Los sustitutos (2009)


Dicen que es mejor caer en gracia que ser gracioso. La frase se podría aplicar a Bruce Willis, un actor con una larga carrera llena de películas buenas, aunque también con muchas otras de absolutamente desastrosas. Lo que está claro es que Bruce Willis borda como nadie el papel de policía de vuelta de todo al cual le dan por todos lados, hasta que sale victorioso de la contienda, papel que se sabe al dedillo y que no duda en reinterpretar una y otra vez película tras película. A pesar de esto, Bruce Willis siempre es Bruce Willis y algo tiene que consigue conectar con el público. La última película estrenada con el actor como protagonista y que lo devuelve una vez más a su sobado conocido papel es: Los sustitutos... ¡Empezamos!


La película está centrada en una especie de realidad alternativa o dimensión paralela (como ustedes prefieran), en la cual los humanos ya apenas salen de sus casas porque la tecnología les ha permitido disponer de unos robots sustitutos que realizan el trabajo por ellos. De este modo, mientras la humanidad se queda tendida en su habitación, mandan a sus sustitutos al mundo exterior, con los cuales están conectados a través de su cerebro. Los sustitutos son más ágiles, más guapos y más resistentes que sus dueños de carne y hueso y, en el caso de sufrir algún tipo de accidente, se puede reemplazar al sustituto sin que el humano que lo controla sufra ningún daño. Es un mundo "ideal" para algunos, aunque un pequeño reducto de humanos se niega a usar los androides sustitutos, encabezados por una especie de gurú espiritual que reniega de los robots y ve en ellos la depravación de la raza humana. Para que nos entendamos, el mundo que presenta la película sería como un "second life" pero a lo bestia y sin ordenadores de por medio.


El problema (independientemente de los obvios) será que aparecerá un misterioso individuo con un arma capaz de cargarse el primer sustituto que se le pase por delante y, a la vez, freirle el cerebro al humano que se encuentra en su casa, conectado a la máquina. Como si cada vez que nos entrara un virus en nuestro ordenador también nos afectara a los que estamos frente al monitor. Una putada, vamos. Los asignados para investigar los asesinatos serán una pareja del FBI que poco a poco irán descubriendo que algo huele a podrido en Dinamarca, y que en dicha sociedad uno ya no puede fiarse de quien es quien, ni de quien se encuentra al otro lado de los sustitutos. Llegados a este punto, para el poli que interpreta el bueno de Willis, habrá llegado el momento de ponerse a investigar a la vieja usanza, saliendo de su hogar por primera vez en vaya usted a saber cuanto tiempo.


La película se basa en una novela gráfica (el nueva fuente de inspiración del Hollywood actual) guionizada por Robert Venditti y dibujada por Brett Weldele, que se ha encargado en llevar a la gran pantalla Jonathan Mostow, el que fuera director de Breakdown (la de Kurt Russell buscando a su mujer por desiertas carreteras), U-571 (peli bélica perteneciente al sub-género de submarinos) y Terminator 3: La rebelión de las máquinas (sin comentarios), además de algún que otro trabajo en la pequeña pantalla. En definitiva un realizador que no sería, precisamente, muy santo de mi devoción y que su aportación dentro de la película o resulta ser de lo más escasa, o es que el hombre tiene una grave carencia de personalidad como director. En cualquier caso, que se lo haga mirar un poco o jamás logrará pasar de ser un director al servicio de la estrella de turno.


Uno tiene la sensación, viendo la película, que si en algún momento alguien con más de dos dedos de frente hubiera optado por apoyar el proyecto y apostar fuerte por él, la cosa hubiera cambiado más que sustancialmente y hubiéramos podido estar frente a una película muy a tener en cuenta. Lamentablemente no fue así y las buenas ideas que se esconden dentro de la peli se van, una tras otra, directamente por el desagüe (que hermosa metáfora). Porque toda la película en sí está terriblemente desaprovechada a pesar de tener una trama capaz de enganchar y a una estrella de renombre en su haber. A pesar de lo dicho, la película resulta de visionado ligero, no se puede decir que se haga ni pesada ni larga (solo faltaría con un metraje de apenas hora y veinte minutos) y si el objetivo era entretener un rato, pues casi que medio lo consigue, aunque siempre nos quedará la duda de lo que podría haber sido y, obviamente, no es ni de lejos.


Resumiendo: Película medio pasable aunque claramente de segunda división que, no obstante, tenía los mimbres necesarios para ser de primera, aunque no se hayan sabido aprovechar.



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El caso de Thomas Crown (1968)

Entre pillos anda el juego

El director y productor canadiense Norman Jewison es más bien conocido por sus grandes éxitos con los musicales El violinista en el tejado (1971), Jesucristo Superstar (1973) o con el buen thriller policíaco En el calor de la noche (1967), premiado con cinco oscars, incluido el de mejor película. Pero hay que destacar también El caso de Thomas Crown (1968), una película que ganó el Oscar a la mejor canción por The windmills of your mind, en la que resalta por encima de todo su pareja protagonista: Thomas Crown (Steve McQueen), un millonario de Boston que decide cometer por diversión un robo a un banco sin su intervención, y Vicky Anderson (Faye Dunaway), una detective de una compañía de seguros que intentará descubrir quién es el responsable del delito. Se hizo un remake en 1999, llamado en España El secreto de Thomas Crown (curiosamente el título en inglés era el mismo que el de la original), dirigido por John McTiernan, con Pierce Brosnan y Rene Russo como pareja protagonista.

La película empieza con el uso del split screen, una técnica narrativa que usa Hal Ashby (antes de ser director) en el montaje junto con Ralph E. Winters, A.C.E. y Byron Brandt, consistente en dividir encuadres en dos o más partes en la pantalla, utilizada para las letras de crédito y para explicar el relato del robo con diferentes acciones paralelas. Thomas Crown concreta con varios tipos, quedando uno a uno en una habitación de un hotel con un foco dándoles en la cara para que no sepan quién es, dándoles una orden que deben decidir si aceptarla o no, adelántandoles parte del dinero que pueden conseguir si acaba con éxito el cometido. Al final, los 2.600.000 de dólares conseguidos con el robo los depositará en un banco suizo, al que dará un nombre en clave y un número. Toda esta parte está bien llevada sobre todo por cierto misterio que desprende el personaje de Thomas Crown, aunque la técnica del split screen se vuelva a usar otra vez en escenas posteriores, como en la que vemos al señor Crown jugando al polo, algo que repercute para mal en la película. Cuando aparece en escena la señora Vicky Anderson, uniéndose al teniente Eddie Malone de la brigada criminal, bien interpretado por Paul Burke, la trama adquiere un mayor interés por ser un personaje inteligente y bien construido, aparte de contar con la presencia de la espléndida Faye Dunaway, tan brillante como estaba el año anterior en Bonnie and Clyde, de Arthur Penn. El encuentro y la relación entre su personaje y el de McQueen será vital para la película, consiguiendo una gran química entre ambos, como la que seguramente es la escena más sensual y erótica de una partida de ajedrez que se haya visto en la historia del cine.

