¡Na-na, na, na, na, na, na-na-na-na! Empieza la música, sale la cabecera, el público aplaude, juego de luces, una cámara sobrevuela el plató como si de un F-16 se tratara, y en el centro del mismo Mercedes Milà nos espera, sonrisa en ristre y con ¡ese pedazo de canalillo que deja sin habla! Buenos días, soy el jefe Dreyfus, hoy es viernes, me tocaba poner peli, pero es que hoy, aquí, se tenía que hablar de ¡¡la finalísima de Gran Hermano 9!!. La audiencia ha decidido, que el ganador de gran hermano nueve, sea……. ¡Empezamos!
Gran hermano coloca a sus cuatro finalistas en el patio (aprovechando que no hace frio en Guadalix de la sierra, las gemelitas se visten con tirantes) y aparecen una especie de circ du Soleil de todo a cien con un rollo “perroflauta” haciendo un numerito con fuego y pirotecnia, que culminan con cuatro putos globos cutres (uno incluso se revienta antes de tiempo) que nos dicen que el cuarto finalista de gran hermano 9 es: Oliver. Parece que lo encaja bien (sonrisa forzada) y se pone a cantar que es lo que ha estado haciendo durante todo el puto programa (no ha ido a convivir, ha ido de promoción) y encima por megafonía le ponen el “adios con el corazón” que ha estado cantando a todo Dios. Si por mi fuera éste estaba fuera de la casa hacía mucho tiempo, pues para mi cuando canta es como el cuento de “el flautista de Hamelín”, me dan ganas de tirarme por un barranco. Por suerte, Mercedes, que es sabia, le puso las pilas en el plató, y le metió (literalmente) unas zurras en el culo… por pesao, por chuloputas y por sobón, ¡porque este tio si que es un pulpo y no pulpillo! (la mirada de la foto lo dice todo).
Ace es un punk rocker nipón bastante torpe que tan solo tiene dos motivaciones en la vida: ir a conciertos de Guitar Wolf, la banda más cool del planeta, y peinarse el tupé. Dicha banda está compuesta por tres miembros de nombres un tanto elementales: Guitar Wolf, Bass Wolf y Drum Wolf, y después de una de las actuaciones de la banda la torpeza del joven Ace salvará la vida del cantante, el cual se encontraba encañonado por la pistola del mezquino dueño de una sala de conciertos. Para agradecérselo, el líder del grupo le hace hermano de sangre y le entrega una especie de silbato para perros que puede hacer sonar cuando se encuentre en peligro y así la banda acudirá al rescate. Lo cosa no se hará de rogar demasiado porque enseguida el cielo se llena de platillos volantes, los muertos se levantan de sus tumbas y Ace descubre que su novia es en realidad un chico.
La peli está hecha para el lucimiento personal de Guitar Wolf, banda que existe en la vida real y que efectivamente, se luce en la película, y de qué manera. Vean al cantante saltar desde lo alto de un edificio y caer de pié mientras afina su guitarra, véanlo cargarse una horda de cutre-zombies lanzándoles púas de guitarra como quién lanza estrellas ninja. Véanlo también transformar su guitarra en una katana para partir en dos al platillo volante de turno, y es que hay que ver como se flipan, Guitar Wolf aúlla y hace saltar chispas por donde pasa. En ningún momento se descuelga la guitarra y su micro lanza llamas; no es humano, es puro Rock&Roll.
La peli está hecha con cuatro perras, tiene mal ritmo y un montaje bastante confuso, tampoco ayuda a la narración el hecho que la música de la banda suene a todo trapo en todas y cada una de las escenas, venga a cuento o no, te deje oír los diálogos o no. El guión es bastante simplón y la trama tiene más agujeros que la camiseta de un fumeta, pero a su favor diré que los efectos especiales cuelan bastante y que el desfasado maquillaje de los zombies me ha encantado. La peli es una bizarrada repleta de platillos volantes con aspecto de frisbees, tubos de escape llameantes, micros con forma de cráneo y un sin fin de zombies a los que les explota la cabeza. Puro trash oriental pasado de vueltas.
La frase: “Te amo, lo juro por mi chaqueta de cuero y por el Rock&Roll.”
Buenos días, soy el jefe Dreyfus, hoy es viernes, y mejor hacemos hoy un poquito de tele que hacía días ya que aquí no se hacía un buen Repaso Semanal a la televisión:
Lunes: Por increíble que pueda parecer Horatio tiene un caso, se coloca las gafas de sol, suelta una frase de esas que pone palote a la audiencia, resuelve el caso, mira hacia el infinito y pim, pam, pum: líderes de audiencia.
