Semana especial Festival Sitges 2009 (IV)

COLD SOULS (2009)

RECUERDOS DEL ALMA

Una de las películas más interesantes presentadas en el Festival Internacional de Cinema Fantástico de Sitges fue sin duda Cold Souls, dirigida por Sophie Barthes, en la que vemos a un actor atormentado por la confusión que tiene entre su identidad y la del personaje del Tío Vania, de Chéjov, al que representa en una obra. Por eso, debido al precario estado de ánimo en el que se encuentra, a partir de un artículo que lee en el New Yorker en el que una empresa se dedica a almacenar almas, el actor se dirige al lugar para saber de qué va todo eso y después de pensárselo decidirá extraer la suya, con las consecuencias que eso conlleve. El tráfico de almas que se lleva a cabo en Rusia representará una parte importante del film en la que una "mula" tendrá un papel fundamental en la historia. El actor no es otro que Paul Giamatti, haciendo de sí mismo y logrando una interpretación más que convincente. El humor congenia bien con el tono dramático de la historia, recordando en algún momento a la película de Spike Jonze, Cómo ser John Malkovich (1999), sin embargo, por momentos se queda a medio gas, perdiendo algo de ritmo y con alguna escena no muy bien llevada.

NE TE RETOURNE PAS (2009)

ESTE CUERPO NO ES EL MIO

Sophie Marceau es una escritora frustrada que poco a poco empezará a notar ciertos cambios en su tranquila vida. Que si una mesa que cambia de sitio por aquí, que si un sofá que no está por allá, cambios que, sin embargo, parece ser que tan solo ella es capaz de ver. Poco a poco los cambios se irán acentuando llegando a cambiar físicamente los miembros de su familia e, incluso, ella misma que, de forma paulatina (que si ahora un ojo, que si ahora los labios) se irá convirtiendo en otra mujer, se irá convirtiendo en Monica Belluci. Incapaz de rendirse, emprenderá un viaje tanto interior como exterior hasta descubrir que es lo que le está pasando. Yo que quieren que les diga, a mi la peli está, que en un principio llegó a interesarme (pongamos los primeros veinte minutos) me acabó aburriendo soberanamente y la encontré insufrible en su recta final. A medida que la transformación física avanzaba, un servidor, cada vez se hundía un poco más en su butaca intentando luchar contra el sopor. Además, aparte de tediosa que tira para atrás la peli tenía un nosequé de pretenciosa que todavía lograba sacarme un poco más de mis casillas. El final, que te lo ves venir desde hace rato (y no soy yo precisamente muy listo que digamos) se hace eterno y notablemente cuesta arriba y ni siquiera la presencia de la Marceau y la Belluci logró que consiguiera interesarme. Para el recuerdo, eso si, queda la perturbadora imagen de la cara compuesta a medias entre la Marceau y la Belluci.

YATTERMAN (2009)

LOST IN TRANSLATION

¿Qué cara se le quedaría a un japonés tras ver la película de Mortadelo y Filemón? Pues seguramente la misma que puse yo al ver esta adaptación de una serie de animación japonesa de finales de los 70’s. Como pasa con los célebres personajes de Ibáñez, la película no es muy buena, no da al espectador ningún respiro y su sentido del humor es terriblemente autóctono, lo que dificulta su exportación y la convierte en un juguete privado para conocedores del material original. Esta extravagancia nipona trata sobre una pareja de superhéroes que, una vez a la semana, luchan contra el mal, al mismo tiempo que viven una aventura arqueológica para recomponer las piezas del objeto místico de turno; la misteriosa calavera de piedra. La narración es episódica y casi parece que hayan adaptado tres capítulos distintos de la serie original, lo que se agradece, porque la endeble trama y el ritmo frenético serían muy difíciles de digerir si no fuera porque la estructura se repite. Las propuestas de Takashi Miike (Audition, 1999) parecen interesantes a priori, pero siempre acaban por producir desencanto. El director está fascinado por lo visualmente bizarro, y en esta ocasión logra un pastiche que se alimenta del anime, el manga, los musicales, los videojuegos y Dios sabe cuántas cosas más, pero de cine más bien poco. Hay mucho colorido y mucha acción absurda, unos malos de pega, varios momentos ridículos, robots gigantes e incluso sexo entre robots. La película abusa de la infografía y la puesta en escena está totalmente digitalizada, pero que te sientas atraído o no por este frívolo artificio no depende de lo estrictamente cinematográfico, si no de tu edad y de la relación que tengas con la cultura nipona.

