A caballo entre el thriller policiaco y la ciencia ficción de serie B, el sexto filme como director de Michael Crichton juega abiertamente con los convencionalismos del género, asumiendo sin tapujos su condición de tecno-thriller moderno, una etiqueta que al abajo firmante no le vuelve particularmente loco. Crichton es un autor excepcionalmente dotado para trivializar el hecho científico, la conspiración de las máquinas por el dominio mundial (El hombre terminal) o la existencia de dinosaurios en la era moderna (Parque Jurásico), son dos temas que el autor ha tomado prestados de la literatura pulp y que ha convertido en best-sellers, dotándolos de un supuesto enfoque más adulto y científico.
La película nos cuenta la historia del sargento Ramsey, un policía que se dedica a la captura de robots descontrolados y con tendencias homicidas. La acción se sitúa en un futuro alternativo no muy lejano, de tal manera que casi puede interpretarse como una ucronía de los años 80’s, ya que los elementos divergentes y anacrónicos se reducen básicamente a la instauración de robots en la vida cotidiana. Un hecho con evidentes tintes futuristas, pero que no viene orquestado por el habitual attrezzo de naves espaciales y paisajes futuristas, no se sabe muy bien si por convicción, falta de interés o escasez de presupuesto, pero el resultado es el mismo: la ficción aquí, como en las novelas de Julio Verne, deviene presente y no futuro.
Si algo destaca del filme es su carismático elenco de actores, desde el eficaz Tom Selleck (Magnum, P.I., 1980-1988), pasando por Cynthia Rhodes (la competencia de Jennifer Grey en Dirty Dancing, 1987), Gene Simmons (el cantante de KISS), Kirstie Alley (la Rebecca de Cheers, 1982-1993), Joey Cramer (el niño de la mitiquísima El vuelo del navegante, 1986) y G. W. Bailey (el detestable Capitán Harris de Loca Academia de Policía, 1984-1994).
Runaway es un thriller de ciencia ficción sobre el que planean ecos del cine de acción de los años 80’s y una cinta que no puede evitar caer en los clichés del género, ya que contiene todos los ingredientes de este tipo de productos (el poli íntegro, el villano malvado e inteligente, la chica, el esperado final donde el protagonista debe enfrentase a sus miedos…), la película es puro cine de evasión con la mayoría de concesiones y agujeros negros de la cinematografía del momento.
Por otra parte, el discurso moral también queda implícito en el filme. Su mensaje es una puesta en alerta contra los peligros del mal uso de la tecnología, un tema muy recurrente en la obra de Crichton, pero que aquí está tratado de forma superficial y efectista, de tal manera que la película no establece un diálogo con el espectador, sino que realiza un soliloquio banal y dogmático satanizando a la misma. Aun así, la mezcla tan natural entre cine policíaco y cachivaches de ciencia ficción, crea una atmósfera curiosa y marciana que otorga de cierto encanto a la cinta.
Robots salidos de madre, arañas cibernéticas, balas inteligentes que doblan esquinas, un Mad Doctor y una vidente, son algunos de los elementos inconexos que Crichton sitúa en un contexto realista, creando una mixtura interesante, pero que se resiente por el tono relamido, la anemia y la excesiva compostura del filme.
La frase: “Déjame que te explique cómo van las cosas; nada funciona bien, las relaciones de pareja no van bien, la gente no funciona bien, pero fabrican máquinas, ¿porqué iban a ser perfectas las máquinas?”
La película nos cuenta la historia del sargento Ramsey, un policía que se dedica a la captura de robots descontrolados y con tendencias homicidas. La acción se sitúa en un futuro alternativo no muy lejano, de tal manera que casi puede interpretarse como una ucronía de los años 80’s, ya que los elementos divergentes y anacrónicos se reducen básicamente a la instauración de robots en la vida cotidiana. Un hecho con evidentes tintes futuristas, pero que no viene orquestado por el habitual attrezzo de naves espaciales y paisajes futuristas, no se sabe muy bien si por convicción, falta de interés o escasez de presupuesto, pero el resultado es el mismo: la ficción aquí, como en las novelas de Julio Verne, deviene presente y no futuro.
