Buenos días, soy el jefe Dreyfus con la resaca post-Oscars, que evidentemente no seguí en directo porque ni tengo el Canal +, ni tengo putas ganas de tragarme la gala entera a las tantas de la madrugada (aunque parece que todo el mundo coincide en que este año la elección de Lobezno para conducir la ceremonia ha sido de lo más acertada) y con una película de estreno reciente que, ha pesar de sus cinco nominaciones iniciales, se volvió para casa con una mano delante y otra detrás. Hoy: El desafío: Frost contra Nixon... ¡Empezamos!
Tres años después de que Richard Nixon tuviera que dejar la casa blanca por el escándalo del Watergate (que al parecer el hombre se dedicaba a espiar a la peña cosa mala, aunque lo malo no son las escuchas ilegales, lo malo es que te pillen), el hombre vive tranquilo en su soleado rancho de California, aislado de la vida pública, preparando sus memorias para intentar resarcir su mala imagen. Ha pesar de no haber concedido ninguna entrevista durante estos tres últimos años, David Frost, un presentador de televisión británico, más cerca de ser un showman que un periodista serio, intentará conseguir la ansiada entrevista tramando una sesuda táctica para convencer al ex-presidente: Poner dinero a porrillo encima de la mesa. Nixon acabará aceptando la entrevista con Frost, en parte por el dinero (a nadie le amarga un dulce) y en parte por ver en su adversario a un débil rival al que consideraba que no estaba a su altura, pensando que no lograría causarle demasiados quebraderos de cabeza.
La película es una adaptación de la obra teatral de un tal Peter Morgan, encargado también del guión de la peli, que, a su vez, estaba basada en los hechos reales transcurridos en 1977, que tuvieron gran impacto social en los Estados Unidos (recordemos que Nixon ha sido el único presidente de su país que tuvo que dimitir del cargo). Incluso se podría decir que Richard Nixon tiene una filmografía propia, ya que su figura ha inspirado títulos tan conocidos como: Todos los hombres del presidente (1976), Nixon (1995) o El asesinato de Richard Nixon (2004), aunque por si algo es recordado en los últimos tiempos, es por recuperar el poder en el año 3000, de la mano de los creadores de Futurama.
La peli está dirigida por el incombustible Ron Howard, un tipo con poco pelo y que empezó en esto del cine como actor juvenil, que como director tiene títulos tan jodidamente populares como: 1, 2, 3... Splash, Cocoon, Willow, Llamaradas, Un horizonte muy lejano, Apolo 13, Rescate, El Grinch, Una mente maravillosa, Cinderella Man o El código DaVinci, entre otras. La primera conclusión que se puede sacar viendo su filmografía es bastante clara: El hombre es una puta máquina de fabricar dinero y los grandes estudios se lo deben rifar. La demás conclusiones, prácticamente, también vienen por si solas: Hay puras mierdas en su carrera, es un director al uso con poco sello distintivo y creo que tiene un rollete raro con Tom Hanks.
Pero no nos desviemos del tema y vayamos con los actores, porque al frente del reparto encontramos a Frank Langella, como Nixon, recordado por encarnar a Dracula en una peli de finales de los setenta y por encarnar al mismísimo Skeletor en Masters del Universo (!!!) y a Michael Sheen, como Frost, que recientemente interpretó a Tony Blair en The Queen. Su duelo interpretativo es de lo merjorcito de la cinta y ambos demuestran estar a la altura de lo esperado, especialmente Frank Langella, con algunos momentos brillantes. Además, en la peli también podemos encontrar a Kevin Bacon, como una especie de guardaespaldas/consejero de Nixon y a Rebecca Hall (la Vicky de la película de Woody Allen), como la novia de Frost, en un papel algo raro, metido con calzador en la historia y que no acaba de aportar nada a la trama, más que el de ser la chica de la película.
¿El político es un género cinematográfico? En el caso de que lo sea confieso, desde ya, que me la suda más que a Camacho en una sauna. No obstante, y aquí radica el secreto de la película que hoy nos toca, El desafío: Frost contra Nixon es una película de lo más entretenida, fácil de tragar (no hace bola como un bistec de los baratos), con un ritmo narrativo que consigue que la peli apenas decaiga a lo lardo de su metraje y que te creas el falso suspense de la trama (digo lo de falso porque casi todo el mundo sabe ya como terminará mucho antes de empezar a verla), tremendamente efectiva y efectista. Y si alguien consigue (sea el soso de Ron Howard, personaje que no es precisamente santo de mi devoción) que durante dos horas pueda estar interesado en un acontecimiento tan tronado como el Watergate y el personaje de Richard Nixon, pues ole sus santos cojones, especialmente si, por el mismo precio, me sirven una interpretación tan interesante como de la Frank Langella, interpretando a un personaje tan siniestro y manipulador, aunque humillado ante la opinión pública, como el del ex-presidente de los Estados Unidos.
