Dexter. 1ª Temporada

Buenos días, soy el jefe Dreyfus y, a pesar de que reconozco tener cierta tendencia hacia la casquería en lo que a crítica televisiva se refiere (creo que lo he demostrado con creces), a veces resulta conveniente y es de justicia, reconocer que últimamente estamos viviendo una época dorada en lo que a series se refiere (especialmente americanas, que aquí seguimos a lo nuestro con “Los Serrano” y “Los hombres de Paco”, que si funcionan para que te vas a arriesgar a quitarlas, que también es verdad). Actualmente estoy siguiendo varias series, terminando la temporada de una y empalmándola con otra temporada de otra, y una de las últimas a las que me he enganchado cosa mala es a Dexter, de la que hace relativamente poco terminé la primera temporada y ya estoy ansioso por empezar la segunda.

Michael C. Hall es Dexter, un poli que trabaja para la oficina criminalística de Miami (¡pero tranquilos les aseguro que en ningún momento sale Horatio asomando su cabeza naranja, gracias a Dios!) y es, digamos, el especialista en sangre de la oficina. Suyo es el trabajo de analizar la sangre de los escenarios de un crimen e intentar aportar información sobre los asesinatos. Hasta aquí todo normal, lo que pasa es que el amigo Dexter tiene un hobby poco habitual, y es que además de estar al servicio de la ley, de vez en cuando también se dedica a ser un asesino en serie (hay que ver, como sube esta juventud) y aprovecha para aplicar todos sus conocimientos en cargarse a la peña, intentando mantener una regla de oro: solo matar a la quien realmente se lo merezca, con el objetivo de calmar sus ansias de sangre (por si no tuviera suficientes con su trabajo, se entiende).

Si, si, visto así lo cierto es que la serie tiene una trama un poco tronada, pero lo cierto es que a la hora de la verdad la serie es brutal. En esta primera temporada (les aseguro que no desvelaré nada de nada, pueden seguir leyendo tranquilamente) nuestro antihéroe se enfrenta a otro asesino en serie que tiene la peculiaridad de trocear a sus víctimas y dejar sus cuerpos sin una sola gota de sangre. No hace falta decir que eso llamará poderosamente la atención de nuestro protagonista y del resto del cuerpo de policía, incluida su hermana con quien trabajará codo con codo para lograr capturar al asesino.

Pero es que la principal cualidad (¿se puede llamar así?) de Dexter no es que el hombre sea un poco asesino ni nada, lo realmente atrayente del personaje es su absoluta y total falta de sentimientos y su frialdad a la hora de abordar cualquier actividad (ya sea cepillarse a un asesino o cepillarse a su novia) presentándonos a un personaje absolutamente vacío por dentro, totalmente hueco, incapaz de interrelacionar con el resto de la sociedad, que tiene que interpretar un papel en su día a día para intentar parecer normal a los ojos de los demás. Y esa será al fin y al cabo su labor más dura y penosa pues, de lo contrario, los que le rodean podrían empezar a sospechar sobre él corriendo el riesgo de destaparse todo el pastel.

Pero es que además, Dexter es una serie brillante de cabo a rabo (es como el cerdo, que todo se aprovecha), empezando por unos títulos de crédito geniales e hipnóticos que consiguen atraparte en apenas un minuto y sin necesidad de haber visto nada más; con un primer capítulo piloto brutal, donde ya quedan asentadas las bases del juego, donde nos presentan a los personajes y nos meten ya de lleno dentro de la trama principal de éstos doce primeros episodios y con un final de temporada que va en aumento consiguiendo transmitir tensión pura y dura al espectador y con un capítulo final que te mantiene pegado a la pantalla y que resulta ser un gran ejercicio de cómo resolver una temporada entera en apenas cincuenta minutos dejando al espectador contento, satisfecho y con ganas de más. Y es que algo dentro de mi, mi lado más pesimista y derrotista, me dice que no puede ser, que la segunda temporada no podrá, por mucho que quiera o lo intente, estar a la altura de esta primera, pero, por otro lado, ¿y si lo consigue?

Los que ya hayan visto la serie sabrán de que estoy hablando, los que todavía no haya podido quizás todavía no lo sepan, pero se están muriendo de ganas de hacerlo. En España, al final, creo que se la ha quedado cuatro, así que yo que ustedes no me la perdería. Muy recomendable.

El sabor de las cerezas (1997)

Elprimerhombre no había visto ninguna película del cineasta iraní Abbas Kiarostami, pero El sabor de las cerezas me conmovió por su extremada sencillez a la hora de afrontar un tema tan complejo como el suicidio.

El actor Homayoun Ershadi encarna a la perfección al personaje principal (señor Badi), que desde el primer plano conduce su coche por todo Teherán, buscando a alguien para realizar, según palabras suyas, “un trabajo bien remunerado”. Su intención es quitarse la vida por causas que sólo él conoce pero necesita la ayuda de otra persona para llevar a cabo el suicidio. Conduce en diferentes viajes a un soldado, un seminarista y un trabajador del museo de historia natural, hasta las colinas de Teherán, el lugar donde quiere morir. Todos ellos intentan persuadirle para que no lo haga pero él evita oír sus sermones. El título de el sabor de las cerezas viene dado por una especie de parábola que le explica el empleado del museo, que también estuvo a punto de acabar con su vida pero gracias a un simple cerezo desistió de hacerlo.


De manera precisa y minimalista, Kiarostami nos introduce en su particular forma de hacer cine, tan personal como eficiente. Su puesta en escena nos hace ser partícipes de una realidad cercana y la ausencia de música aumenta más esa sensación. Como única banda sonora oímos todo lo que rodea al protagonista, como el sonido del crujir de la tierra al pasar su coche, los cantos de los pájaros, el viento soplando, niños jugando y militares dando voces a paso ligero. Lo importante para Kiarostami es captar un momento mágico sin alterar nada la realidad. De esta forma, el espectador se debe dejar llevar por el sentido del oído, evocando al pensamiento un momento de paz. Para más inri, la canción de las letras de crédito finales es una delicia, una melodía de trompetas que llega hasta lo más hondo del ser humano.

