M. Night Shyamalan

En el transcurso de esta década la mayor parte del cine fantástico se ha decantado por dos opciones claramente opuestas: la recreación de mundos totalmente imaginarios e imposibles (no hace falta mencionar sagas tan archiconocidas como las de El señor de los anillos y los mil y uno Harry Potters, por ejemplo) o la integración del elemento fantástico en un reconocible entorno cotidiano. De ahí la proliferación de falsos documentales con trasfondo fantástico, como Monstruoso, Rec o Big Man Japan, y el punto de vista tan cercano de filmes como La guerra de los mundos y Hancock. Esta segunda tendencia se debe, con toda seguridad, a una serie de factores que se escapan de lo estrictamente cinematográfico (la repercusión mediática del 11-S, los avances tecnológicos…) pero también se nos antoja como un efecto evidente, en mayor o menor medida, del impacto que ha causado la obra de uno de los directores más influyentes del momento. Estamos hablando de M. Night Shyamalan.

Si hay algo de lo que no se puede acusar al director de origen hindú es de falta de coherencia, su filmografía se caracteriza principalmente por el tratamiento realista que ha dado a los grandes temas del cine fantástico de todos los tiempos. De ahí que encontremos en sus películas a fantasmas, superhéroes, marcianos, bosques encantados, sirenas o como es el último caso, una catástrofe planetaria. Su aproximación al fenómeno fantástico surge, y esto se hace cada vez más evidente, desde la reflexión y el escrupuloso distanciamiento, hecho que no siempre juega a su favor. La ocasión en que el director se ha mostrado más proclive a impregnarse del género, que lo ha tratado más de tú a tú y sin meter de por medio a elaborados juegos metalingüísticos, ha sido cuando el resultado ha brillado con más intensidad, El sexto sentido (1999) habla por sí sola.

Tras rodar un par de largometrajes que gozaron de muy poca distribución comercial, Shyamalan se unió a los productores habituales de Spielberg, director con el que siente una gran afinidad, para filmar una historia de fantasmas que le abriría las puertas del Olimpo de Hollywood. La cinta fue uno de los mayores taquillazos de su momento y en ella se pueden encontrar ya la mayor parte de convencionalismos que darían una fuerte impronta personal a su cine: el realismo, el suspense, la introducción gradual del elemento sobrenatural, la inquietante atmósfera, las tensiones narrativas y, como no, el consabido final sorpresa. La cinta, además de estar repleta de multitud de pequeños detalles que la engrandecen, como ese primer plano de la huella de Cole en la mesa, o esa magnífica escena en que Malcolm dice poder adivinar lo que piensa Cole, resulta tremendamente efectiva y funcional. Puro cine de suspense con escenas de gran calado terrorífico.

Tras el éxito comercial de El sexto sentido, Shyamalan quiso repetir la fórmula llevando a cabo una deconstrucción del mito del superhéroe moderno. El protegido (2000) es una lectura meta textual y realista del mundo de los cómics, y en su día representó una forma innovadora y revolucionaria de entender la figura del superhéroe, de tal forma que sin ella no se explicarían títulos como el Batman de Christopher Nolan, la línea de comics Ultimate de Marvel o la serie televisiva Héroes. Aunque en un tono algo más light que su antecesora, la película sigue teniendo varios momentos impactantes, un buen clímax, una lograda atmósfera y una acertada progresión del suspense. Cada escena parece estar pensada para crear una emoción concreta en el espectador, y lo único que se le puede reprochar al filme es el hecho de tener demasiados puntos en común con su anterior trabajo. A decir verdad, los personajes se comportan de la misma forma a como lo hacían en El sexto sentido, pero con los roles convenientemente intercambiados. Eso sí, el impactante final es una divertida estocada al corazón del aficionado a los cómics no carente de cierta ironía y complicidad, un tipo de mecanismo argumental que más tarde Pixar repetiría en Los Increíbles.

La siguiente propuesta de Shyamalan fue un acercamiento a la ciencia ficción de los años 50, Señales (2002) es la típica invasión extraterrestre de toda la vida contada a través de la mirada de cuatro personajes que no pasarían de extras en La guerra de los mundos. No hay grandes despliegues militares, ni explosiones constantes, ni científicos con soluciones de última hora, tan solo una familia, una crisis de fe y varios alienígenas cabezudos. La película cruza de manera interesante lo cotidiano con la sci/fi más trasnochada, pero a medida que avanza la acción va perdiendo pulso narrativo. Hay varios conflictos entre los personajes que se explican mal, y cuando por fin llega el clímax dramático, todo se salda de manera insatisfactoria y poco natural. Mientras tanto se van presentando varias escenas de suspense que dejan entrever lo que podría llegar a ser y nunca es. Mención aparte merece el tramposo final; si en sus dos anteriores trabajos el giro funciona porque una parte importante de la historia se ha ocultado estratégicamente, aquí la cosa varía. Para causar el efecto deseado se han añadido varios elementos extra a la trama y se han pasado por alto tantos otros, de manera que, y ya que estamos ante una cinta religiosa, diremos que todo se salda en una resolución del tipo Deus ex Machina. Al fin y al cabo la película, solo funciona como una advertencia estúpida y anecdótica para posibles extraterrestres hostiles; “Si vas a invadir un planeta no te presentes desnudo y sin armas, o por lo menos ponte un chubasquero”.

