Los amantes del Pont Neuf (1991)

Elprimerhombre ha visto una película con un encanto especial que, a pesar de su metraje, un poco extenso para la historia que se cuenta, engancha por su fuerza visual y por su puesta en escena. Estoy hablando de Los amantes del Pont-Neuf, de Leos Carax, un director que no conocía y que sólo ha dirigido cuatro películas, la última de las cuales fue Polar X, en 1999, con Guilleme Depardieu.

Es una película intimista en la que destaca el trabajo de un director inspirado como Leos Carax y el papel de los dos actores principales, Denis Lavant y Juliette Binoche. A Lavant no lo conocía, pero su personaje es bastante creíble y emotivo, y la verdad es que el papel estaba pensado para él. Poco después de que se empezara el rodaje, Lavant tuvo un accidente: se cortó el tendón del pulgar de una mano. A raíz de este suceso, la película se tuvo que aplazar un mes y los aseguradores querían cambiar de actor, pero Carax se negó rotundamente; había escrito el guión pensando en Lavant y quería hacerla con él. Al final así fue. Y es que actor y director ya habían rodado juntos las dos anteriores películas. “La Binoche” (como la llaman en Francia) es una actriz que desde que la vi en Azul me tiene enamorado (aunque ha perdido mucho; los años no pasan en balde). Y parece ser que le gustan los personajes sufridores, difíciles de interpretar, como ocurre en Azul o Herida, con Jeremy Irons (otro que tal), y es que no se le da nada mal hacer este tipo de personajes. En esta película hace un papel sobrio en el que demuestra que sabe reír y llorar de forma brillante. Y no todas las actrices lo consiguen, porque no me dirán que la gran Greta Garbo ríe de forma creíble en Ninotchka.

Carax consigue suplir con bellos planos algunos altibajos del guión. Y hay cosas que ocurren que son poco creíbles, como ver al personaje de Binoche en estado ebrio haciendo esquí acuático, aunque esto se puede considerar como una broma, como un momento mágico. La escena en el pont-neuf con fuegos artificiales al fondo me parece de lo mejor de la película.

Y ahora que hablo del Pont-Neuf, el puente más viejo de París, voy a relatar lo que ocurrió durante el rodaje de esta película. En 1988, los productores consiguieron la autorización para rodar durante el día sobre el Pont-Neuf, de Julio a Agosto, mientras que, para rodar de noche, se construía un decorado del puente, real pero simplificado, en un pueblecito llamado Lansargues. Leos Carax quería que el coste del decorado no pasara de los 5 millones de francos, pero fue aumentando cada vez más, afectando a la producción de la película. Se paró varias veces el rodaje porque nadie quería poner tanto dinero, sacando de quicio a todo el equipo, haciendo que el arranque de la película fuera cada vez más problemático. De Octubre de 1989 a Junio de 1990, nadie apareció por los decorados. Sólo estaban dos vigilantes para que nadie se llevara nada ni destrozara nada, aunque las tormentas estropearon buena parte de las edificaciones levantadas con andamios. Al final, gracias al productor Christian Fechner, con un coste de más de 70 millones de francos, en Agosto de 1990, doscientos obreros acabaron de terminar, sobre un terreno de 10 hectáreas (10.000 m2), uno de los decorados más grandes del cine francés, como un gran estudio de Hollywood, creando la ilusión de la realidad con ingenio.

En definitiva, no es de menospreciar el empeño que hubo para acabar la película. Leos Carax es un director con un gran talento, con detalles muy interesantes a la hora de plantearse un plano. La escena del comienzo con unos indigentes está rodada de manera realista y cruel y un momento emotivo es cuando Lavant tira una piedra al río y a cada bote en el agua él va susurrando el nombre de ella: “Michele, Michele, Michele...”. Lo curioso es que, a mi parecer, esta película tiene algunos puntos en común con Azul, de Kieslowski, sobre todo por el comienzo, con una música vibrante de un violoncelo, con la cámara enfocando desde un coche, con planos de las manos de los que están en el mismo coche acariciando con ternura, o el personaje de Juliette Binoche que escapa de una relación con un músico, y que en una escena en el metro de París, oye una melodía producida por un violoncelo (la misma música que oímos al principio) que le recuerda a su expareja y corre por los pasillos en su búsqueda. Con esto no quiero decir que el señor Kieslowski tuviera esta película como referencia, pero me parece algo para resaltar.

Un saludo!


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Mad monster party? (1969)


El Barón Frankenstein, jefe de la Organización Mundial de Monstruos y científico loco, acaba de inventar una fórmula capaz de destruir la materia, por lo que decide montar una fiesta para que todos sus allegados conozcan la buena nueva. Rápidamente envía sus murciélagos mensajeros a Drácula, el Hombre Lobo, la Momia, el Jorobado de Notre Dame, el Dr. Jekyll y Mr. Hyde, la Criatura de la Laguna Negra, el Hombre Invisible y Félix Flanken, su joven sobrino farmacéutico (a la Cosa no la invita porque tiene fama de aguafiestas).

Durante el evento, el doctor hace una demostración de las capacidades destructivas de su nueva pócima y comunica a sus invitados que ha decidido jubilarse ahora que está en la cima de su carrera. Su sucesor heredará el cargo y todos sus secretos, así que no hay nadie que no quiera el puesto. Se tejerán conspiraciones, se planearán asesinatos, se crearán alianzas y traiciones como si de una obra shakesperiana se tratara, y no tardará en liarse la de San Quintín. Pero, ¿qué opinará King Kong sobre todo esto?


