Buenos días, soy el jefe Dreyfus y vuelvo de las fiestas con un síndrome gripal de tres pares de narices y empezando el año echando un vistazo a la televisión, que ya hacía algún tiempo que la teníamos olvidada, en una semana en la que, parece ser, que las cadenas se han puesto de acuerdo en lanzar sus nuevas propuestas. Así que hoy: Repaso semanal... ¡Empezamos!
Lunes: La mayoría de la gente estaba de puente y, un servidor, estaba de bares, así que no vi nada de nada. Simplemente decir que ganó una peli del Harry Potter en la 1, por encima, incluso, del pobre Horatio (también conocido como la naranja mecánica) con el que parece ser que últimamente se atreve todo el mundo (hace poco ya le pasó la mano por la cara la serie Física o Química y la miniserie El castigo).
Martes: Telecinco (tu pantalla amiga) ha decidido pasar Gran Hermano a la noche de los miercoles para poder estrenar un nuevo y flamante programa llamado: ¡Guiness World Records! Y por el nombre ya se pueden ustedes figurar de que va esto (¿de hecho, no hizo Antena 3 un programa muy similar hace un tiempo?). La cosa empezó con un tipo ingiriendo leche vía nasal para, acto seguido, expulsarla por su lagrimal, con tanta puntería que consiguió apagar una vela que estaba frente a él. ¡Fantástico! A su lado, la presentadora, Carmen Alcayde (la comparsa de Aquí hay tomate, que desde que desapareció el programa no levanta cabeza), daba el pistoletazo de salida. Acto seguido, nos presentó a dos jurados del libro Guiness (¡con uniforme incluido!) que vinieron para dar fe y corroborar todo lo que sucedía durante el programa. Hay que decir que los dos jurados, un chico y una chica, eran gente terriblemente extraña y que lo último que me inspiraban, como espectador, era confianza, pero en fin, llegados a este punto empecé a darle vueltas sobre que pruebas deberían haber superado para llegar a su puesto, sobre cuanto cobran por hacer eso, sobre que hacen el resto del año y, lo más importante, sobre si yo puedo ser juez de los Guiness ¡Porque lo que está claro es que eso es vida, señores! Pero volvamos al programa. No llegué muy bien a entender el mecanismo del programa, que si, que se trata de hacer récords, pero más bien me pareció una parada de freaks de las de antes. Así pudimos ver: El hombre más tatuado del mundo (que como su número quedaba un poco flojo decidió tragarse una espada para dar más juego), el hombre con la lengua más larga del mundo o la mujer con las piernas más largas del mundo. Y la cosa iba más o menos así: Aparecía el hombre con la lengua más larga del mundo en plató, y mientras se rascaba los huevos la presentadora le preguntaba al Juez de los Guiness: ¿Sigue siendo el hombre con la lengua más larga del mundo? El juez decía que si y de pronto empezaba a sonar música, la gente aplaudía y el jolgorio se apoderaba del plató, mientras el hombre con la lengua más larga del mundo se seguía rascando los huevos, pensando en lo que le habían pagado Telecinco por ir a la tele a no hacer nada.
Pero durante el programa también pudimos asistir a apasionantes retos. ¡Un español intentó batir el récord de El hombre que rompe más cocos con las manos en un minuto! Antes de empezar, el hombre, mirando a cámara, aseguró estar preparado y capacitado para superar el récord, que, para su información, estaba en 81 cocos. Rompió 34. ¿Pero eso que importa? Así que empezó a sonar música, la gente aplaudió y el jolgorio se apoderó, nuevamente, del plató. También hubo retos muy peligrosos, como el del hombre que intentó batir el récord de ponerse el mayor número de calzoncillos encima. No pudo batir el récord y, además, tuvo que ser atendido por los médicos del programa. No lo intenten en sus casas. Pero no todo fueron decepciones. Al final, consiguieron batir un record del mundo: El hombre que aguantaba más tiempo la respiración bajo el agua, con más de diecisiete minutos. Puede sonar apasionante, pero les aseguro que fueron los diecisiete minutos más aburridos de toda mi puta vida. Por cierto, que de audiencia fue bastante mal y Telecinco, con tan solo un programa ya ha decidido cambiarlo de día y de horario, pasándolo a las tardes de los domingos. ¡Sin duda alguna es un programa de récord!