En la primera, la gran final de Mira quien baila la gana Nani Gaitán (frente a Serafín Zubiri), muy conocida por todos por… que aparecía en… que se la recuerda de cuando… Bueno, que como mucho la recuerdo como comentarista en el Bus, de Antena 3 (obsérvese que mi memoria selectiva es muy triste) y posteriormente en Crónicas Marcianas y poco más. En Antena 3, ultimo capítulo de la temporada para La familia Mata, ya con la incorporación plena de Pepa y Avelino, los tránsfugas de Escenas de Matrimonio.
Después, también en cuatro, Cuestión de sexo, y a pesar de que dicen que "rectificar es de sabios", yo también quiero hacerlo, pues al final le he ido cogiendo el punto a esta serie que en un principio puse un poco a parir. Sigo pensando que de las tres parejas protagonistas me sobran dos, pero es que la pareja formada por Guillermo Toledo y Pilar Castro son capaces de tirarse el peso de la serie a sus espaldas y tirarla adelante. Especialmente brillante el capítulo de la semana pasada con un Willy Toledo en estado de gracia (a lo que ayuda su hija y su alumno de autoescuela); y aunque el capítulo de esta semana era más flojito (lo de quedar en un mismo sitio con dos chicas distintas es muy viejo, ya se hacía incluso en “Salvados por la campana”) no deja de ser recomendable.
Más tarde estuve viendo, también en la sexta, Terapia de pareja, y madre mia, señores, ¡que programa! La cosa va de que una pareja con problemas se deja gravar en su casa durante un tiempo, haciendo vida normal, para que un par de expertos (los de la foto, que vaya dos) les diga donde falla su relación. Esto lo pilla telecinco y hace un roto en el share. Pues eso, que la semana pasada iba de una pareja que se peleaban mucho e incluso en un momento él le pega una patada a su chica (floja, eso si, sin ningún ánimo de defenderlo), ¡frente a unos amigos!, ¡¡y sabiendo que estaban las cámaras!! Respuesta de los expertos: Que se compren ropa nueva y él una bici estática para cuando tenga ataques violentos. ¡Bravo!, ¡Ole vuestros santos cojones!
Elprimerhombre ha vuelto a escuchar la famosa cítara de Anton Karas en El tercer hombre, de Carol Reed, una película que tuvo un gran éxito comercial sobre todo gracias a la historia de Graham Greene, a la colaboración como actor de Orson Welles y a una sofisticada puesta en escena.
La historia ocurre en Viena, en el periodo de posguerra, cuando la ciudad estaba dividida en zonas por cuatro potencias: la rusa, la norteamericana, la británica y la francesa. Un americano, llamado Holly Martins, escritor de novelas baratas que pasa por un mal momento económico, llega a la ciudad en busca de un amigo, Harry Lime, que le ha ofrecido un trabajo. Pero nada más llegar a la casa donde reside le dicen que su amigo ha tenido un accidente y ha muerto. Sin nada de dinero debe volver a su país pero gracias a un contrato que le hacen para dar una conferencia sobre la novela contemporánea, logra quedarse más tiempo e investiga más profundamente sobre el caso. Poco a poco, va descubriendo nuevos hechos que le hacen creer que su amigo pudo haber sido asesinado.
Durante el metraje, la intriga va en aumento. Se van alternando planos con grandes enfoques, con otros de cierta horizontalidad, con contrapicados y con planos totalmente aberrantes que ayudan a que la puesta en escena sea de lo más sugerente. El claroscuro está muy marcado y hay escenas donde el campo es muy amplio, con largas sombras que producen una cierta inquietud. Los diez minutos finales, en las cloacas de la ciudad, representan una de las mejores secuencias que se hayan rodado nunca en cine. La fotografía obtuvo un Oscar con gran merecimiento.
Sin embargo, aunque las actuaciones me parecen buenas, me disgustan algunos diálogos entre Joseph Cotten (Holly Martins) y Alida Valli (que encarna a la amante de Lime), que me parecen banales y superficiales, quizás provocados por el enamoramiento de Cotten, totalmente evitable. A todo esto, la escena en la noria entre Cotten y Welles es muy conocida y me parece un prodigio por estar tan bien planteada y por la clase magistral de interpretación que nos demuestra el señor Orson Welles. Su expresión es meticulosa y además le toca decir la mejor frase de la película: “en Italia, en 30 años de dominación de los Borgia no hubo más que terror, guerras, matanzas, pero surgieron Miguel Ángel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento; en Suiza, por el contrario, tuvieron 500 años de amor, democracia y paz, y ¿cuál fue el resultado? El reloj de cuco”. Hay quien dice que esto fue idea del mismo Orson Welles, pero yo sólo sé que en esta escena está inconmensurable.