Por este tipo de cine pausado y contemplativo, se ha comparado a Kiarostami con el realizador español Víctor Erice, llegando a unirlos en el 2006 en una conferencia en Barcelona, a raíz de una exposición que relacionaba a los dos directores, en la que se podían ver algunas correspondencias en forma de cartas filmadas que se enviaban mutuamente. Ambos se alabaron mutuamente, dejando bien claro que sus películas han sido un referente para cada uno a la hora de hacer sus propias creaciones. Y hay que destacar que Akira Kurosawa también elogió el cine de Kiarostami.

En definitiva, El sabor de las cerezas, que obtuvo la Palma de Oro en el Festival de Cannes de 1997, es un bello poema sobre la condición humana, en el que se desprende una tranquilidad envidiable gracias al elogio de las pequeñas cosas que nos rodean, consiguiendo además con pocos planos y hasta con secuencias repetidas la exaltación de la vida.

Un saludo!

Leer critica de El sabor de las cerezas en Muchocine.net

Galaxina (1980)


Un cohete de la policía espacial surca el infinito buscando camorra, en su interior viajan la hermosa Galaxina (un robot con sentimientos y cuerpo de playmate), el Sargento Thor (un atractivo y experimentado piloto al que le gusta hacer ejercicio semidesnudo y con un puro en la boca, y que está enamorado de Galaxina), Buzz (un cowboy espacial joven y ligeramente alocado) y el Capitán Cornelius Butt (un tipo poco cuidadoso con su aspecto y de un parecido más que asombroso con un personaje de Nintendo llamado Mario). Sus vidas correrán peligro cuando se les encomiende la arriesgada misión de viajar hasta Altar 1 en busca de la “Estrella Azul”, un mineral que posee en su interior la energía de las estrellas, y que al nombrarlo suenan coros celestiales.



La película empieza con una intro calcada a la de Star Wars (pero en un principio se lo perdonamos porque, ¿qué fantasía espacial de los 80 no se parece a Star Wars?). Luego te presentan a Galaxina sentada en su sillón de mando: pelo rubio, alta, vestida de inmaculado color blanco y con los labios más rojos que has visto en tu vida. Y te dices… ¡Coño, esta tía está buena! Si al hecho que la chica sea una escultural y silenciosa máquina, le sumas el acertado juego de luces y colores de la nave y la estética pop, esto le da un halo de misterio y sex-appeal al personaje que no está nada mal para empezar. Pero cuidado, ¡no pongan sus diales en “friquis salidos”! ¡Todavía no!


La ilusión de lo que podría ser se desvanece antes de lo que se tarda en decir “Luke Skywalker”, cuando aparecen los demás personajes y empiezan a contar chistes malos y a comportarse como idiotas, porque resulta que la peli es una comedia, y sin puta gracia por cierto. La cinta intenta ser una burda parodia de famosos taquillazos de la ciencia ficción del momento, con diversas referencias a filmes como La Guerra de las Galaxias, Alien, Star Trek o 2.001. Pero la falta de tono adecuado, los chistes ñoños y ese estira y afloja continuo entre la comedia más estúpida y la fantasía más sobria (de las cuales yo me hubiera decantado por esta última, no lo duden), hacen que la cosa descarrile estrepitosamente.


Puede que esbozara alguna tímida sonrisa al ver tal despropósito, pero se parecería más al tipo de sonrisa que se le pone a uno en situaciones incómodas (comidas familiares, bodas, operaciones de fimosis…) que a otra cosa, ya que nada acaba de cuajar aquí realmente. Ni el puticlub alien, ni la secta adoradora de Harleys Davidson, ni incluso la aparición del mismísimo Spock, salvan al espectador de caer irremediablemente en la modorra y el fastidio.


Aun así, se agradece que el espíritu que comentábamos al principio asome la cabeza de vez en cuando, ya que lo mejor de la película es cuando Galaxina se encuentra sola, sin ningún partenaire cómico que estropicie la escena. No está carente de cierto morbo ver como se enfrenta al peligro o seguirla en sus paseos por la desolada nave, ahí es cuando brilla más su personaje y la peli adquiere un tono más triste y mágico, mucho más acorde con la dirección.

Si Galaxina ha adquirido algún pedigrí de película de culto no se debe a valor artístico alguno, si no por formar parte del escaso testamento cinematográfico de Dorothy R. Stratten, la actriz protagonista. Esta canadiense de veinte años acababa de ser nombrada playmate de 1980 cuando fue trágicamente asesinada por su marido, un mindundi que se suicidó tras dispararla con una escopeta. En aquel momento la revista Playboy tenía mucha fuerza y el caso resonó bastante en los medios, tanto que incluso se hicieron dos películas sobre el tema. Un telefilme protagonizado por Jamie Lee Curtis y la película Star 80 de Bob Fosse, donde Mariel Hemmingway hacía el papel de la modelo.



La frase: “Ya sabe que la policía espacial tiene prohibido confraternizar con las máquinas, va contra las leyes de la naturaleza. Podría quedarse ciego.”

Leer critica de Galaxina en Muchocine.net

El buscavidas (1961)

Elprimerhombre es atraído por el juego, lleno de personajes corruptos que no paran de beber ni de fumar, a los que no les importaría vender su alma al diablo para conseguir más dinero. Un mundo en el que el más listo es el que lleva la voz cantante, el que consigue unir carácter y talento para llegar lo más lejos posible.

