Grandes monólogos cine (XVII)



Buen monólogo de Robert Shaw en Tiburón (1975), de Steven Spielberg.

"(...) Cuando el tiburón se acercaba al primer hombre él empezaba a patalear y gritar. A veces, el tiburón se iba, y a veces no se iba. A veces, ese tiburón lo miraba a uno, lo miraba directamente a los ojos. ¿Sabe una cosa sobre los tiburones? Tienen ojos sin vida. Ojos negros, como los de un muñeco. Cuando se acercan a uno, parecen estar sin vida, hasta que muerden y esos ojos negros se vuelven blancos y entonces...Entonces se oyen esos gritos de terror terribles y el océano se vuelve rojo. A pesar de todo el pataleo y el griterío, ellos vienen y lo despedazan a uno (...)".

2 piquitos de oro:

Carmen Sanz dijo...

¡¡Pedazo de monólogo!! es uno de los mejores momentos de la película.

Un saludo.

Cinemagnific dijo...

Me encanta el monólogo. Una de las mejores partes de la peli.

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