De todas las películas que rodó Carol Reed, esta es indudablemente la más conocida y seguramente la mejor. En 1959 dirigió otra adaptación de una novela de Greene, “Nuestro Hombre en la Habana” y tuvo un gran éxito con “Oliver!”(1968), que era un musical donde un niño tenía toda clase de aventuras que obtuvo 5 Oscars, incluyendo mejor película y director. En cuanto a los actores, de Orson Welles no voy a decir nada porque algún día criticaré Sed de Mal o La Dama de Shangai, y refiriéndome a Cotten he de decir que trabajó con buenos directores, como con Welles en “Ciudadano Kane”, con Hichtcock en “La sombra de una duda” o con George Cukor en “Luz que agoniza”. Alida Valli trabajó con Bertolucci, Antonioni, Visconti y, como curiosidad, casi al final de su carrera cinematográfica, rodó con Dario Argento, “Suspiria” e “Inferno”.
Un saludo!
Buenos días, soy el jefe Dreyfus, hoy es martes y como veo que el empalagoso espíritu de la navidad intenta apoderarse de nuestras vidas, mejor optamos por hacer un largo viaje espacio/temporal hacia la antigua china de la dinastía de los nosecuantos, huyendo del pavo, el papanoel, los reyes magos, el turrón y demás costumbresnavideñas, porque hoy toca: La maldición de la flor dorada… ¡Empezamos!
Leer critica de La maldición de la flor dorada en Muchocine.net
"¿A qué viene? ¿Y de dónde?
¿Qué clase de justicia conocen en su mundo? ¿O acaso el símbolo bestial que lleva en su pectoral dorado es la clave de su poder y el motivo de su presencia…?”
“El Big-Ben da las doce campanadas. El cielo de Londres parece más oscuro que nunca, mientras unos pocos aterrorizados testigos observan una esfera fabulosa, de luminosidad casi imposible, desplazarse de Sur a Norte. Todos creen estar alucinados, pero cuando los hechos más extraños comiencen a ocurrir, comprenderán que lo sobrenatural también puede ser... real. El Hombre Puma, el dueño de las junglas espaciales. Un vengador en la inmensidad del cosmos, contra todos los poderes ilegítimos. Un justiciero con armas letales, imbatibles, increíbles...”
Esta es otra exploitation italiana que intenta rentabilizar el boom superheroico que hubo en los ochenta tras la película de Richard Donner, y viene a demostrar que Superman es al cine lo que Manu Chao a la música, ya que lo peor que han hecho ambos es crear escuela. Si Supersonic Man ya era más mala que pegar a un padre con un calcetín sudado, El Hombre Puma es mucho peor… ¡Es como pegarle a un padre con los calcetines sudados de Ray Liotta! Y eso es feo de cojones, amigos míos.
La historia empieza cuando el malvado profesor Kobras (un tío calvo con traje de serpiente) se hace con la máscara del Dios Puma, un artefacto la leche de poderoso que fue entregado a los aztecas hace miles de años por un extraterrestre filántropo. Una sueca buenorra llamada Jane Dobson se dedicará a descifrar los jeroglíficos que hay inscritos en él, y así descubrirá una advertencia para los que hagan mal uso de la máscara: la antigua profecía predice que su guardián, el Hombre Puma, despertará y destruirá a los sacrílegos. El tal Kobras se pasa por donde ya saben las contraindicaciones del producto y comienza a utilizar sus poderes hipnóticos, primero en la sueca buenorra y después en importantes líderes mundiales (el hombre tiene claras sus prioridades), al mismo tiempo que urde un plan maestro, inteligente y audaz, para encontrar al Hombre Puma: se dedica a tirar a gente por la ventana a ver si vuelan.
Por otro lado descubrimos que el verdadero Hombre Puma es un americano llamado Tony Farms, aunque el pobre tipo no tiene ni idea de que está destinado a ser un superhéroe cutre y casposo. Por suerte aparece un sacerdote azteca que le explica la movida, le entrega un cinturón de poder y le pide ayuda para recuperar la máscara sagrada. Aunque no sabemos muy bien porqué le pide ayuda, ya que dicho sacerdote es un indio gigantón con superpoderes que tiene pinta de poder acabar con los malos en un pis pas, mientras que el tal Tony Farms es un cobardica al que le pega más el apodo de Hombre Gallina que el que da título al filme. Pero en fin, el sacerdote instruye a Farms en su recién descubierta vocación de superhéroe bizarro, y pronto el Hombre Puma podrá enfrentarse al villano de la función.
