Buenos días, soy el Jefe Dreyfus. ¿El templo del oro? ¿El tesoro de Sierra Madre? Maldita sea, que venga George Lucas y me atice con una espada láser de esas de juguete que venden en el Carrefour si no estamos frente a una semana temática dedicada a las pelis de aventuras (y aventureros) aquí en el Quesito Rosa. Y como colofón (¡no me digan que este final no se veía venir!), hoy: Indiana Jones y el reino de la Calavera de Cristal. Cojan su látigo, colóquense bien su sombrero, que empiece a sonar la música de John Williams, porque… ¡Empezamos!
Si algo queda claro, nada más empezar esta cuarta entrega de las aventuras de Indiana Jones, es que al final de la tercera el bueno de Indy, definitivamente, no bebió del cáliz sagrado que otorgaba la vida eterna, pues el hombre ya está un poco mayor (bueno, un poco bastante). No obstante, y como decía cierto anuncio, en el fondo no pesan los años, lo que pesan son los quilos, y Indiana demuestra que sigue hecho todo un chaval capaz de pelear, saltar (en numerosas ocasiones de vehículos en marcha), correr y montarte una persecución en menos que canta un gallo. Lamentablemente, y dado que la peli está ambientada en la segunda mitad de la década de los cincuenta, sus viejos enemigos, los nazis, han quedado algo pasados de moda y ahora lo que se lleva, el último grito en enemigos molones, son los comunistas, a las ordenes de un Stalin que, en el año en el que se sitúa la película, ya hacía tiempo que estaba criando malvas (¡eso es documentación y lo demás son tonterías, hostias!).
Pero entremos en la trama propiamente (o lo poco que se pueda sin contar demasiado). Indiana sigue con sus cosas de siempre, ya saben: sigue trabajando de profesor (no le quedará mucho para la jubilación) en la facultad y en sus ratos libres se pone a buscar tesoros perdidos y metiéndose en lios. Y en estas estamos cuando aparece un chaval que intenta ir de duro (el niño de los transformers) que acude a él para que le ayude a encontrar a su madre secuestrada en una selva perdida en el culo del mundo, que le ha mandado una carta donde le habla de una calavera de cristal. La madre del niño en cuestión es Marion, la mejor bebedora de chupitos que se conoce, tal y como hacía gala en la primera entrega, y vieja amiga de Indy. La aventura está servida y Indiana, junto con su joven compañero, no se lo van a pensar dos veces.
A la hora de la verdad, esto más que una película, parece una reunión de amigos. El productor, George Lucas (una auténtica máquina de fabricar dinero), el director, Steven Spielberg (una auténtica máquina de fabricar iconos cinematográficos, prueben a contarlos) y el prota Harrison Ford (una auténtica máquina de… bueno, un actor con más suerte y carisma que talento). A la santísima trinidad se les unen Karen Allen como Marion, ya vista en Indiana Jones en busca del arca perdida (sería como el hijo prodigo que vuelve al redil), Shia LaBeoulf, el jovencito de moda allá en Hollywood (que le debió resultar bastante frustrante cambiar a la Megan Fox de Transformers por el abuelete de Ford) y como malo oficial tenemos a Cate Blanchett, interpretando a Irina Spalko, una militar soviética con malas pulgas y afiladas espadas (es lo que tiene: con el pelo rubio y largo; reina de los elfos; con el pelo moreno y corto: comunista malvada).
La peli arranca con un homenaje al logo de la universal (como todas) y sigue con una larga escena de acción (como todas también) que, todo sea dicho, termina con una ida de pelota de las que hacen historia. Lo mejor de todo es que reconoces a Indiana Jones en este arranque. El hombre ha vuelto y la cosa promete. Pero lo cierto es que la cosa promete el rato que tarda el amigo Shia LaBeoulf en aparecer en pantalla (que tampoco es que sea culpa suya, él cumple bastante bien su función por mucho que se empeñe en hacer de Tarzán en sus ratos libres), momento en que la peli entra de lleno en una trama bastante floja tirando a mala, con fallos de guión (o eso me pareció) y, la verdad, poco inspirada y atrayente para el espectador. Y lo difícil de entender es que todos los ingredientes válidos en las otras entregas siguen aquí y son fácilmente reconocibles (aventuras, humor, viajes, persecuciones, enigmas, pistas, pasadizos, bichos, peleas, persecuciones…), pero a la hora de la verdad el resultado es mucho más simplón y descafeinado. Lo peor de todo se lo guardan (traicioneros ellos) para un final tirando a horroroso y un desenlace de vergüenza ajena. Es de agradecer, no obstante, que durante buena parte de la película estén haciendo continuas referencias a las tres entregas anteriores, lo que permite, junto con el personaje protagonista, conservar cierta nostalgia de la saga. Y es que diecinueve años entre la anterior entrega y ésta no son moco de pavo y uno tiene la sensación de que la película debería haber llegado mucho antes o, simplemente, no haber llegado, pero esperar tantos años para esto sabe a poco (¡y que durante todos estos años éste resulte ser el mejor guión que han encontrado es como para preocuparse!).
