Buenos días, soy el jefe Dreyfus. Nos gusta tanto hablar de cine en esta página que, en ocasiones, nos olvidamos que aquí también estamos para hablar de televisión, así que, de vez en cuando, tenemos que recurrir a estos maratones con los últimos programas estrenados en la pequeña pantalla. Hoy toca: Estrenos tv... ¡Empezamos!
DE BUENA LEY: Esto se un programa, diario, que hacen en telecinco a las dos y media, después del Arguiñano, que viene a sustituir lo de El juego del Euromillón que volvió no hace demasiado para volver a marcharse por dónde había venido. El programa está presentado por Sandra Barneda (la que presentaba la séptima silla y que tan sólo duró un programa en antena) junto con otro, y viene a ser un nuevo Veredicto (programa que se emitió desde 1993 hasta 1996, con Ana Rosa Quintana manejando el cotarro). La cosa va de que un juez tiene que dar un veredicto en un caso de disputa y dónde la gente del público también puede dar su opinión y meter zizaña.
El programa que vi, sólo uno, se lo puedo asegurar, iba de que un matrimonio separado que discutía porque la madre llevó a su hija de seis años a una fiesta de aniversario de una amiga de su hija en un barrio gitano del extrarradio y el padre no estaba conforme y quería que su hija cambiara de amistades y de colegio (¡toma ya!). Tras exponer el caso, el juez se las piraba a deliberar y el resto del público tenía carta blanca para opinar, de forma bastante exaltada en algunos casos, sobre la pareja que había acudido a la tele a sacar sus trapos sucios. Era cómo si el programa hubiera dicho quien tenía que defender qué y a quien y todo el mundo, en plató, hacía de abogado del diablo ante la presencia de los padres separados. Al final volvió el juez y le dio la razón a la madre y sus seguidores salieron a la calle a celebrar la victoria destrozando mobiliario urbano.
La audiencia media se está moviendo entre el 12% y el 13% de share que no es que sea gran cosa pero va tirando.
SENSACIÓN DE VIVIR. LA NUEVA GENERACIÓN (90210): Después de que telecinco volviera a emitir Sensación de vivir, la serie original, en las mañanas de los fines de semana, hace uno domingos se decidió a estrenar la nueva Sensación de vivir.
La serie empieza de manera muy parecida a la serie original: Una familia formada por el matrimonio (ella la que salía en Padres Forzosos) y sus dos hijos, un chico (adoptado) y una chica, llegan a Beberly Hills, porque él ha entrado a trabajar como director del mítico instituto West Beberly Hills. Ya les aviso que el contraste entre su forma de vida antigua y la de Beberly Hills será brutal. A pesar de los parecidos, lo cierto es que los tiempos han cambiado y esta nueva generación empieza más fuerte. Así pues, ya en el primer episodio encontramos: una abuela alcohólica, una estudiante que se mete pastillas, uno que engaña a su pareja vía sexo oral en el asiento de un coche en el aparcamiento del instituto a la hora de la entrada de todos los putos alumnos (y, vaya por Dios, resulta que le pillan), un personaje que descubrirá una paternidad que no conocía, un posible caso de racismo., etc. Pero lo realmente grave de este primer episodio, borren todo lo demás, y en el que centran gran parte del tiempo, es que una de las alumnas copia un trabajo y, amigos míos, por aquí la sociedad americana si que no pasa.
Entre las caras conocidas de la serie original, que recupera esta nueva generación, encontramos a Kelly, que ahora es profesora del instituto (todos recordamos que esta chica, en su época de estudiante era una lumbrera), dónde también estudia su hermana pequeña (aunque a primera vista pudiera parecer su hija), y también aparece Brenda (Shannon Doherty), a partir del segundo episodio. Además, también apareció, un momento de nada, el jefe de la cafetería donde trabajaba Brandon, pero no se si era un cameo o su personaje tendrá más papel.