Entre los muchos poderes de nuestro héroe destacan la súper fuerza, la visión nocturna, una especie de sentido felino o pumínido que le advierte del peligro al estilo Spiderman, el de atravesar objetos sólidos, hacerse el muerto durante diez minutos y, no lo duden, puede volar (los pumas no, pero, ¿a quién le importa?). Por si fuera poco, creo que lleva el uniforme más idiota que he visto en mi vida; camiseta con el logo, cinturón a juego, botas vaqueras, pantalones deportivos, y como colofón, ¡una capa reversible que se convierte en poncho! ¿Cómo no ha triunfado este disfraz en Halloween?
La peli la protagoniza Walter Geroge Alton, un mindundi que tuvo un pequeño papel en “10, la mujer perfecta” y luego muy sabiamente dejó el mundo del cine (ahora al parecer es abogado en Nueva York y supongo que esta cinta debe ser la comidilla del bufete). Donald Pleasence también sale, hace de malo y debieron drogarle o algo para que aceptara el papel, lo que explicaría que el tío esté medio zombie durante toda la peli y que su interpretación tenga la misma carga dramática que un zapato.
Aztecas, extraterrestres, superhéroes cafres... La peli es realmente idiota, una calamidad total. Está mal hecha, mal interpretada, el guión es estúpido, las escenas de acción son lamentables y de estar por casa, y los efectos especiales hacen que "El Gran Héroe Americano" se vea espectacular y bonita. Pero qué quieren que les diga, menuda perla… Aquí les dejo la secuencia en que nuestro héroe descubre que los pumas también vuelan, via "Mistery Science Theater 3000", serie americana en que los tripulantes de una nave espacial se dedican a ver pésimas películas de ciencia ficción mofándose de ellas en voz alta. Atentos a la banda sonora, ¿no les recuerda sospechosamente al himno de cierto partido político español y de derechas?
La frase: “No era un hombre, ¡era un felino que volaba!”
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Buenos días, soy el jefe Dreyfus y hoy es viernes. De susto a susto y tiro porque me toca, cerrando esta semana (absolutamente improvisada) dedicada al cine de terror, con una peli francesa del género, que apareció no hace mucho en dvd, de esas aún tenía por ver. Así que hoy: Ellos (Ils)…¡Empezamos!
En los últimos años, las pelis de terror habían estado predominadas por dos tipos de subgéneros: el psicológico (ese que se intuye pero no se ve) tan de moda en el cine oriental, poblado de jovenzuelos pálidos que buscan camorra y el psicokiller, más de moda en Estados Unidos, poblado de jovenzuelos con acné víctimas de tios con máscaras y armas oxidadas (un servidor, puestos a escoger, se decanta más por éste último). Esta peli intenta ser una mezcla de los dos, intentando abarcar todos los campos, pero sin elementos sobrenaturales. Ya aviso que lo consigue a medias y a duras penas.
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Elprimerhombre conversó este fin de semana con unos amigos sobre películas que de verdad dieran miedo o por lo menos que sobrecogieran y una de las que se habló en esa charla fue ¿Quién puede matar a un niño?, de Narciso, “Chicho”, Ibáñez Serrador, que antes y después de empezar a dirigir el “Un, dos, tres... responda otra vez” le dio por aterrorizar a las masas con sus relatos de terror.
En este film, una pareja de ingleses llega a Benavís, donde están de fiesta mayor. Allí se quedan a dormir una sola noche ya que a la mañana siguiente, para escaparse del mundanal ruido de las fiestas, se van a Almanzora, una población costera donde no hay turistas y donde encontrarán paz y tranquilidad. Pero ese gran silencio presagia un terrible suceso.
El señor Ibáñez consigue que nos creamos la historia, un hecho que es un punto a su favor porque dada la trascendencia del tema a contar, es difícil que se llegue a una tensión tan palpable sin caer en lo irrisorio. La luz del día en la película intensifica la sensación de agobio y de calor, traspasando la pantalla hasta llegar al espectador. Aunque donde recae la fuerza es en el tempo, que va in crescendo, dando un sentido bastante redondo a toda la historia.