Resumiendo: Película clásica de aventuras, entretenida a ratos, con alguna buena escena de acción, pero falta de la garra de la que pueden presumir sus antecesoras y, lo que es peor, una frustrante recta final.
Pero entremos en la trama propiamente (o lo poco que se pueda sin contar demasiado). Indiana sigue con sus cosas de siempre, ya saben: sigue trabajando de profesor (no le quedará mucho para la jubilación) en la facultad y en sus ratos libres se pone a buscar tesoros perdidos y metiéndose en lios. Y en estas estamos cuando aparece un chaval que intenta ir de duro (el niño de los transformers) que acude a él para que le ayude a encontrar a su madre secuestrada en una selva perdida en el culo del mundo, que le ha mandado una carta donde le habla de una calavera de cristal. La madre del niño en cuestión es Marion, la mejor bebedora de chupitos que se conoce, tal y como hacía gala en la primera entrega, y vieja amiga de Indy. La aventura está servida y Indiana, junto con su joven compañero, no se lo van a pensar dos veces.
A la hora de la verdad, esto más que una película, parece una reunión de amigos. El productor, George Lucas (una auténtica máquina de fabricar dinero), el director, Steven Spielberg (una auténtica máquina de fabricar iconos cinematográficos, prueben a contarlos) y el prota Harrison Ford (una auténtica máquina de… bueno, un actor con más suerte y carisma que talento). A la santísima trinidad se les unen Karen Allen como Marion, ya vista en Indiana Jones en busca del arca perdida (sería como el hijo prodigo que vuelve al redil), Shia LaBeoulf, el jovencito de moda allá en Hollywood (que le debió resultar bastante frustrante cambiar a la Megan Fox de Transformers por el abuelete de Ford) y como malo oficial tenemos a Cate Blanchett, interpretando a Irina Spalko, una militar soviética con malas pulgas y afiladas espadas (es lo que tiene: con el pelo rubio y largo; reina de los elfos; con el pelo moreno y corto: comunista malvada).
La peli arranca con un homenaje al logo de la universal (como todas) y sigue con una larga escena de acción (como todas también) que, todo sea dicho, termina con una ida de pelota de las que hacen historia. Lo mejor de todo es que reconoces a Indiana Jones en este arranque. El hombre ha vuelto y la cosa promete. Pero lo cierto es que la cosa promete el rato que tarda el amigo Shia LaBeoulf en aparecer en pantalla (que tampoco es que sea culpa suya, él cumple bastante bien su función por mucho que se empeñe en hacer de Tarzán en sus ratos libres), momento en que la peli entra de lleno en una trama bastante floja tirando a mala, con fallos de guión (o eso me pareció) y, la verdad, poco inspirada y atrayente para el espectador. Y lo difícil de entender es que todos los ingredientes válidos en las otras entregas siguen aquí y son fácilmente reconocibles (aventuras, humor, viajes, persecuciones, enigmas, pistas, pasadizos, bichos, peleas, persecuciones…), pero a la hora de la verdad el resultado es mucho más simplón y descafeinado. Lo peor de todo se lo guardan (traicioneros ellos) para un final tirando a horroroso y un desenlace de vergüenza ajena. Es de agradecer, no obstante, que durante buena parte de la película estén haciendo continuas referencias a las tres entregas anteriores, lo que permite, junto con el personaje protagonista, conservar cierta nostalgia de la saga. Y es que diecinueve años entre la anterior entrega y ésta no son moco de pavo y uno tiene la sensación de que la película debería haber llegado mucho antes o, simplemente, no haber llegado, pero esperar tantos años para esto sabe a poco (¡y que durante todos estos años éste resulte ser el mejor guión que han encontrado es como para preocuparse!).