Norman Jewison ya había trabajado en 1965 con Steve McQueen en El rey del juego, interpretando este a un buen jugador de póker, una película en la que sólo destaca su partida contra el personaje de Edward G. Robinson, pero en la que hay una similitud con el papel que tenía McQueen en La gran evasión (1962) o justamente con el de la película que aquí acontece; personajes que se sienten seguros de sí mismos y que siempre parecen que hagan las cosas como si fuera un simple juego, salgan bien o no, algo que quizás se da por la manera de estar en la pantalla del señor McQueen, porque, sin ser realmente un muy buen actor, su presencia es bastante carismática y logra que sus personajes mejoren en parte la calidad de las historias. Es verdad que en El caso de Thomas Crown su personaje es un millonario bastante listo, graduado en Ciencias Económicas, pero es que sus miradas y sus silencios con el personaje de Dunaway son sin duda lo más conseguido de la película, con una atracción mutua que el espectador verá con buenos ojos.

"Un entretenido relato de un robo con el posterior juego del gato y el ratón entre la pareja protagonista, interpretada por el carismático Steve McQueen y la bella Faye Dunaway, con una gran química y una historia de amor para recordar"



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Grandes monólogos cine (I)



Primer discurso de Hinkel (Charles Chaplin) en El gran dictador (1940).

Semana especial Festival Sitges 2009 (V)

ZOMBIELAND (2009)

YO ANDUVE CON UN NERD

Primero fue la genial Zombies Party (2004), luego vino Fido (2006) y ahora es el turno de Zombieland, una nueva comedia de horror que aunque sea menos ácida que sus antecesoras, también es terriblemente divertida. Como propuesta resulta muy, pero que muy americana, para lo bueno y lo malo. Zombieland es blanda, trata de manera demasiado escrupulosa a sus protagonistas y contiene un mensaje algo conservador, pero también es un chute de puro cachondeo zombie. La historia gira en torno al consabido holocausto zombie y el protagonista es un sosia de Michael Cera (Jesse Eisenberg), un nerd que ha sobrevivido gracias a su condición de inadaptado social y a una serie de normas que se ha autoimpuesto, un reglamento que propiciará multitud de gags y marcará el tono desenfadado del filme. A él se le une un tipo duro con sombrero de cowboy (Woody Harrelson), cuyo único objetivo es matar zombies y comer Twinkles, y un par de jóvenes hermanas (Emma Stone y Abigail Breslin) que sobreviven levantándole la camisa a garrulos como ellos. Mucha diversión, algunos zombies babosos (aunque menos de los esperados) y un sinfín de gags que causaron furor en el patio de butacas (el momentazo Cazafantasmas fue apoteósico). La película se llevó justamente el Gran Premio del Público de este año.

NÚMERO 9 (2009)

APOCALIPSIS ANIMADO

Número 9 es una de las propuesta más originales e insólitas de este festival, la película coge a varios personajes que podrían aparecer en Toy Story y los sitúa en un entorno postapocalíptico a lo Mad Max. El filme narra las desventuras de un peculiar grupo de muñecos de trapo que, tras la destrucción de la humanidad, deben enfrentarse a la máquina que causó tal estropicio. La historia y la estética dotan a la acción de una cierta cualidad steampunk y la cinta cuenta con una imaginería muy característica, influenciada por gente como Jan Svankmajer o el mismísimo Tim Burton, que aquí ejerce las labores de producción. La cinta destila nostalgia y clasicismo por los cuatro costados, y en un principio debía estar rodada en stop-motion, algo que le añadiría más personalidad al invento pero que seguramente reduciría su público potencial. La película dispone de dos pesos pesados como son su poder visual y el atractivo de su premisa, pero su narración es más convencional y nada de lo que nos cuenta resulta muy emocionante o conmovedor. Eso sí, el filme opta por la imaginación como único remedio para una derrota que considera inevitable y ¿quién puede resistirse a eso?

LA HUÉRFANA (2009)
 
SOY REBELDE PORQUE EL MUNDO ME HA HECHO ASÍ

En la historia del cine ha habido algunas películas de terror en las que un grupo de niños eran los protagonistas, mostrando sus cualidades para intentar aterrorizar a los espectadores, como El pueblo de los malditos (1960), Quién puede matar a un niño (1976), Los chicos del maíz (1984) o la reciente Children (2008). Pero también existen otras en las que solamente hay un niño que realmente tiene un carácter de pocos amigos, aunque bajo su fachada de "niño que no ha roto nunca un plato" sea totalmente engañosa, como La profecía (1976), El buen hijo (1993) o La huérfana (2009), esta última presentada en el Festival de Sitges de este año, en la que no se ha podido ver nada nuevo y está plagada de tantos tópicos que haga rabiar. Eso sí, por lo menos la niña protagonista tiene carácter y su esquizofrenia hace temblar a la familia que acoge y pone de los nervios hasta al espectador más pacífico. La película está dirigida por el español Jaume Collet-Serra, que lleva en Hollywood unos cuantos años, y la verdad es que su historia, aunque entretenga, está tan vista que te esperas casi todo (el final es una pequeña excepción). La pareja protagonista quiere tener un tercer hijo y al haber tenido un aborto reciente, deciden adoptar a un niño yendo a buscarlo a un orfanato. La mala pata que tienen es que escogen bastante mal, aunque tiene narices que se decidan por la niña repipí que está apartada de los demás y que se considera especial; no se lo creen ni ellos. A partir de aquí, en poco tiempo, la madre verá cosas raras en las respuestas y la actitud de su nueva y adorable hija (es que...), contrarrestando (¿lo dudaban?) con las opiniones de su marido, que la adora. Todo esto conllevará a que la madre se vaya poniendo más nerviosa y vuelva casi a recaer en la bebida, como hizo en el pasado, poniendo en peligro la estabilidad de su matrimonio. En definitiva, convencional historia de terror con niño con muy malas pulgas que entretiene pero poca cosa más.


