Apocalipse Now
Buenos días, soy el jefe Dreyfus, volviendo a las andadas con una película que, si algo deja claro, es que lo tenemos crudo y que la cosa se acaba. Pero, por suerte, la raza humana cuenta con Nicolas Cage entre sus filas, para encontrar una solución al problema (si amigos, estamos perdidos). No obstante, démosle un voto de confianza para que logre predecir a tiempo las: Señales del futuro (Knowing)... ¡Empezamos!
La peli empieza en el año 1959, cuando los alumnos de una escuela entierran una cápsula del tiempo con dibujos de como imaginan ellos el futuro dentro de cincuenta años. Entre dichos alumnos encontramos a Lucinda, una niña con cara de haberse comido una paella en un chiringuito playero, a quien unas voces le susurran una serie numérica que también enterraran dentro de la cápsula del tiempo. Ya en el año 2009, el dibujo “conceptual” de Lucinda irá a parar a manos de Calep, el hijo de un profe de astronomía que, rápidamente, empezará a sentir curiosidad por los números de la hoja desenterrada, llegando a la sorprendente conclusión (entre whisky y whisky, todo sea dicho) de que en los números se esconden predicciones sobre grandes catástrofes de la humanidad transcurridas durante los pasados cincuenta años. Además el profe de astronomía (un hombre de ciencia y, en principio, escéptico ante tal despliegue de sucesos paranormales), empezará a comprobar que un grupo de tipos extraños, vestidos como si acabaran de salir de la peli “Jovenes Ocultos”, empezarán a seguirles, dejando tras de si una marca personal en forma de extrañas piedras negras (aunque en principio nada hace suponer que sean de esas que se fuman). A medida que la trama avance descubriremos que lo peor todavía está por llegar.
El director de la cosa esta es el señor Alex Proyas, un tipo que lleva colgando el cartelito de joven promesa desde que se dio a conocer hace ya quince años (!) con El cuervo, película que dio bastante de que hablar por su estética oscura y siniestra y, especialmente, por la sonada muerte de su protagonista, Brandon Lee, en pleno rodaje. Más tarde vinieron títulos como Dark City (con la que logró el reconocimiento de buena parte de la crítica), Días de garaje (n.p.i.) y Yo Robot (el torpe intento de llevar a la gran pantalla el famoso relato de Isaac Asimov con Will Smith luciendo pistola). En esta película el muchacho hace lo que puede a costa de perder gran parte de su sello distintivo, exceptuando la utilización de un filtro de color que hace resaltar los tonos de forma descarada. Después de Señales del futuro parece que el hombre todavía no acaba de estar lo suficientemente maduro. Yo casi que le otorgaría otros quince años más de gracia.
Entre los actores un nombre destaca por encima de todos los demás (bueno, lo cierto es que los demás no se ni quien coño son): Nicolas Cage (the man). Lo cierto es que es un tipo, cuanto menos, desconcertante. Reconozco que hubo un tiempo en que me caía bien, quizás debido a mi simpatía hacia un título tan imprescindible como es Arizona Baby, película donde el bueno de Cage me ganó. Pero al hombre, poco a poco, se le fue yendo la olla, hasta que ganó el Oscar a mejor actor por Leaving las Vegas y a partir de entonces la cosa ya se desmadró. Y fue a partir del Oscar cuando el tipo decidió que a él lo que le molaba era ser un héroe de acción y/o héroe romántico (y si podía ser llevando el pelo largo pues mejor que mejor), con lo que empezó a encadenar títulos malos a porrillo, intercalándolos con algún trabajo más arriesgado que, no obstante, ya no le logró devolver mi simpatía, en parte, porque parece ser que últimamente no le sale bien ni cuando arriesga.
Y así llegamos a Señales del futuro, una película que sigue una trayectoria sorprendentemente similar a la carrera de su protagonista: empieza prometedora, consigue interesarme durante su primera media hora, se va desinflando a medida que avanza la trama, se precipita a gran velocidad pasada la mitad de la película, y, al final, llegamos a un muy bochornoso desenlace y a una última escena que casi me hace potar (y es que me imagino al señor Proyas en la sala de montaje decidiendo si poner o no la escena final a la que me refiero, y pensando: de perdidos al río, si vamos a hacerlo mal, hagámoslo todo lo mal que podamos, vayamos más allá del patetismo. Yes, we can).
Y es que la peli empieza despistando al espectador, resultando más cercana a una película de terror de última hornada, con niña siniestra, pálida y con mirada chunga incluida, que a lo que realmente resulta ser: cine de catástrofes. Pasada la introducción la peli avanza medianamente bien a pesar de intentar tratar al espectador como estúpidos a los que se les tiene que dar todo masticado para que lo entiendan bien (ejemplo: el prota es viudo y hacia el principio tiene una conversación con su hijo sobre que su madre está en el cielo y no se cuantas cosas más, que no viene demasiado a cuento más que para informarnos de que solo se tienen el uno al otro). Hacia la mitad, la peli pierde fuelle a marchas forzadas, y uno tiene la sensación que había dos caminos hacia donde avanzar y se termina eligiendo el menos apropiado, lo que provocó que poco a poco fuera perdiendo el interés, hasta llegar a la última media hora (o como a mi me gusta llamarlo: el momento en que los guionistas se pasaron a las drogas duras) que nos hace pensar en épocas pasadas (el final resulta muy '80, pero en el peor sentido de la expresión) cayendo en el ridículo y consiguiendo que la hora y media anterior no tenga sentido ni sirva para nada más que para rellenar tiempo y hacer lucimiento de efectos especiales y catástrofes a mansalva.
Resumiendo: Todo parece apuntar a que tenían un buen arranque pero no un buen desenlace, con lo que, hacia la mitad de la película, la cosa se empieza a precipitar hacia un sonado batacazo, rematado con su final.
Leer critica Señales del futuro en Muchocine.net
Leer critica Señales del futuro en Muchocine.net
6 piquitos de oro:
Una horripilante película sin pies ni cabeza con un planteamiento que a mí ya me parece absurdo y un desenlace ridículo copiado de Los Simpsons.
Horrorosa.
Pues que làstima, pero adiòs
( como dirìa Julieta)
Pues la va a ver Rita la Cantaora. Qué pena...
Aunque Alex Proyas haya dirigido películas que me han gustado bastante, simplemente no encuentro el entusiasmo para aventurarme a ver ésta. La verdad no me llama la atención, aunque la terminaré viendo tarde o temprano.
Saludos
A mi me pareció una cinta entretenida que pudo haber tenido un mejor desenlace.
Saludos.
Uy que malita la peliculitaaaaaaaaa
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