Comedia musical con marionetas animadas por stop motion y un plato exquisito para todo buen amante del género: Jules Bass hace de jefe de cocina, Harvey Kurtzman (editor de EC Comics y creador de la revista Mad) se encarga del guión y Jack Davis del diseño de personajes, mientras que Boris Karloff, Phyllis Diller y Peter Lorre prestan voces y rasgos a los personajes. ¿Han empezado a babear ya?

Si ahora nos dan el coñazo con las grandes epopeyas mágicas, en los 60 estaba de moda lo monstruoso. Un monstruoso bastante infantil y bajo en calorías, eso sí, ya que en la década anterior se había impuesto el puto Comics Code, y todo el mundo iba con la mosca tras la oreja por pasar la censura (¿no será el señor Fotolog pariente de Fredic Wertham, ese mal bicho autor del libro The Seduction of the Innocent?). El propio Kurtzman fue uno de los más afectados al tener que chapar su línea de comics de terror (“Historias de la Cripta” y compañía), y las hubiera pasado canutas de veras si no fuera por que le quedaba en el candelero la revista Mad.


El humor que encontramos en esta película no dista mucho del de producciones televisivas de la época como “La familia Addams” y “Los Munsters”, humor genuinamente blanco compuesto mayoritariamente por chistes fáciles, dobles sentidos evidentes y mucho slapstick (recordemos que ésta es una peli básicamente infantil y no una comedia sofisticada). La técnica de animación también puede parecer rudimentaria, pero es que a la hora de hacer balance uno se olvida de estos detalles. Pocas veces se ha parodiado a los monstruos de la Universal con tanto respeto como aquí, la presentación de los personajes es simplemente genial, el diseño de los monstruos inmejorable, la banda sonora cojonuda, y hay momentazos inolvidables como para parar un carro. Tenemos por ejemplo a Drácula bailando claqué, a King Kong luchando contra un ejército de hombres pájaro zombies, y una pelea de hembras marioneta en ropa interior, protagonizada por la novia de Frankenstein y una femme fatale de pelo rojizo que me ha robado el corazón (¡es que a mí las malas me pueden!). A la tal Francesca me la pido para reyes.


Es lógico pensar que donde el resto de americanos guarda una Biblia, Tim Burton tiene esta película. En la mesita, junto a sus pastillas para el insomnio y los comics de Edward Gorey.



La frase: “Usted sabe que siempre fue mi tipo. ¿Cero negativo, verdad?”

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Expiación: Más allá de la pasión (2007)

Buenos días, soy el jefe Dreyfus, hoy es viernes y toca una película de estreno que, además, es noticia por estar en la terna (que hermosa palabra) de los Oscar como mejor película del año. Así que hoy: Expiación: Más allá de la pasión (toma puta mierda de subtítulo empalagoso, que dan ganas de trallar solo de verlo y encima es un pareado, que nos hemos sacado de la manga en este país de listos)… ¡Empezamos!

No se lo van a creer. ¡La peli es una historia de amor!¡Y encima ella es de clase alta y él de clase baja… y trabaja para la familia de ella! (madre mía, madre mía, lo nunca visto, piel de gallina por todo el cuerpo). Total que los dos pipiolos un buen día descubren que sus cuerpos reaccionan de forma jovial cuando están juntos, pero justo cuando el amor empieza a estar en el aire, los caprichos del destino (y de una niña hija de puta) les jugarán una mala pasada y terminarán separándolos.

Dios santo, ¿que puede llevarme al cine a ver una película (no pornográfica) cuyo subtítulo sea “Más allá de la pasión”? Pues sin duda alguna el hecho de que parte del equipo ya colaboraran juntos en la película anterior del director (y opera prima): Orgullo y prejuicio, película que empecé a ver un domingo por la mañana, en el sofá de casa, sin putas ganas, pero que me encantó y consiguió dibujar una sonrisa en mi cara (¡¡un domingo por la mañana, recordemos!!). Así que cuando supe de la existencia de ésta película no dude ni un momento en ir a verla y de paso en arrastrar a elprimerhombre conmigo.

Expiación es una película que está muy bien, en gran parte gracias a que su director Joe Wright hace más por la historia que la historia misma (que sea la adaptación de un Best seller superfamoso me la pela, la trama no es nada del otro mundo), consiguiendo mucho más de lo que se podría esperar, pero que, no obstante, no acaba consiguiendo llegar al espectador (yo) en la misma medida en la que si consiguió en su primera película (si, ya se que esto es lo que ha dicho todo el mundo pero es que yo opino igual, que quieren que le haga). Y es que el principal problema que le veo es que después de una brutal primera parte de película (con una genial banda sonora atando las escenas a la perfección y unos flashbacks traicioneros) la cosa cae bastante en la segunda parte (es lo que tiene la guerra, señores) donde lamentablemente, a pesar de la dureza de lo que nos están contando, no acaba de enganchar y la cosa pierde ritmo. Y todo esto a pesar de que en esta segunda parte el director se marca un plano secuencia que-te-cagas-pata-abajo-de-bueno que sin duda hará las delicias de grandes y pequeños. Hacia el final, la película intenta recuperar el pulso de la emoción, pero la cosa llega tarde y no precisamente de forma muy conseguida.