Existen otras películas en la historia del cine de niños que quieren sembrar el miedo, como “El Pueblo de los Malditos”, de 1960, dirigida por Wolf Rilla, niños con ojos azules y pelo albino con una increíble inteligencia, que tuvo un remake en 1995, dirigido por John Carpenter. Aunque el film más parecido al de Chicho es “Los Chicos del Maíz”, de 1984, en el que se cuenta la historia de un pueblo de Nebraska donde no hay adultos porque han sido asesinados por los chicos del lugar. En su momento me pareció que daba bastante miedo, pero seguro que si la viera ahora me daría más bien risa, sobre todo por los comentarios que he leído de gente que la ha vuelto a ver después de muchos años. Y hay otras películas en las que se puede ver hasta dónde puede llegar la actitud de un grupo de niños, como “El Señor de las Moscas”, de 1963, dirigida por Peter Brook, con un remake en 1990, de Harry Hook, o más actual, “Ciudad de Dios”, de 2002, de Fernando Meirelles, donde unos niños intentan sobrevivir con armas en un suburbio de Río de Janeiro.
Un saludo!
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“La joven poetisa Rose Elliot adquiere un antiguo diario escrito en latín. Descubre en él la existencia de las Tres Madres del Mal y comienza a creer que en su apartamento habita una de ellas. Llena de temor, recurre a su hermano Mark, pero algo pasa...”
Lo mío con Darío Argento empezó la madrugada de un sábado en la que volví a casa algo bebido y estaban dando “Phenomena” (1985) por la tele, la cosa me enganchó de principio a fin y me dejó alucinado, lo que vi aquella noche fue bello, estremecedor y visualmente arrebatador, y con el tiempo se convertió en mi película de terror favorita. Más tarde llegó a mis manos “Suspiria” (1977), la que es sin duda la obra cumbre de Argento y un hito sin igual en el cine de terror . La sensación que tuve al ver estas películas se parece a cuando encuentras un escritor con una voz muy cercana a la tuya. Me sentí fascinado, pero aquello fue el principio del fin. En seguida quise ver “Rojo Oscuro” (1975), catalogada por muchos como el mejor trabajo del italiano y nada más alejado de la realidad, aunque la presencia de Argento es fuerte en ella a mí me decepcionó bastante. Pero mucho peor fueron las siguientes: “El Pájaro de las Plumas de Cristal” (1970), “El Gato de las 9 Colas” (1971) y “Tenebre” (1982), lo que antes me había cautivado ahora me aburría, así que desencantado dejé de buscar películas de Argento, hasta ahora. El director acaba de rodar “La Terza Madre”, con la que concluye la trilogía que inició en “Suspiria”, y por aquello de poder acabar el tríptico algún día me decidí a ver la segunda parte de la saga. ¿Es “Inferno” una digna continuación de “Suspiria”? Sí, amigos, no lo duden.
A los cinco minutos de empezar a verla ya sabía que Argento había vuelto a lograrlo, ahí estaba de nuevo el cine que más amo. Es difícil describir la peli porque es más una impresión sensorial que otra cosa, entra por los ojos y va directa al cerebro, las tripas y el corazón. El guión es mínimo, pero la peli no se resiente por ello en ningún momento, sino que así afianza más su posición en lo irreal y lo extraño. El encargado de la iluminación no es otro que el gran Lamberto Bava, que consigue un fascinante juego de luces rojas y azules. La acción es mayoritariamente nocturna así que la luna lo ve todo e incluso parece cómplice del mal. La escena en que esto se hace más evidente (y mi preferida), es la del eclipse. La peli no respeta las leyes físicas y cualquier sitio familiar, como tu propia casa o una biblioteca, oculta en sus esquinas secretos y puertas que pueden llevar a lo desconocido. Al igual que los personajes que deambulan por esos escenarios, que parecen todos tener escondidos varios esqueletos en el armario.
Argento va presentando a los supuestos protagonistas del filme para matarlos al poco rato y que crezca así la desazón en el espectador, y esa impresión de que no hay normas, que aquí todo puede pasar. Y no es para menos, porque el plato fuerte son los asesinatos. Tan teatrales e inverosímiles como espectaculares y efectistas, y rodados de forma preciosista: un gozo para los sentidos.
La película es cruel, poética y de obligado visionado para cualquier amante del género. Es innegable su fuerza visual, con una estética, un color y una iluminación impecables, pero no está de más recordar que este tipo de cine tiene sus detractores y no gusta a todo el mundo.