Si algo destaca del filme es su carismático elenco de actores, desde el eficaz Tom Selleck (Magnum, P.I., 1980-1988), pasando por Cynthia Rhodes (la competencia de Jennifer Grey en Dirty Dancing, 1987), Gene Simmons (el cantante de KISS), Kirstie Alley (la Rebecca de Cheers, 1982-1993), Joey Cramer (el niño de la mitiquísima El vuelo del navegante, 1986) y G. W. Bailey (el detestable Capitán Harris de Loca Academia de Policía, 1984-1994).
Runaway es un thriller de ciencia ficción sobre el que planean ecos del cine de acción de los años 80’s y una cinta que no puede evitar caer en los clichés del género, ya que contiene todos los ingredientes de este tipo de productos (el poli íntegro, el villano malvado e inteligente, la chica, el esperado final donde el protagonista debe enfrentase a sus miedos…), la película es puro cine de evasión con la mayoría de concesiones y agujeros negros de la cinematografía del momento.
Por otra parte, el discurso moral también queda implícito en el filme. Su mensaje es una puesta en alerta contra los peligros del mal uso de la tecnología, un tema muy recurrente en la obra de Crichton, pero que aquí está tratado de forma superficial y efectista, de tal manera que la película no establece un diálogo con el espectador, sino que realiza un soliloquio banal y dogmático satanizando a la misma. Aun así, la mezcla tan natural entre cine policíaco y cachivaches de ciencia ficción, crea una atmósfera curiosa y marciana que otorga de cierto encanto a la cinta.
Robots salidos de madre, arañas cibernéticas, balas inteligentes que doblan esquinas, un Mad Doctor y una vidente, son algunos de los elementos inconexos que Crichton sitúa en un contexto realista, creando una mixtura interesante, pero que se resiente por el tono relamido, la anemia y la excesiva compostura del filme.
La frase: “Déjame que te explique cómo van las cosas; nada funciona bien, las relaciones de pareja no van bien, la gente no funciona bien, pero fabrican máquinas, ¿porqué iban a ser perfectas las máquinas?”
Leer critica Runaway, brigada especial en Muchocine.net
11 piquitos de oro:
Hola, esta película me parece un bodrio de campeonato, pero no te negaré que tiene cierto encanto. Tengo una reseña aquí.
Saludos!
Me tranquiliza saber que en un futuro no muy lejano el bigote volverá a estar de moda..
me acuerdo de que el bicho ese que va por debajo de los coches molaba, junto con las arañas/robot, primas hermanas de las que salían en Minority Report
No la vi en su momento ( video-club años 80), por que ya me parecia un poco cutre. Ahora pasado el tiempo creo q mi interes por ella no ha cambiado mucho.
Salu2
Pues a mi esta pelicula me encanta y la considero un buen clasico de los ochenta que hay que revisar o ver. De cutre y bodrio na de na. Adictiva y con acción. La escenas de las arañas estaban muy logradas y tenian su tension.
En su día me parecía una película excepcional, pero en esa época también veía los "Transformers", así que me a tocar revisionarla a ver qué tal.
Y el bigote seguro que se volverá a poner de moda, como en las novelas de "La Fundación" o en "Pasapalabra", fijo.
Pues recuerdo que era muy entretenida y el resultado más que notable. Y esta creo que la ví en el cine. Ahora, pasados tantos años, se antoja cutre, pero se quese normal.
Aún me acuerdo del día en que mi padre se afeitó el bigote y nunca más se lo volvió a dejar. Fue un momento de choque emocional.
Siempre me han gustado mucho las pelis de Crichton. esta no la he visto, pero tal como me mira Kirstie en esa foto, creo que la veré.
Salut
Con ese delirante reparto y tu último parrafo dan ganas de verla...¿o no?, quizás...XD
A eso se le llama quemar un guión. Porque la idea no es mala, pero es que no se salva ni un personaje, ni un diálogo, ni una actuación decente, ni nada. Qué pena que no se lo tomaran más en serio! Al pozo con ella!
Bodrío de los 80 que intento estar a rebufo de la gran Blade Runner. Malísima, sólo la salva el encanto ochentero que para algunos pueda tener.
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