¿Y a todo esto el tío Oscar que ha dicho? Pues (sorpréndanse señores) la ha nominado como mejor película ¡¡pero no ha nominado al director!! ¡¡¡Pero si es lo mejor de la puta película!!! No seré yo (Dios me libre) de dar ningún tipo de credibilidad a los premios éstos, pero es que estas cosas no dejan de sorprenderme (y asustarme a la vez). Total, que tenemos la nominación a la mejor película, pero la academia no ha nominado ni al director, ni a la actriz (Keira Knightley, que parece que solo esté bien en las pelis de este señor), ni al acto (James McAvoy). ¿Cómo se come esto? Ustedes sabrán. Al final seguro que acabará ganando el de guión adaptado (más por la novela que por la adaptación) y alguno como el de fotografía (no falla, si al salir de la película escuchas algún comentario de una viejecita diciendo: “que buena fotografía”, esa es la que al final se llevará el Oscar).

Resumiendo: Buena película, gran director. Si el señor Joe Wright sigue con esta evolución le espera una carrera muy prometedora. Deseo que lo consiga, sin duda será una muy buena señal.

Una noche en la opera (1935)

Elprimerhombre recuerda a los hermanos Marx (Groucho, Chico y Harpo) en Una noche en la ópera, de Sam Wood. A diferencia de las anteriores películas, en esta son tres hermanos, ya no aparece Zeppo, el más joven del cuarteto y anteriormente también había dejado el grupo Gummo, que años más tarde se asoció con el mismo Zeppo en una agencia de representantes.

Después de rodar Sopa de Ganso, la Paramount cerró el contrato a los Marx y la MGM, de la mano de Irving Thalberg, considerado el productor más listo y brillante de la historia del Cine, les abrió la puerta con la intención de que sus argumentos fueran más creíbles para el espectador. Fue gracias a una partida de bridge, donde uno de los contrincantes del señor Thalberg era Chico, cuya ludopatía sirvió para que les propusiera hacer algunas películas, dándoles un sueldo fijo y un 15% de los beneficios. En el guión de esta película colaboraron varios guionistas, hasta el mismísimo Buster Keaton, que redactó los mejores momentos de Harpo e hizo lo mismo en Un día en las carreras y en Los hermanos Marx en el Oeste.

Al inicio de la película no tiene desperdicio la presentación de Groucho. Prodigándose con alabanzas intencionadas, Groucho revela a Margaret Dumont su amor hacia ella: “¿Sabe por qué estaba con esa mujer? Precisamente porque me recuerda a usted. Por eso estoy ahora cenando con usted. Porque usted me recuerda a usted. Sus ojos. Su garganta. Sus labios. Todo en usted me recuerda a usted. Excepto usted. Creo que está bien claro. ¡Que me ahorquen si lo entiendo!”. La actriz Margaret Dumont repite el mismo papel de mujer millonaria de Sopa de ganso, recibiendo las burlas graciosas de Groucho. Esta mujer ya había intervenido con los hermanos Marx en las versiones teatrales de Los cuatro cocos y El conflicto de los Marx. Después vinieron Sopa de Ganso, Una noche en la ópera, Un día en las carreras, Una tarde en el circo y Tienda de locos. Groucho le tenía mucho afecto, hasta la consideraba como el cuarto hermano Marx.


El gag de “la parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte” representa el paradigma del humor absurdo y surrealista. Con apenas un papel que representa un contrato, Groucho y Chico consiguen una escena memorable, donde al final, después de cortar por lo sano las cláusulas que no les interesa, sólo queda una tira minúscula, aceptando ambos el contrato sin llegar a firmarlo. Y qué me dicen de la escena del camarote, donde en un habitáculo tan pequeño llegan a coincidir 15 personas. Quizá el mejor gag de los hermanos Marx.

Aunque la película fue el mayor éxito económico de los hermanos Marx, para mi gusto, lo que le sobra a esta película es la historia de amor tan pomposa de la pareja protagonista, además de la canción “Alone” que cantan los dos enamorados antes de zarpar, la cual también quisieron descartar los mismos hermanos Marx. Por cierto, el tema que interpreta Chico al piano, All I do (is dream of you), apareció tiempo más tarde en la banda sonora de Cantando bajo la lluvia.

Definitivamente, quiero resaltar al gran Groucho, que falleció el 19 de Agosto de 1977, tres días después de la muerte de Elvis. Aunque me pintara las cejas y el bigote, aunque me encorvara arrastrando los bajos de un chaqué o saltara a los brazos de una mujer, nunca podría ser como él. Me faltaría talento y simpatía para ser un tierno caradura.

Un saludo! Y dos huevos duros!

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La terza madre (2007)


Los trabajos de reconstrucción de una calle próxima al cementerio de Viterbo permiten el hallazgo de una enigmática urna. La urna se remite al Museo de Arte Antiguo de Roma, donde trabaja la arqueóloga Sarah Mandy (la arrebatadora Asia Argento) a las órdenes de Giselle, viceconservadora de esta institución. Arrastradas por la curiosidad abren la urna, hallando en el interior de la misma una serie de misteriosos objetos. Lo que no saben es que acaban de liberar de su encierro a la Mater Lachrymarum, el regreso de esta hermosa pero terrible hechicera trae caos al mundo y lleva la capital italiana hasta un punto apocalíptico donde los poderes psíquicos de la joven estudiante norteamericana son la única esperanza para vencer a la última de las brujas que protagonizaron los dos anteriores films.


