Lincoln (2012)



Lincoln desencadenado.

Steven Spielberg es un director con una filmografía dividida en dos vertientes muy claras: las películas que buscan el entretenimiento y las que buscan los premios. Las primeras suelen ser películas plagadas de aventuras y con una especial tendencia hacia el cine familiar (Indiana Jones, Hook, Parque Jurásico, Minority Report o la reciente Las aventuras de Tintín). Las segundas acostumbran a ser una como una clase de historia en imágines (La lista de Schlindler, Salvar al soldado Ryan, Munich o War horse). Así pues, cada vez que Spielberg se pone serio lo que debemos preguntarnos es hasta que época nos llevará esta vez. Con Lincoln viajamos hasta la América del siglo XIX, un lugar al que ya nos había llevado el director con uno de sus sonados traspiés, de nombre Amistad, y donde ya se tocaba el tema de la esclavitud. Y la fórmula no falla: nueva película histórica del rey midas de Hollywood y doce nominaciones más a los premios Oscar.


Lincoln, lo habrán adivinado ya, se trata de un biopic sobre la figura del popular ex-presidente de los Estados Unidos y una de las figuras más relevantes y populares de la historia americana. La trama nos sitúa en el año 1865 y se centra exclusivamente en los últimos meses de vida de Abraham Lincoln, quien intentará sacar adelante una enmienda para abolir la esclavitud. Hay que reconocer que últimamente este tipo de biopics políticos están teniendo muy buena acogida con títulos como Frost contra Nixon, Milk, The Queen, Invictus o La dama de hierro. Lo que sucede es que al tratar asuntos tan conocidos, uno muchas veces ya sabe qué se puede esperar en la trama. De este modo, en Lincoln, cuando el prota decide que hace una buena tarde para ir al teatro, los espectadores puede ser que empiecen a removerse inquietos en sus butacas.


Así pues, la historia de desenvuelve a través de tres vertientes: 1) La política: muy densa en este aspecto, nos muestra todos los trapicheos y argucias legales para lograr sacar adelante una enmienda de tanta relevancia histórica como fue la de la abolición de la esclavitud. 2) La bélica: a la vez que se pactaba la enmienda la Guerra Civil todavía seguía activa, dando sus últimos coletazos, y Lincoln debía compaginar de forma inteligente ambos apartados ya que si la paz llegaba antes de que se aprobara la enmienda difícilmente se lograría su aprobación con los votos de los estados del Sur. 3) El familiar: Lincoln era presidente pero también era padre y marido. En ese sentido deberá lidiar con un hijo que quiere servir a su país ingresando en el ejército y a una esposa a la que se le iba bastante la castaña. Quienes estuvieran esperando una cuarta vertiente, lamento decirles que no, en el Lincoln de Spielberg no aparecen vampiros.

Al tratarse de uno de los films históricos de Spielberg, y en consecuencia de uno de sus trabajos que busca llevarse varios premio a la saca, obviamente el realizador necesitaba a un actor de premio. Así pues, finalmente el escogido para interpretar a uno de los granes iconos americanos de todos los tiempos ha sido, curiosamente, el inglés nacionalizado irlandés Daniel Day-Lewis. El actor ya ganó un par de Oscars por Mi pie izquierdo y Pozos de ambición. Con Lincoln vuelve a estar nominado y ya se ha adjudicado un nuevo globo de oro. Obviamente su trabajo es fantástico, mimetizándose con Abraham Lincoln, a lo que también ayuda el logrado trabajo de caracterización. Le acompañan en el film Sally Fiel, Tommy Lee Jones y Joseph Gordon-Levitt.


La película empieza casi de forma abrupta, con Abraham Lincoln en medio de un campo de batalla charlando con unos soldados negros. Esta secuencia inicial sirve para sentar las bases del film y nos muestra a un protagonista que a partir de ese momento absorberá toda la atención del espectador cada vez que aparezca en pantalla, debido al enorme carisma que desprende. El primer tramo de la cinta es un tanto dubitativo, denso y falto de fluidez. El espectador apenas ha aterrizado en la segunda mitad del siglo XIX, todavía está asimilando quien va con qué partido, que ya se ve obligado a ponerse las pilas para entender todos los movimientos políticos que se originan para poder aprobar la enmienda. A medida que la peli avanza la trama va aumentando en intensidad hasta llegar al clímax del film que, lógicamente, es la votación de la enmienda y cuya secuencia es de lo mejor de la cinta, aunque todos tengamos algún breve atisbo de sospecha sobre como va a acaba la cosa. Después de este momento la película cuenta con un epílogo tan largo como innecesario.


Resumiendo: Nueva clase de historia de Spielberg que se sostiene gracias al carisma de su personaje protagonista y al buen hacer del propio director.

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