En El buscavidas, el director Robert Rossen, basándose en la novela homónima de Walter S.Tevis, expone todo lo que conlleva ser un buscavidas, una especie de estafador que intenta obtener un buen capital con artimañas predispuestas, haciendo creer que es un principiante, consiguiendo de esta manera que las apuestas aumenten y decidiendo cambiar las tornas cuando lo cree oportuno, demostrando parte de su verdadero talento. El personaje principal de la película, Eddie Felson, interpretado magistralmente por Paul Newman, es un jugador de billar con gran talento pero con alma de perdedor nato. Su falta de autoconducta ante altas expectativas hace que retroceda siempre en su empeño, sumergiéndose en la bebida como única excusa a la que agarrarse.


En la primera media hora vemos una espeluznante partida de billar entre Eddie Felson (conocido como “el rápido”) y Minnesota Fats (interpretado con gran clase por Jackie Gleason), con hombres trajeados como espectadores, atentos al fabuloso espectáculo que están presenciando. Gleason ya era un buen jugador de billar, en cambio Newman admitió en una entrevista que nunca había cogido un taco. Sin embargo, el señor Newman nos ofrece una muestra de su gran calidad, con una extraordinaria precisión a la hora de expresarse. Cualquiera diría que nunca ha jugado al billar de la forma en que se mueve alrededor de la mesa y de cómo coge el taco y le pone tiza.

Willie Mosconi, que en aquel entonces era campeón mundial de billar de ocho bolas (conocido también como “pool”, el billar americano de bolas lisas y rayadas), fue el asesor técnico de Newman durante dos semanas y le enseñó cómo parecer un jugador de billar y un buscavidas. Newman solía practicar durante varias horas en un instituto de chicas, yendo en moto disfrazado para pasar desapercibido y no ser acosado. Y aunque en las jugadas más increíbles se ven sólo las manos del personaje de Eddie Felson, que son las de Mosconi, en otras jugadas, también bastante sorprendentes, es el propio Newman el que las ejecuta. Por cierto, Mosconi aparece en la película recogiendo las apuestas de la gran partida del inicio y para el papel del personaje principal, él había sugerido a Frank Sinatra, ya que era un buen amigo suyo y creía acertada su elección.

En este film, todos los actores tienen una gran presencia en la pantalla, sobre todo George C. Scott, cuyo personaje tiene mucho peso. Entre lo mejor están sus diálogos con Eddie, intentando hacerle ver que sin alguien como él que le respalde nunca llegará a nada, siendo un don nadie. Le habla de la autocompasión, “uno de los mejores deportes de interior que a todos les gusta”.

Y la fotografía es otro de los hallazgos de esta película. Gracias a ella, la sala de billares Ames, en Nueva York, cerca de Times Square, está iluminada con un estilo exquisito, resaltando el contraste entre la luz de las lámparas de las mesas y el fondo del local. La autenticidad de los personajes es respaldada por esta iluminación y también por una gran puesta en escena.

Robert Rossen tuvo su mayor galardón con All the king’s man (aquí conocida como El político) en 1949, ya que obtuvo 3 Oscars, incluyendo el de Mejor Película, pero creo que se le recordará también por esta película, merecida también de varios oscars aunque sólo se llevó 2, uno de ellos el de Mejor Fotografía (curiosamente, Newman se llevó el Oscar con El color del dinero, la secuela de esta).

Rossen logra en este film narrar con brillantez gracias al lenguaje del Cine, con planos contrapicados o picados durante las partidas y grandes planos generales en las escenas dramáticas, fuera de las salas de billar, donde los personajes quedan lejanos, apartados a un lado, adquiriendo un valor dramático al destacar más su soledad, como en la estación de autobuses, donde Newman conoce al personaje femenino, interpretado por Piper Laurie, cuya compañía le hará ver al final que debe tomarse la vida de otra manera.

Un saludo!

Leer critica de El buscavidas en Muchocine.net

Juno (2007)

Buenos días, soy el jefe Dreyfus, y este domingo se entregan los Oscar, así que vuelvo con otra de las películas que, a pesar de entrar un poco de tapadillo, estarán compitiendo por el premio gordo junto con cuatro más: Juno… ¡Empezamos!

Pues la cosa va de la niña de Hard Candy, hija del jefe del periódico donde trabaja Spiderman, que a pesar de ir de sabionda y de lista por la vida, se queda embarazada con apenas dieciséis añitos de uno de los Supersalidos y como no tiene las ideas muy claras, ni putas ganas de ser madre, decide dar al niño en adopción a una pareja de guapos y ricos (eso les convierte automáticamente en padres ejemplares) formada por Elektra y Teen Wolf 2. Yo no se si se ha entendido mucho, pero vamos, que viene a ser una trama de telefilm de sobremesa de Antena 3, hecha con buen gusto y dirigida por Jason Reitman, el hijo de el director de cazafantasmas (¡otro punto a su favor!).

No se muy bien que les pasa a los que montan el tinglado este de los Oscar, pero últimamente les gusta colar siempre a un pobre en su mesa (aparte del Oscar a la mejor película de habla no inglesa, que esos más que invitados es como si formaran parte del servicio) y en los últimos años encontramos varios ejemplos de películas “modestas” nominadas como mejor película. Lo que ya no les debe hacer tanta gracia debe ser cuando esas películas “modestas” acaban llevándose el gato al agua y ganando el premio como ya sucedió anteriormente con Shakespeare in love, Crash o Pequeña Miss Sunshine, el año pasado sin ir más lejos. ¿Logrará Juno de nuevo el milagro? Francamente lo dudo, pero cosas más raras hemos visto (¿alguien más está pensando en Marisa Tomei?)

Juno es una película simpática, bastante más amable de lo que quizás debería, pero notablemente entretenida, que no se hace larga y cuyo mayor logro radica en unos diálogos ágiles y frescos y una actriz protagonista, Ellen Page, que se come la pantalla con patatas. Además mola que todos los personajes que aparecen en la peli tengan algún punto a su favor de forma que consiguen caer simpáticos al espectador e incluso, de forma muy hábil, nos cuelan una pareja de jóvenes, otra que está entre los 30 y los 40 y otra de más de 50, intentando abarcar la máxima franja de edad posible entre los espectadores. Por el contrario, el mayor problema de la película es que, al igual que su joven protagonista, a veces parece que vaya tan de lista que puede llegar a caer mal y todo.

