Terry Gilliam contra los Molinos de Viento
Elprimerhombre ha visto Lost in la Mancha, el documental sobre el fallido rodaje de la adaptación cinematográfica de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, llamada The man who killed don Quixote, que desde hace un tiempo ha querido hacer y por ahora no ha podido acabar su autor Terry Gilliam. Este documental está realizado por Keith Fulton y Louis Pepe, y en él descubrimos lo absorto que está el señor Gilliam, desde 1991, con el gran personaje de don Quijote, convirtiéndose en una obsesión que, por ahora, no ha obtenido sus frutos, sino todo lo contrario. Al final, veremos al mismo Gilliam como otro don Quijote, luchando contra la realidad de los hechos, intentando hacer posible lo imposible.
Conociendo el universo de Gilliam, es normal que un personaje como el de don Quijote llame tanto su atención, como él mismo comenta. Un personaje que lucha contra la realidad que le rodea, con una mezcla de fantasía y magia en las palabras del maestro Cervantes. Pero es un hecho que después de unos diez años en los que no consiguió realizar su sueño en Hollywood, Gilliam decida, en el año 2000, intentar hacerlo realidad llevando la gran producción de la película a Europa y, concretamente, a España. Curiosamente, como ya pasó con la adaptación de El corazón de las tinieblas para Apocalypse Now, Orson Welles también tuvo la idea de adaptar las aventuras del hidalgo caballero en 1957, cuando comenzó la producción de la película que le rondó por la cabeza durante veinte años, filmando escenas durante esos años y consiguiendo financiarla actuando y dirigiendo en otros trabajos. Pero con la muerte del actor que hacía de don Quijote, Francisco Reiguera, y con la muerte de Welles en 1985, la película quedó inacabada. La adaptación de Gilliam tiene aún una aportación más en la fantasía de la historia. Crea un nuevo personaje llamado Toby Grosini, interpretado por Johnny Depp, siendo un publicista que viaja en el tiempo hasta el siglo XVII y que don Quijote, interpretado por Jean Rochefort, confunde con Sancho Panza. Vanessa Paradis será Altisidora.
Es de antemano conocida la faceta de Gilliam para plasmar situaciones graciosas y surrealistas en la pantalla en forma de collage, con dibujos o imágenes gráficas animadas, como lo hizo con los Monty Python, pero aquí podemos verle dibujando el storyboard de la película, siendo parte de él utilizado en el documental para recrear algunas escenas con la misma voz de Terry Gilliam como don Quijote. También veremos la animación de grabados resumiendo la novela. Lástima que los autores del documental se crean también capaces, con la misma técnica que Gilliam utiliza, para contarnos un poco por encima su trayectoria, con el gran fracaso de El barón Münchausen como centro de atención. Viendo esta animación uno se da cuenta de que la podrían haber evitado totalmente, sobre todo por utilizar la cara de Gilliam con ojos saltones conduciendo un coche, como si estuviera completamente ido y loco.
Pero aún así, el documental es correcto y sirve para ver lo complicado que es rodar una película, sobre todo cuando las cosas no salen como deberían ir. Y es que casi desde el mismo inicio te percatas de que todo va a ser un caos, una desorganización que difícilmente se podrá corregir. Además, el presupuesto de la película tuvo que ser reducido, algo que los actores debieron entender y aceptaron, en cierta manera, cobrar menos. Aunque siete semanas antes del rodaje, nadie sabía dónde se encontraban cada uno de ellos para poder comenzar los ensayos. Aparte de que gran parte del material que se utiliza en la historia estaba desperdigado por varios lugares de Europa: los decorados se hacían en Madrid, los trajes se confeccionaban en Roma y las máscaras se creaban en Inglaterra. Algo que a Gilliam parecía no ponerle muy nervioso, en un principio, afirmando que el riesgo es parte de su vida y de su forma de trabajar. Pero por momentos recuerda su fracaso con El barón Münchausen, aunque no cree que vuelva a ocurrir.
Sin embargo, parece ser que a Gilliam le persigue la mala suerte. Aunque los actores llegaron para probarse el vestuario y el maquillaje y Jean Rochefort estaba fantástico con sus atuendos y en su manera de leer el texto, varias cosas se juntaron para que nada fuera a funcionar. En la primera semana antes del rodaje, el mismo Rochefort sintió unos dolores y canceló el vuelo para ir a ver a su médico, algo que a Gilliam lo trastocó por completo. Parece ser que tenía una infección de próstata pero Gilliam creyó que a Rochefort le entró el pánico. Cuando ya se encontraba entre ellos, el rodaje se empezó en Las Bárdenas de Navarra, un paisaje árido en el que hay una zona militar, una zona de pruebas para la OTAN, y en el primer día, en un momento de una escena, unos F-16 sobrevolaron el terreno, siendo imposible seguir con lo planeado. A mi entender, esto parece ser que fue una mala planificación. En el segundo día de rodaje, una fuerte tormenta obligó a parar durante dos días para limpiar y secar el material dañado, igual que parte del decorado. Y a raíz de este infortunio, el paisaje ya no volvió a ser el mismo en los siguientes días, totalmente parecido a un lodazal y con un color diferente, sin casi luz para conseguir ese efecto de calor y desasosiego conveniente para algunas escenas. Pero lo peor de todo fue que, definitivamente, Jean Rochefort enfermó, hasta el punto que durante bastante tiempo nadie sabía a ciencia cierta cuándo volvería. Al final le diagnosticaron una hernia discal doble que le impediría volver en menos de un mes y que seguramente no volvería a montar a caballo. Con la suma de todo esto más otras desaveniencias con los productores franceses, el ayudante de dirección de Gilliam, Phil Patterson, decidió no seguir con el proyecto. Eso sí, en Cannes de este año, con la presentación de su último proyecto El imaginario del doctor Parnassus, anunció que volvía a tomar las riendas de las aventuras de don Quijote y que estaría este verano en Madrid para la preproducción y en la próxima primavera empezaría el rodaje. Quién sabe, quizás al final lo logre, pero entonces espero que la gente le corresponda acudiendo a las salas de cine. Se lo merece.
En definitiva, un documental aceptable que nos muestra las dificultades y la mala suerte que tuvo Terry Gilliam durante el rodaje de The man who killed don Quixote, un proyecto que por ahora no ha logrado plasmarlo en el celuloide.
Un saludo!
Leer critica Lost in La Mancha en Muchocine.net
4 piquitos de oro:
Terry Gilliam es sencillamente genial. Es uno de mis directores favoritos. Es una lástima que este proyecto no haya podido salir adelante...
¡Saludos!
Quizá me pudo mi pasión tanto por Gilliam como por el Quijote, pero yo disfruté este documental como ninguno. Ver a Gilliam en su salsa, como le van creciendo sus enanos y sobre todo las conversaciones con su productor no tiene precio.
Por cierto que parece que vuelve al ataque con la pelicula, esperemos que si.
Saludos!
Pues si, esperemos que el bueno de Gilliam retome su trabajo con mejor suerte. No creo que sea con Rochefort, una lástima porque su presencia le venía muy bien al personaje. Saludos¡¡
A mi Terry Gillian me da más miedo que un "nublao". Depende de lo fumao que esté. Pero bueno, de momento espero la última para ver cómo es.
saludos
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