Para hacer la sinopsis de la película voy a recitar al director: ”El bueno, el feo y el malo" transcurre en la guerra de Secesión Americana y habla de diversos estereotipos históricos, mediante la historia de tres personajes errabundos que son una amalgama de todos los defectos humanos”. Esto último no lo hubiera dicho mejor.
Clin Eastwood es Rubio (“el bueno”), un tipo calculador que siempre parece tener un as escondido en la manga. Eli Wallach es Tuco (“el feo”), un tipo gracioso y cascarrabias que no daría su vida por nadie y Lee Van Cleef es Sentencia (“el malo”), un tipo que no duda en matar a quien sea para conseguir su objetivo. En definitiva, ninguno de los tres es de fiar y ellos lo saben. Es lo que queda más claro durante todo el largometraje: en ningún momento, estos personajes deben bajar la guardia, porque un pequeño descuido les puede dejar en la cuneta. Y uno de los aciertos del guión es que se necesitan entre ellos para llegar a su destino.
Y aquí no hay ni indios ni vaqueros, aquí hay tipos duros que se dejan la piel por un tesoro escondido. Los ves sudar, sufrir y percibes la tensión del momento, sobre todo gracias a los primeros planos en los duelos. Y la música no es la del séptimo de caballería sino de un gran Ennio Morricone que acertó por completo en su cometido. Quién no habrá oído esa melodía pegadiza, ese tipo de llanto/aullido que acompaña a los personajes durante todo el recorrido por ese Oeste tan austero.
Es una gran película de puro entretenimiento que nunca dejaré de recomendar, aunque sea un Western. Eso sí, a parte de Leone, me quedo con Sam Peckinpah y su Grupo Salvaje, que algún día quizás la comentaré.
Me despido con unas palabras del crítico Ramón Freixas, refiriéndose a Leone: “Su Oeste es brutal. Quien no dispara es un Don Nadie”.
Un saludo!!
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