El afán de Shyamalan por lograr el máximo realismo posible conlleva, en no pocas ocasiones, que la trama ponga en duda al mismo hecho fantástico, algo que el director lleva hasta sus últimas consecuencias en El bosque (2004). Una película que puede resultar válida como ejercicio de estilo, pero que corre el riesgo de indignar y decepcionar al espectador. Un servidor aun recuerda sentirse incomodado en la sala de cine al ver cual era el avance de los acontecimientos. Es la continua lucha que Shyamalan libra contra el género, por no querer hacer una cinta de suspense o de terror al uso. El bosque es una fábula solipsista con multitud de posibles lecturas, la mayoría de ellas giran entorno al papel que exhibe en nuestra sociedad la ficción terrorífica, un tema que puede ser interesante, y por eso es una lástima que la película no funcione a un nivel más simple. Aunque Shyamalan hace una buena labor como realizador, recobrando el pulso que parecía haber perdido en Señales y contándonos la historia de manera sobria y austera, todo el filme es un terrible error de cálculo. La película hace varias concesiones al sentido común, juega con el espectador y acaba por crear decepción, a lo que hay que sumar la peor caracterización de una persona ciega jamás rodada.

Sin perder ni un ápice de su fuerte marca personal, La joven del agua (2006) representa un punto y aparte en la filmografía del director, una cinta que recupera como ninguna ese “sense of wonder” tan habitual en la década de los 80, algo con lo que Shyamalan siempre ha impregnado su cine, pero nunca de manera tan explícita. Si a esto le sumas el tono infantil que desprende el filme, puede que La joven del agua recuerde otros títulos emblemáticos de aquella época como E.T., Mis maravillosos aliados o, ya que estamos en el tema acuático, Cocoon por ejemplo. Se hace evidente que juega en una liga menor que sus anteriores trabajos, pero una liga quizás más honesta. La joven del agua es un cuento de hadas que apuesta desde el primer instante y de forma inequívoca por la fantasía, incluso de manera un tanto exagerada, como una antítesis de la pretenciosa El bosque. En esta ocasión el juego metalingüístico lo pone la presencia de un crítico cinematográfico entre los personajes. Shyamalan, sintiéndose abiertamente despechado por este sector, responde con un par de escenas donde se efectúa el mismo tipo de malabarismo autoreferencial que tan buenos resultados dio en la saga Scream, y donde el crítico y su oficio salen bastante mal parados. La gran interpretación de Paul Giamatti, por su lado, se debilita en el momento crucial, pero no por culpa del actor. En todas las películas de Shyamalan existe un instante en que se da la oportunidad al protagonista de exorcizar sus demonios interiores, ya sean problemas matrimoniales o la muerte de los seres queridos. Pues bien, aquí, como ya ocurrió en Señales, ese momento carece de la fuerza que se le supone, probablemente porque la trama no le ha concedido la suficiente atención. Hacia el final, la película acaba con una escena filmada y coreografiada de manera magistral, una secuencia que, siguiendo de nuevo la tradición del cine fantástico de los 80’s, acentúa el tono sobrenatural de la cinta y parece pensada con un solo propósito: borrar cualquier mal sabor de boca que pudiese haber dejado El bosque.

Tras esta epopeya fantástica, Shyamalan volvió al ruedo de la ciencia ficción con una película que no sé si considerar de terror ecológico o de empanada vegetal. El incidente (2008) es un filme que se obstina una y otra vez en demostrarnos que su premisa no funciona bien en cine. Quien sabe si podría servir como base para un capítulo de media hora de La dimensión desconocida, o como excusa para una novela moralista, lo único que se puede decir con seguridad y sin miedo a equivocarse, es que definitivamente, no funciona en cine. El director elije otro de los grandes temas de la ciencia ficción, la catástrofe planetaria, para realizar su última pirueta. El truco esta vez (porque siempre hay truco, no lo duden), consiste en despojar de la puesta de escena cualquier elemento que habitualmente relacionamos con este género. Y si quitamos a los marcianos, los monstruos, las naves y toda la parafernalia, ¿qué queda? Aire. Todo es aire en el filme, la trama, las interpretaciones, la dirección… Algo que ilustra muy bien la ridícula escena en que los protagonistas son perseguidos por el viento. Tal vez Shyamalan haya llegado a su cenit con este filme, deconstruyendo el género hasta sus últimas piezas y rodando lo que podríamos llamar un thriller abstracto. O por el contrario puede que todo sea una broma, una burla, y que él se esté riendo de nosotros desde algún lugar lejano. Ohio, por ejemplo. Quién sabe, parafraseando la película diremos que El incidente es un acto de la naturaleza que nunca llegaremos a comprender. La crítica dará con algo para poner en los libros, pero no será más que una teoría.