Si yo fuera Homer Simpson abofetearía con un guante a Dario Argento y le diría aquello de “¡exijo una satisfacción!” (eso o me tomaría un par de Duff’s e intentaría olvidarme de todo el asunto), pero como no lo soy, me quejaré al estilo abuelo Simpson.

Hay muchos directores que pierden su rumbo, para corroborarlo ahí están Tim Burton, Ridley Scott o Brian De Palma. La historia de Dario Argento no es distinta, hace años que vive de la renda de sus primeros trabajos, que ha perdido el favor de la crítica y del público, y se ha acomodado en su condición de vieja gloria. De ahí que nos quiera vender esta peli como una vuelta a los orígenes, algo que también hizo Kevin Smith en su momento con la segunda parte de Clerks y que le salió bastante bien.


Suspiria (1977) e Inferno (1980) son las primeras entregas de la hasta ahora inconclusa trilogía de las Tres Madres, y dos obras maestras indiscutibles. El esperado final de la saga, en cambio, no es el retorno del giallo como nos querían hacer creer, si no otro puñado de tierra más en su tumba. Lamentable lo que ha hecho, oigan.

La peli es mala por si sola, aunque supongo que si no fueran tan cojonudas sus predecesoras, si no estuvieran tan llenas de fuerza y belleza, daría menos tirria la cosa. Pero es que están ahí señor Argento, y le convendría mucho volver a verlas porque parece que es el único que las ha olvidado.

En esta tercera entrega ha puesto más personajes, más exteriores, más guión y más luz de los que tienen las dos anteriores juntas, rompiendo así cualquier tipo de vínculo con ellas (menos es más, señor Argento, y usted debería saberlo). Si en ellas se respiraba una atmósfera de pesadilla donde el asesino era una figura sobrenatural y desconocida que se movía fuera de las leyes físicas, en esta el mal es muy visible y muy físico, sobretodo porque tiene unas tetas que te cagas y se pasa medio en pelotas toda la película.

La peli en general tiene un aspecto cutre y videoclubero, la trama es de lo más banal y la visión que transmite la cinta sobre el Apocalipsis es bastante macarra (con muchos puntos en común con lo que vienen a ser las Ramblas de Barcelona un sábado por la noche). Pero lo peor, aquello que hace que se me suban los colores y que quiera salirme al balcón a fumar sin apretar antes el pause, son los momentos fantasmales con Daria Nicolodi. Muy fuertes señor Argento (usted ha visto Ghost, ¿verdad?). Es tal el desastre que solo me viene a la cabeza una analogía del mismo calibre; aquella espantosa secuela del 2001 de Kubrick.

Yo por mi parte me niego a poner imágenes de tal despropósito y prefiero deleitaros con Asia (a mi es que esta chica me da ganas de vestirme a lo Gengis Kan e invadirla). Por cierto, ¿qué os gusta más de Asia, el hemisferio norte o el sur?


La frase: “¡Madre! ¡Madre, has venido!”

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Repaso semanal tv

Buenos días, soy el jefe Dreyfus, hoy es viernes y ayer mismo empezó una nueve edición de supervivientes. ¿Alguien pensó, por algún momento, que nos iba a pasar por alto? ¡Repaso semanal a la televisión!

Lunes: Gana C.S.I. Ninguna novedad. Así que aprovecho para hablar un poquito de Al pie de la letra, un concurso diario en Antena 3 donde los concursantes tienen que demostrar sus dotes para recordar las letras de las canciones sin equivocarse. Y es que, en el fondo, dirigir una cadena de televisión es como salir de fiesta: a la que la cosa empieza a decaer, ¡lo mejor es hacer un karaoke! Encima el programa es como una especie de refugio para ex concursantes de operación triunfo sin ninguna posibilidad de publicar disco, donde poder hacer gala de sus voces (y sus terribles desafinaciones) cantando con la orquesta en plató. Mención aparte merecen los concursantes propios del programa, muy en la línea de los concursos de Antena 3, que yo no se que les dan, pero están todos medio zumbados, al igual que ya pasa con La ruleta de la Fortuna o pasaba con Uno contra cien, donde eso ya era un puto carnaval. Eso si, con la tontería les están comiendo terreno a Escenas de matrimonio y el resto de programas de esa franja horaria.

Martes: También sin novedad, ganan Los hombres de Paco, pero les siguen muy muy de cerca Los Serrano y House (que sube notablemente, esta vez si, estrenando capítulo nuevo). Ya saben que yo soy muy fan de House y, si encima, empiezan el capítulo haciendo un homenaje a 2001: Una odisea en el espacio, como sucedió esta semana, pues ya ni les cuento. House ha pasado de tener tres colaboradores a tener más de veinte y, claro, no hace falta que les diga que la cosa da mucho juego.

Miércoles: Vuelve a ganar Sin tetas no hay paraíso, la serie que estrenaron la semana pasada. Pero con un capítulo ya tuve bastante y me dije que una y no más (santo Tomás) así que, la verdad, es que me puse una peli. En Antena 3 estrenaron una miniserie de El solitario, el tio ese que atracaba bancos que, a este paso, acabará siendo más famoso que el Dioni o el Vaquilla, otros grandes españoles de la historia.

