Los comics de este período se caracterizan por tomar prestados muchos de los códigos genéricos de los superhéroes americanos, como son la identidad secreta, el disfraz y el nombre rimbombante, pero al mismo tiempo se alejan de ellos al contener altas dosis de violencia y sadismo. Diabolik y compañía no se dedican precisamente a salvar a damiselas en apuros o a bajar gatos de los árboles, ellos buscan el lucro personal y pillarse a la rubia (como todo buen hijo de vecino), y si alguien se interpone en su camino, no dudan en coserle a balazos o lo que se tercie.
Toda esta amoralidad provocó numerosos secuestros judiciales y demás mandingas (¡ah, la maldita censura otra vez!), que supusieron el fin de la línea editorial a mediados de los 70, con la excepción de la revista Diabolik, que logró salvar el culo al convertir a su personaje principal en una especie de Robin Hood moderno que solo azota a ricos y criminales. Por fortuna fue antes de la caída del género cuando Mario Bava tomó las riendas de una producción cinematográfica basada en el personaje.
La cinta cuenta como Diabolik y Eva Kant son un matrimonio de sofisticados ladrones que llevan de cabeza a la policía italiana, el pobre inspector Ginko se las ingenia todas para intentar capturarlos, pero sus trampas le salen rana, y es que a este par de ladronzuelos de guante blanco no hay quien los pare. En un intento desesperado, Ginko consigue que se reinstaure temporalmente la pena de muerte y recibe poderes extraordinarios, algo que disgusta en sobremanera a la mafia local, que ve peligrar sus negocios y trapicheos. El capo del lugar, un tal Valmont, hará un pacto con la poli para capturar a nuestros dos antihéroes favoritos, por lo que Diabolik y Eva deberán enfrentarse a una doble amenaza, ¿les ayudarán su ingenio e irresistible sex appeal a salirse con la suya?
No solo de terror y giallos vivió el maestro Bava, en el transcurso de su carrera tocó géneros tan dispares como el western, el peplum, la ciencia ficción o como es el caso, las pelis de acción a lo James Bond, porque no cabe duda de que si James Bond fuera malo sería Diabolik. En el papel protagonista e interpretando al villano más cool del planeta tenemos al recientemente fallecido John Phillip Law, actor de culto que ha puesto cara y ojos a varios héroes del fantástico como son Simbad, el Barón Rojo y Pygar, el ángel ciego con miedo a volar de la mítica Barbarella. Eva Kant, su partenaire femenina, corre a cargo de Marisa Mell, actriz de filmografía discreta cuya carrera tocó techo con este filme, y que aquí se dedica básicamente a salir lo más arrebatadora posible, cosa que consigue con creces. La verdad es que la chica está tremenda y ese viejo zorro de Mario Bava se ocupa personalmente de que nos demos cuenta, mostrándonos con detalle cada una de sus despampanantes curvas. Michel Piccoli, actor que ha trabajado con directores del calibre de Buñuel, Berlanga, Sautet y Hitchcock, hace del infatigable inspector Ginko, Ennio Morricone firma la psicodélica banda sonora y Dino de Laurentiis se ocupa de la producción.
Mario Bava despliega aquí todo el arsenal y la inventiva visual que le ha hecho famoso, consiguiendo con ello una película impactante, sensual, divertida y que se mueve fácilmente entre dos aguas; el pulp francés e italiano y el pop americano. Colores llamativos, zooms imposibles e imaginativos planos, se unen para crear una atmósfera de comic donde todo es posible, y donde tienen cabida un sin fin de cochazos, diamantes y minifaldas. Aunque carezca de superpoderes, las habilidades de Diabolik parecen de otro mundo, y ya sea enfundado en su ajustado traje de látex negro o a los mandos de su jaguar, él se nos muestra bajo una estela mitificadora, sin perder nunca el tono glamouroso y sexy que sirve como contrapunto al amplio desfile de chicas ligeras de ropa y con modelitos de infarto. La estética disco y sesentera del filme queda reflejada en ese vestuario y en los decorados, como sucede con la guarida subterránea del protagonista, una caverna secreta que podría muy bien ser la batcueva de Batman si bajo la máscara estuviera Tony Manero. El guión funciona como una sucesión de sketches y da la sensación de que han adaptado tres comics distintos del personaje, de los que sin duda el mejor es el capítulo inicial, uno de los más llamativos e interesantes principios del cine pop de todos los tiempos.
La frase: “Con este traje podría andar incluso por el centro del sol.”
Leer critica Diabolik en Muchocine.net
9 piquitos de oro:
Esto es un peliculón.
Y punto.
Apuntada queda, a ver que tal.
Esto promete, yo tambien me la apunto.
Ya son varios los blogs que he leido en donde resaltan esta película. Maldita sea voy a tener que hacerme con ella.
Saludos
la frase es muy grande. qué bueno leer otra vez sobre pelis freakies con tías buenas y tantos cabos sueltos, perfecto para superar la bajona post.vacacional.
La alquilaré en el videoclub gafapastilla del barrio -el dependiente si quiere que venga a verla- y pondré a Ennio Morricone a todo trapo, mientras el hombre embutido en su traje inifuguo intenta meter fichas a la rubia, al volante de su coche (por qué ya estoy viendo el montaje cutre de la carretera.. mamita!). besos
Peculiar estilo siempre el del señor Bava.
Saludos...
Pedazo de lección de historia del cine, compañero. Saludos.
Peliculón, una maravilla. Que gran artista era Mario Bava.
Entonces si habia cine con buén gusto .
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