Buenos días, soy el jefe Dreyfus, y vamos a hablar un poquito de tele, que esta semana ha habido dos estrenos destacados (que no destacables): ¡Esta casa era una ruina y gominolas! Bueno, y ya que estamos hablaremos un poquito de Gran Hermano, que nunca está de más..
El lunes en Antena 3 empezó un nuevo programa sustituyendo a la familia Mata y consiguiendo además buenos resultados de audiencia, Esta casa era una ruina. La cosa va de que los responsables del programa escogen una familia con una casa hecha un asquito y les pagan unas vacaciones para que se las piren, mientras ellos les arreglan la casa por la patilla (bueno, y por la audiencia). La cosa, en el fondo, por mucho que vayan de almas caritativas, va de sacar las miserias de toda una familia frente a la cámara (que la cosa siempre vende) y de paso de erigen como sus salvadores. El formato viene a ser un poco como el cambio radical, de hace unos meses, pero en lugar de arreglar la nariz, pechos, piños y culo, aquí arreglan paredes, jardín, habitaciones y les ponen una pantalla de plasma, de propina. Que malvado es este programa, cuyos responsables se autonombran jueces para decidir que familia merece su ayuda frente a otras con similares, o peores, problemas, creyéndose capaces de arreglar sus vidas construyendo una puta piscina a una familia donde, por ejemplo, una mujer tiene que tirar adelante a cinco hijos con el único ingreso de las ayudas sociales. A todo esto los habitante de la casa lloran a moco tendido al ver su nuevo hábitat, cuando a una de las hijas la llama David Bisbal (¡y le regala cd’s de su disco y todo, es todo corazón!) o cuando los anima uno de los actores de la cutre-novela “el zorro” (el prota no, por supuesto) de la cual la familia era ferviente seguidora. El encargado de presentar el pastel es el ex-mister España, Jorge Fernández, que le pone ganas al destrozar cosas con un pico, o con lo que le hechen, o ensuciándose con los fluidos de una fosa séptica que se encuentran por accidente. Creo que la buena audiencia durará poquito y que, al igual que ocurrió con Cambio Radical, la cosa irá perdiendo fuelle.
El lunes en Antena 3 empezó un nuevo programa sustituyendo a la familia Mata y consiguiendo además buenos resultados de audiencia, Esta casa era una ruina. La cosa va de que los responsables del programa escogen una familia con una casa hecha un asquito y les pagan unas vacaciones para que se las piren, mientras ellos les arreglan la casa por la patilla (bueno, y por la audiencia). La cosa, en el fondo, por mucho que vayan de almas caritativas, va de sacar las miserias de toda una familia frente a la cámara (que la cosa siempre vende) y de paso de erigen como sus salvadores. El formato viene a ser un poco como el cambio radical, de hace unos meses, pero en lugar de arreglar la nariz, pechos, piños y culo, aquí arreglan paredes, jardín, habitaciones y les ponen una pantalla de plasma, de propina. Que malvado es este programa, cuyos responsables se autonombran jueces para decidir que familia merece su ayuda frente a otras con similares, o peores, problemas, creyéndose capaces de arreglar sus vidas construyendo una puta piscina a una familia donde, por ejemplo, una mujer tiene que tirar adelante a cinco hijos con el único ingreso de las ayudas sociales. A todo esto los habitante de la casa lloran a moco tendido al ver su nuevo hábitat, cuando a una de las hijas la llama David Bisbal (¡y le regala cd’s de su disco y todo, es todo corazón!) o cuando los anima uno de los actores de la cutre-novela “el zorro” (el prota no, por supuesto) de la cual la familia era ferviente seguidora. El encargado de presentar el pastel es el ex-mister España, Jorge Fernández, que le pone ganas al destrozar cosas con un pico, o con lo que le hechen, o ensuciándose con los fluidos de una fosa séptica que se encuentran por accidente. Creo que la buena audiencia durará poquito y que, al igual que ocurrió con Cambio Radical, la cosa irá perdiendo fuelle.
El martes pude ver el segundo estreno de la semana en cuatro, la serie nacional Gominolas, donde un ex grupo infantil, al estilo parchís, para que nos entendamos, sobreviven miserablemente (podría ir Jorge Fernández a arreglarles la casa a alguno) después de haber probado las mieles del éxito a muy tierna edad y no haber conseguido superarlo. La muerte de uno de los miembros del grupo volverá a unir al resto, que decidirán volver a juntar al grupo con funesto resultado. Mucho habían promocionado la serie en cuatro y la jugada les salió bien porque consiguieron una gran audiencia y un éxito para el canal (que necesitaban como el comer). La serie apunta maneras, pero lo cierto es que el primer capítulo fue un poco flojito, muy en la linea de las series nacionales de cuatro, que no acaban de estar mal (los simuladores, cuestión de sexo..) pero que se nota todo como muy falso y les faltan un poco de garra (aparte de tener algunas escenas demasiado forzadas). Supongo que también influirá el hecho de haber escogido unos actores más desenvueltos en comedias puras y duras que en la tragicomedia que realmente es Gominolas. Esperemos que la cosa vaya a más porque puede llegar a ser un producto interesante.