THE HORDE (2009)

TORTILLA (INFECTADA) A LA FRANCESA

La película empieza con una larga escena en un cementerio, donde un grupo de policías dedican su último adiós a uno de sus compañeros de profesión. La escena solo nos sirve para saber que un puñado de polis corruptos van a ir a por los que se cargaron a su compañero. Una vez llegan al edificio de los malos va a resultar que al resto de la humanidad le ha dado por convertirse en una especie de zombies/infectados con apetito y ganas de papearse cualquier bicho viviente que se les cruce por delante. Será en ese momento cuando los polis y los gangsters deberán unir esfuerzos para lograr salir con vida del edificio. Y es que los zombies/infectados parecen estar de moda incluso en el viejo continente, como demuestra esta película de producción francesa, que en ningún momento sigue un camino recto, navegando entre varios géneros como pueden ser el de terror puro y duro (recordemos que una horda de tipos a medio podrir se quieren zampar a los protas), el humor más burro (a lo que ayuda cierto vecino del edificio), la acción (memorable la paliza que le dan a un par de los zombies/infectados), la casquería fina, la intriga, el género policíaco... ¡todo tiene cabida! Sin embargo, el mayor logro de la película radica en no aburrir, puesto que, por lo demás, la peli no termina de rematar la faena en ninguno de sus abundantes frentes abiertos.

PALERMO SHOOTING (2009)

UN CHUTE EN PALERMO

Si en la película Génova (2008), el director Michael Winterbottom dio a la ciudad italiana un papel importante como lugar especial y en parte fantasmagórico donde sus protagonistas intentaban resarcirse de un accidente del pasado, Wim Wenders parece querer hacer lo mismo con su protagonista, un importante fotógrafo alemán de fama internacional que hace bastante tiempo que no duerme preocupado por el paso del tiempo (y por cosas que sólo entiende él mismo), que a raíz de una sesión de fotos que tiene en Palermo con la bella embarazada Milla Jovovich, pasará varios días deambulando por las calles de la ciudad, siendo un verdadero calvario para la mente del espectador. El poco carisma que fluye por la figura del actor principal junto con el aborrecible existencialismo que recarga el señor Wenders todas las malditas escenas que ocurren en Palermo, hacen que la historia no tenga el más mínimo interés para el espectador, consiguiendo solamente el deseo de que la duración de la película sea lo más corta posible, algo que es imposible de alcanzar ya que sobrepasa por poco las dos horas de metraje. La penosa y corta aparición de Lou Reed (como un fantasma) y la no menos irrisoria presencia del ya mayor Dennis Hopper como personaje misterioso y tedioso, son la cumbre del absurdo y son parte de una historia tremendamente pretenciosa, aún más que la sobrevalorada El cielo sobre Berlín (1987). Suerte que de este director siempre nos quedará París,Texas (1984).

LAS CRUELES (EL CADÁVER EXQUISITO, 1969)

DE ENTRE LOS MUERTOS

Estamos a finales de los años 60. Toda la cinematografía europea se halla a merced de las Nuevas Olas... ¿Toda? ¡NO! La irreductible filmografía ibérica se resiste a la invasión. Por suerte, sin embargo, contamos con directores de la talla de Vicente Aranda, un cineasta con una visión mucho más amplia de lo que estamos acostumbrados por estos lares. Las crueles consta de dos partes muy diferenciadas entre sí, la primera es puro cine de suspense como nunca se ha rodado en este país, con una trama que engancha al espectador y una narrativa brillante y efectiva. La segunda, en cambio, es más vanguardista y confusa, en ella la película se esfuerza por responder a todas las preguntas que ha planteado al principio y, desafortunadamente, las responde mal. Aranda es un gran aficionado al cine de Hitchcock pero considera que sus resoluciones son burdas, detesta esos epílogos en que un doctor revela todos los intríngulis de la trama. Por eso quería desarrollar una película donde se perfeccionara la fórmula, trazando un misterio y luego desvelándolo poco a poco, durante toda la segunda mitad del metraje. El experimento es, digámoslo ya, completamente fallido, pero arriesgado e interesante.

Semana especial Festival Sitges 2009 (IV)

COLD SOULS (2009)

RECUERDOS DEL ALMA

Una de las películas más interesantes presentadas en el Festival Internacional de Cinema Fantástico de Sitges fue sin duda Cold Souls, dirigida por Sophie Barthes, en la que vemos a un actor atormentado por la confusión que tiene entre su identidad y la del personaje del Tío Vania, de Chéjov, al que representa en una obra. Por eso, debido al precario estado de ánimo en el que se encuentra, a partir de un artículo que lee en el New Yorker en el que una empresa se dedica a almacenar almas, el actor se dirige al lugar para saber de qué va todo eso y después de pensárselo decidirá extraer la suya, con las consecuencias que eso conlleve. El tráfico de almas que se lleva a cabo en Rusia representará una parte importante del film en la que una "mula" tendrá un papel fundamental en la historia. El actor no es otro que Paul Giamatti, haciendo de sí mismo y logrando una interpretación más que convincente. El humor congenia bien con el tono dramático de la historia, recordando en algún momento a la película de Spike Jonze, Cómo ser John Malkovich (1999), sin embargo, por momentos se queda a medio gas, perdiendo algo de ritmo y con alguna escena no muy bien llevada.

NE TE RETOURNE PAS (2009)

ESTE CUERPO NO ES EL MIO

Sophie Marceau es una escritora frustrada que poco a poco empezará a notar ciertos cambios en su tranquila vida. Que si una mesa que cambia de sitio por aquí, que si un sofá que no está por allá, cambios que, sin embargo, parece ser que tan solo ella es capaz de ver. Poco a poco los cambios se irán acentuando llegando a cambiar físicamente los miembros de su familia e, incluso, ella misma que, de forma paulatina (que si ahora un ojo, que si ahora los labios) se irá convirtiendo en otra mujer, se irá convirtiendo en Monica Belluci. Incapaz de rendirse, emprenderá un viaje tanto interior como exterior hasta descubrir que es lo que le está pasando. Yo que quieren que les diga, a mi la peli está, que en un principio llegó a interesarme (pongamos los primeros veinte minutos) me acabó aburriendo soberanamente y la encontré insufrible en su recta final. A medida que la transformación física avanzaba, un servidor, cada vez se hundía un poco más en su butaca intentando luchar contra el sopor. Además, aparte de tediosa que tira para atrás la peli tenía un nosequé de pretenciosa que todavía lograba sacarme un poco más de mis casillas. El final, que te lo ves venir desde hace rato (y no soy yo precisamente muy listo que digamos) se hace eterno y notablemente cuesta arriba y ni siquiera la presencia de la Marceau y la Belluci logró que consiguiera interesarme. Para el recuerdo, eso si, queda la perturbadora imagen de la cara compuesta a medias entre la Marceau y la Belluci.

