler lo
demuestra); la trama es plana, previsible y va dando bandazos sin
demasiado sentido; y, en general, todo el eje central de la película
es la cosa más aburrida que he visto en una pantalla de cine en
bastante tiempo. Puestos a salvar cosas se podría decir que la
ambientación y estética no defrauda (marca de la casa Burton) y que
los escotes de Eva Green son suficientemente generosos, pero el resto
de la cinta lo único que hacía era invitarme a abandonar la sala.
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