Nikita es una peli francesa del año 1990 dirigida por Luc Besson. Más tarde se hizo un remake americano protagonizado por Bridget Fonda, llamado La asesina. En el año 1997 se hizo una serie Canadiense que llevaba las aventuras de la protagonista a la pequeña pantalla. Y, ahora, nos llega ésta última reencarnación del personaje en una nueva serie.
La actriz principal es Maggie Q (la asiática buenorra que se ha dejado ver en pelis de acción como Misión imposible 3 o La jungla 4.0). ¿Que comporta que la protagonista esté un rato buena? Pues que los espectadores podrán verla: a) en ropa interior, b) en bañador, y c) en ropa muy ajustada; y todo ello: a) disparando, b) practicando artes marciales, c) repartiendo hostias como panes.
Estamos frente a una serie de espionaje, con grandes dosis de acción, cuya mayor referencia es el “Alias” de J.J. Abrams. De hecho uno tiene la sensación de han intentado hacer un nuevo “Alias” recurriendo a un personaje clásico cómo el de Nikita. Personalmente me pareció bastante floja e, incluso, con un punto casposo (por supuesto bastante menor que la serie Canadiense), pero a quien le gusten las tramas de espías y misiones imposibles les puede entretener bastante ya que ofrece lo que promete.
Perdidos en la ciudad (Cuatro): Recuerdan ustedes el programa de Cuatro llamado “Perdidos en la tribu” donde unas familias españolas tenían que convivir con unas tribus con unas costumbres ancestrales y acostumbrarse a su particular estilo de vida? Pues bien, los de Cuatro han tenido a bien darle la vuelta a la idea cómo si de un calcetín se tratara y hacer justamente el viaje inverso. De esta manera, en este nuevo espacio, se trata de pillar a algunos de los miembros de las tribus ya conocidas y hacerlos viajar hasta España para que se acostumbren a nuestra realidad, entre las que se incluye la de comer una croqueta o un trozo de tortilla de patatas. Y olé.
Para ello el programa recurre a dos de las tribus ya conocidas: Los Himbas (tribu africana en la que las mujeres tenían prohibido bañarse), y Los Mentawai (tribu de indonesia en la que todo el mundo tenía la fea costumbre de fumar una especie de petas tirando a raros). Por lo demás la cosa no cambia demasiado, resultando una vez más el choque de culturas el gran acierto del programa, a la vez que el espectador pueda comprobar como un indígena alucina en colores con una nevera, una ducha o un microondas. Si la cosa no funciona el programa se reserva el derecho de putearlos a placer montándolos en una montaña rusa de caída libre (visto en el resumen) entre otras sutilezas.
Entre los momentos más divertidos del primer programa encontramos a los de la tribu vaticinando su muerte nada más despegar el avión, a uno de los Mentawai reconociendo a cámara que los pechos de las occidentales están sorprendentemente más desarrollados que los de sus compañeras de aldea. Mención aparte merece la visita a España de los hijos gemelos del jefe de una de las tribus con la idea de consumar su matrimonio con las dos hijas gemelas de una de las familias españolas. Al parecer los africanos creen fervientemente estar casados con ellas (pudiera ser que en su cultura cogerse de la mano y rodear una cabra fuera suficiente para sellar el acuerdo matrimonial) y se muestran constantemente ansiosos por llevárselas al catre. El programa deberá ir con cuidado al respecto y, yo de ellas, dormiría con el pestillo echado si no desean tener inesperadas visitas nocturnas.
El programa está bien y promete ser divertido y aportar situaciones hilarantes, partiendo de llevar el formato original hasta el otro extremo. A pesar de lo dicho, el primer día le costó arrancar un poco la cosa (de lo que teníamos ganas era de que dejaran de despedirse de su gente y llegaran de una vez a occidente) y cabe recordar que esto ya se hizo antes en Gran Hermano 11, donde entraron tres indios a convivir durante una semana con los concursantes de esa edición.
La cosa, en cuanto a audiencia, fue bastante bien, logrando en su estreno un buen 12,3% de share.
Tienes un minuto (Cuatro): ¡Atención! Cabe decir, antes de nada, que nos encontramos ante uno de los programas más idiotas de los últimos tiempos. En ese sentido también cabría aclarar que me declaro fan absoluto de los programas con un grado de idiotez tan elevado.
La cosa está presentada por Luján Argüelles, y va de que cada semana hay cuatro chicas, que en un principio van de guapas y sexys pero que no pasan de ser aspirantes a futuras “Princesas de barrio”, que se sientan frente a una cinta transportadora por la que van pasando chicos, quienes dispondrán de un minuto para enamorarlas. Ellas deberán decidir cual de ellos les interesa y con el elijan tendrán una romántica cita. Me gustó cuando presentaron a las chicas, las cuatro coincidieron en decir que lo que más les gustaba de un hombre era que les hiciera reír. Curiosamente, el primer chico que salió lo hizo con un minúsculo bañador y una tabla de surf, y antes de que pudiera abrir la boca, dos de las chicas ya habían levantado el cartel de “me interesa”. Entre los chicos existen dos grupos claramente diferenciado: Los cachas que se presentan sin camiseta y con el torso lleno de purpurina; y los frikis que se salen disfrazados (de príncipe azul, de torero o de paleta e, incluso, de pincel).
Gran programa, sin paliativos, decir que es entretenido es quedarse corto. Personalmente hacía mucho tiempo que no reía tanto con un programa de tardes. Es la belleza del horror y un despropósito de tal envergadura que por fuerza tiene que ser bueno. Lamentablemente la audiencia no lo acompaña, a medio camino entre el 3% y el 4% de share y, mucho me temo, que en breve terminarán cargándoselo.
Vida loca (Telecinco): Se trata de una sitcom para la noche de los domingos. La cosa va de que un tio casado y con hijos un día descubre que es homosexual y decide salir del armario por todo lo alto, separándose de su esposa y enamorándose de otro tio. A la vez, su ex se enamora de un chico bastantes años más joven que ella y bastante falto de luces. Incomprensiblemente la mayoría de estos personajes siguen viviendo juntos bajo un mismo techo y todos parecen llevarse la mar de bien. A la vez, la hija del ex-matrimonio, de diecisiete años, resulta estar embarazada. A todo esto, súmenle una asistenta que va metiendo las narices en todas las historias.
Entre los actores encontramos a Toni Cantó (7 vidas), Esther Arroyo (ex-miss España), Miguel Ángel Muñoz (ex-MAM) y Lolita Flores (ex-Sarandonga).
Sobre la teoría, se trata de una comedia de enredos donde, a partir de algún que otro malentendido, los personajes se ven metidos en divertidas situaciones hasta llegar a una resolución que pueda satisfacer a la mayoría. En la práctica se trata del mayor agujero negro del humor que soy capaz de recordar en la historia de la televisión. Sin duda se ha tocado fondo y se ha hecho con absoluto estrépito. Vida loca hace que, a su lado, Escenas de matrimonio sea Perdidos. El guión es tan malo y flojo como puedan ustedes llegar a imaginarse, está todo muy mal contado y, para colmo, los actores están horrorosamente sobreactuados, convencidos de una comicidad que, por descontado, no desprenden en ningún momento. Todo parece apuntar que la cadena está decidida a cargársela (han parado la grabación de la segunda temporada). Alabado sea el señor.
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