Además, en Cuatro, empezaron la quinta temporada de House, serie que siempre he seguido y de la que ya hablaré otro día más detenidamente, y, en Antena 3, estrenaron la séptima temporada de Los hombres de Paco, serie que siempre he detestado (hay series que no me gustan e ignoro, pero ésta consigue sacarme de quicio). La estuve viendo durante cinco minutos y pude ver, horrorizado, ¡como un agente de policía se dedicaba a interrogar a dos marionetas! ¡Y las marionetas lo vacilaban! Lo más lógico, llegados a éste punto, como así sucedió en la serie, es que el policía también cogiera una marioneta, para interrogar a los sospechosos, hasta que uno llegó a confesar y pudieron detener al ventrílocuo que tenía detrás. Confieso que después de ver esta escena me entraron ganas de agarrar el televisor, arrojarlo por la ventana e irme a vivir a una cueva en las montañas con el único sonido del viento y el crepitar de un fuego amigo... pero rápidamente recordé que en la otra cadena un tipo se había desmayado mientras se ponía demasiados calzoncillos.
Miércoles: En Gran Hermano Almudena sigue disfrutando del favor del público (y de sus iras) y vuelve a superar unas nominaciones en detrimento de Julito (que ayer descubrió que Roma está en Italia). Viéndolos a los dos juntos sentados en el sofá de nominaciones me puse a imaginar que si jamás los dos engendraran un hijo dudo mucho que en su cabeza se juntaran más de dos neuronas. En Antena 3 los chicos de El internado seguían con sus misterios y sus cosas. Y, en Cuatro, decidieron que ayer era un día tan bueno como cualquier otro para estrenar su nuevo programa de gente que canta (al parecer no aprendieron de la terrible hostia que se metieron hace cuatro días con lo de Factor X): La batalla de los coros. A ver, esto va de que hay cinco famosos: Soraya (ex-triunfita), Manu Tenorio (ex-triunfito), Mikel Erentxun (ex-Duncan Dhu), Lolita (ex-hija de famosa) y Marta Sánchez (ex-portada de Interviu), que al parecer tienen que crear cada uno un coro formado por veinte personas que actuarán en directo y lucharán para ver quien consigue que sus pupilos canten mejor. Cada famoso, con su respectivo coro, para colmo representa una ciudad española (para hacerlo todavía más interesante, supongo). Al final el famoso que gane recibirá una bonita suma de dinero para gastar en la ONG que elija, como sucede en Mira quien baila.
El principal problema de este programa (entre muchos muchos otros) es que tenemos a cinco famosillos y a cien desconocidos, con lo cual, de lo que se trata, es de lucir a los cinco que ya conocemos. De esta forma pudimos ver como se movilizaron para conseguir candidatos (Lolita incluso megáfono en mano en medio de un mercado), como hicieron los castings (demasiado lights, al fin y al cabo no querían perjudicar su imagen de famosillo, ni caer mal al público), como sufrieron con la difícil elección de escoger a los veinte cantantes finales de cada coro (para que no se les notara que en el fondo les sudaba el nabo), como entrenaban a los futuros cantantes... todo muy muy aburrido y quedando bien claro quien son las estrellas (al fin y al cabo tampoco te vas a aprender los nombres de los cien concursantes anónimos). Pero al final llegó el momento cumbre donde los coros se ponían a cantar frente a las cámaras y al público del plató y, créanme, creo que jamás había oído nunca a tanta gente junta desafinar de esa manera. Primero el grupo de Soraya, que cantaron Waterloo (¡Viva la originalidad!), desafinaron de tal manera que de pronto se extinguieron los pocos linces vivos que quedan. Por voluntad propia. Después les tocó el turno a los de Lolita y, créanme, si alguna vez buscan un ejemplo útil para la expresión “tocar fondo”, esta actuación les puede sacar de más de un apuro. Realmente no se podía hacer peor. Empecé a añorar las actuaciones de Enrique Anaut en Operación Triunfo. Luego le tocó el turno a los del Duncan Dhu y más tarde a los de Marta Sánchez, y aunque la cosa mejoró el daño ya estaba hecho. A Manu Tenorio ya ni lo vi. El programa tuvo una audiencia del 5%, con lo que dudo mucho que lleguemos a escuchar jamás a nadie afinando en este programa, ya sea por falta de talento o por falta de tiempo, porque lo seguro es que el programa tiene las horas contadas.