Resumiendo: Película entretenida y simpática de ágiles diálogos y una actriz protagonista con ganas de comerse el mundo y capacidad para hacerlo.


Leer critica de Juno en Muchocine.net

Sweeney Todd: el barbero diabólico de la calle Fleet (2007)


Benjamin Barker regresa a Londres tras quince años de injusto cautiverio por las falsas acusaciones del malvado juez Turpin, un tipo sin escrúpulos y más salido que un mono, que le tendió una trampa para deshacerse de él y poder aprovecharse así de su maciza esposa. El tal Benjamin tiene sed de venganza y bajo el apodo de Sweeney Todd, reabrirá su antigua barbería con el oscuro objetivo de pasarle la navaja a más de uno.

Adaptación fílmica del célebre musical de Stephen Sondheim a cargo del gran Tim Burton, ese tipo raro y pálido de California cuyo universo personal forma parte del imaginario de todos. Rondando por mi cabeza están, por ejemplo, un grupo de jugadores de rugby fantasmales cantando un calypso jamaicano, Michelle Pfeiffer relamiéndose como una gata en celo, unos marcianos paseándose en calzoncillos por el interior de su platillo volante y un joven director de cine sentado con su novia en la vagoneta de una atracción de feria.


Lo que nos ha traído Burton esta vez es un musical caracterizado por su fuerte sello personal (como no) y por estar rodado de una forma atípica para lo que es el género, ya que sorprendentemente carece de coreografías y amaneramientos teatrales (con la excepción de que los personajes cantan, claro). El filme está repleto de planos muy cercanos y cerrados que se apoyan básicamente en la interpretación de los actores, yo diría que un ochenta por ciento del celuloide lo ocupan Johnny Depp y Helena Bonham Carter, ¡y de qué forma! Él es una presencia oscura y colérica, y ella una fantasmagórica y sepulcral figura. Las apariciones de ambos ocupan casi toda la pantalla haciendo que la Londres que habitan, sucia y sombría, se desdibuje tras de sí de forma espectral.


Johnny Depp es el actor fetiche por excelencia de Burton y una superestrella. El hecho que sea tan cool, que elija siempre papeles tan estrafalarios (odio especialmente a esa reinona gitana llamada Jack Sparrow), y que se haya comprado una isla en las Bahamas, hace que sea fácil cogerle manía. Pero cuando lo ves en ocasiones como ésta, te das cuenta que es uno de los grandes del Hollywood actual y se te pasan las tonterías.

Puede que la macabra historia y las arrebatadoras piezas musicales ya estuviesen allí y no sean méritos estrictamente de Burton, pero él ha conseguido que brillen con luz propia aportándole esa acertada estética suya, la sólida presencia física de los actores (antes señalada), un sabio elenco de secundarios, un impecable ritmo narrativo, mucha mala leche y altas dosis de sangre (la más roja y espesa que hayan visto en su vida, oigan).


Ya era hora que Burton volviera a probar suerte en el cine más sangriento después del relativo fiasco que resultó Sleepy Hollow y que cumpliera de forma tan sobrada las expectativas. Qué clímax, que dúos musicales, qué puesta en escena. Éste es un Tim Burton sin adulterar que hará disfrutar de lo lindo a propios y extraños. Aquí no solo hay arte y talento, si no también empeño y dedicación. A Burton y sus cómplices no les importa trabajar duro, y se nota.


La frase: “¡Por fin: mi brazo vuelve a estar completo otra vez!"

Leer critica de Sweeney Todd en Muchocine.net

No es país para viejos (2007)

Buenos días soy el jefe Dreyfus, hoy es viernes y ayer mismo corrí cual gacela cortando el viento, hacia una sala de cine para poder asistir al regreso (¡¡en más de un sentido!!) de los hermanos Coen. Así que hoy: No es país para viejos… ¡Empezamos!

Pues aquí tenemos al típico tipo, soldador para más señas, destinado a pasar sin pena ni gloria por este mundo, que de pronto se encuentra en medio de un fregado y con un maletín con dos millones de euros encima. No duden que los verdaderos dueños del maletín querrán recuperarlo y encargarán los servicios de un particular asesino a sueldo (el de los huevos de oro que se está llevando todos los premios de calle) con evidentes problemas de autocontrol y un peinado como si lo hubiera lamido una vaca.

¿Que decir de los Coen? Películas como Arizona Baby, Barton Fink, El gran salto, Fargo o El gran Lebowski siempre estarán en mi lista de películas favoritas, y a pesar de que otras como O brother (que me aburrió), Crueldad intolerable (que no me gustó) o Ladykillers (que algunos catalogan como obra menor pero que para mi es, directamente, una mierda pinchada en un palo) no me gustaron, siempre que los Cohen estrenan algo, mi primer impulso suele ser el de correr (cual gacela, recuerden) hacia el cine más cercano. Y es que últimamente corrían malos tiempos para estos genios que, por suerte, con esta No es país para viejos, parece ser que consiguen remontar el vuelo. ¡Y que dure!

