Se suele decir que en época de crisis los concursos televisivos suelen dar buenos resultados a las cadenas. Algo de cierto debe haber en eso ya que, la semana pasada, tres nuevos concursos llegaron a la parrilla televisiva. Hagamos un breve repaso.
Mójate: Este programa es, desde ya, mi mejor peor programa de la temporada. La cosa tiende tanto hacia lo surrealista (entrevista a un culo, micro en mano, incluido) que por fuerza tiene que enganchar. La cosa va de que dos de los profesores del reality Fama, ¡a bailar!, Marbelys y Rafa Mendez, se pasean por las playas del país para buscar a posibles concursantes que estén dispuestos a bailar en unas tarimas situadas de manera estratégica sobre una piscina. Los concursantes se enfrentan en duelo a base de mover las caderas y el que lo hace peor se va al agua hasta que solo queda uno, quien se acaba llevando un cheque enorme (cómo los de antes) de mil euros.
Mójate termina resultando ser un programa fragmentado en dos espacios. El primero es una especie de Callejeros especial playas donde los dos profesores de Fama se pasean en busca de gente peculiar del lugar y chicos dispuestos a mostrar la tableta y marcar paquete y chicas dispuestas a enseñar el culo y marcar pezones. El segundo termina siendo el concurso propiamente dicho, donde los protagonistas se trasladan a la piscina para bailar. En ese sentido se debe dejar a opinión del espectador si los participantes se los han ido encontrando por el camino o, simplemente, el programa ha hecho un casting previo. Total, que la cosa pasa por ser uno de esos espacios refrescantes que las cadenas se guardan para emitir en los meses de la canícula estival cuya finalidad, no obstante, termina resultando ser la de calentar al personal a base de ver a un grupo de individuos perreando sobre una piscina, en ropa de baño, luciéndose con un amplio repertorio de compulsivos movimientos pélvicos. En ese sentido tiendo a pensar que el nombre del espacio, mójate, no se refiere tanto a los participantes que se ven obligados a caer en la piscina, sino más bien al espectador que está contemplando el televisor desde su sofá. Y ya que el concurso se emite en el horario que anteriormente ocupaba “El hormiguero” de Pablo Motos en Cuatro, hubiera estado bien que después de tantos planos de pechos y tantos zooms a culos, se hubiera terminado el programa con el “Vete a dormir”. Una lástima.
Incomprensiblemente la audiencia no está siendo como para tirar cohetes. Rondando el cinco, pero por la parte baja.
Uno para ganar: Concurso presentado por Jesús Vázquez para el prime-time de la noche de los lunes en Cuatro, donde los concursantes deberán realizar una serie de absurdas pruebas más típicas de un piso de estudiantes que de un espacio televisivo de estas características. Entre las pruebas encontramos cosas como meter canicas en un dedal haciéndolas rebotar en una mesa, comerse galletas situadas en la frente de los participantes sin poder usar las manos, lanzar una moneda por una rampa hasta hacerla encaja entre las púas de un tenedor o colocar tres pelotas de golf en vertical.
Viendo el programa tenía la sensación de que la mayoría de estas pruebas ya las había yo intentado realizar con anterioridad, pero borracho. Lo cierto es que nunca se me habría ocurrido realizar tales hazañas estando completamente sereno. A pesar de lo dicho la cosa tiene cierta gracia debido a la tensión que se crea en el plató y a la comunión que se forma entre concursante y público (cuando se consigue una prueba los espectadores en plató saltan de una forma incomprensible como si el premio fuera para ellos) en un escenario y una iluminación que lo cierto es que recuerda poderosamente al del programa “Quién quiere ser millonario”.
Está claro que Jesús Vázquez se ha convertido en todo un especialista en el arte de presentar concursos, por más raros que resulten, y que el formato engancha lo suyo al tratarse de pruebas muy estúpidas y muy cortas (tan solo tienen un minuto de tiempo para realizar cada una de las pruebas). Lo que ya no me parece tan bien es que el premio gordo de este programa sea de 500.000 euros mientras que el de Mójate sea tan sólo de 1.000 euros. ¿Qué demonios está pasando aquí? ¿Desde cuando se valora más en este país trasladar bolas de algodón usando únicamente la nariz, de un lugar a otro, que ver a una chica bailando medio en pelotas? ¡Por favor!
Con este concurso sí que Cuatro parece haber acertado bastante, pues en su estreno logró un buen 9,2% de share.
¡Ahora caigo!: Programa para la noche de los miércoles en Antena 3, presentado por Arturo Valls. La cosa es el típico concurso de preguntas, con la peculiaridad de que los participantes están situados encima de unas trampillas y si no saben la respuesta correcta se caen a una especie de foso. Vamos, que es como el concurso de Cuatro mójate, pero donde los concursantes en lugar de tener que bailar ligeritos de ropa deberán responder a preguntas de cultura general. ¡Y a pesar de esto sacó bastante más audiencia!
De hecho ¡Ahora caigo! me recordó otro concurso de la misma cadena, “atrapa un millón”. Lo que pasa es que mientras en “atrapa un millón” tiran el dinero de los concursantes por una trampilla, en “¡Ahora caigo!” a quien tiran directamente es al concursante. No deja de ser admirable el espíritu de superación de Antena 3. Total, que si en “El rival más débil” de TVE insultaban a los participantes, aquí directamente los arrojan por un agujero. ¿No se preguntan a veces donde nos terminará llevando la televisión del futuro?
El espacio es suficientemente entretenido. Además las preguntas son en su mayoría francamente facilonas de manera que uno desde casa puede jugar a acertar y creerse el rey del mambo. El presentador Arturo Valls hace el mismo papel de siempre, entre divertido y ocurrente, aunque debería vigilar un poco no reírse de los concursantes que fallan cosas clamorosas. Mejorables serían las reacciones de un público excesivamente forzado, cada vez que a uno de los concursantes se le abría la trampilla (impagable la imagen de una adorable ancianita aplaudiendo poseída ante la caída de uno de los participantes). Para colmo mola porque en este tipo de espacios siempre se acaba colando, para participar, algún freak, como el que se presentó diciendo que en sus ratos libres le gustaba leer la wikipedia. Rápidamente todos supimos que ese tipo pillaba cacho en menos que canta un gallo. No fallamos.
La audiencia fue buena, logrando un buen 15,2% de share en su primer día. Antena 3 parece haber encontrado un filón con los concursos.
1 piquitos de oro:
Mójate es mi guilty pleasure del verano! Voy a borrar las letras "mute" del mando y no paro de retirar los ojos de la pantalla por el grado máximo de vergüenza ajena, pero no puedo parar de verlo HOYGAN
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