ACCIDENT (2009)

LOS SIMULADORES

Accident (2009), del director de Hong Kong, Pou-Soi Cheang, tiene uno de los comienzos más prometedores de las películas presentadas en el pasado Festival Internacional de Cinema Fantástico de Sitges. Su cuidada imagen junto con unos misteriosos personajes parecen ser parte importante de las claves con las que juega el director, hasta que realmente la cosa se complica demasiado. Los protagonistas son tres hombres y una mujer que se dedican a cumplir encargos a cambio de dinero, simulando un accidente para provocar la muerte de las víctimas elegidas, sin dejar ninguna prueba como sospecha. Pero en uno de esos encargos, cuando la situación parecía estar bajo control, pasará algo que cambiará el rumbo de las cosas. Recordando al inicio a la serie Los simuladores (2006), cuando llegamos al ecuador de la historia nos viene a la memoria la película La conversación (1974), de Francis Ford Coppola, por la paranoia que le entra al protagonista al espiar a un sospechoso. Y no sólo se agobiará él mismo sino que casi todos los espectadores se sentirán perdidos por un puñado de extrañas escenas y visiones que le atormentarán a más no poder. En definitiva, al principio promete y más tarde defrauda por completo.

LOS OJOS SIN ROSTRO (1959)

LA MÁSCARA DEL DELITO

El clásico francés Los ojos sin rostro (1959) de Georges Franju, fue una de las películas más antiguas entre las ofrecidas por el Festival Internacional de Cinema Fantástico de Sitges 2009. La historia comienza con el entierro de la hija de un cirujano a causa de un accidente del que pronto veremos que fue culpa de él mismo y de que realmente no provocó su muerte sino que hizo que se quedara sin rostro, salvo sus ojos, de ahí que bajo su protección se simule su muerte. Desde ese terrible suceso, el doctor se siente culpable y no cesa de encontrarle una cara de alguna bella mujer engañada por su ayudante para que se dirija a la mansión donde viven y donde tienen su lugar de trabajo. Con un marcado estilo y con un relato intimidatorio, el director parece tener todas las bases para estremecer al espectador, pero nada más fuera de la realidad. El personaje del doctor es carismático por su presencia y las escenas de la hija con la máscara que lleva resultan de lo mejor de la película, pero a medida que va avanzando la trama el ritmo va perdiendo cierta fluidez, asistiendo a escenas sin sentido que alargan algo más la duración de la historia sin aportar nada nuevo a lo que se está viendo. Y el miedo que debería estremecer al espectador casi ni se palpa, aunque contenga casi todos los alicientes para conseguirlo. Como curiosidad, la copia de la película que se utilizó en el Festival había sido restaurada y era la que también se había presentado en el Festival de Cannes, pero a causa seguramente del proyector de la sala, algunos diálogos no se pudieron leer del todo ya que la imagen se movía y se cortaba por abajo.

1 piquitos de oro:

Dr. Quatermass dijo...

Lo de Yatterman pinta a frikada que no puedo perderme.... aún hay esperanza que hagan por fin la peli de Mazinger Z ;-)

La de Cold Souls la espero con ansia.

Felicidades por el gran resumen de Sitges, reseñas fáciles de digerir, prácticas y divertidas.

Saludos!

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