YATTERMAN (2009)

LOST IN TRANSLATION

¿Qué cara se le quedaría a un japonés tras ver la película de Mortadelo y Filemón? Pues seguramente la misma que puse yo al ver esta adaptación de una serie de animación japonesa de finales de los 70’s. Como pasa con los célebres personajes de Ibáñez, la película no es muy buena, no da al espectador ningún respiro y su sentido del humor es terriblemente autóctono, lo que dificulta su exportación y la convierte en un juguete privado para conocedores del material original. Esta extravagancia nipona trata sobre una pareja de superhéroes que, una vez a la semana, luchan contra el mal, al mismo tiempo que viven una aventura arqueológica para recomponer las piezas del objeto místico de turno; la misteriosa calavera de piedra. La narración es episódica y casi parece que hayan adaptado tres capítulos distintos de la serie original, lo que se agradece, porque la endeble trama y el ritmo frenético serían muy difíciles de digerir si no fuera porque la estructura se repite. Las propuestas de Takashi Miike (Audition, 1999) parecen interesantes a priori, pero siempre acaban por producir desencanto. El director está fascinado por lo visualmente bizarro, y en esta ocasión logra un pastiche que se alimenta del anime, el manga, los musicales, los videojuegos y Dios sabe cuántas cosas más, pero de cine más bien poco. Hay mucho colorido y mucha acción absurda, unos malos de pega, varios momentos ridículos, robots gigantes e incluso sexo entre robots. La película abusa de la infografía y la puesta en escena está totalmente digitalizada, pero que te sientas atraído o no por este frívolo artificio no depende de lo estrictamente cinematográfico, si no de tu edad y de la relación que tengas con la cultura nipona.

ACCIDENT (2009)

LOS SIMULADORES

Accident (2009), del director de Hong Kong, Pou-Soi Cheang, tiene uno de los comienzos más prometedores de las películas presentadas en el pasado Festival Internacional de Cinema Fantástico de Sitges. Su cuidada imagen junto con unos misteriosos personajes parecen ser parte importante de las claves con las que juega el director, hasta que realmente la cosa se complica demasiado. Los protagonistas son tres hombres y una mujer que se dedican a cumplir encargos a cambio de dinero, simulando un accidente para provocar la muerte de las víctimas elegidas, sin dejar ninguna prueba como sospecha. Pero en uno de esos encargos, cuando la situación parecía estar bajo control, pasará algo que cambiará el rumbo de las cosas. Recordando al inicio a la serie Los simuladores (2006), cuando llegamos al ecuador de la historia nos viene a la memoria la película La conversación (1974), de Francis Ford Coppola, por la paranoia que le entra al protagonista al espiar a un sospechoso. Y no sólo se agobiará él mismo sino que casi todos los espectadores se sentirán perdidos por un puñado de extrañas escenas y visiones que le atormentarán a más no poder. En definitiva, al principio promete y más tarde defrauda por completo.

LOS OJOS SIN ROSTRO (1959)

LA MÁSCARA DEL DELITO

El clásico francés Los ojos sin rostro (1959) de Georges Franju, fue una de las películas más antiguas entre las ofrecidas por el Festival Internacional de Cinema Fantástico de Sitges 2009. La historia comienza con el entierro de la hija de un cirujano a causa de un accidente del que pronto veremos que fue culpa de él mismo y de que realmente no provocó su muerte sino que hizo que se quedara sin rostro, salvo sus ojos, de ahí que bajo su protección se simule su muerte. Desde ese terrible suceso, el doctor se siente culpable y no cesa de encontrarle una cara de alguna bella mujer engañada por su ayudante para que se dirija a la mansión donde viven y donde tienen su lugar de trabajo. Con un marcado estilo y con un relato intimidatorio, el director parece tener todas las bases para estremecer al espectador, pero nada más fuera de la realidad. El personaje del doctor es carismático por su presencia y las escenas de la hija con la máscara que lleva resultan de lo mejor de la película, pero a medida que va avanzando la trama el ritmo va perdiendo cierta fluidez, asistiendo a escenas sin sentido que alargan algo más la duración de la historia sin aportar nada nuevo a lo que se está viendo. Y el miedo que debería estremecer al espectador casi ni se palpa, aunque contenga casi todos los alicientes para conseguirlo. Como curiosidad, la copia de la película que se utilizó en el Festival había sido restaurada y era la que también se había presentado en el Festival de Cannes, pero a causa seguramente del proyector de la sala, algunos diálogos no se pudieron leer del todo ya que la imagen se movía y se cortaba por abajo.

Semana especial Festival Sitges 2009 (III)

MOON (2009)

LA CARA OCULTA DE LA LUNA

La gran triunfadora del reciente Festival Internacional de Cinema Fantástico de Sitges, Moon, del antes mayormente conocido como "el hijo de David Bowie", Duncan Jones, es una profunda decepción por la tan alta espera y por el reclamo que se había hecho de ella. La historia se centra en un astronauta (Sam Rockwell) que es enviado a una base minera en la Luna para excavar y encontrar helio, la energía del futuro. Su contrato es para tres años, pero antes de su partida algo ocurrirá que cambiará algo las cosas. Junto a él estará un robot llamado Gerty, que inevitablemente nos recordará a Hal de 2001: Una odisea en el espacio (1968). Durante los primeros minutos, después de una corta introducción con imágenes rápidas de la vida en la Tierra para mostrar el gasto de energía que hacemos los humanos, el curso de la historia parece tener bastante acierto, pero cuando uno se percata del meollo o cuando se da la explicación de los hechos, no hay mucho más interés que ver actuar al bueno de Sam Rockwell, siendo su interpretación de lo más interesante de la película, junto con la gran banda sonora. Y es que realmente, el hijo de David Bowie, es decir, Duncan Jones, ha perdido demasiado tiempo en mostrar escenas que no interesan y encima no ha sabido dirigirlas correctamente. Sí que es verdad que por lo menos ha sabido mejorarlo mientras la trama iba avanzando, pero lo peor de todo es que al acabar la película uno se da cuenta de que lo que ha visto no es gran cosa.

HERMANDAD DE SANGRE (SORORITY ROW) (2009)

SE LO QUE HICÍSTEIS EN LA ÚLTIMA FIESTA UNIVERSITARIA

Tan solo se me ocurren un par de motivos para ir a ver esta película: 1. Que las protagonistas son un puñado de animadoras de buen ver que gustan de vestir con ropas escuetas y ajustadas. 2. Que estés en Sitges, con un pase de prensa y dos horas muertas sin saber muy bien en que emplearlas. La rebuscada trama de la película es la siguiente: Un grupo de universitarias quieren gastar una broma al hermano de una de ellas y, vaya por Dios lo que son las cosas, al acabar la noche una de ellas termina muerta por error. Las chicas, ni cortas de perezosas, optan por deshacerse del cadáver y seguir sus vidas como si nada hubiera pasado hasta que empezarán a recibir mensajes en su móvil de la chica muerta que clama venganza. El resto de la película se lo saben ya casi que de memoria. Evidentemente una a una irán pillando cacho, evidentemente empezará a pulular por el campus un sospechoso encapuchado y, evidentemente, el espectador ya a descubierto al malo/a de la función mucho mucho mucho antes de que se de a conocer. Además como toda mala película de terror que se precie, esta también es un remake de otra anterior, exactamente una película del año 1983 que se llamaba “The house on Sorority Row”, aunque lamentablemente, y a pesar de la voluptuosidad de sus protagonistas, en esta ocasión los responsables del título, han descartado su estreno en 3-D. Como punto fuerte, si es que lo desean ver así, la película se apunta el tanto de contar entre su elenco con Carrie Fisher (la princesa Leia), que se deja caer por la cinta como una especie de estrella invitada.