Jueves: Y ya, para acabar, ayer por la noche, en la Sexta, estrenaron una nueva serie de la que, al parecer, esperan grandes cosas en la cadena: El Mentalista. Esto lo sabemos, porque durante la emisión de los dos primeros capítulos solo hicieron una breve pausa publicitaria de cuatro minutos y medio. Todo lo demás, del tirón. Y los resultados parece que les dan la razón, con más de un 13% de audiencia, que no deja de ser una barbaridad teniendo en cuenta que es la Sexta y que a la misma hora, en Telecinco, la estaba palmando el Duque.
El Mentalista va de un tio con mirada triste que se fija un huevo y medio en todo lo que sucede a su alrededor, de manera que, con estar apenas cinco minutos con una persona, ya sabe todo lo que necesita de él: Si es diestro o zurdo, si se la pega a su pareja, si se lava las manos después de mear, si se afeita con Match 3 o con Match 4... En fin, un lince. Ese don, hoy en día lo utiliza al servicio del bien, ayudando a un equipo de la policía (capitaneado por la abogada de la primera temporada de Prison Break, si, la peor de toda la puta serie), especializados en resolver crímenes complicados (que al final siempre los acaba resolviendo el mismo y los demás están más de palmeros que de otra cosa). Pero no siempre fue así, y es que en el pasado, el prota, usaba este don para engañar a la gente y hacerse pasar por un adivino o algo así. Total, que la cosa sigue siendo una nueva vuelta de tuerca de la típica serie policíaca de toda la vida (actualmente más de moda con los C.S.I.) con un caso por capítulo, donde hay un culpable que acabará saliendo a la luz si se siguen todas las pistas. Además, en el primer capítulo de anoche, nos presentaron un caso que, al parecer, irá dando por el saco durante toda la temporada, con un asesino en serie, jamás capturado, que tiene mucho que ver con el propio protagonista. No se, ya veremos, personalmente me pareció bastante floja y poco original, aunque con estás cosas nunca se sabe. Igual el día menos pensado la serie te pega el estirón y de golpe resulta que es la leche. Con lo visto ayer, lo dudo.
Lo dicho, seguiremos informando...
El principal problema de este programa (entre muchos muchos otros) es que tenemos a cinco famosillos y a cien desconocidos, con lo cual, de lo que se trata, es de lucir a los cinco que ya conocemos. De esta forma pudimos ver como se movilizaron para conseguir candidatos (Lolita incluso megáfono en mano en medio de un mercado), como hicieron los castings (demasiado lights, al fin y al cabo no querían perjudicar su imagen de famosillo, ni caer mal al público), como sufrieron con la difícil elección de escoger a los veinte cantantes finales de cada coro (para que no se les notara que en el fondo les sudaba el nabo), como entrenaban a los futuros cantantes... todo muy muy aburrido y quedando bien claro quien son las estrellas (al fin y al cabo tampoco te vas a aprender los nombres de los cien concursantes anónimos). Pero al final llegó el momento cumbre donde los coros se ponían a cantar frente a las cámaras y al público del plató y, créanme, creo que jamás había oído nunca a tanta gente junta desafinar de esa manera. Primero el grupo de Soraya, que cantaron Waterloo (¡Viva la originalidad!), desafinaron de tal manera que de pronto se extinguieron los pocos linces vivos que quedan. Por voluntad propia. Después les tocó el turno a los de Lolita y, créanme, si alguna vez buscan un ejemplo útil para la expresión “tocar fondo”, esta actuación les puede sacar de más de un apuro. Realmente no se podía hacer peor. Empecé a añorar las actuaciones de Enrique Anaut en Operación Triunfo. Luego le tocó el turno a los del Duncan Dhu y más tarde a los de Marta Sánchez, y aunque la cosa mejoró el daño ya estaba hecho. A Manu Tenorio ya ni lo vi. El programa tuvo una audiencia del 5%, con lo que dudo mucho que lleguemos a escuchar jamás a nadie afinando en este programa, ya sea por falta de talento o por falta de tiempo, porque lo seguro es que el programa tiene las horas contadas.