Resulta muy difícil ver esta nueva película sin acordarse uno, sentado a oscuras en la butaca de la sala, de la gran Fargo, por más de un motivo: Esos amplios paisajes (eso si, tienen que cambiar la nieve por desierto), esas carreteras interminables, ese maletín con dinero, ese policía de pueblo (de femenino a masculino), esas dosis de sangre y violencia… Lo bueno es que a pesar de lo dicho, las similitudes terminan aquí y las dos se pueden disfrutar de forma absolutamente independiente. No es país para viejos es una película brillante en algunos momentos, con escenas buenísimas (que acostumbran a coincidir con que los protagonistas se encuentran en habitaciones de Motel) que consiguen tenerte en tensión y con los ojos clavados en la pantalla, con unos personajes muy Cohen que consiguen atraparte (Javier Bardem, aparte de hacer un papelón, debería estar agradecido el resto de su vida a los Coen por el caramelo de personaje que le han ofrecido), con un buen guión y con unos diálogos que, a pesar de ser escasos durante ciertos tramos de la película, cuando aparecen resultan geniales (a pesar de que el diálogo hacia el final de Tommy Lee Jones con el viejo de la cabaña no lo acabo de pillar y no entiendo muy bien que pinta en la peli) y con un tempo que empieza como adormecido pero que va en aumento consiguiendo momentos de auténtica velocidad crucero.

Resumiendo: Ha vuelto la mejor versión de los Coen, con una película plagada de esas cosas que, cuando ellos se ponen, les salen tan bien y que tanto me gustan. Han vuelto los Coen y es fin de semana: ¡Salgamos a emborracharnos!

Leer critica de No es país para viejos en Muchocine.net

La escafandra y la mariposa (2007)

Elprimerhombre no llega a comprender qué atrapó a Julian Schnabel de la historia de La escafandra y la mariposa. No sólo es un tema que ha sido más que retratado en la gran pantalla, sino que de la manera que lo enfoca no aporta nada nuevo, ni tampoco emociona ni conmueve.

La historia es la siguiente: Jean-Dominique Bauby, redactor jefe de la revista Elle, sufrió una embolia masiva a los 43 años que le dejó en coma durante tres semanas y que al despertar se dio cuenta de que estaba paralizado de la cabeza a los pies, salvo uno de sus ojos, del que aún conservaba su movimiento y con el que podía parpadear. A partir de ahí, en el hospital de Berk-Sur-Mer pensaron en ofrecerle una manera de comunicarse. Ordenaron el alfabeto con las letras más utilizadas y mientras las enfermeras le iban dictando las letras, él parpadeaba una vez cuando llegaba la letra que le interesaba y así podía llegar a formar una frase. Lo curioso es que con este método, el señor Bauby empezó a escribir un libro, el de La escafandra y la mariposa.

El título viene referido por lo que le ocurría al señor Bauby, “el síndrome de cautiverio”, un síndrome psicopatológico asociado a la disminución del nivel de conciencia. Es una parálisis total de los nervios cranianos bajos y de los miembros. La “escafandra” sería como la prisión que le tiene atrapado en sí mismo y la “mariposa” la libertad que sueña conseguir algún día.

Aunque con lo planteado hasta ahora ya es suficiente para opinar que la historia es bastante compleja para plasmarla en una película, he de destacar que su inicio es bastante acertado, porque el primer plano nos muestra el despertar del señor Bauby con la cámara subjetiva, metiendo al espectador en la piel del protagonista. Lástima que un cuarto de hora más tarde nos demos cuenta de que la cosa no cambia y que Schnabel empieza a repetirse y a caer en la futilidad con el repetido recurso del alfabeto, haciendo que la paciencia del espectador llegue a un límite máximo.

Durante el visionado de la película, me acordé de La senda tenebrosa, de Delmer Daves, en la que se utilizó la técnica de la cámara subjetiva para una operación de cirugía plástica, creando un nuevo rostro, el de Humphrey Bogart. Pero sobre todo pensé en Johnny cogió su fusil, de Dalton Trumbo, una película antibelicista, apología de la eutanasia, en la que el personaje de Timothy Bottoms es un soldado de la Primera Guerra Mundial que está amputado de brazos y piernas.

Lo más destacable de la película es una secuencia que conmueve un poco, en la que Bauby se deja llevar por la imaginación y lo más apreciable son las mujeres que rodean a Bauby, las actrices francesas Emmanuelle Seigner (Lunas de hiel, Frenético), Marie-Josée Croze (Las invasiones bárbaras, Munich) y Anne Consigny (No estoy hecho para ser amado).

No tengo muchas más cosas que decir, salvo que menciono por último dos buenos planos: uno, cuando lo lavan y la cámara está entre el agua y el exterior, combinando el movimiento de las manos, más lento cuando están sumergidas; y el otro, un plano que comienza con un contrapicado y acaba en la nariz de Bauby, donde está posada una mosca. Por lo demás, no os voy a invitar a ir a verla pero hay gente que se ha contagiado del amor a la vida que les ha producido esta película. A mí para nada. Y eso que ver llorar a ese pedazo de actor que es Max Von Sydow (que hace del padre del protagonista) debería conmover a cualquiera.

Un saludo!

Leer critica de La Escafandra y la Mariposa en Muchocine.net

Monstruoso (2007)

Chico conoce a chica, chico pierde a chica, Monstruoso pisotea a chica y se lleva a media Nueva York por delante, chico va al rescate. Así de simple resulta el planteamiento del nuevo trabajo que nos ha traído el bueno de J.J. Abrams para empezar el año, mecenas televisivo que ejerce de padre de la criatura y eclipsa con su presencia a los demás mindundis metidos en el ajo (de los que no me sé ningún nombre, lo confieso).

Lo que más llama la atención del filme es el uso de la cámara subjetiva para dotar de realismo una peli a todas luces fantástica, y me parece un requisito necesario compararla con otra cinta de muy reciente estreno y misma técnica. Estamos hablando de [REC], claro. La cinta de Balagueró y Plaza es una montaña rusa que juega a asustar al espectador y que se sirve de esta técnica para lograr ciertas dosis de efectismo que el bajo presupuesto le podría haber negado. Mientras que Monstruoso tiene un pulso narrativo más lineal y firme, un espléndido montaje que mantiene al corazón del espectador en un puño durante todo el metraje y un presupuesto con el que Balagueró haría pelis para el resto de su vida.