THE CHILDREN (2008)

PEQUEÑOS NIÑOS HIJOS DE PUTA

Que los niños dan miedo es algo que el cine se ha encargado de recordarnos repetidas veces a lo largo de su historia. Esta película es otra buena muestra de ello. Lo que en principio parecían unas tranquilas vacaciones de navidad de un par de familias en una casa apartada del mundanal ruido en medio de un bosque, se va a convertir en un... juego de niños. Y es que al parecer los niños van a pillar una extraña enfermedad (ríanse ustedes de la gripe A) que los impulsa a cargarse a los adultos (algunos de los cuales merece una muerte terriblemente más lenta y dolorosa de la que reciben, todo sea dicho). La película bebe de los clásicos del género (pueden empezar a enumerar) y al poco de empezar la película me vino rápidamente a la cabeza el ¿quien puede matar a un niño? de Chicho Ibañez Serrador (aunque cambiando la playa por la nieve). El director Tom Shankland (Waz) consigue un trabajo convincente en un terreno tan sobado como es el de las películas de terror con niños de por medio, y lo consigue a base de tensión, de una dirección más que correcta (quien nos lo iba a decir) y de unas actuaciones convincentes. Además, debo decir que a mi lado se sentó un tipo orondo que, literalmente, saltaba con cada nuevo susto de la película, lo cual provocaba que saltara yo también debido al vaivén de las butacas. Creo que alguien debería patentar el invento.
 
COLIN (2008)

DIARIO DE UN ZOMBIE

Con un pobre presupuesto (unos setenta dólares), una cámara digital, unos 100 extras sacados del dichoso Facebook, y durante dieciocho meses, el director Mark Price se dispuso a rodar esta atroz historia de zombies contada como si fuera desde el punto de vista de uno de ellos. La idea, a priori, puede resultar curiosa pero eso es algo que durante el visionado de la película desaparece por completo de la mente. Es absurdo plantearse qué es lo que hace un zombie durante su "existencia" porque de esta manera sólo se puede caer en algo insustancial y paupérrimo. Hasta por momentos parece que se haya querido dar sentimientos al chico zombie protagonista, mirando unas piezas del Lego, y siendo raptado para que sea concienciado por su hermana para que entre en sí y se deje de tonterías, o sea, en otras palabras, domarlo, algo que recuerda a la comedia canadiense Fido (2006). Y aunque el director haya tenido la desfachatez de probar a ver si suena la flauta y de que por lo menos se vean zombies de verdad, de esos que no corren, Colin es una película para olvidar, que se alarga hasta límites insondables, sorprendiendo por su falta de lógica en muchos momentos.

Semana especial Festival Sitges 2009 (II)

CELDA 211 (2009)

ZAMORA PRISON BREAK

Hay que ser muy gafe para que, el día que empiezas a trabajar como vigilante en una prisión, vaya y se monté un motín de padre y muy señor mío. Y más si, encima, vas y te quedas encerrado dentro con los presos. Lo bueno que tiene la cosa es que, como los presos todavía no te han visto con el uniforme, podrás hacerte pasar como uno de los suyos. Eso es, precisamente, lo que hace el protagonista de Celda 211, quien deberá engañar al numeroso grupo de presos amotinados, incluyendo su cabecilla, un tio con unas malas pulgas de escándalo conocido por todos con el sobrenombre de Malamadre. Madramale es Luis Tosar, un actor que tampoco lo vamos a descubrir aquí y ahora, y que resulta de lo mejorcito de una película dirigida por Daniel Monzón (quien va de menos a más, aunque excesivamente lento). La peli es un thriller carcelario, con una mayor dosis de humor de la que se podría esperar en un principio (algunos de los presos encerrados mantienen diálogos que parecen sacados de Makinavaja), notablemente entretenido en lo que a la prisión se refiere, aunque bastante plomizo cuando la acción se desvía hacia el exterior. Además de a Luis Tosar, en la película encontramos a Alberto Ammann (que no es que no esté a la altura de Luis Tosar, es que está a años luz), una guapísima Marta Etura y a un Antonio Resines, con sus tics de siempre, haga de bueno, de malo, de feo... o de árbol. Por cierto, el final de la proyección fue acompañada de los gritos de los fans de Crepúsculo que hacían cola en la calle mientras berreaban a grito pelado esperando ver el escueto trailer de la segunda entrega.

GRACE (2009)

CANCIÓN DE CUNA PARA UN CADÁVER

Una película gore sobre embarazadas. ¡Cuidado! Puede producir desmayos. Así nos la vendían en Sitges. ¿Desmayos? No veo como, a no ser que seas una niña de 8 años adicta al azúcar. Se apagan las luces del Auditori y una voz en off nos informa de que estamos siendo gravados, al parecer hay un concurso, el que ponga la mayor cara de espanto durante el filme ganará una tostadora o algo por el estilo. La película empieza en absoluto silencio y vemos como una pareja hace el amor sin demasiada pasión. Paul Solet, el director, se levanta de su asiento y se va, habla con alguien, paran la proyección y luego la reinician de nuevo, solo que ahora sí oímos la banda sonora. La película avanza y hacia la mitad del metraje vuelve a pasar algo, alguien se ha desmayado. Al parecer ya tenemos ganador para el concurso, y es que a la gente le gustan mucho las tostadoras. Es encomiable como se han esforzado los del festival en darnos algo que a la película le falta: espectáculo. Aunque Grace gira en torno a un tema de lo más escabroso y en su primera mitad puede resultar tremendamente malrollista, hay cierta comicidad implícita en ella y el humor incluso despunta más a medida que avanza la acción, de tal manera que se va perdiendo el tono malsano del principio. El ritmo pausado solo hace que intensificar esa sensación de que algo malo va a pasar, pero la película no logra levantar el vuelo y el espectador se va a casa con más ganas de sangre que el bebé protagonista y con la extraña sensación de que Solet está algo obsesionado con los pechos femeninos.