La frase: “La tercera clave está bajo la suela de tus zapatos”.
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Elprimerhombre ha vuelto a ver, después de mucho tiempo, la que es sin duda alguna una de las mejores películas españolas, Plácido, de Luís García Berlanga. Su humor negro y la satírica visión de la sociedad hacen que sea el más claro exponente de la comedia española.
Plácido Alonso debe pagar la letra del primer plazo del motocarro que le vence el mismo día que se celebra una campaña de Navidad a favor de los desamparados. A raíz de esta campaña, su vehículo también es utilizado en la cabalgata. Desde la primera escena intenta conseguir que le paguen por adelantado el servicio prestado para poder pagar la letra y así conseguir que no le embarguen el vehículo, pero no le resultará nada sencillo.
Es una película de apariencias, de fachadas, donde se critica ferozmente la hipocresía de la sociedad que sólo piensa en lo que dirán los demás. Como ejemplo pongo a una familia a la que se le pone enfermo su pobre y un vecino que es odontólogo acude a su piso para intentar ayudar, aconsejándole su mujer que se lleve consigo el pobre que les ha tocado sólo para que vean que ellos también han colaborado en una noche como esta, porque “hace falta hacer cosas buenas”.
Un saludo!
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Hoy voy a hacer una excepción y voy a hablar un poco de mi (al estilo “primerhombre”). Verán, cuando en el año 1991 empezó a sonar en todo el mundo el Nevermind de Nirvana yo tenía 14 años y no duden que, con esa edad, la cosa me pilló de lleno y fue como una bofetada en mi joven cara. Hacer una película sobre Kurt Cobain me parece un suicidio, así que cuando me enteré de que querían hacer ésta peli me entró miedo, pero es que cuando me enteré de que la iba a dirigir Gus Van Sant, directamente me entró pánico. A pesar de todo, como persona nostálgica (y rotundamente atractiva) que soy, me picó la curiosidad y al final acabé viendo Last Days (o “la última gran mierda de Gus Van Sant”, como ustedes prefieran).
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Tranquilos señores, no se me asusten que no voy a empezar ahora a trasnochar en mohosos cineclubes de barrio, ni a leerme la revista “Cahiers du Cinéma” (eso se lo dejo a elprimerhombre). Si hablo de esta película no es porque sea una fantástica sátira política, sino porque es una fantástica sátira política “con superhéroes” y, no lo duden, si Truffaut hiciera una película protagonizada por un superhéroe de la Marvel, también hablaría de ella, ya ven que no soy nada elitista (jus, jus).
Mr. Freedom es facha, racista y tiene pinta de jugador de rugby (si fuera español, de seguro parecería futbolista o torero). Le gusta pegar a la gente y hacer discursos ultraderechistas, sus mayores enemigos son el soviético “Moujik Man” y “Red China Man”, ambos tan estrafalarios e iconoclastas como el propio Mr. Freedom. Pero su talón de Aquiles, su “kriptonita”, es sin duda la opinión pública.
Mr. Freedom ha viajado hasta Francia para proteger Europa del peligro comunista, y durante su estancia por estas tierras se topará con personajes tan variopintos como el “Capitán Formidable”, “Dick Terrific”, “Freddy Freak”, “Betty Desfile”, “Johnny Cadillac” o “Super French Man y sus Super Ministros”. Algunos estarán interpretados por personas de verdad y otros serán simplemente monigotes hinchables. Aquí todo vale, la peli a ratos parece un cartoon y a ratos una obra de arte y ensayo. Es bonita, divertida, pop, decadente, a veces mordaz, a veces ingenua, y con un sentido del humor político bastante afín al de ciertas películas de Paul Verhoeven.
Lo que más destaca, como no podía ser de otra manera, es la estética y la fotografía, hay un constante uso de los colores de la bandera estadounidense y francesa, como se puede ver en el video que dejo a continuación. La secuencia pertenece al momento en que los franceses dan una fiesta de bienvenida a nuestro héroe, una especie de meeting. Fijaos en las pancartas, están repletas de palabras estúpidas y vacías como “Nouveau”, “Fresh”, “Good” o “Versailles”.
La frase: “Deja que te hable de los franceses; son 50 millones de llorones malcriados que no han hecho nada desde Napoleón y de eso hace ya tiempo. Y Napoleón, ¡ni siquiera era francés! ¡Era corso!”
La frase 2: “Sí, nací pobre, en la miseria. Mi padre trabajaba en las cloacas. Luego vino la crisis, y cerraron las cloacas.”
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