Una cana al aire (1989)

Elprimerhombre vio con cuatro amigos UNA CANA AL AIRE, de Blake Edwards, y pudimos observar que no ha perdido nada de su frescura.

No tiene desperdicio ver las diferentes situaciones en las que se puede meter el protagonista, casi siempre provocadas por él mismo, a causa de su amor hacia las mujeres. Por eso, a sus 42 años, aún no ha logrado sentar la cabeza. En sus mejores tiempos fue un reconocido escritor y tenía una estable pareja, pero su forma de ser le hizo cambiar de vida.

Gracias a su inestabilidad emocional podemos oír unos extraordinarios diálogos entre él y un camarero de un bar nocturno. Entre los dos se intercambian frases irónicas que son de lo mejor de la película. Otro punto a favor es la interpretación de John Ritter, que logra hacernos reír con su papel de mujeriego empedernido.

Muchos gags nos recuerdan al mejor Blake Edwards, y la verdad es que, pensando en sus películas, me doy cuenta de que tiene una gran destreza para lograr que cualquier escena cómica tenga gracia y no caiga en el ridículo, no como alguna de las comedias de hoy en día. Igual que la habilidad a la hora de elegir a los actores para los personajes principales de sus películas, como por ejemplo Peter Sellers en La Pantera Rosa o El Guateque, el mismo John Ritter para esta o Jack Lemonn en Días de Vino y Rosas.

No es fácil ser convincente y Blake casi siempre lo consigue.

Antes de despedirme, quería recordar a una de mis abuelas porque fue con ella cuando vi por primera vez esta película en el cine. Tenía 10 años y también iba acompañado de sus amigas. Cada vez que lo recuerdo me impresiona gratamente. ¡Qué abuela más enrollada que tenía!. Por eso se reían todas en algunas escenas picantonas, no como el nieto, al que le faltaba aún unos años para entender de qué se reían.

Un saludo!