Lemora, un cuento sobrenatural (1975)


Esta es la historia de una niña de ojos azules y cabellos dorados, su nombre es Lila Lee y ha perdido recientemente a su madre asesinada a manos de su padre, un hombre violento que huye de las fuerzas de la ley. La pequeña ha sido acogida por el reverendo del pueblo e intenta llevar una vida devota cantando en el coro de la iglesia. Pero una noche, mientras todos duermen, recibe la extraña carta de una mujer llamada Lemora, en ella lee que su padre se encuentra convaleciente en su casa y que si lo cree oportuno, puede acudir a su lecho de muerte para despedirse y perdonar sus pecados. Tras hacer las maletas, la joven Lila sale a hurtadillas de casa del reverendo y empieza un oscuro viaje en el que se topará con todo tipo de peligros e insólitos personajes, y en el que su inocencia se verá puesta a prueba por el peor de los males: el vampirismo.


Aunque Richard Blackburn ha escrito junto a Paul Bartel ¿Y si nos comemos a Raúl? y ha dirigido varios de los episodios de la serie Tales from the Darkside, este es el único trabajo que ha realizado como director para la gran pantalla, haciendo incluso las funciones de guionista y actor. Una corta carrera en el cine que, a la vista de los resultados, se hace de difícil comprensión para los amantes del género, ya que lo que tenemos entre manos es una indudable joya del cine fantástico que debe ser necesariamente reivindicada, una obra arrebatadora y sugerente como pocas, donde se plasma de forma ejemplar esa extraña atracción que siempre ha sentido el hombre por lo sobrenatural e irracional.



En el papel protagonista tenemos a Cheryl “Rainbeaux” Smith, actriz que se forjó una tímida fama dentro de la serie B al participar en subproductos como Drum, Massacre at Central High y The Incredible Melting Man, pero que vio lastrada su carrera por una irrefrenable adicción a las drogas, cosa que desembocó a finales del 2002 con su prematura muerte. Esta oscura parte de su biografía contrasta con la virginal e inocente caracterización que ella hace de Lila. Interpretando a la misteriosa Lemora, la bruja del cuento, tenemos a Lesley Gilb, actriz que solo se ha puesto ante las cámaras en esta ocasión (si a esto le sumas los diversos retrasos que por culpa de la censura sufrió el estreno de la cinta, creo que tenemos una obra maldita en toda regla), y que logra la composición de una de las vampiras más frías y perturbadoras que ha dado de si el séptimo arte, en parte por su actuación, en parte por el halo siniestro que la rodea en el filme y en parte por la malsana relación homo erótica que establece con la cándida Lila.



Lo que el señor Blackburn hace aquí por los vampiros es algo muy parecido a lo que Neil Jordan haría años más tarde por el hombre lobo, utilizando la simbología de los cuentos populares para narrarnos, en clave terrorífica, el despertar sexual de una adolescente. Si En compañía de lobos tiene muy presente la figura de caperucita roja, en el caso de Lemora se trata de la Alicia de Lewis Carroll, una Alicia en el país de las pesadillas. La joven Lila Lee se adentra en un mundo onírico donde el aura de fatalismo y misterio se extiende por los cuatro costados, y donde la acción avanza lentamente, siguiendo la extraña lógica del sueño. Los seres que lo habitan son estrafalarios y crueles, y buscan corromperla, ya sea ofreciéndole bombones o mordiéndole en el cuello. La impresión de noche perpetua se extiende en casi todo el metraje y Robert Caramico, el director de fotografía, utiliza una gama de colores fríos y contrastados para evocar un mundo simbólico e irreal, mezcla de misticismo y humanismo. Con una trama de estas características y un acabado visual de cromatismos tan extraños e intensos, se impone mencionar como claro referente a los maestros italianos, una relación que bien pudiera ser bidireccional, ya que es muy probable que el mismísimo Dario Argento tuviera la mirada puesta en esta cinta al crear a sus afamadas Suspiria y Phenomena.



Lemora es un terrorífico cuento de hadas rodado con originalidad, autenticidad y elegancia, una fascinante metáfora sobre la pérdida de la inocencia que ejerce un gran poder de sugestión sobre el espectador. Una película de modesto presupuesto pero sensual, inquietante y con un imaginario que se te mete dentro. Y ya para terminar, añadir que el clímax final está rodado de una forma un tanto peculiar y puede que no convenza a todo el mundo, pero que se salda con un oscuro desenlace que hará las delicias de los aficionados.




La frase:
“Si alguien lleva dentro quererme, me quiere nada más verme, aunque a veces no se den cuenta.”


Leer critica Lemora, un cuento sobrenatural en Muchocine.net

6 piquitos de oro:

Machete dijo...

No la he visto, pero por lo que cuentas, le chupan la sangre a base de bien.

Dude dijo...

Joder la tendre q buscar,por q la pintas muy bien, y a mi "en compañia de lobos" me enacanta.

Salu2

Kal Zakath dijo...

Otra para la lista de filmes por ver, salu2!

Möbius el Crononauta dijo...

Con eso de Neil Jordan ya me he convencido del todo. Me la apunto.

Anónimo dijo...

Pues parece realmente interesante. Saludos.

Darkerrblog dijo...

Una de mis peliculas preferidas, es inolvidable. Tus comentarios son muy acertados, es un cuento oscuro que bien pudo inspirar a Argento como señalas. Decir ademas que a mi el final me gustó. Muy buena critica. Saludos¡¡¡

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