Elprimerhombre se imagina un mundo caótico, paranoico, sombrío, donde se mezclan realidad y ficción. Un mundo rocambolesco, exento de facilidades para la comprensión; un mundo en el que es complicado vivir a menos que estés soñando.
No, no estoy loco. Es que la semana pasada fui al cine a ver Inland Empire, de David Lynch, y como podéis comprobar deja huella.
El señor Lynch es amo y señor hurgando en las entrañas del inconsciente, evocando al espectador una sensación de incomodidad, provocada la mayoría de las veces por unas imágenes sin aparente sentido. Sus películas suelen tener muchos entresijos (salvo Una Historia Verdadera, que es para todos los públicos), lo que hace que no sean aptas para la gente que le guste las películas convencionales, sin muchas complicaciones en el argumento.
Yo alabo esta manera de hacer cine, porque siempre me queda un poso de dudas en mi cabeza que me deja un poco estupefacto. Creo que si, algún día, el señor Lynch fuera sometido a algún interrogatorio por algo que hubiera cometido, el interrogador no aguantaría hasta el final porque se cortaría las venas, recordando los traumas del protagonista de Aterriza como puedas.
Y esta vez me desentiendo del argumento porque no sabría qué poner, y porque prefiero no comentar mucho sobre la película. Lo único que voy a destacar es que me encanta una escena hacia el final por lo inverosímil y lo real que es a la vez. Y, sobre todo, las letras de crédito finales, con la gran Nina Simone y su “Sinnerman”.
Un saludo!!
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