La serie es muy mala, terrible, mal narrada, mal montada, cutre dentro de la ostentación que pretende mostrar y absolutamente absurda. Además copia el tema del blog que aparecía en Gossip Girl, una serie igual de absurda, pero que comparada con esta nueva generación parece un Shakespeare. La audiencia ha sido tan mala que de momento, telecinco, sigue pensando donde la recoloca.
MALAS COMPAÑÍAS: La nueva apuesta de La Sexta, para la noche de los domingos (aunque a este ritmo a ver cuanto dura) es el nuevo programa de Manel Fuentes. El programa es el típico espacio donde todo cabe, o sea, y para que nos entendamos, el típico programa de Manel Fuentes, personaje que no sería precisamente santo de mi devoción. El programa tiene dos vertientes: la vertiente plató, donde el Fuentes está acompañado de tres o cuatro colaboradores, con un humor muy fácil, muy guionizado, muy preparado y dónde parece que nadie acaba de estar del todo cómodo; y la vertiente videos, y aquí si que todo cabe, puesto que encontramos: bromas de cámara oculta, reportajes de investigación (uno de los colaboradores pasa tres días con los monjes Shaolin y disfrutamos viendo como lo muelen a palos), entrevistas simpáticas (Manel Fuentes se pasa por un entrenamiento del Barça y habla con algunos de los jugadores) y humor político (en una conferencia de Esperanza Aguirre hacen un numero rollo musical), entre otros muchos.
Además de Manel Fuentes también encontramos el actor Raul Peña (Compañeros, Un paso adelante), Estíbaliz Gabilondo (cqc) y Susanna Bergés (Boqueria 357 en Tv3). Lo más difícil de saber es, realmente, de qué va el programa, porque va de muchas cosas, pero no acaba de ser nada en concreto. Supongo que de esto dicen programa de entretenimiento, pero el cierto es que no entretiene demasiado. Era bastante flojo y aburrido, especialmente cuando están en plató y los videos tampoco es que fueran nada del otro jueves. Pero, como los decía, no se puede decir que sea muy fan del señor Fuentes.
De audiencia ha pinchado en sus dos primeras entregas y, me temo mucho que o dan un giro radical o seguirá pinchando hasta que lo cancelen.
MERLÍN: El pasado viernes 22 de mayo, se estrenó esta nueva serie en Antena Neox, con intención de estrenarla, más tarde, en Antena 3. La serie nos pretende contar la adolescencia del popular personaje, el mago Merlín, y empieza como empiezan la gran mayoría de series, cuando uno de los personajes llega a algún lugar para empezar una nueva vida.
En la serie, Merlin llega A Camelot, enviado por su madre, para ser el ayudante de un médico, amigo de la familia. En Camelot está prohibida la magia y extinguidos los dragones, con la excepción del último de ellos, que vive encarcelado bajo el castillo. Pero el joven Merlín tiene unos poderes desde que nació, que deberá ocultar al resto de la gente o, por el contrario, sería ejecutado. Tan solo el médico conoce su secreto. Además, al poco de poner un pie en Camelot ya se meterá en problemas al enfrentarse al hijo del rey, el príncipe Arturo. Los dos jóvenes se caen mal, pero su destino está escrito y ellos dos están condenados a entenderse por el bien del reino.
La serie no es que sea mala, es que es muy mala, terrible diría yo. Está pensada para un público juvenil, casi infantil, llena de aventuras y magia. Pero incluso para este público es una serie bastante floja, con poca gracia y unos efectos especiales que rozan el ridículo en varios momentos. Lo cierto es que lo que parece es que la serie quiera aprovechar el tirón Harry Potter, haciendo una especia de subproducto que se aproveche del público de este, aun cuando no pasa de ser una mala copia con una diferente ambientación. A destacar también las orejas del protagonista, que al principio me pensaba que estaban hechas expresamente para el personaje, algo de magia y tal, pero que resultan que son las reales del actor.