Jueves: Estreno en Telecinco (tu pantalla amiga, recuerden) de Supervivientes, donde, un año más, vuelven a coger una serie de famosos (algunos de ellos los deben conocer en su casa a la hora de comer y poco más) para meterlos en una mierda de isla llena de mosquitos para putearlos. Y otro año más, también, lo presenta el incombustible Jesús Vázquez (euros, euros dubidú) que apareció en plató con una pedazo de serpiente que un poco más y lo mata allí mismo de lo que se le enrollaba el bicho (la serpiente, digo) y con Mario Picazo (Mario Tipazo o el tio del tiempo de telecinco, para los amigos) en la isla, que al parecer ha pillado un virus y cuando conectaron tenía que hacer esfuerzos para no irse por la pata abajo.
Como la gracia de este programa (en el caso de que tenga alguna) es conocer a los sufridores hagamos un repaso: Karmele Marchante: uno de los platos fuertes de esta edición y de los concursantes que pueden dar más juego (y la tia saltó del helicóptero como una campeona, eso si), Joselito: el pequeño ruiseñor, que ya se ha hecho hombre, o algo, y lo quiere demostrar en la isla (sin duda el otro plato fuerte, apuesto por él, especialmente después de ver lo bien que luce en bañador), Lucia Lapiedra (ex actriz porno y novia de Pipi Estrada (luchar contra las adversidades no debe ser nada comparado con aguantar a Pipi a diario, seguro), Leo Segarra: el concursante más aburrido de operación triunfo del año pasado (este no dará nada de juego, a la calle con él), Estela Jiménez: una gimnasta olímpica (que no se quien coño es), Felisa Gomez: al parecer es modelo (otra que tal), Ivonne Armand: nieta de Plácido Domingo (esta ya ganó en gran hermano vip 2, a la calle con ella por avariciosa y por petarda), Lely Céspedes: ex de Ernesto Neyra (toma nivelón), Michael Olivares (otro modelo), Miguel Such: un presentador de la Mtv (a mi no me miren), Nekal Haidari: jugadora de baloncesto (esto ya se está poniendo surrealista), Ojani Noa: ex de Jennifer Lopez (quien te ha visto y quien te ve) y Patxi Salinas: un futbolista retirado (triste colofón a una carrera).

Para variar un poquito, y para que no sea siempre lo mismo (dudo que lo consigan), este año han separado a las víctimas (léase concursantes) en dos grupos: unos con una isla más molona y un kit de supervivencia más apañado y otros más puteados en una isla de mierda con una cuerda y un par de mantas. Total, que ya veremos como avanza la cosa, y cuantos mecheros aparecen escondidos este año. Seguiremos informando (si, lo siento).

Taxi driver (1976)

Elprimerhombre y Columbia Pictures presentan a Robert de Niro en Taxi Driver, dirigida por Martin Scorsese. De la penumbra, como surgido de las tinieblas, aparece entre humo que se disipa el taxi de Travis Bickle (De Niro). Si quieren que les lleve al Bronx, a Brooklyn o a Harlem, sólo tienen que subirse en su taxi. Déjense llevar por esos planos de Nueva York tan bellos rodados desde el mismo coche y relajarse con la gran banda sonora de Bernard Herrmann. “Todos los animales salen de noche. Putas, macarras, maleantes, mariquitas, lesbianas, drogatas, yonquis. Enfermos, corruptos. Un día lloverá de verdad y limpiará toda esta escoria de las calles”. (Palabras textuales de la voz en off de Travis Bickle).

En principio, para que una película funcione debe haber nudo, desarrollo y desenlace, o sea, que cada cierto tiempo ocurra algo que impacte al espectador, que le invite a quedarse en su butaca, siempre sin perder el hilo de la historia. Y esta película no sólo logra eso, sino que va mucho más allá. Paul Schrader, el autor del argumento, nos regala un guión sutilmente estructurado, con hallazgos a los 10 minutos, a la media hora, alrededor del minuto 50 y antes de llegar al final. Cada secuencia, escena o plano merece un punto y aparte. La cámara recurre al travelling lento y a movimientos de cámara que sólo un autor como Scorsese podría hacer. Él mismo aparece en el film dos veces: la primera vez mirando sentado a Cybill Shepherd, que es Betsy, la chica que invita Bickle a salir al principio de la película, y la segunda vez siendo un cliente de Binckle. Este papel debía haberlo hecho otro actor pero al final no pudo ser y decidió hacerlo él mismo.

La soledad me ha seguido toda mi vida, a todas partes. En los bares, en los coches, en las aceras, las tiendas, por todas partes. No hay escapatoria. Soy el hombre solitario de Dios”(“God’s Lonely Man”, es una obra de Thomas Wolfe). Durante la película, el personaje de Binckle va enloqueciendo, se va transformando en algo que da miedo. Días después de haber comprado una Mágnum 44, un 38 corto, una Colt del 25 automática y una Walther del 380, se encara al espejo, como si retara a alguien diciéndole: “You talking to me?... You talking to me?”(“¿Me dices a mí?..¿Me dices a mí?”). Desde esa escena, la gente suele imitar a De Niro gesticulando y diciendo eso mismo, como Javier Bardem en la película Boca a Boca.

Paul Schrader hizo el guión en un momento de su vida bastante crítico. Se había separado de su mujer y no tenía dónde vivir. Dormía en su coche o alguna vez en casa de su exnovia. No sabía qué hacer con su vida. Entonces se le ocurrió el personaje del taxista como una metáfora de la soledad del hombre. Eligió el nombre de Travis Bickle porque tiene un punto poético y duro a la vez. “Travis” viene del término inglés “viajar”, como un errante. Y “Bickle” viene de “bicker”, que significa “discutir”.