Lo realmente innovador que ha hecho Abrams es utilizar la cámara subjetiva sin prescindir por ello del bagaje de Hollywood, ¿en qué se traduce esto? Pues en unos efectos que te cagas y en ciertas dosis de romance. Esta historia de amor con un hooligan del tamaño de un rascacielos haciendo de sujeta velas hace que me vengan a la mente multitud de referentes: Godzilla, El proyecto de la bruja de Blair, Salvar al soldado Ryan, La guerra de los mundos, el 11-S, la guerra de Irak… La trama es como un apunte a pié de página de la peli de Emmerich, un Godzilla desde el punto de vista de cuatro mindundis que no saben qué coño está pasando ni de donde vienen los tiros (lo mismo que le pasaba al sosainas de Tom Cruise en La guerra de los mundos).

El lenguaje cinematográfico está evolucionando y Abrams lo sabe. La primera vez que aparece Monstruoso ante la cámara te quedas atónito, es como si algo de otro mundo se hubiese colado en un video casero, mola. Aunque no todo son flores para Abrams, el imperativo de que siempre debe haber alguien filmando la acción pesa sobre la trama y se deben hacer concesiones (todas por el bien del entertainment, eso sí). También hay algún exceso final porque, ¿hacía falta ese plano tan sobrado en las postrimerías de la cinta? Seguramente no.

La peli es un colage muy bien manufacturado que rebosa talento. Pueden hacerle segundas lecturas si quieren, pueden decir que Monstruoso es Bin Laden, o que si Rob no va a Japón, Japón irá a por Rob, pero no hace falta, aquí se trata solo de pasar un buen rato. Esta es una buena peli para los que sí saben divertirse.


Leer critica de Monstruoso en Muchocine.net

Adiós a Aquí hay tomate

Buenos días, soy el jefe Dreyfus, pero pueden llamarme elputocriticón si así lo desean. Y es que he decidido cambiarme el nombre después de mucho darle vueltas (mayoritariamente en bares de carretera) al asunto, aunque lo que si les puedo asegurar desde ya, es que lo que no va a cambiar es mi elegante forma de criticar, hostia puta ya. Hechas las aclaraciones impertinentes, vamos a hablar un poquito de televisión, que la teníamos un poco olvidada, y hablemos de el fin de Aquí hay tomate, que hay mucha tela que cortar… ¡Empezamos!

¡¡¡Tomaquetomaquetomatomaquetomaquetomatomaquetomaquetomatá!!! ¡Se ha acabado el tomate! Que lástima amigos míos, que pérdida. Después de cinco años de emisión ininterrumpida, telecinco (tu pantalla amiga) se carga el programa por falta de audiencia y con apenas una semana de margen. No hace falta que diga que el tomate, que monta un especial cada vez que la Pantoja se tira un pedo, ante tal noticia montaron la de Dios: manifestación el viernes ante las puertas de telecinco, pidieron que durante un minuto todo el mundo apagara los televisores en señal de duelo, ¡publicaron una esquela en los periódicos!

Y además, como eso de que se cierra por falta de audiencia queda mal en el currículo se empezaron a propagar todo tipo de rumores (creo que desde el mismo programa): que si esto venía porque se metieron con el rey y éste habló con Berlusconi (¿?) que a su vez llamó a telecinco España para cargarse el programa, que si venía porque se metieron con el matrimonio Aznar, que si esto, que si lo otro. Lo cierto es que hará cosa de un par de meses al tomate ya le cambiaron un poco el estilismo, volviendo al tomate rojo del principio en lugar del psicodélico de los últimos años y con contenidos más de los comienzos, porque la audiencia había bajado e intentaban recuperar un programa que iba de capa caída (por no hablar del fracaso que supuso el Aquí hay tomate de los fines de semana). Al parecer no lo han conseguido (ni bajando todavía más los escotes de la Carmen Alcayde) y la dinámica seguía siendo a la baja, así que entre esto, y que el programa, no nos engañemos, molestaba a la cadena que desde hace tiempo intenta hacerse un lavado de imagen (recordemos que ya se cargó A tu lado) ha acabado provocando el cierre del tomate.

¿Pero realmente tan mala audiencia tenía últimamente el tomate? Pues no. Lo cierto es que la formula parecía gastada e iba bajando, pero todavía estaba muy por encima de sus competidores. Lo que pasa es que al cargárselo, adelantando el resumen de Supervivientes y la serie Yo soy Bea, lo único que ha conseguido la cadena es que los resultados sean peores todavía. Sube Fama a Bailar, sube Se lo que hicisteis…, sube (espectacularmente) ¡¡Saber y ganar!! (me niego a creer que parte de la audiencia del tomate se haya ido a un programa cultural). A los que no acabo de comprender muy bien es a los de Se los que hicisteis…, pues siempre se han caracterizado por meterse con el tomate y criticarlo, pero ayer mismo, cuatro días después de que hubieran cerrado, seguían hablando de él. ¿Porqué? Mucho me temo que el tomate al fin y al cabo les daba vida (y material) y mejor será que se busquen rápido un nuevo objetivo/enemigo o están perdidos.

¿Y como acabó el tomate? Pues verán, el penúltimo día, aparte de poner videos resumen de estos cinco años de emisión, se dedicaron a meterse con la iglesia y más exactamente con Rouco Varela, saliendo su sobrina y diciéndole que mucho defender a la familia pero que él a la suya ni puto caso porque hacía años que no los llamaba y que le daban ganas de cambiarse el apellido pero que por respeto a su padre (¡¡presente en la imagen dentro una urna crematoria!!) no lo hacía. Lo cierto es que el video les quedó muy divertido, con una cruz, dentro de un tomate, tambaleándose y con un titular que decía: ¡¡La virgen!! Jojojojo (yo es que soy muy básico para estas cosas). Luego, llegó el momento tierno, cuando Jorge Javier se sinceró con Carmen Alcayde mirándole a los ojos (él si que puede) y pidiéndole perdón por los malos momentos y agradeciéndole los buenos, a lo que ella le respondió echándose a llorar emocionada. El último programa acabó con más videos resumen, con un pasamanos (rollo monárquico, iba pasando gente por delante de los presentadores y los saludaban) y con una mascletá frente a la casa de la Pantoja que debe estar dando gracias a Dios por que se acabe el programa.

