Chronicle (2012)


Jóvenes aunque sobradamente superpoderosos.

La cosa está clara: las cintas rodadas con el llamado efecto “cámara en mano” están de moda. Lo que se pretende es dar mayor verisimilitud a lo que se está contando en pantalla y lograr que el espectador entre más dentro de la historia. Además, rebajan substancialmente los costes de producción, lo cual siempre ayuda. La mayoría de los géneros ya se han rendido al fenómeno: la ciencia ficción (Distrito 9), el cine de catástrofes (Monstruoso), la comedia gamberra (Project X); pero si existe un género que le ha sacado gran partido, este ha sido el terror (El proyecto de la Bruja de Blair, [Rec], Paranormal activity, entre muchas otras). Ahora le toca el turno a un nuevo género, habitualmente más asociado a las superproducciones y a los presupuestos desorbitados: el de los superhéroes.


Andrew, el protagonista del film, es el típico prototipo de pringado de instituto. Además, su padre bebe más de la cuenta y su madre padece una grave enfermedad que la tiene postrada en cama. Su única vía de escape es la de realizar videos domésticos, por lo que suele llevar su pequeña cámara allá donde va, para dejar constancia de su día a día. Para que nos entendamos, es el claro ejemplo de chico antisocial que un buen día llega a su escuela armado con una recortada y se lía a tiros con lo primero que se le cruza por delante; y más tarde la gente acaba apareciendo en los noticiarios diciendo: que raro, con lo calladito que era...

Matt, el primo de Andrew, intenta que el muchacho se relacione un poco más con la gente para que deje de ser un auténtico paria social. Así pues lo invita a una fiesta con lo más granado del instituto y al chico no se le ocurre otra cosa que presentarse con la cámara. Todo un ejemplo de integración. Pero esa misma noche los dos estudiantes, junto con el chico más popular de todo el instituto, se internarán en un bosque cercano donde descubrirán un profundo agujero en el suelo. A pesar de no saber qué lo había provocado, los tres jóvenes entrarán en el socavón, y dentro terminarán descubriendo algo sorprendente que los dotará de unos misteriosos superpoderes. De hecho no descarto que el desencadenante de toda la trama sea el cubo de energía de la peli de Los Vengadores, que hubiera caído en la película equivocada.

La cinta pretende responder la habitual duda existencial que toda persona de bien se ha planteado alguna vez en su tierna adolescencia: ¿que haría yo si tuviera superpoderes? Si ustedes no se han planteado esta pregunta jamás, lamentablemente debo advertirles de que no merecen mi respeto. Hay que tener en cuenta de que no estamos hablando de un tipo cachas, de mentón prominente y pelazo brillante, enfundado en un traje ajustado que saque a relucir todos los recovecos de su bien perfilado cuerpo, mientras ondea su capa al viento y planea un brillante y eficaz plan para lograr vencer al supervillano de turno con aviesas intenciones para conquistar el mundo. Aquí no encontrarán nada de todo eso: ni tipos cachas, ni mallas, ni capas, ni siquiera supervillanos. Aquí únicamente encontrarán a tres adolescentes explorando las posibilidades reales de su cuerpo. Lo típico de los adolescentes, pero con superpoderes.

El hecho de estar rodada con el sistema “cámara en mano” resulta ser un punto a favor en algunos momentos del film, pero también acaba resultando ser un lastre en otras secuencias que resultan forzadas y no acaban teniendo demasiado sentido (cabe decir que la peli está grabada con varias cámaras: la del protagonista, las de video vigilancia de establecimientos, las del ayuntamiento, la de otros personajes con cámara...). Lo cierto es que viendo las secuencias de los jóvenes grabando sus proezas superheróicas, cámara en mano, no pude evitar recordar el vídeo doméstico que graba la animadora de la serie "Héroes" luciendo sus poderes. ¿Será ese el auténtico origen del film?

La trama es un claro crescendo a lo largo de la hora y media que dura la cinta. Empieza ofreciéndonos la posibilidad de conocer a los protagonistas antes de que obtengan los superpoderes, para que conozcamos sus personalidades. Después de que los personajes protagonistas obtengan los poderes la cosa se va animando, aunque reconozco que hubo algunos momentos a lo largo del film que se me hicieron un poco pesados, y no podía acabar de sacarme de encima la sensación de que no estaban sacando todo el partido posible a la historia. Como suele suceder en este tipo de productos las cosas se van a ir complicando a pasos agigantados  (todo poder conlleva una gran responsabilidad) y la historia termina desembocando en una fantástica secuencia final que, esta vez, si logra exprimir al máximo el potencial de la trama.


Resumiendo: Entretenida cinta centrada en unos adolescentes con poderes (pero sin pretensiones de ser superhéroes), que en algunos compases peca por resultar excesivamente irregular, pero con una gran recta final.

1 piquitos de oro:

Anónimo dijo...

pienso que andrew es peter parker pero mas psicotico. y tambien pienso que deberia visitar a un pscologo para que maneje su estado de animo.

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