Chantaje en Broadway (1957)


Más dura será la caída

La ambición que uno pueda tener para conseguir poder o fama se ha mostrado en varias ocasiones en el cine, y casi siempre ese objetivo de querer subir a lo más alto ha sido obra de tipos que son verdaderos trepas, capaces de hacer todo lo posible para conseguir el puesto deseado. Y un claro ejemplo se puede ver en Chantaje en Broadway (1957), de Alexander MacKendrick, una inteligente película donde se retrata muy bien a estos personajes. En este caso, un tipo llamado Sidney Falco (Tony Curtis) es un agente que contrata a columnistas para un importante periódico llamado The New York Globe, en el que últimamente no le publican nada ya que su director, el déspota J.J. Hunsecker (Burt Lancaster), le tiene atado de pies y manos hasta que no consiga que su hermana Susie, de 19 años, rompa con un guitarrista de una banda de jazz llamado Steve Dallas. A partir de aquí veremos artimañas, engaños, trucos, chantajes, todo para que tanto Sidney como Hunsecker consigan su objetivo. Aunque es el personaje de Sidney el que intentará por todos los medios salirse con la suya al precio que haga falta y entrometiéndose en cualquier tema.


Ya en las letras de crédito, vemos que la película empieza con buen síntoma gracias a la música del gran compositor Elmer Bernstein y la exquisita fotografía en blanco y negro de James Wong Howe, mostrando la noche en Nueva York con las luces de neón de varios locales mientras va circulando un camión de prensa, acabando en un quiosco donde tiran un fajo de periódicos y un ejemplar es cogido rápidamente por Sidney, presentando de esta forma al personaje de Curtis. Esta escena resume la buena dirección de MacKendrick que domina muy bien los movimientos de cámara para seguir a sus personajes y consigue durante toda la película una buena y sugerente puesta en escena. Sin embargo, es curioso que falle en algunos planos fijos donde se ve una forzada interpretación de los actores a la hora de querer mostrar algo en concreto de su personaje. Pero esto no quita que esta historia sea mucho más interesante e inteligente que Viento en las velas (1965), la película más conocida de MacKendrick pero también la más sobrevalorada, ya que su historia de aventuras es demasiado infantil y bastante aburrida, aunque guarde alguna sorpresa que otra.


Y es que la virtud de esta película está en el guión de Ernest Lehman & Clifford Odets, lleno de diálogos mordaces e hirientes, lanzados con toda la intención del mundo. Bien es cierto, y totalmente obvio, que las mejores frases son para los personajes de Curtis y de Lancaster, unos tipos solitarios que lo único que hacen es amargar la vida de los demás, queriendo conseguir cualquier cosa que esté a su alcance pasando por encima de quien sea. Y con las interpretaciones de ambos, las intenciones de la película se llevan a cabo con bastante facilidad. Curtis borda su papel de tipo que no aprecia a la gente, que solo utiliza a las personas a su antojo llegando a arrastrarse o a hundir a cualquiera si entra dentro de sus planes. Se las inventa todas para intentar volver a ser alguien dentro del mundillo del periodismo barato y vulgar. Y Lancaster no se queda corto; su personaje le da todas las posibilidades para encarnar a un tipo engreído, que utiliza su poder en cualquier momento y lugar, echando en cara cualquier trapo sucio a toda clase de personas, aunque tengan un alto cargo: su periódico es tan importante que toda noticia publicada puede ser una bomba al día siguiente, y eso se utiliza muy bien en la historia. En definitiva, el trío Curtis-Lancaster-MacKendrick funciona a la perfección y eso es algo que hay que disfrutar en esta película que, a pesar de ser bastante desconocida, tiene suficientes méritos para ser una buena historia.


“Un drama que contiene brillantes diálogos y que juega con el límite de la ambición a través de las grandes interpretaciones de Tony Curtis y Burt Lancaster”

1 piquitos de oro:

Einer dijo...

Gran película. Creo que Burt Lancaster podría estar tranquilamente entre los candidatos a mejor actor de la historia. Aquí se sale una vez más. Tony Curtis increíble también.

Un saludo.

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