HIERRO (2009)

NO SIN MI HIJO

La opera prima de Gabe Ibáñez (muy majo él, que nos presentó la peli) trata sobre una madre que en un viaje de vacaciones a la isla de Hierro perderá a su hijo durante el trayecto. Será entonces cuando emprenderá la búsqueda incansable por encontrarlo, convencida de que alguien se lo ha llevado contra su voluntad. La protagonista absoluta es Elena Anaya (junto con la isla de Hierro), quien hace lo que puede para mantener a flote una película con un problema de base: no hay guión. Porque lo cierto es que la película está vacía por sus cuatro costados y ni el buen hacer de la actriz ni una dirección bastante conseguida consiguen levantar el proyecto. El guión, además de vacío, se va olvidando, como quien no quiere la cosa, de ciertos aspectos por el camino, como una escena en la que la protagonista está asediada por un perro y cuando por fin logra salir al exterior el perro ha desaparecido (no te fíes jamás de un perro guardián que se las pira a las primeras de cambio). Luego también está el tema de que si un servidor perteneciera a algún tipo de consistorio de turismo de la Isla de Hierro estaría que me subiría por las paredes al ver como dejan la isla en la película y a sus habitantes (básicamente de paletos para arriba). En definitiva una película más cuidada en su apartado visual que en la historia en sí.

DELIVER US FROM THE EVIL (2009)

DANESES DE PAJA

Una larga carretera por la que parece que nunca pasa nadie. Un accidente. Un cadáver. Un culpable y... un chivo expiatorio. Este es el punto de partida de esta película danesa que recuerda poderosamente Perros de Paja de Sam Peckinpah, en su recta final (como bien me hizo notar un compañero a la salida). Y si el chivo expiatorio es un inmigrante recién llegado a la comunidad pues mejor que mejor. Por suerte para él alguien creerá en su inocencia y lo protegerá bajo su propio techo frente a la horda de pueblerinos ansiosos de sangre. La película está dirigida por Ole Bornedal (director de El vigilante nocturno y su remake) que realiza un buen trabajo, con algún plano de lo más acertado (como el del protagonista intentando apuñalar la mano que intenta abrir la ventana de su casa) y retrata lo estúpidos (más de lo normal) que pueden resultar los humanos cuando actúan en masa. Y si encima se trata de reclamar venganza ya ni les cuento. La película es pretendidamente incómoda sacando a la luz las miserias humanas, con un ritmo que empieza tranquilo y va aumentando a medida que avanza la trama y la tensión se apodera del metraje.

Semana especial Festival Sitges 2009 (I)

Una vez ya todo el mundo ha dicho la suya acerca del pasado Festival Internacional de Cinema Fastàstic de Catalunya (Sitges para los amigos), los responsables de quesito rosa, siempre a la última los últimos en todo, nos disponemos a dedicar una semana a algunas de las películas que allí se pudieron degustar.

REC 2 (2009)

ZOMBIES DE VIDEOJUEGO

Jaume Balagueró y Paco Plaza fueron los que abrieron la veda en el Festival Internacional de Cinema Fantástico de Sitges de este año y el resultado de su secuela es más o menos aceptable, siendo un entretenimiento y poco más, sin parecer ir más allá en sus pretensiones con cosas bastante típicas del mismo género, aunque es cierto que han querido dar otro punto de vista a la historia de Rec (2007), en la que varios infectados eran recluidos por cuarentena en un edificio. En esta ocasión, unos geos entran al edificio unas horas después de lo sucedido en la primera parte, acompañados obligadamente por otro personaje que tendrá un papel fundamental en esta secuela. En cuanto a la técnica utilizada para filmar a los zombis esta vez ha sido toda una equivocación, recordando demasiado a los videojuegos y molestando a la hora de ver lo que está pasando. Además, de esta forma no se consigue realmente dar miedo al espectador porque no sabes a ciencia cierta qué es lo que está pasando, jugando quizás demasiado con los golpes y los cortes de la cámara. Eso sí, las interpretaciones de los actores son mejores que las de la primera parte.

GOEMON (2009)

EL ROBIN HOOD NIPON

La película es una especie de Aguila Roja Robin Hood japonés, que roba a los ricos para dárselo a los pobres. El problema está en que en una de éstas el hombre se verá metido en un fregado porque robará, sin saberlo, un objeto deseado por los malos de turno y que en su interior guarda un terrible secreto. El objeto en cuestión lleva el nombre de La caja de Pandora (toma batiburrillo de conceptos). La cosa está poblada de grandes luchas, batallas y efectos especiales hasta aburrir y su director Kazuaki Kiriya (Cassherm) ha dotado a la película de gran espectacularidad, grandes decorados y extras a porrillo. El problema es que todo lo dicho termina cayendo en saco roto porque la historia no termina de convencer, los efectos especiales (destacables más por su cantidad que por su calidad) terminan saturando e incomodando, y porque la trama se alarga hasta puntos insospechados. De echo, salí del cine con la sensación que había asistido a tres finales distintos. Llegó lo que me pensaba era el final, pero la película, para mi sorpresa, siguió avanzando. Luego llegó a otro climax final, y ya me estaba medio levantando de la butaca, pero la película siguió una vez más. Llegados a este punto ya me la sudaba Goemon, su ayudante y su puta madre, solo quería que la cosa acabara, bien o mal, pero que acabara.

THE COUNTESS (2009)

A LA VEJEZ, SANGRE Y VIRUELAS

La película empieza con uno de esos “basada en hechos reales” y termina con un “madre mía, que mal está la peña”. Y trata sobre una condesa Rumana (de vaya usted a saber que siglo) que una vez enviudó empezó a mantener una fogosa relación con un joven varios años menor que ella. Pero los celos son muy malos y el tiempo no pasa en balde, así pues, la condesa, cegada de amor y obsesionada con no envejecer, encontrará una curiosa forma de mantener su eterna juventud: untar su rostro con sangre de vírgenes. Resulta que con esto le quedaba un cutis divino para hacer patinaje artístico sobre él pero, para obtener la sangre, empezó a cargarse a un montón de jóvenes de su condado porque, al parecer, no les venía bien esto de ir regalando su sangre. Julie Delpy vuelve a la dirección (después de 2 días en París) con una película que ha dirigido, protagonizado, escrito el guión e, incluso, realizado la música. Todo un tour de force que, sin embargo, se queda demasiado a medio gas. La película es terriblemente correcta (incluso se podría decir que es exasperadamente correcta), pero excesivamente fría y sin garra (en ocasiones me daban ganas de entrar en la pantalla y empezar a zarandear a los personajes para provocar algún tipo de reacción). El punto de partida resultaba interesante (y parte de la película lo es) pero a medida que avanzaba la trama uno cada vez se iba dando más cuenta de que resultaba fallida en su global.

