Detrás de todo hombre gordo, hay una gran mujer.
La moda de los biopics en el cine sigue imparable. Y es que ya saben lo que se suele decir: la realidad siempre supera la ficción; lo que en Hollywood viene a significar que si no hay buenos guiones de ficción, que mejor que adaptar la vida de algún personaje popular, de trayectoria vital compleja (a poder ser añadiéndole un buen puñado de morbo a la historia) y dejar que lo interprete algún reputado actor de nivel capaz de soportar maratonianas sesiones de maquillaje. Ejemplos de biopics en el cine los hay a patadas: políticos, revolucionarios, cantantes, boxeadores, delincuentes, escritores, futbolistas, toreros e, incluso, tonadilleras. Todos parecen tener cabida en el mundo del biopic. Obviamente el cine también mira hacia sí mismo para crear nuevos títulos y de esta forma nos han llegado films como: Ed Wood, El aviador, Chaplin, Hollywoodland, RKO 281 o Mi semana con Marilyn. Estas dos últimas estaban centradas en sendos rodajes de dos películas míticas (Ciudadano Kane y El príncipe y la corista, respectivamente). Ahora nos llega un nuevo título que sumar a la lista: Hitchcock.