Blancanieves
y los enanitos de la mesa cuadrada.
Vale, creo que ya lo pillo: resulta que los clásicos infantiles de toda la vida vuelven a estar de moda, pero ahora de lo que se trata es de adaptarlos de forma que se puedan dirigir hacia un público más adolescente. Hollywood rápidamente ya se apuntó al carro con las nuevas aproximaciones al universo de Alicia en el país de las maravillas y de Caperucita roja; y ya se preparan nuevas versiones de Jack y las habichuelas mágicas, Hansel y Gretel, Pinocho o La bella durmiente, entre otros. La televisión también ha entrado al trapo a la nueva moda con series como Grimm, Once upon a time o la inminente La bella y la bestia. En España también se han apuntado al carro y la cadena televisiva Antena 3 ya prepara una serie con nuevas versiones de los cuentos de toda la vida. Pero si existe un personaje que se está llevando la palma es, sin lugar a dudas, el de Blancanieves, con tres nuevas versiones estrenadas este 2012: una muy colorista (y mala de narices), una muda y en blanco y negro y, la que hoy nos ocupa, con una prota más de partir la pana.
Nos
encontramos con una de esas películas que, cuando uno cree que ya se
ha llegado al final de la misma, resulta que lo único que nos han
contado hasta el momento es el prólogo. Una vez superamos el shock
nos encontramos con que Blancanieves se las ha pirado del
castillo de su madrastra y se refugia en un bosque cercano, que
resulta ser más peligroso que cruzar ciertos parques públicos de
madrugada. La malvada reina, con un ejército entero a su
disposición, contratará entonces los servicios de un lugareño para
que salga en su busca y captura: el borracho del pueblo. Aquí ya se
empieza a vislumbrar que la mujer no sería, precisamente, una
brillante estratega militar.
El
elegido, pues, será un valeroso cazador al que le gusta demasiado
empinar el codo, que terminará aceptando el trabajo de dar con la
muchacha. Pero a la hora de la verdad, cuando por fin de con la
fugada, en lugar de eliminarla terminará protegiéndola de los
secuaces de la reina e, incluso, la empezará a adiestrar en el arte
de la defensa personal. Ambos empezarán, entonces, una especie de
road movie a medio camino entre la épica y la fantasía medieval,
mientras se cruzan en su camino variopintos personajes del estilo de:
príncipes azules; enanitos ex-empleados de la minería; un caballo
blanco, que se quedará embarrado en una escena que nos recordará
poderosamente cierta secuencia de “La historia interminable”;
hadas mágicas; un aguerrido troll; e, incluso, un enorme venado
blanco con más cuernos que el propio Robert Pattinson.
Blancanieves
está interpretada por la empanada prota de Crepúsculo; la
reina, por la capitana de la nave Prometheus; y el cazador,
por el mismísimo Thor. O sea que, según el cuento, Charlize
Theron ya no es la más guapa del reino. Ahora la más guapa es
Kristen Stewart. Si, si, claro, claro. Y el musculoso y
fibrado Chris Hemsworth es una especie de borracho del pueblo.
Aja, aja. Por supuesto, por supuesto. Independientemente de la
idoneidad, o no, del casting, lo cierto es que Theron está
fantástica de reina malvada (de hecho se podría decir fácilmente
que resulta lo más interesante de la cinta y se come con patatas al
resto de sus compañeros de reparto); que Stewart funciona como
cándida princesa con recursos (aunque no sea capaz de quitarse de
encima la cara de empanada); y que Hemsworth... Bueno, digamos que a
Hemsworth le queda bien el hacha. En definitiva un gran presupuesto y
un importante trio protagonista de lujo para todo un recién llegado
en esto de hacer películas: Rupert Sanders,
un director que dota su opera-prima de una potente carga visual (y
si, por potente carga visual me estoy refiriendo a esa escena en la
que Charlize Theron se baña en una bañera llena de una especie
de... yogur líquido).
Pero
por más ambientación gótico-festiva que se le quiera dar; por más
que nos pueda recordar a ese estilo de fantasía medieval tan de moda
también en estos tiempos gracias al éxito de la televisiva “Juego
de tronos”; por más que la película se quiera teñir de
oscuridad y misticismo en varios momentos; y por más que sus
responsables prefieran poner la épica por delante del sentido común,
la historia, finalmente, logra seguir transmitiendo el mensaje de
toda la vida: la belleza es efímera y no se puede detener el paso
del tiempo. Y es debido a este mensaje por lo que el personaje de la
malvada reina termina siendo el más “agraciado” de toda la
cinta.
Y
Blancanieves cogió su fusil. No se yo que les pasa a las
cándidas protagonistas de los cuentos infantiles de antaño, que se
han vuelto como bastantes más de armas tomar en los tiempos
actuales. Como ya sucediera con la nueva aproximación al universo de
“Alicia en el país de las maravillas”, la protagonista de
Blancanieves y la leyenda del cazador, no duda en enfundarse
una armadura y empuñar una pesada espada, lista para entrar en
combate. Apuesto lo que quieran a que si actualmente se realizara una
nueva versión de “Ricitos de oro”, probablemente la muchacha
arrasaría la casa de los tres osos con un bazuca.
Por
lo demás, la cinta, no pretende engañar a nadie (o no lo consigue).
Se trata de un blockbuster de aventuras, con toques de espada y
brujería, que pretende entretener más que convencer. Su punto
fuerte consiste en su trío protagonista de nombres conocidos, unos
buenos efectos especiales y su apuesta por una ambientación potente.
Sus puntos débiles: el resto. La historia está cogida con pinzas,
llena de casualidades y momentos tirando a previsibles; algunos
tramos de la historia resultan bastante aburridos (el encuentro con
los enanitos y su mundo de fantasía) y en cuanto a que se trate de
una nueva versión del clásico de Blancanieves, por momentos
parece ser como si fuera lo menos importante, forzando algunos
pasajes del cuento para poderlos meter dentro de la trama, aunque sea
con la ayuda de un enorme calzador.
Resumiendo:
Blancanieves convertida en personaje de Juego de Tronos.
3 piquitos de oro:
Pues resulta que después de estrenarse 3 películas sobre Blancanieves el mismo año, parece ser que la de más calidad ha terminado siendo la española grabada en blanco y negro. Una pequeña joya.
He conocido tu blog saltando de blogs de cine en blogs de cine.
Me ha gustado y te he puesto un enlace mi blog de cine y series: http://www.seriecinema.es
Nos veremos por aquí de vez en cuando.
BLANCANIEVES ES MI PRINCESA FAVORITA!
YO CONOZCO ESTAS BLANCANIEVES Y ESTAS MALVADAS MADRASTRAS DE BLANCANIEVES:
DISNEY(1937).
JETLAG PRODUCTIONS Y GOODTIMES ENTERTAINMENT(1995).
LILY COLLINS Y JULIA ROBERTS(2012).
KRISTEN STEWART Y CHARLIZE THERON(2012).
TARYN DAVIS,MONICA KEENA Y SIGOURNEY WEAVER(1997).
KRISTIN KREUK Y MIRANDA RICHARDSON(2001).
ELIZABETH MCGOVERN Y VANESSA REDGRAVE(1984).
DIANA RIGG,NICOLA STAPLETON Y SARAH PATTERSON(1987).
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