SUMMER WARS (2009)

JUEGOS DE GUERRA

Aunque me gusta Miyazaki, eso no me convierte en ningún fan del anime, y créanme, digan lo que digan los programadores del festival, esta cinta tiene tanto de Miyazaki como de Hannah Barbera. La historia se debate entre dos frentes, la relación del protagonista con la familia de la chica por la que está colado y su enfrentamiento contra un hacker informático que ha puesto en jaque a toda la nación. La familia tradicional japonesa como contrapunto a la era de la realidad virtual. Lo primero está tratado de forma tierna y cómica, como viene siendo habitual en este tipo de producciones, y es lo más interesante del filme. Pero luego tenemos esa lucha campal en internet que va acaparando trama a medida que avanza la acción, hasta llegar a un clímax de luces y colores que nos recordaría al de 2001: Una odisea del espacio (1968), si esa película la hubiera dirigido una niña de 8 años adicta al azúcar. La acción se sitúa en un campo de batalla virtual que nos remite directamente a portales tipo Facebook, y supongo que por eso debe parecernos atrayente y de rabiosa actualidad. En este contexto sería muy fácil elaborar una advertencia del peligro que corremos por depender demasiado de las nuevas tecnologías y a decir verdad, este subtexto casi debería quedar implícito en la historia, pero Summer Wars no está para tonterías y se limita a la cursi pirotecnia visual y a la épica infantil.

Grandes momentos tv (XXI)




"Si yo a lo mejor tengo más de trescientos millones de pesetas ya y no se que hacer con ellos..."

Jesús Gil.
Las noches de tal y tal. Telecinco. 1991.

Despedidas (2008)

Vida y muerte al estilo nipón

En algunas ocasiones, la Academia de Hollywood premia con el Oscar a la mejor película de habla no inglesa a películas poco conocidas en el ámbito internacional y en otras a películas que han logrado una gran aceptación tanto de crítica como de público, como ocurrió en 2004 y en 2007, con la canadiense Las invasiones bárbaras y la alemana La vida de los otros. Este año el galardón le ha tocado a una de esas películas que nadie esperaba, la japonesa Despedidas, de Yojiro Takita, en vez de Vals con Bashir o La clase, que también estaban nominadas. Una amplia parte de la crítica ha alabado las buenas intenciones del director de mezclar drama y humor con un tema tan trágico como la muerte, aunque el halago no haya sido correspondido por un servidor.

La historia empieza en Tokio donde un joven violonchelista llamado Daigo pierde su trabajo en una orquesta por el poco público que acude a los conciertos. Debido al alto coste que le supone el pago de ese buen instrumento, decide venderlo y volverse a su lugar de origen. Allí le acompañará su novia y deberá encontrar un trabajo para intentar encauzar su vida. Le llama la atención un anuncio de un periódico creyendo que es una agencia de viajes pero no es otra cosa que el trabajo en una funeraria bastante especial, en la que sólo hay una secretaria y el mismo jefe, y donde preparan a los muertos antes de meterlos al ataúd. Cogiendo el trabajo con una cierta desconfianza, Daigo descubrirá algo nuevo gracias a las explicaciones de su mentor ante la preparación del ritual.

Con estos alicientes parece que estamos ante una historia por lo menos curiosa y que si hubiera ido por otros derroteros hasta podría haber sido una película para recordar, pero señores, no es este el caso. El director ha preferido hacer una rara mezcla de drama con toques de humor al estilo japonés, algo que trastoca en varias escenas de la película. Si a esto le añadimos las caras exageradas del actor protagonista junto con la sonriente y feliz novia, nos parece estar por momentos en un cómic manga. Lo mejor de todo es que los gags en los que aparentemente se intenta infundir algo de gracia ante algo tan inminente como la muerte, no hacen más que reiterar mi posición ante algo tan obvio como el deseo de que la historia hubiese sido más creíble yendo por un sólo camino. Aunque mientras va avanzando la trama el humor se va disipando por completo para pasar a un melodrama de los que intentan dejar huella, manipulando emocionalmente al espectador. El menosprecio de su novia y de la familia de Daigo ante su nuevo oficio junto con su infancia triste al haber sido abandonado por su padre serán los elementos más utilizados por el director.

Lo único que se podría destacar es el hipnótico ritual que llevan a cabo con los difuntos, junto con el bello tema central de la banda sonora y la construcción del personaje del jefe de la funeraria. Por lo demás, estamos ante una película que hacia el final busca demasiado la compasión del espectador, la lágrima fácil, algo que debió conmover al jurado de Hollywood.

"Previsible en algunos aspectos y emocionalmente manipuladora, con un humor forzado y caricaturesco, sobre todo por las caras de su protagonista"



Leer critica Despedidas (Okuribito) en Muchocine.net

Incursión Extraterrestre (Alien Trespass, 2009)



The movie that the time forgot.

R.W. Goodwin, uno de los principales responsables de la serie Expediente X (1993-2002), está al mando de esta producción canadiense que viene con una curiosa premisa; en 1957 una famosa estrella del cine, M. Eric McCormack, acaba de protagonizar la que se dice es la mejor película de ciencia ficción de la historia, Alien Trespass, pero un enfrentamiento legal entre él y la productora priva al mundo de conocerla y todos los negativos son destruidos. O eso se creía, porque uno de ellos acaba de ser descubierto.

Esta ingeniosa coartada sirve para que R.W. Goodwin y compañía se diviertan recreando la época clásica de la ciencia ficción, cuyo bonito abanico de imágenes gira en torno a un platillo volante, un marciano dotado de múltiples apéndices y un enorme ojo, un atractivo científico, un alguacil interestelar, mujeres con impecables peinados y exuberantes pechos, adolescentes pegándose el lote en un Pontiac azul, una pistola de rayos láser, el desierto de Mojave, una banda sonora basada en el Theremín y muchos exteriores de cartón piedra.

Uno aprecia el amor con el que está hecha, e incluso ve en ella varios aspectos que demuestran un entendimiento profundo de aquellos horrores espaciales, pero otros desentonan y a la película, entre otras cosas, le falta atención por el detalle. Llegados a cierto punto del desarrollo de este artificio ambientado en la década más feliz de Norteamérica, el espectador cae víctima de una molesta desazón. Tópico tras tópico la película elabora una trama que no se decide ni a ser una réplica de aquellas películas de serie B de antaño, ni a reírse de ellas, y esta falta de determinación la lleva a mal puerto.

Imaginemos, por ejemplo, que Alien Trespass es un mero homenaje a la época de mayor apogeo de la ciencia ficción. Una buena película, en este contexto, sería aquella que fuera una antología de los motivos por los cuales este tipo de cine nos gusta y nos es entretenido, porqué su ilusionismo nos resulta tan conmovedor y sus errores de apreciación tan significativos. Alien Trespass, en cambio, nos recuerda porqué la ciencia ficción de los 50 no nos gusta, porque nos aburrimos con ella y sus películas se nos hacen demasiado largas, predecibles y decepcionantes.

Ahora supongamos que Alien Trespass es en realidad una parodia. El humor, en estas circunstancias, debería lograrse mediante la exageración y un cierto espíritu burlón, pero la película carece de ambos. La historia está hecha de retazos de las ideas que todo cinéfilo tiene sobre la ciencia ficción de bajo presupuesto y el guión está escrito de manera impersonal, sin subrayados de ningún tipo. La película no asimila el material en que se basa ni juega con él, mostrando la acción de manera conscientemente ridícula, pero sin llegar a la caricatura.