Jueves: Y ya, para acabar, ayer por la noche, en la Sexta, estrenaron una nueva serie de la que, al parecer, esperan grandes cosas en la cadena: El Mentalista. Esto lo sabemos, porque durante la emisión de los dos primeros capítulos solo hicieron una breve pausa publicitaria de cuatro minutos y medio. Todo lo demás, del tirón. Y los resultados parece que les dan la razón, con más de un 13% de audiencia, que no deja de ser una barbaridad teniendo en cuenta que es la Sexta y que a la misma hora, en Telecinco, la estaba palmando el Duque.
El Mentalista va de un tio con mirada triste que se fija un huevo y medio en todo lo que sucede a su alrededor, de manera que, con estar apenas cinco minutos con una persona, ya sabe todo lo que necesita de él: Si es diestro o zurdo, si se la pega a su pareja, si se lava las manos después de mear, si se afeita con Match 3 o con Match 4... En fin, un lince. Ese don, hoy en día lo utiliza al servicio del bien, ayudando a un equipo de la policía (capitaneado por la abogada de la primera temporada de Prison Break, si, la peor de toda la puta serie), especializados en resolver crímenes complicados (que al final siempre los acaba resolviendo el mismo y los demás están más de palmeros que de otra cosa). Pero no siempre fue así, y es que en el pasado, el prota, usaba este don para engañar a la gente y hacerse pasar por un adivino o algo así. Total, que la cosa sigue siendo una nueva vuelta de tuerca de la típica serie policíaca de toda la vida (actualmente más de moda con los C.S.I.) con un caso por capítulo, donde hay un culpable que acabará saliendo a la luz si se siguen todas las pistas. Además, en el primer capítulo de anoche, nos presentaron un caso que, al parecer, irá dando por el saco durante toda la temporada, con un asesino en serie, jamás capturado, que tiene mucho que ver con el propio protagonista. No se, ya veremos, personalmente me pareció bastante floja y poco original, aunque con estás cosas nunca se sabe. Igual el día menos pensado la serie te pega el estirón y de golpe resulta que es la leche. Con lo visto ayer, lo dudo.
Lo dicho, seguiremos informando...
5 piquitos de oro:
La programación de la tele actual deja mucho que desear, al menos para mí.
yo no he visto ni al guiness, ni el duque ni na, pero sí el mentalista, aunque no por la sexta, es que a una le va el rollo VOS y ya se sabe que en España lo tenemos que tener todo doblado.
aún a´si me alegro pro la sexta, un 13% de share, y con las tetas del paraíso y el duque encandilando a la audiencia. Mis padres vieron el mentalista, me hicieron caso y les ha encantado la serie.
saludos. y aseguir con vuestro repaso semanal, que lo hacéis fetén.
Espero sección de pelis frikis, que es otra sección que me chifla.
saludos de moi, la gran ausente que ha vuelto again
Suscribo todo lo que dices sobre el programa de los Records Guiness. Es muy muy malo.
Pero joder, que buena está la Alcayde, vale la pena verlo solo por ella....
Un saludo!
Es más divertido leer tu informe que ver la tele xD Y digo yo, esta gente de los records, ¿porque no se pone simplemente a trabajar?
Espero que se cumpla tu profecía y quiten ya "La Guerra de los Coros", pero ya!!!!!
Laia
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