Y para acabar, como casi siempre, el jueves, en telecinco (tu papada amiga) la audiencia decide, y en esta ocasión, decidió que debía abandonar la casa Piero, quien a partir de ahora mismo nos referiremos a él como “el follador”. El follador era uno de los personajes que más juego han dado dentro de la casa (una de las imágenes del año es la de él preguntando: “Rodri, hay pasta para mi” todo empalmado después de restregarse durante una hora con Melania en el baño) pero últimamente ya estaba un poco a la baja porque prácticamente lo único que hacía era edredoning, que al principio siempre está bien, pero que al final acaba cansando. Sin duda alguna pasará a los anales de la historia de Gran Hermano el momento de la gala donde el follador se entera, por boca de la Milá, de que Amor era un tio (Amor, que le metió la mano por dentro de los pantalones hasta la rodilla), porque el bueno de el follador no se lo acababa de creer, no sabía hacia donde mirar y no sabía que cara poner. Dentro de la casa Amor sigue su cruzada contra Angela y poca cosa más, tendremos que ver como evoluciona la casa con Melania como elemento en singular, sin el follador pegado a ella.
Y para acabar, como casi siempre, el jueves, en telecinco (tu papada amiga) la audiencia decide, y en esta ocasión, decidió que debía abandonar la casa Piero, quien a partir de ahora mismo nos referiremos a él como “el follador”. El follador era uno de los personajes que más juego han dado dentro de la casa (una de las imágenes del año es la de él preguntando: “Rodri, hay pasta para mi” todo empalmado después de restregarse durante una hora con Melania en el baño) pero últimamente ya estaba un poco a la baja porque prácticamente lo único que hacía era edredoning, que al principio siempre está bien, pero que al final acaba cansando. Sin duda alguna pasará a los anales de la historia de Gran Hermano el momento de la gala donde el follador se entera, por boca de la Milá, de que Amor era un tio (Amor, que le metió la mano por dentro de los pantalones hasta la rodilla), porque el bueno de el follador no se lo acababa de creer, no sabía hacia donde mirar y no sabía que cara poner. Dentro de la casa Amor sigue su cruzada contra Angela y poca cosa más, tendremos que ver como evoluciona la casa con Melania como elemento en singular, sin el follador pegado a ella.
5 piquitos de oro:
... "esta casa es una ruina", menuda desfachatez de programa, es digo yo, pa' que le ponen ua piscina a esa pobre gente, con lo que costará mantener la piscinita de marras...
A mí me parece un despropósito, lo sorprendente es que hall atenido buena audiencia, digamos que A3 y los reallities, hmmmm
En cuanto a gominolas, pues sí, tiene fallos, y en guión tiene unos cuantos agujeros. las interpretaciones, a mí la de tejero no me convence. Bueno ya se verá, de momento y como dije en mi blog Gominolas em convenció, que no es poco, fue una sorpresa refrescante.
me olvidé de Los Simuladores, cierto, una serie muy digna, vi unos cuantos cpaítulos. la verdad sea dicha no soy gran fan de la ficción nacional (a excepción de 7 vidas, que estuve engancha a un par de temporadas).
El fucker de GH, no coment, jaja, vi ese cacho de cuando llego a la casa y tuve la suerte de ver su cara de sopresa al enterasrse de que Amor, bueno, tenía sorpresa incorporada. El tío menudo personaje, se le debe llamar MR. Me Encanta Eso (XDD).
¡Vaya! ¡Se me pasó Gominolas! A ver si la semana que viene me acuerdo.
En cuanto a los Simuladores, el problema fue la importación patria que se realizó, fría, artificial y con unos actores poco carismáticos (no sé como, pero hasta consiguieron quitarle toda la fuerza que tenía Federico D'Elia en su versión gaucha). Y es que la original, a parte de tener unos argumentos más trabajados, tiene un reparto mucho más mejor, y una puesta en escena nada artificiosa.
La verdad, nunca entenderé por qué tuvieron que iberizarla. Y más, para cagarla tanto.
Le daremos entonces un voto de confianza a Gominolas. Las otras dos, prefiero pasar...
Un saludo, compañero.
Desgraciadamente en esta época no tengo disponible una televisión y además no me encuentro en el país patrio para ver su programación, pero me imagino perfectamente la clase de programas chusmillas que me estoy "perdiendo".
Variaciones del Gran Hermano, el Gran Hermano en sí y la explotación del morbo disfrazado de solidaridad -véase Cambio Radical o Esta casa es una ruina-, es muy triste ver cómo explotan los sentimientos de la gente para ganar pasta. Cada día caen más bajo.
En fin, que mi España sigue tal y cómo la dejé. Esperemos que cuándo vuelva no haya un programa todavía más sorprendente...
Saludos!
Nois, L'Ultimate Festival te himne:
http://www.youtube.com/watch?v=w8ye4mYR878
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