Resumiendo: Buena película, capaz de entretener a pesar de tratar un tema suficientemente gastado, con una gran interpretación de Frank Langella.
Leer critica El desafío: Frost contra Nixon en Muchocine.net
La película es una adaptación de la obra teatral de un tal Peter Morgan, encargado también del guión de la peli, que, a su vez, estaba basada en los hechos reales transcurridos en 1977, que tuvieron gran impacto social en los Estados Unidos (recordemos que Nixon ha sido el único presidente de su país que tuvo que dimitir del cargo). Incluso se podría decir que Richard Nixon tiene una filmografía propia, ya que su figura ha inspirado títulos tan conocidos como: Todos los hombres del presidente (1976), Nixon (1995) o El asesinato de Richard Nixon (2004), aunque por si algo es recordado en los últimos tiempos, es por recuperar el poder en el año 3000, de la mano de los creadores de Futurama.
La peli está dirigida por el incombustible Ron Howard, un tipo con poco pelo y que empezó en esto del cine como actor juvenil, que como director tiene títulos tan jodidamente populares como: 1, 2, 3... Splash, Cocoon, Willow, Llamaradas, Un horizonte muy lejano, Apolo 13, Rescate, El Grinch, Una mente maravillosa, Cinderella Man o El código DaVinci, entre otras. La primera conclusión que se puede sacar viendo su filmografía es bastante clara: El hombre es una puta máquina de fabricar dinero y los grandes estudios se lo deben rifar. La demás conclusiones, prácticamente, también vienen por si solas: Hay puras mierdas en su carrera, es un director al uso con poco sello distintivo y creo que tiene un rollete raro con Tom Hanks.
Pero no nos desviemos del tema y vayamos con los actores, porque al frente del reparto encontramos a Frank Langella, como Nixon, recordado por encarnar a Dracula en una peli de finales de los setenta y por encarnar al mismísimo Skeletor en Masters del Universo (!!!) y a Michael Sheen, como Frost, que recientemente interpretó a Tony Blair en The Queen. Su duelo interpretativo es de lo merjorcito de la cinta y ambos demuestran estar a la altura de lo esperado, especialmente Frank Langella, con algunos momentos brillantes. Además, en la peli también podemos encontrar a Kevin Bacon, como una especie de guardaespaldas/consejero de Nixon y a Rebecca Hall (la Vicky de la película de Woody Allen), como la novia de Frost, en un papel algo raro, metido con calzador en la historia y que no acaba de aportar nada a la trama, más que el de ser la chica de la película.
¿El político es un género cinematográfico? En el caso de que lo sea confieso, desde ya, que me la suda más que a Camacho en una sauna. No obstante, y aquí radica el secreto de la película que hoy nos toca, El desafío: Frost contra Nixon es una película de lo más entretenida, fácil de tragar (no hace bola como un bistec de los baratos), con un ritmo narrativo que consigue que la peli apenas decaiga a lo lardo de su metraje y que te creas el falso suspense de la trama (digo lo de falso porque casi todo el mundo sabe ya como terminará mucho antes de empezar a verla), tremendamente efectiva y efectista. Y si alguien consigue (sea el soso de Ron Howard, personaje que no es precisamente santo de mi devoción) que durante dos horas pueda estar interesado en un acontecimiento tan tronado como el Watergate y el personaje de Richard Nixon, pues ole sus santos cojones, especialmente si, por el mismo precio, me sirven una interpretación tan interesante como de la Frank Langella, interpretando a un personaje tan siniestro y manipulador, aunque humillado ante la opinión pública, como el del ex-presidente de los Estados Unidos.
Resumiendo: Buena película, capaz de entretener a pesar de tratar un tema suficientemente gastado, con una gran interpretación de Frank Langella.
Leer critica El desafío: Frost contra Nixon en Muchocine.net
4 piquitos de oro:
Un epliculón, eso si mejor verlo en versión original para apreciar ese pedazo de voz de Langella!
Quien se lo iba a decir a Frank Langella. ¡Que sería respetado nominado y todo eso!
Ya la veré.
Saludos
Papelón de Skeletor, sin duda!!! Se merecía el Oscar. La peli desde luego entretiene y atrae al tratar un tema tan sonado como el WaterGate.
Las cintas originales están en youtube, y el mayor problema es que Howard nunca se moja en nada.
Frost era un mujeriego, y aquí no pasa de pardillo. Nixon un tiburón y nos lo pintan, a ratos, como un jubilado aburrido. Pero las entrevistas y Langella levanta un film que merece la pena ver.
¡1 saludo y gran reseña!
No se porque no me llama mucho la atención si filmes como "Nixon" y "JFK" de Oliver Stone me han gustado muchísimo. Pero se que vale la pena un visionado... y concuerdo con el primer comentario, las películas siempre son mejor en su voz original!
Muchos Saludos
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