En definitiva, esta película es inmensa y una experiencia única. Estés triste o alegre, viendo estas imágenes te transportas a otro mundo, a otro tipo de vida. Si por mí fuera, podría ver esta película hoy mismo otra vez, pero dejaré pasar un tiempo. Seguro que me gustará aún más la siguiente ocasión. Y, háganse un favor, véanla en versión original subtitulada.

Bernard Herrmann, gran compositor, conocido sobre todo por la música de películas de Hitchcock, como Vértigo o Psicosis, murió al finalizar la grabación de esta banda sonora. Esta película acaba recordando su figura.

Un saludo!

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Fast Food Nation (2007)

Buenos días, soy el jefe Dreyfus, hoy es martes y vuelvo con otro estreno en dvd, que ayudará a adelgazar a todo aquel que haya cogido unos cuantos quilitos durantes estas pasadas fiestas (malditas cenas familiares), pues les aseguro que no les vendrá muy de gusto volver a pasarse por un restaurante de comida rápida durante un tiempo, porque hoy: Fast food nation… ¡Empezamos!

Uno de los jefazos de una cadena de comida rápida llama a uno de sus ejecutivos para que viaje hasta la América profunda para investigar la planta donde se produce la materia prima pues, al parecer, unos análisis ajenos a la empresa han detectado un alto volumen de mierda en sus hamburguesas. Si, si, mierda, pura y dura, exactamente excrementos de vaca. A la vez, unos mejicanos se jugarán la vida intentando atravesar la frontera y entrar ilegalmente en los Estados Unidos en busca del sueño americano. Tanto unos, como otros, se toparán cara a cara con una cruda realidad.

Este sería el punto de partida de una película coral, dirigida por Richard Linklater, director cuya filmografía parece una puta montaña rusa con tanto altibajo (personalmente me quedo con su punto más álgido encarnado en “antes del atardecer”) y plagada de rostros conocidos con más o menos papel como: Greg Kinnear (Pequeña Miss Sunshine), Ethan Hawke, Kris Kristofferson, Patricia Arquette, Catalina Sandino Moreno (María llena eres de gracia), Bruce Willis, Avril Lavigne (si, si, la cantante, lo se…), y muchos otros…


Parece como si Linklater, también en el guión, junto con el autor del libro en que se basa la película, hubiera querido meter en menos de dos horas gran parte de las cosas que no le gustan de su país y rajar a gusto. La película habla de la comida rápida, cierto, pero también está criticando el maltrato animal, la inmigración ilegal, la explotación laboral, las despóticas multinacionales (la globalización), el acoso sexual en el trabajo, el desánimo en la juventud americana, etc, etc, etc… ¡he incluso a los nuevos hippies tontosdelculo! De tal manera, la película, que bien podría llamarse “Golpe al sueño americano 2”, se ve un poco debilitada, por aquello de querer luchar en demasiados frentes, y no consigue atarlo todo bien atado, dejando a medias algunas de las tramas abiertas o dejando a medio gas las otras. Y advierto, para estómagos sensibles y/o amigos de las vacas en general, que los últimos cinco minutos de película son, por decirlo suavemente, algo durillos.

¡Ah! Y puestos a elegir, me quedo mil veces antes con el cartel Americano que con el que estrenaron la película aquí…

Resumiendo: Recomendable (a pesar de todo) y dura película coral que intenta abarcar más de lo que puede, pero que, al fin y al cabo, esconde buenas maneras e intenciones.


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Matar o no matar: éste es el problema (1973)


Vincent Price alcanza cuotas de interpretación inusitadas dando vida a un actor de tercera que trama una compleja venganza. Este delicioso drama combina horror, comedia y teatro shakesperiano a partes iguales, en un cóctel capaz de satisfacer a todo el mundo, ¡críticos incluidos! Cansado de recibir críticas asesinas durante años, el actor shakesperiano, Edward Lionheart (Price) decide que ha llegado la hora de darles con el telón en las narices a sus críticos. El plan es simple, acabar con ellos utilizando métodos inspirados en las obras del gran maestro: un descabezamiento al estilo Cimbelina, un apuñalamiento a la manera de Julio César, y la intempestiva extracción de una libra de carne, inspirada en el Mercader de Venecia. Lo que demuestra, de una vez por todas, que el mundo es verdaderamente un escenario... ¡El escenario del crimen!


Hablar de esta película es hablar de Vincent Price, y hablar de Vincent Price es hablar del puto amo. Mito e icono de la cultura cinematográfica, pocos actores tienen tanto carisma como para justificar con su sola presencia no ya la existencia de una película, sino la de docenas de ellas, como es el caso. Este señor fue uno de los causantes de que la serie B viviera una época resplandeciente allá en los 60 y 70 y ha dejado tras sí un legado inigualable: “El hundimiento de la casa Usher” (1960), “El cuervo” (1963), “La comedia de los terrores” (1964) y “El abominable Dr. Phibes” (1971) por nombrar algunas.


“Matar o no matar” bebe precisamente de la fórmula de esta última, solo que en “El abominable Dr. Phibes” la dirección y la puesta en escena son soberbias y aquí, se quedan a medio gas. El director Douglas Hickox no le hace justicia a un guión que realmente tenía mucha miga.

Aun así, la peli es un divertimento muy recomendable, con mucho humor negro y altas dosis de mala baba. Price está estupendo en su camaleónica interpretación del actor venido a menos con tendencias homicidas, dándole ese tono paródico que necesita el personaje. Solo por verle a él, que elegantemente degolla y decapita críticos mientras cita a Shakespeare, ya vale la pena.