Por mi parte, me jode que se lo hayan cargado, pues yo reconozco que era consumidor del programa a ratos, admito que me divertía durante unos veinte minutos pero que luego me rallaba y tenía que quitarlo; y que tenía momentos muy divertidos, solo que, como todo, tenías que entrar en su juego (¿alguien más se partió la caja con el video/resumen de la boda de Farruquito?) pues, al fin y al cabo, como programa de humor tenía su punto, aunque cuando entraban a saco en prensa rosa me cargaba muy rápido. Y si, reconozcámoslo, esas entradillas rollo “en breves momentos” eran muy pesadas, pero había algunas francamente divertidas y brillantes.

Pero en el fondo, da igual, pues la televisión es cíclica (como la economía, fíjense) y todo lo que sube, baja y todo lo que se va, vuelve. Pues igual que tuvimos el Que me dices (Chapis, ese gran comunicador) y hemos tenido Aquí hay tomate, no duden, ni por un momento, que en breve caerá otro igual… o peor.

4 meses 3 semanas 2 días (2007)

Elprimerhombre fue a ver 4 meses, 3 semanas, 2 días, de Cristian Mungiu, una película dura e inteligente, que aborda el tema del aborto clandestino en la Rumanía de finales de los 80.

Representa la primera entrega de la serie Relatos de la edad de Oro, un proyecto del director, cuyo objetivo es hablar de aquella época sin hacer referencias directas al comunismo de Nicolae Ceausescu, político, comunista y dictador rumano que fue fusilado en Diciembre de 1989, acusado de genocidio. Un hecho estremecedor son los datos objetivos que han inspirado la película: entre 1966 y 1989, o sea, hasta el final de la dictadura de Ceausescu, más de medio millón de mujeres murieron en Rumanía a causa de los abortos ilegales.

La historia de esta película está centrada en dos chicas estudiantes que comparten habitación en una residencia de una ciudad de Rumanía. Una de ellas está embarazada y quiere abortar. Lo tienen todo preparado para realizar su cometido en una habitación de un hotel, pero las cosas no saldrán como lo tenían planeado.

El personaje de la amiga es fundamental porque toda la fuerza de la película recae en ella. El director tuvo la suerte de encontrar a Anamaria Marinca, cuya actuación es excepcional. Después de hacer teatro en Rumanía, el debut de esta actriz en la pantalla tuvo lugar en la televisión británica, con la producción "Sex Traffic", que le proporcionó un premio BAFTA. De vuelta a Rumanía, participó en este film con el que fue nominada a los premios de la Academia de Cine Europeo. El director, Cristian Mungiu, que antes de dedicarse al Cine había sido maestro de inglés, dirigió en 2002, "Occidente", que obtuvo el Premio Internacional de la Quincena de Realizadores en Cannes de ese mismo año. Pero será conocido internacionalmente por esta modesta producción rumano-belga, que ganó el pasado año la Palma de Oro del Festival de Cannes. Y quizás lleguen más películas de su país de origen, ya que por primera vez en los 60 años de este festival, una película rumana gana el famoso galardón. En 1965, un corto producido allí ya había ganado la Palma. Y en un país en el que sólo se producen unas 15 películas al año, es de agradecer que lleguen a nuestras pantallas películas de gran calibre como la de Mungiu. En el Festival de Cine de San Sebastián obtuvo el Gran Premio Fipresci.

A raíz de los primeros quince minutos del comienzo, quizás un poco lentos, en los que el director no llega a atrapar al espectador, el mayor logro de esta película es conseguir que se vaya cogiendo interés mientras va avanzando la trama, sobre todo gracias a unas elipsis muy bien conseguidas que hacen que parezca que la historia esté contada en tiempo real.

Rodada como un documental, sin alteraciones, sin música (salvo en las letras de crédito finales), con la voluntad de capturar una realidad tal como es, nos encontramos escenas que duran alrededor de diez minutos en los que hay un plano fijo, en el que el trabajo de los actores es lo único que cuenta. Y, sin lugar a dudas, lo mejor son los últimos veinte minutos, con un plano contundente que deja huella y con un final que invita al espectador a opinar sobre lo sucedido en el celuloide.



Un saludo!

Leer critica de 4 meses, 3 semanas y 2 días en Muchocine.net

La llamada de Cthulhu (2005)


La muerte de un destacado profesor de la Universidad de Miskatonik llevará a su nieto a investigar unos misteriosos hechos que parecen estar relacionados con el culto satánico a una milenaria entidad extraterrestre: Cthulhu, un bicho enorme con cabeza de pulpo y más feo que Picio, que llegó desde las estrellas millones de años antes de la aparición del Hombre y que, si bien ahora descansa en un sueño profundo bajo el Océano Pacífico, un día de estos despertará y armará una bien gorda buscando una taza de café.

Mediometraje realizado por la Sociedad Histórica de H.P. Lovecraft basado en el célebre cuento homónimo de este señor y que, en parte por quedarse contigo y en parte por falta de guita, está diseñado al estilo de las pelis mudas de los años 20 (ya saben, en blanco y negro y con cartelitos), como si hubiera sido estrenado justo después de escribirse el relato.


Las influencias de Lovecraft en el cine son muchas y variadas, abundan tanto las adaptaciones directas de relatos suyos (Terror en Dunwitch y Re-animator, por ejemplo) como las pelis que solo toman prestado su peculiar universo (La Cosa, Posesión Infernal, o cualquiera de Lucio Fulci). Es curioso que algo tan parecido en el papel dé resultados tan dispares en la pantalla, ya que se podría resumir toda la obra de este señor en una sola frase: “gente que se vuelve majareta tras tener un tropiezo con algún ser nauseabundo de nombre impronunciable”. No duden ni por un segundo que la peli que aquí tenemos seguirá esta premisa a pies juntillas.


