Cowboys & Aliens (2011)


Centauros de las galaxias.

El western es un género al que, a menudo, le ha gustado romper las encorsetadas reglas de su propia idiosincrasia para ponerse a coquetear con otros estilos. De este modo, al western, se lo ha mezclado con la comedia más alocada (Sillas de montar calientes), el musical (La leyenda de la ciudad sin nombre), la ciencia ficción (Atolladero), la animación (Rango), el terror (Billy the Kid vs. Dracula), el cine erótico (Wild gals of the naked west de Russ Meyer) e incluso el cine más independiente (Dead man) y de autor (Condemor, el pecador de la pradera) no han podido evitar meter sus garras en él. Ahora nos llega un nuevo cocktail (¿molotof?), en el que al pobre western lo meten de lleno en una peli plagada de simpáticos visitantes espaciales con ganas de marcha, acción a raudales y un sentido de la aventura algo más atropellado de lo que estábamos acostumbrados a ver dentro del género.

No estoy yo muy seguro de que sea necesario contar la sinopsis de una película que lleva por título Cowboys & Aliens. Pero, de todas formas, allá vamos. La cosa empieza con un forastero amnésico que llega a un pequeño pueblo del lejano Oeste, demostrando poseer una pasmosa facilidad para enemistarse con los tipos más peligrosos del lugar a una velocidad de vértigo. La cosa se complicará cosa mala cuando hagan aparición en escena unos sorprendentes bichos voladores que atacarán el poblado llevándose consigo algunos de los habitantes del lugar, incluyendo el hijo de un acaudalado terrateniente de la zona. Por suerte para la cinta, los dos protagonistas y la tia buena de la peli se salvarán para poder tomar la decisión de unir esfuerzos, junto con otros lugareños, para ir en busca de sus vecinos secuestrados.

Todos juntos, pues, emprenderán un viaje, con la finalidad de lograr salvar a los suyos, en el que se cruzarán con algún que otro grupo de bandidos, una tribu de indios salvajes, más bichos voladores e incluso un perro que los acompañará de forma intermitente, apareciendo y desapareciendo en función del color de las pastillas que se hubiera tomado ese día el guionista. De hecho la película es del estilo clásico de: "somos enemigos irreconciliables a muerte, hasta que llegue un tercero más fuertes que nosotros y nos obligue a tener que unir esfuerzos para lograr derrotarle y hacernos ver que, en el fondo, no somos tan distintos". Creo recordar que ésta era la base sobre la que se sustentaban la gran mayoría de las series de dibujos animados que veía de niño. Lamento comprobar que la fórmula no solo no ha variado, sino que ahora, además, se aplica en productos también destinados hacia un público más adulto.

La peli está protagonizada por Indiana Jones y James Bond acompañados, en sus funciones de bella secundaria, por la doctora trece de House. Maldita sea, ¡esto debería la bomba! Cómo convencieron a Harrison Ford y a Daniel Craig para formar parte de este despropósito sigue siendo un misterio para mi y mucho me temo que para ellos también. Así que las dos estrellas se limitan a hacer lo poco que pueden con unos personajes que, simplemente, no dan para más, reproduciendo con parsimonia unos torpes diálogos que no se acaban de creer ni ellos ni, mucho menos, el espectador. El director de la peli es John Fabreau (Zathura y las dos entregas de Iron Man). Personalmente este señor nunca me ha dicho ni fu ni fa, es correcto y funcional, pero le falta personalidad a patadas, algo que, al parecer, no parece un requisito indispensable para instalarse cómodamente en el blockbuster. La cinta, además, se basa en un cómic publicado en el año 2006.

El mayor problema que tiene la película es que pretende tomarse en serio a sí misma y eso, tratándose de un film que lleva por título Cowboys & Aliens, resulta imperdonable. De esta manera, se pierde la oportunidad de haber intentado hacer algo más divertido, desenfadado y estúpido. A la hora de la verdad la peli termina siendo igual de estúpida, pero sin pretenderlo. Luego, por supuesto, están el resto de problemas: los efectos especiales no están a la altura, el diseño de personajes y parafernalia alien es más bien pobre, las lagunas en el guión se van ensanchando a medida que avanza la trama y, a pesar de tratarse de una peli de aventuras, el resultado final (que ya les aviso que ronda las dos horas de metraje) termina aburriendo una barbaridad. De hecho solo se puede salvar la primera media hora, cuando la película todavía no ha enseñado todas sus cartas. Pasado ese tiempo la cinta, directamente, hace saltar la baraja por los aires. Podría seguir mucho más (esa nave alienígena perfectamente integrada en el paisaje sin que nadie se dé cuenta de que está ahí, esa batalla múltiple en la que dos personajes se ponen a charlar sin que nadie los ataque, esas armas alienígenas que nada pueden hacer contra unas rudimentarias flechas y piedras atadas a palos) pero creo que ya se capta el mensaje: era una buena idea y podría haber sido una buena película la mar de entretenida, pero queda muy lejos de serlo.

Resumiendo: Un buen punto de partida para un producto que termina aburriendo debido a una trama que no logra sacar todo el partido esperado a la alocada premisa inicial.

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