Elprimerhombre ha visto El sirviente, de Joseph Losey, una de las películas más conocidas de este director que tiene como aliciente su buena dirección y la gran actuación de Dirk Bogarde.
La película ocurre en Londres y tiene como principales protagonistas a un caballero, Tony (James Fox) que tiene como inminente proyecto construir tres ciudades en Brasil, y su mayordomo Barrett (Dirk Bogarde), contratado para el nuevo hogar, que entre otras cosas, será capaz de cocinar, amueblar y tener todo en regla. Ya desde el inicio Tony se da cuenta del gran trabajo que hace Barrett y del acierto que ha tenido al contratarlo. Algo que no piensa en absoluto su novia Susan (Wendy Craig), a la que le causa un marcado recelo, sobre todo después de interrumpirles en un momento íntimo y romántico. Pero esto acaba de empezar, poco tiempo después un nuevo personaje entrará en escena: Vera (Sarah Miles), la presunta hermana de Barrett, llega para ayudar en las tareas de la casa y será el cebo para la atracción sexual que pueda producir en Tony, poniendo en entredicho la fidelidad de este hacia Susan. Mismamente, en una escena Vera se bañará en el lavabo de su amo y en otra se encontrará con él en la cocina, con el goteo del grifo como elemento de suspense, consiguiendo en esta escena su cometido. Y a la hora y unos minutos de largometraje, Susan y Tony verán algo que no se esperaban y que resultará ser un punto y aparte en la historia: encontrarán a Vera y Barrett juntos en la habitación de Tony y descubrirán que son novios. Antes de que sean despedidos, Susan se enterará de las relaciones entre Tony y Vera, provocando también su distanciamiento de esa casa.
Hasta aquí el interés de la historia está en ver hasta dónde pueden llegar los planes de Barrett y cuál es su verdadero objetivo. Pero desde este momento, la película pasa a ser de otro cariz. Tony se siente cada vez más solo y comienza a beber. Y a causa del guión, se reencuentra con Barrett en un bar, que no duda en excusarse de la mejor manera posible por lo que le hizo, diciéndole que Vera le ha dejado y que él no sabía nada de las relaciones que habían mantenido ella y Tony justo hasta esa noche (cosa que se pone bastante en duda cuando se ve la actuación de Bogarde), rogándole efusivamente otra oportunidad. A la siguiente escena ya los vemos otra vez juntos pero con un trato totalmente diferente. Barrett le reprocha su dejadez y se queja que tenga que recoger todo lo que él va tirando, siendo los diálogos entre ambos en esta parte del film bastante chocantes, aunque no del todo mal encaminados para el desarrollo del film. Tony le recrimina por momentos que no haga todo lo que él le diga ya que es su criado, algo que Barrett no le consiente diciéndole que él es el que ha hecho todo en esa casa. Es entonces cuando Barrett parece adquirir la condición de amo frente a la de Tony, diciéndole este: "Yo no sé qué haría sin usted", respondiendo Barrett: "Póngame una copa de Brandy".
Toda esta situación está más o menos bien llevada, sin embargo el espectador se puede creer o no esta segunda parte, sobre todo por el reencuentro entre ellos dos en el bar. En mi opinión, la historia hubiera sido bastante mejor sin descubrir que Barrett y Vera son amantes. ¿Qué sentido tiene hacerlo en dos partes si se puede conseguir un efecto mayor sin romper la trama? Lo único que provoca esto es la forzada excusa de Barrett, tan poco creíble. Si no fuera por la manera de expresarse del señor Bogarde y de lo panoli que es el personaje de Fox, la película no tendría sentido que pudiera seguir su curso. Y la relación que presenciamos después entre los dos es un tanto extraña, aunque las intenciones sean buenas y en principio bien direccionadas. Pero eso sí, lo que más me sobra es la larga escena final: una fiesta denigrante con un Tony totalmente ido (más que bebido), con prostitutas de lujo, con Vera incluida (qué bien miente Barrett) y con la aparición de la sosa Susan que hasta le da un beso a Barrett como viéndose forzada a ello. Todo para acabar en un pretencioso y demasiado efectista final que no ayuda para nada en dejar un buen sabor de boca.
Esta historia tiene su origen en una novela de un tal Robin Maugham, adaptada para la película por un polifacético Harold Pinter, dramaturgo, guionista, poeta, etc., que ganó el Premio Nobel de Literatura en 2.005. Y sin saber si el relato original es calcado al de la película, me quedo antes con la manera de plasmar las escenas de Joseph Losey (salvo algunos movimientos de cámara un poco moviditos y un frecuente uso de los espejos) y la gran interpretación de Bogarde que con lo que se nos quiere contar. Muchos han dicho que esta película tiene muchos matices y mucha miga, pero yo digo también que a veces se exagera un poco. Decir que si la homosexualidad está presente en la relación entre los dos protagonistas o si es una crítica a la aristocracia británica me parece que está de más. Simplemente se puede ver como una interesante película en la que un personaje es más astuto y tiene más agallas que el otro, con una muy buena puesta en escena y un cierto suspense.
En definitiva, una película en la que brilla su actor principal, Dirk Bogarde, dirigida con buen talante por Joseph Losey, pero cuya historia falla en la manera de contarse, acabando con un final innecesario.
Un saludo!
Leer critica El sirviente en Muchocine.net
4 piquitos de oro:
A pesar de ciertas fallos que comentas, un peliculón de los que ya se hacen pocos.
Excelente reseña!!
Saludos.
No la conocía. Prometo verla un día de estos.
Saludos
Sí, una pena que sea tan irregular. Saludos.
No la conocía. Pero se ve bastante interesante pese a los fallos que pueda presentar.
Saludos.
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