19 piquitos de oro:

Fred McMurray dijo...

Està clar que té una filmografia excepcional. No em desagrada cap peli seva, algunes millors i algunes pitjors. Per mi la millor es Unbreakable, sense dubte

antoñita mary dijo...

Si... pero y Bruce Le Bruce?

Machete dijo...

Casí que la próxima ni vayas a verla...XD

Alazne González dijo...

muy buen monográfico Cecil, está claro que Shyamalan ha marcado tendencia, con unas películas más acertadas que otras, sin lugar a dudas, el 6º sentido siempre estará en nuestra memoria cinéfila, aunque sea por esa anecdóctica frase de "en ocasiones veo muertos".

saludos.

Angus dijo...

Con la decepción de El Bosque juré no volver a ver ninguna peli suya. Bueno, si hiciera alguna con Ray Liotta...

Marc dijo...

Me gustaba mucho, con "Señales" me cabreó y con "El bosque" decidí no ver ninguna otra peli suya. Por lo que cuentas tomé una buena decisión.

Anónimo dijo...

Muy bueno el monográfico. Personalmente creo que este autor es el de "una de cal y otra de arena". Un saludo.

Möbius el Crononauta dijo...

Un gran director que esperemos vuelva al sendero de los justos, que últimamente parece que anda algo perdido.

Yo sigo confiando en él.

Saludos

Anchiano dijo...

Muy buen artículo y bastante de acuerdo en general. El protegido es en mi opinión una película excelente, nunca lo suficientemente valorada. Me gusta especialmente el momento en que el padre confirma al hijo que sus sospechas eran fundadas, es muy emocionante, te hace sentir el mismo orgullo que siente el chaval.

Creo que Shyamalan tiene todavía mucho que decir.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Alberto Q.
www.lacoctelera.com/traslaspuertas

Resumiré mis ideas:

EL PROTEGIDO es una maravilla.

EL SEXTO SENTIDO y EL BOSQUE son buenas pelis.

EL INCIDENTE es fallida pero tampoco un bodrio.

SEÑALES es infumable.

LA JOVEN DEL AGUA no la he visto.

Saludos

Anónimo dijo...

HOLA AMIGOS.
AUNQUE UN POCO TARDE.
SOLAMENTE DESEAROS.
UN FELIZ AÑO NUEVO!!!.
VOLVEMOS A ESTSAR EN CONTACTO.
SALUDOS!!!
http://pablocine.blogia.com

Ramón Ramos dijo...

Mi favorita de Shyamalan es El protegido, no me canso de verla. La última El incidente también me ha gustado bastante.

Saludos,

Xavicinoscar dijo...

Me encanta Shyamalan. Felicidades por el blog y por el artículo tan completo. En cuanto pueda te agregaré a mi lista de amigos.
Saludos, Xavier

http://cachecine.blogspot.com

Anónimo dijo...

Yo más que coherencia veo en Shyamalan REPITICIÓN de esquemas. Puede acabar como el Woody Allen del fantástico (jajaja)

La presente década la resumiria como la década del reciclaje. No hay más que remakes, secuelas y precuelas.

jarl dijo...

No se como se empeña la gente en decir que es un buen director cuando esa misma gente reconoce que la mayoría de sus obras son un bodrio.

Roberto García dijo...

El cine de Shyamalan es mucho más rico de lo que mucha gente puede pensar.

Vale que "El Incidente" la ha cagao, pero la mayoria de sus cintas, tras esa apariencia de cine de género (por otro lado lleno de poder visual y talento), se esconde reflexiones sobre el ser humano y su condición, sobre el poder sobre las masas, sobre la fragilidad y la pareja, sobre la fe y las creencias, etc...

La mayor pena de "El Incidente" es que puede que le impida (al menos durante un tiempo) seguir con sus creaciones originales. Tendrá primero que reconciliarse con la industria si quiere volver a gozar de libertad creativa como la tenía hasta ahora.

Por cierto, buen articulo.

Saludos.

Dude dijo...

De shyamalan odio "señales" y "la joven del agua", el bosque me gusto, supongo que por que no esperaba gran cosa, lo de la ciega tampoco lo veo tan mal hombre!! y en cuanto al accidente, creo q me a pasado lo mismo, me parecio mas un capitulo de los limites de la realidad, y ademas contiene algunas escenas de tension muy buenas.

Salu2

Anónimo dijo...

Mi top de Shyamalan:

1.- El protegido
2.- El bosque
3.- El sexto sentido
5.- El incidente
6.- La joven del agua

Jorge - cinenovedades dijo...

Muy buen artículo! Realmente me gusta mucho la forma de filmar de M. Night Shyamalan. Obviamente su obra maestra es "Sexto Sentido", pero a decir verdad me han gustado muchísimo obras como "El Bosque" y también "El Incidente".
Saludos!

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