Al ver La llamada de Cthulhu he tenido una sensación parecida a cuando vas a un karaoke y sube alguien a cantar al escenario que le pone muchas ganas y se lo cree mogollón, ya sea porque el tema le llega mucho o por el exceso de alcohol en vena. Puede que el filme esté repleto de carencias económicas, artísticas y técnicas (como el amigo borracho del karaoke), pero seguro que no le falta actitud y tesón. Cosas como esta película son lo que pasa cuando los flipados del mundo se unen con un objetivo común.

El maquillaje de tez blanca y ojos y labios pintados está bastante logrado, pero los personajes no están todo lo bien caracterizados que deberían. No sé si es porque yo de este tipo de cine he visto principalmente comedias (me remito en particular a las de la factoría Chaplin y Keaton), pero creo que los actores deberían ser más teatrales y sobreactuar más. Aparte que estas pelis eran puro ingenio visual, y aquí falta algo de magia y pericia.



Que sea la adaptación más fiel que se ha hecho hasta la fecha de un cuento de Lovecraft juega a su favor, claro. Al igual que el escaso metraje (apenas tres cuartos de hora) y el hecho de que esté rodada en Mythoscope (técnica con la que se consigue el look años 20). La calidad de la imagen en cambio, dista mucho de lo que podría llegar a ser y la cosa se queda en un quiero y no puedo solo recomendable para los más versados en la obra de Lovecraft, los incondicionales de las rarezas cinematográficas, frikis, góticos, y demás gentes de mal vivir.





La frase: "Ph'nglui mglw'nafh Cthulhu R'lyeh wgah'nagl fhtagn."

Leer critica de La llamada de Cthulhu en Muchocine.net

Los cuatro fantásticos y Silver Surfer (2007)

Buenos días, soy el jefe Dreyfus, hoy es miércoles y el otro día iba yo por la calle, a lo mío, cuando una señora de avanzada edad empezó a increparme, gritándome que me estaba ablandando y que últimamente estaba dejando demasiado bien las películas que criticaba. En ese momento vi la luz y empecé a correr, empujando a la anciana bajo las ruedas de un autobús de línea, hacia mi casa para ver una película de estreno en dvd, que todavía tenía pendiente: Los cuatro fantásticos y Silver Surfer (toda una prueba de fuego)… ¡Empezamos!

Pues eso, segunda parte de los cuatro fantásticos, que son unos superhéroes salidos de las páginas de un cómic más viejo que el cagar, donde un tio se estira todo lo que quiere, otra se vuelve invisible, otro se enciende en llamas y vuela y el cuarto es un pavo de piedra. En esta segunda incursión en la gran pantalla (jojojojo que típico suena esto, voy a potar) va de que aparecen unas irregularidades climáticas en el planeta (nada que ver con el traje ceñido de Jessica Alba en un principio) y resulta que son provocados por Silver Surfer, un tio plateado, que vuela sobre una tabla de surf y que resulta ser el perro lazarillo de una especie de entidad cósmica que viene a comerse el mundo (como Ray Liotta después de hacer “Uno de los nuestros” para que me entiendan). A todo esto, el doctor muerte (que supongo yo que aparece por aquello de que el actor ya debía haber firmado para varias películas porque en esta no pinta nada) también se apunta a la fiesta para liarla un poco más. ¿Podrán nuestros héroes salvar el planeta? ¿Habrá tercera parte? Y, lo más importante, ¿Tengo posibilidades de ligarme a Jessica Alba?

Bueno, bueno. Soy consciente de que cuando uno empieza a ver este tipo de películas ya sabe a lo que se enfrenta y hay que ser consecuente. Y de hecho, cuando vi la primera parte, la total y absoluta falta de pretensiones de la cinta consiguió que, en parte, la peli incluso me llegara a caer simpática a ratos. Pero ya aviso de que éste no fue el caso de esta segunda parte. Y es que aquí la historia daba para mucho más, con la entrada en escena de el puto Galactus (joder, que no estamos hablando precisamente de una hermanita de la caridad, ¡que aquí hay tema!), pero la verdad es que se están más de una hora de película jodiendo la marrana (no, ahora no me refería a Jessica Alba) con tonterías y al final cuando tenía que venir lo realmente interesante y la pirotecnia, la cosa se resuelve de la forma más simplona, ridícula y fácil (e incomprensible ya que estamos puestos). Ya aviso que no estoy exagerando, los veinte minutos finales no es que sean malos, es que son terribles, con una puesta en escena de obra de teatro de colegio de primaria de pueblo de veinte habitantes (esos escenarios de Tokio no cuelan por ningún lado) y con un malo que es un bluff. ¿Y que me dicen de la escena del baile de Reed Richards en la discoteca? ¿Alguien más estuvo tentado en cortarse las venas?

Y es que yo creo que los guionistas deben pensar: si esto está sacado de un comic, ¡es que debe ser para niños!, o algo por el estilo porque si no es que no se entiende porque se empeñan en sacar las tramas de los comics, para no hacerles ni puto caso a la hora de la verdad (ni mucho menos respetarlas) y hacer su propia adaptación para todo tipo de públicos (para todo tipo de públicos de 3 a 7 años, por supuesto). Ah, y aprovecho el momento para gritar a los cuatro vientos: ¡Estoy hasta los huevos del puto cameo de turno del Stan Lee de los cojones, que ya se está haciendo más que pesado con tanta tontería, hostias!

Resumiendo: Película más para público infantil que otra cosa, que se aguanta durante una horita a duras penas para concluir con un malísimo final.

Leer critica de Los cuatro fantásticos y Silver Surfer en Muchocine.net

Mientras tanto, en Twitter...

Free counter and web stats