He puesto en marcha un pequeño cineclub en el que doy pases semanales a niños de edades muy diversas, todos entre 3 y 12 años, a veces la película que pongo es juvenil y en otras infantil, y cuando se trata de dibujos animados los más mayores acostumbran a quejarse, están saliendo de la niñez y necesitan reafirmarse como adultos. Yo puedo disfrutar de Blancanieves y los siete enanitos (1937) sin ningún tipo de remordimientos porque nadie discute mi madurez, pero para ellos es distinto, más difícil, por lo que siempre muestran cierta oposición, aunque al final acaban bajando la guardia y sucumbiendo a los encantos de estas producciones, porque les gustan aunque no lo admitan abiertamente. Lo interesante de Bob Esponja es que se ríe directamente de esta situación.
La historia empieza el día en que se concede un ascenso en el Crustáceo Crujiente, Bob Esponja está convencido de que él va a ser el afortunado pero finalmente es Calamardo Tentáculos quien se lleva el gato al agua. La razón es simple, Bob es dinámico, emprendedor y creativo, pero muy infantil. Mientras que Calamardo es todo lo que uno espera de un adulto, es soso, falto de ambiciones y bastante mediocre. Nuestro protagonista se lo toma mal y cae en una espiral autodestructiva de dulces y cancioncillas infantiles, pero a la mañana siguiente se aventura en una peligrosa misión junto a Patricio Estrella para demostrar que es un hombre, su objetivo será encontrar la corona del Rey Neptuno y salvar Fondo de Bikini de las malvadas, diminutas y verdes manos de Sheldon J. Plankton.
Ahora fijémonos por un instante en Bob Esponja, su aspecto es el del típico adolescente aniñado con los dientes delanteros prominentes y la cara porosa (un hecho que recuerda intensamente al acné juvenil), y el trabajo que ejerce en el Crustáceo Crujiente también es el típico empleo basura de un adolescente. Tiene mucha facilidad para sobreexcitarse por cualquier cosa y su comportamiento es infantil en sentidos muy diversos, algunos de ellos conscientemente peyorativos. Utilizando el mismo lenguaje del filme diríamos que es un percebe y un atontado, algo que la cinta a veces celebra y en otras juzga. En más de un sentido puede considerarse como el Napoleon Dynamite (2004) de los dibujos animados e incluso el desmadrado final, cien por cien ochentero, parece una exageración y caricaturización de lo que ya sucedía en aquel filme.
Hay algo de la filosofía de John Waters rondando por la película, una exaltación de lo marginal y lo feo. Cuando Bob Esponja lo pasa mal, mediante un recurso utilizado en otros cartoons tan emblemáticos como Ren & Stimpy, vemos su rostro en primer plano, en un encuadre donde el dibujo se torna más complejo y se pueden observar con detalle cada una de sus imperfecciones. No es algo agradable pero provoca risas y, de alguna manera, reconforta al niño. Todos nos hemos sentido como mocosos insignificantes alguna vez y hay algo de tristeza, culpabilidad y soledad en ese sentimiento, de ahí que consuele compartirlo de manera tan alegre, impúdica y desenfadada.
Hay algo de la filosofía de John Waters rondando por la película, una exaltación de lo marginal y lo feo. Cuando Bob Esponja lo pasa mal, mediante un recurso utilizado en otros cartoons tan emblemáticos como Ren & Stimpy, vemos su rostro en primer plano, en un encuadre donde el dibujo se torna más complejo y se pueden observar con detalle cada una de sus imperfecciones. No es algo agradable pero provoca risas y, de alguna manera, reconforta al niño. Todos nos hemos sentido como mocosos insignificantes alguna vez y hay algo de tristeza, culpabilidad y soledad en ese sentimiento, de ahí que consuele compartirlo de manera tan alegre, impúdica y desenfadada.
La película, a través de un grafismo deudor del comic underground americano, elabora una comedia física muy dada al humor cafre, aunque todo queda atemperado por la energía que atraviesa la pantalla constantemente. La trama se muestra muy consciente de los hilos que mueven este tipo de periplos morales y utiliza la exageración y el absurdo como válvula de escape, de tal forma que el material clásico queda barnizado por una nada sutil ironía postmoderna y el filme resulta eficaz a tres bandas; divierte, conmueve y es irreverente. Existen varias escenas memorables, el numerito musical en el fondo del precipicio, cuando Bob y Patricio cantan, bailan y hacen palmas rodeados por gigantescos monstruos marinos, es absolutamente delirante. Y el cameo de David Hasselhoff, que aquí parodia su popular papel en la serie Los vigilantes de la playa, nos regala uno de los momentos más surrealistas y disparatados del filme, y eso que, contra todo pronóstico, sale sobrio y en buena forma.
La frase: “¡Saludad todos a Plankton!”
Leer critica Bob esponja: la película en Muchocine.net
7 piquitos de oro:
Vaya a ver si la veo un día de estos. Bob Es-pon-ja!
Pues me gustaria verla. Adoro la animacion cafre/delirante/entranhable de esta serie y sus locas historias XD
Muy buena película y muy, pero que muy lisergica... xD
De lo mejorcito que se puede ver en la tele ahora mismo... Mi hija, alucinada está...
Es un descontrol esta pelicula!!
"vive en una piña debajo del mar.. BAB ES PON JA!"
Salut!
wiii bob esponja mi anime favoritHo ADORO BOB ESPONJA EAAAA
te amo bob esponja amarillo jejejje
Bob esponja es el mejor.
jajajaja
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