EL SECRETO: Este programa tenía que ser la nueva apuesta de Antena 3 para la noche de los jueves, pero al final se ha quedado en, tan solo, dos entregas. Vale, pues esto va de que el programa coge a un tio que está podrido de pasta y se lo llevan fuera de su entorno y le dan una lección adelantada de realidad, haciéndolo trabajar de voluntario social con las clases más desfavorecidas durante cinco días y teniendo que sobrevivir con cuarenta y cinco euros. En principio, toda la gente con la que está no sabe quién es, ni que es un millonario, pero claro, no deja de sorprender que haya un voluntario social a quien lo siga un par de cámaras, un micro y un regidor. Al final, el tio podrido de pasta, en principio, deberá hacer una serie de aportaciones económicas a la gente que lo ha acogido y ayudar a la gente que ha conocido.
Este programa consigue ser tres programas en uno: de forma que de entrada las cámaras enseñan las clases más desfavorecidas en lo que podría ser una especie de Callejeros, sacando a la luz las miserias humanas, con yonkis, gente que no se puede valer por si misma y demás... La segunda vertiente es la de ver como un millonario debe hacer el trabajo de un voluntario social y sobrevivir con una paga reducida, con el qué se consigue el choque de clases sociales y sacar de su ambiente a alguien que está acostumbrado a los lujos y que se lo hagan todo. Y la tercera vertiente, la más criticable a mi modo de ver, es cuando el tio empieza a regalar pasta a la gente que ha conocido, por mejorar sus vidas, lo cual nos podría recordar algo programas del estilo de Esta casa es una ruina, que también emite Antena 3 y que, desde ayer visto, ha tomado su relevo en la parrilla.
En el primer programa, cogían a un arquitecto de éxito, empresario y forrado, que lo llevaban a Galicia, a una casa de acogida donde daban de comer a mendigos y a ayudar a varias asociaciones: una que ayudaba a los enfermos del V.I.H., una que ayudaba a ancianos con movilidad reducida, etc. Lo que se intentaba era que el protagonista se hundiera en algún momento, y se consiguió al tercer día, cuando el arquitecto confiesa a la cámara que él tuvo un hermano que murió por problemas con las drogas. Creo que el programa forzó bastante la situación para asegurarse los resultados. Al final, el empresario regaló, en total, 300,000 euros a las diferentes organizaciones en las que había colaborado durante los últimos cinco días, y un piso (diseñado por él mismo). El final era terriblemente sensiblero, buscando la empatía con el espectador y remover conciencies, pero, sobre todo, lo qué buscaba era audiencia, no nos engañemos (espero que esto ahora no entre en una pugna/competición por ver cual es el millonario que regala más pasta). Siendo algo malpensados, se debe decir que, aparte de la pasta regalada por el arquitecto, todo y ser una donación muy generosa, el programa era un gran escaparate para él y su empresa y el hecho de regalar pasta a los más necesidades funcionaba muy bien como una gran campaña de marketing.
En cuanto a la audiencia, en el primer programa consiguió un flojo, aunque medio aceptable 14,1% de share, pero en su segunda semana ya bajó a un 12,6%. No acaba de funcionar, pero lo más preocupante, son los problemas de la productora para encontrar millonarios dispuestos a entrar en el juego.
Seguiremos informando...
2 piquitos de oro:
Gran parte de la TV sigue siendo una mierda. Retomar lo de los juicios (¿os acordáis de AR presentando juicios con aquel juez jubilado tan simpático?) es algo realmente innovador, aunque sea incluso peor que antes.
Y lo curioso es que el otro día con el futbol en vez de quitar el juicio para al menos poner las noticias, ¡quitaron las noticias!
Qué grande
Vi un trozo de este nuevo "Veredissto" que era igual de descacharrante
Un tipo aparece en la vida de una muchacha y le dice
- Hola, soy tu hermano de madre, ella te abandonó cuando naciste, pero ahora que está enferma, pásame 600 euros mensuales para cuidarla. Ah, no tengo ninguna prueba de que sea tu madre.
Sale uno y dice "le tiene que dar el dinero porque una madre... una madre da la vida por un hijo".
No, no tuve cuajo para quedarme a ver el resto
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