Esta película podría ser la pesadilla de cualquier crítico, y de hecho ha sido la mía. Llevo unas cuantas noches que en sueños veo a Ray Liotta algo trastornado… quiero decir más de lo habitual. Parece que clama venganza por ciertos artículos de este blog. Primero va a por elprimerhombre, que se está dando un baño con su patito de goma (al que llama Krzysztof) cuando el despiadado Liotta le pone una soga al cuello y lo ahorca. Sí, sí, como en Léolo.


Luego va a por elputocriticón, que se defiende con uñas y dientes como una hiena enjaulada, pero que acaba por sucumbir. Así que el perverso Liotta lo ata a una silla, le sujeta los ojos con un par de ganchos para que no pueda apartar la mirada (ya saben, como en “La naranja mecánica”) y en un pantalla gigante se dedica a proyectar cada una de las joyas de su filmografía: “Escape de Absolom”, “Operación elefante”, “Corina, Corina”… Una detrás de otra durante varios días y claro, elpobrecriticón va perdiendo la chaveta poco a poco. No hace falta decir que no volverá a escribir una mala crítica nunca más…


Y por último me toca a mí, Cecile B. Demente. Liotta se acerca al tocadiscos, pone Goblin a todo volumen, se enfunda unos guantes, coge unas tijeras y empieza a perseguirme a través de la campiña Suiza. Mi refugio es una vieja casa pero… ¡ay! este error me costará la vida. El despiadado Liotta me acorrala y clava sus tijeras en mi corazón. Me estrello contra una ventana donde sus afilados cristales rotos cortan mi cabeza que cae vertiginosamente hacia una cascada exterior. ¡Qué muerte más “Phenomena”! ¡Hay que ver qué humor más corrosivo se gastan los ex convictos!


La frase: “Los críticos solemos tener enemigos, Inspector. Digamos que son… gajes del oficio.”

Leer critica de Matar o no matar: éste es el problema en Muchocine.net

Repaso semanal tv

Buenos días, soy el jefe Dreyfus y hoy es viernes. Año nuevo, programación nueva, así que mejor nos ponemos manos a la obra con la televisión, que hay faena… ¡Empezamos!

Lunes: Danzad, danzad, malditos. Empieza en cuatro Fama, ¡a bailar!, presentado por Paula Vázquez (o lo que queda de ella) en un horario hecho a medida para cargarse el programa en dos días, compitiendo directamente con “Aquí hay tomate” y “Se lo que hicisteis…” No obstante, de momento, el programa se ha hecho un hueco y ha aguantado bastante bien el pulso de la audiencia, a pesar de no ofrecer gala semanal (lo cual considero un grave error, pues si algo funciona en este país desde tiempos inmemoriales es el futbol, la sangría y las galas televisivas). De profesores destacamos al loco del pelo largo que va gritando: Energy, energy por los pasillos de la academia creyéndose que es la polla en vinagre y al de Hip-hop, por recordarnos sobremanera (si es que no es él en verdad) al “hombre cangrejo” de la serie “Me llamo Earl”. Entre los alumnos, la estrella (se adivinaba ya desde los castings) está siendo Marcos, el patito feo, que uno no sabe si baila siguiendo un ritmo marcado o, directamente, por impulsos nerviosos, y lo único que queda claro es que su compañera de baile empieza a estar bastante harta de él.

Martes: ¡Día fuerte de la semana! Vuelve House, vuelven Los hombres de Paco, vuelve Herederos, vuelven los Serrano (a los martes, que éstos ya habían vuelto). Y el ganador, según la audiencia, es: ¡¡Los hombres de Paco!! Pues mira tú que bien… Como lo mejor que puedo decir de ésta serie es que por suerte solo la echan un día a la semana, confieso que estuve viendo el principio de la cuarta temporada de la que, para mi, es una de las mejores series de los últimos años: ¡House! El problema es que el capítulo de este martes era el que ya habían emitido hace unas semanas (que vendieron como un pre-estreno de la cuarta temporada) y claro, ya lo había visto. No obstante esperaré impaciente mi ración semanal de doctor House, pues los que han visto ya los nuevos capítulos, dicen que es de lo mejorcito de nuestro antihéroe favorito. El único problema será si cuatro podrá acabar la temporada a tiempo, pues recordemos que en EE.UU la serie está parada a media temporada por culpa de la huelga de guionistas (ya veo que dentro de nada volverán a meternos refritos para aguantar).

Miércoles: Nuevo estreno, esta vez en telecinco (tu pantalla amiga): Sin tetas no hay paraíso, uno de los peores títulos para una serie que recuerdo y, a pesar de todo, fue líder de audiencia (sin tetas no hay paraíso, pero hay audiencia). La estuve viendo un rato, y no deja de ser una cenicienta moderna, puteada de la vida, a la que se le aparece un príncipe azul; el problema es que con los tiempos que corren, en lugar de príncipe el tio es un narco con malas pulgas llamado “el duque” (que habla como a susurros todo el rato) y en lugar de castillo tiene un chalecito con piscina y todo (lo que viene siendo un palacete hoy en día). Total que el narco éste monta una fiesta en su casa (como en el cuento) y la tia se mete en problemas con otro de los malos y ya veremos lo que pasa. A todo esto, también hay un poli siguiendo la pista del duque, y un cadáver, y la madre de la niña (puteada como su hija), y tres amigas malvadas y muchas más cositas para un culebrón (no deja de serlo) con algo de presupuesto. Y en cuatro estrenaron la cuarta (valga la redundancia) temporada de Anatomía de Grey, que supongo yo que seguirán con los lios de cama y hospital que nos tienen acostumbrados (yo dejé de verla a mitad de la primera temporada).