Resumiendo: Película clásica de aventuras, entretenida a ratos, con alguna buena escena de acción, pero falta de la garra de la que pueden presumir sus antecesoras y, lo que es peor, una frustrante recta final.
Leer critica Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal en Muchocine.net
13 piquitos de oro:
Todas las pelis de Indy han tenido una mala documentación, esta no podía ser menos.
A mi el rollo serie B de los 50 me gustó.
Entretenida a ratos...a muchos ratos diría yo. Salí del cine bastante satisfecho.
Saludos,
No la he visto todavía, pero había leido críticas muy favorables hacia la misma, aunque en algunas mencionaban sobre que su tramo final no era muy bueno, como bien dices en tu reseña.
Saludos!
¡Mi reino por un John-Rys Davies! ¿porque ya no sale el hombre que se perdía en su propio museo?
Y eso que aún no he visto lo de las calaveras.
El hombre que se perdía en su propio museo, Denholm Elliot, se murió. Pero el cambio por Jim Broadbent es acertado, a pesar del escaso papel.
La peli es la más floja de las 4, está claro. Le falta el típico inicio aparte de la historia principal, a Karen Allen se le saca poco partido y la historia se desarrolla poco, es simple. Además, los 50 no son los 30, y este tipo de héroes no deben envejecer ni cambiar de tiempo. Es como si Bart Simpson hubiera envejecido en todo este tiempo. El desenlace no es de mi gusto, pero también me digo que si en la primera en la tercera todo se dejaba en manos de Dios, no veo por qué en esta no van a poder hacer lo que les dé la gana.
Pero hay algo que cumple, y es la diversión de una película de aventuras, con decorados impresionantes, juego de pistas y lugares exóticos. Shia LaBoeuf se adapta muy bien a la historia y aporta juventud a las escenas de acción. Te lo pasas estupendamente y sólo por eso merece más la pena que cualquier precuela de la Guerra de las Galaxias. Peor, pero no destroza el pack. Aunque hay que acabar con George Lucas. Y seguramente dejar la saga ya en paz.
A mi no me gustó la película, entretenida a ratos como bien dices, pero muy tontaina en muchas otras.
El final es ridículo.
"Aunque hay que acabar con George Lucas." He tenido una imagen mental de miles de fans de indiana jones, otros tantos de Star Wars, vestidos de jedis y soldados imperiales, con antorchas encendidas y armados con palos y hoces, aporreando las puertas del rancho Skywalker pidiendo la cabeza de barbitas servida en una bandeja.
Bastante de acuerdo, compañero. Saludos.
Aunque no sea como las otras (yo no lo esperaba, pero mucha gente sí) creo que es lo mejor que ponen en el cine en este momento. ¿Para qué ir a ver otra?
Aquí os dejo mi opinión.
jejeje, a mí me ha encantado, y aunque tiee fallosde guión y algunas "flipadillas" varias, se le perdona, total, su función es entretener, y yo me lo pasé como una enana.
saludos
cuanto tiempo sin blogear
Entretenida película, pero no le llega ni a los talones a la trilogia original. Además tiene más de alguna escena para el olvido.
Saludos.
Pues yo me lo pase TETA viendola.Hacia tiempo que no me lo pasaba tan bien viendo una peli en el cine.
Mucha gente critica el final..pero yo creo que es consecuente con la pelicula. En expediente X no poniamos tantos peros..Y tampoco es que el final de la ultima cruzada fuese muy creible.
A ver si va tener razon al final Lucas con aquellas impagables declaraciones suyas.
Es que.. como sois como sois!¡Nunca se puede contentar a un fan!...Imaginad que hubiere salido algo como las nuevas de Star Wars.Je.Saludillos a tos!
bueno, a mí me gustó la peli. Me divertí viéndola, recordé las buenas sensaciones de las otras tres y salí satisfecho... pero coincido en lo del final, menuda mierda y en que es la más floja de las 4 y sobre todo en lo del guión. Leí en la fotogramas todos los guiones que habían ido desechando en todos estos años y había un buen puñado que en principio sonaban mucho mejor que éste... supongo que veían que los años pasaban, Harrison cada vez se estropeaba más y que tenían que hacer la peli fuese como fuese...
Pero bueno, salvo detallitos, la película me entretuvo, que a fin de cuentas es lo que se les pide a estas pelis...
saludetes!
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