Los personajes, los mecanismos y la estética camp son los adecuados, pero la fascinación por lo desconocido, un elemento mítico de la sci/fi de la época, se halla devaluada y sin carácter, y lo mismo ocurre con el auténtico leitmotiv de aquellas cintas, que tratan sobre todo, como bien señala Susan Sontag en su ensayo, de la catástrofe. La película es demasiado consciente de lo ingenua que resulta su amenaza y se distancia de ella, propiciando una falta de garra general.

R.W. Goodwin tiene complejo de Doctor Frankenstein, saquea tumbas para construir su propio monstruo (Ultimátum a la tierra y The Blob son las víctimas más evidentes), pero luego no sabe otorgarle vida o personalidad. Lo mejor que puede decirse de Alien Trespass es que queda muy bien en las fotos y que su tráiler funciona de la manera apropiada, porque ambos nos trasladan a una época de fantasía donde las cosas eran más sencillas y estaban exentas de dilemas morales. Pero la película nos vuelve a poner los pies en el suelo y confirma lo lejos que estamos de aquellos tiempos.



La frase: “Jamás debí tomar este trabajo, el pueblo necesitaba un sheriff temporal por tres semanas hasta que encontraran a un verdadero policía, pensé que ser soldado de infantería durante la guerra era suficiente preparación. “No te preocupes” me dijeron, “nunca pasa nada ahí.” Y durante cinco años no pasó nada, pero dos días antes de que por fin llegue mi remplazo… ¡Tenemos monstruos y asesinos y marcianos y Dios sabe qué más!”

Leer critica Alien trespass en Muchocine.net

Arrástrame al infierno (2009)

Viva el mal (viva el capital).


En la mayoría de los casos, el hecho de que Sam Raimi nos presente una nueva película acostumbra a ser motivo de júbilo y algarabía. Si, además, regresa con una película del género que lo dio conocer, hace ya varios lustros, lo dicho se pude ir multiplicando por dos o por tres, como mínimo. Y si, para colmo, lo hace en un momento dulce de su carrera a nivel de taquilla, lo cual viene a decir que lo hace para divertirse y porque le da la real gana y no como una vuelta a sus orígenes para intentar remontar una carrera venida a menos, la cosa ya es como para tirar cohetes. Así que, a pesar de no ser ésta la cuarta entrega de su famosa trilogía (la de Evil Dead, no la otra), nos podemos ir dando con un canto en los dientes con: Arrástrame al infierno... ¡Empezamos!

La protagonista de la peli es una joven que va de víctima por la vida o, como se suele decir, de tan buena es tonta. Resulta que la chica trabaja en una entidad bancaria concediendo préstamos y esas cosas que se hacen se hacían en los bancos, compitiendo con otro empleado por el puesto de sub-director, o algo por el estilo. A pesar de ser una empleada capacitada y eficaz todo el mundo siempre acaba aprovechándose de ella por ser demasiado blanda. Así pues, cuando su jefe le llama la atención al respecto, la chica decidirá ponerse dura por una vez en su vida. Pero el problema es que lo hará con la persona equivocada: una vieja gitana con un ojo a la virulé a la que le denegará una renovación de su préstamo. ¡Ya la tenemos liada! La vieja gitana con un ojo de cada color (muy al estilo David Bowie) se vengará de la muchacha lanzándole una maldición. La chica buscará apoyo en su pareja (alguien escéptico sobre brujería y maldiciones) y una especie de vidente, que se va a cagar patas arriba cuando le lea la mano a la joven.

A partir de esta premisa, de lo más básica y chorra, la película da rienda suelta a un montón de situaciones delirantes, con una protagonista interpretada por una sufrida Alison Lohman (el amor bucólico de Ewan McGregor en Big Fish) que las va a pasar canutas para intentar librarse de la maldición que le ha echado la vieja, con una justa medida entre cine de terror, comedia y asquito. Además, la película tampoco pierde la ocasión para criticar el capitalismo agresivo y la actual crisis económica y bancaria tan de moda en los tiempos que corren.

¿Pero quien es Sam Raimi? Pues es un director que se dio a conocer a principios de los ochenta con una película de terror (de presupuesto irrisorio) llamada Posesión infernal y que con el tiempo se ha convertido en película de culto (y yo que me alegro). Más tarde vinieron Ola de crímenes, ola de risas (escrita a seis manos con los hermanos Coen); la segunda entrega de Posesión infernal: Terroríficamente muertos (donde aumentaban las dosis de humor); la infravalorada Darkman (los oscuros vengadores estaban de moda por allá el año 1990); la tercera entrega de Posesión infernal: El ejercito de las tinieblas (donde seguía subiendo el grado de hilaridad hasta cuotas insospechadas); el director al servicio de la estrella en Rápida y mortal (que a pesar de ser un cagarro tenía algún buen plano al más puro estilo Raimi); Un plan sencillo (una pequeña joya que, lamentablemente, pasó sin pena ni gloria); la falta de identidad de Entre el amor y el juego (la próxima vez que vea a Kevin Costner con un bate en una pantalla espero que sea porque alguien le está atizando con él); Premonición (tan interesante como fallida); y luego, ya, las tres entregas de Spiderman (que a pesar de no ser precisamente santo de mi devoción le ha valido al bueno de Raimi para convertirse en un revienta taquillas y poderse forrar con oro las muelas que le faltaban).

Además de haber dirigido este montón de películas, Sam Raimi también fue el guionista de todas ellas (normalmente en compañía de su hermano Ivan Raimi entre otros) hasta El ejercito de las tinieblas (1992). Como se puede observar, ha llovido abundantemente desde entonces, así pues Arrástrame al infierno, además del regreso de Raimi al género del terror, también resulta ser motivo de celebración por ser, también, su regreso a los guiones. Brindo por ello.

La película resulta ser un simple divertimento la mar de entretenido que, no obstante, termina convenciendo por la rotundidad del producto. Raimi se mueve como pez en el agua (o como Spiderman entre rascacielos) en una película fabricada a su justa medida (como que la ha escrito él), plagada de puntos de tensión bien sostenida, de algún que otro susto, (controlando como pocos el recurso del sonido en ambos casos), de momentos divertidos y de casquería fina y variada (realmente ocurren cosas en esta película que solo las puede salvar Raimi y pocos más). Para colmo la película tiene un ritmo genial que te la ves en un pis pas y como quien no quiere la cosa. Además, para los más curiosos, decir que sí, que el coche de Raimi (que siempre saca en todas sus películas) también vuelve a aparecer en ésta. ¿O que os pensabais?

Resumiendo: Terror al estilo Raimi, con grandes dosis de sustos, humor y asquerosidades variadas.



Leer critica Arrástrame al Infierno (Drag me to Hell) en Muchocine.net

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