Jueves: En telecinco, en prime time, pudimos ver la gala final (en su tercer programa) de Tu si que vales, a pesar de que ya han avisado que vuelven muy pronto (esto ha sido simplemente un tanteo para ver si la audiencia respondía) un programa que guarda “ciertas semejanzas” (pónganle todas las comillas que quieran) con el formato de “Tienes talento” de cuatro, que a su vez nos recuerda a “El gong show” de tve, que también nos recordaba a “El semáforo” y suma y sigue. Total, que los casting están de moda y este programa va precisamente de eso, pero donde las verdaderas estrellas son los tres miembros del jurado, con Javier Sardà a la cabeza, encargados de robar todo el protagonismo posible a los concursantes y presentado por el chaval de “Pasapalabra” (que recordamos de “Desesperado club social”). ¡Y es que en este programa todo va mezclado sin diferenciar nada de nada! Por ejemplo, ayer mismo, entre un niño de cinco años que bailaba flamenco y dos niños de unos diez que bailaban claque, apareció un señor contando un chiste donde una señora le enseñaba las tetas y el chocho a un gorila. Yo, os juro que estaba alucinando. Y en cuatro, a la misma hora, regresaba Cuenta atrás, con Corso pegando tiros, serie de la que no soy, precisamente, demasiado fan.

Y hoy mismo ya aviso a la gente que seguía M.I.R., que telecinco (tu patada amiga) se ha cargado la serie después de ¡¡tan sólo una semana de emisión!! ¡Nuevo record señores!

Contraté un asesino a sueldo (1990)

Elprimerhombre se ha sentido alguna vez solo, pero no tanto como el personaje de Contraté un asesino a sueldo, de Aki Kaurismaki, interpretado por Jean-Pierre Léaud, actor fetiche de François Truffaut. A los primeros cinco minutos de la historia, Kaurismaki ya nos ha contado que han despedido del trabajo a su personaje y que vive solo en un piso pequeño. Acto seguido, harto de tantas frustraciones, se siente capaz de suicidarse, pero después de dos intentos en vano, descubre que puede contratar a un asesino a sueldo para que acabe con él. Sin embargo, conoce a una mujer que le abrirá los ojos y decidirá romper el contrato, pero no le será nada fácil, el asesino ya anda suelto en su busca.

Después de ver varias de sus películas, y en concreto por esta, a mi parecer hay una cierta semejanza entre Edward Hopper y Aki Kaurismaki. Ambos han retratado la soledad mejor que nadie; el primero lo hizo a través de sus pinturas realistas y el segundo mediante un cine realista, aunque mezclado con un cínico sentido del humor. En las dos formas de expresión predominan la luz y el color, con un contraste fuerte que aumenta la sensación de abandono. Y si nos imaginamos bien las escenas que pinta Hopper, podemos suponer que se escucha también música de Jazz o Blues, como ocurre en algunas escenas de esta película con Billie Holliday o Ray Brown. Todo influye para que la soledad sea casi palpable. El cuadro “Noctámbulos” es el más característico de Hopper y el que explica mejor la soledad como se percibe en esta película.
Rasgos característicos en las películas de Kaurismaki: un pesimismo acentuado; personajes marginados sin nada de suerte, o sea, perdedores natos; desempleo; humor siniestro y, sobre todo, metraje reducido. Casi todos sus films no pasan de la hora y media y algunos no llegan a la hora y cuarto, como “Ariel” (1988), de 74 min., que fue premiada por la Sociedad de Críticos de Estados Unidos en 1990, o “La chica de la fábrica de cerillas” (1990), de 69 min. Sus películas más conocidas son “La vida de bohemia” (1991), “Nubes pasajeras” (1996) y “Un hombre sin pasado” (2002), que logró en Cannes el Gran Premio del Jurado y el premio a la mejor actriz para Kati Outinen (que también aparece en la mencionada Nubes pasajeras) y en San Sebastián obtuvo el Premio Fipresci a la mejor película del año. “Luces del atardecer”, su última creación, es quizá de las más flojas.

Considero a Jean-Pierre Léaud un actor que ha hecho buenas películas pero tiene una manera peculiar de meterse en el papel. Siempre parece que le invada la timidez y pienso que en este film es superado por su personaje. A veces sobreactúa o parece que sea demasiado extraño, más de lo que debería ser. Es de destacar el vestuario y el peinado de la actriz que lo acompaña porque recuerda mucho a actrices de antaño, como Kim Novak o sobre todo a Janet Leigh en Psicosis.

Sin duda alguna, quien no llegue a adentrarse en el mundo de Kaurismaki que no prosiga en su intento porque no conseguirá entenderlo. Para mí tiene algún encanto que me atrapa, quizás por su humor, por su manera de enfocar los problemas personales de cada uno o por el recuerdo a esos cuadros que tanto me gustan del señor Hopper, y no lo aborrezco, al revés, me atrae aún más.

Para definir mejor a los personajes de sus películas, me quedo con una frase que leí una vez y que me encanta: “Perdedores de alma resistente”.

Un saludo!

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