Vals con Bashir (2009)

Elprimerhombre ha visto Vals con Bashir, del israelí Ari Folman, un impactante documental de animación sobre la guerra del Líbano en 1982, recordando la horrible matanza de Sabra y Chatila, que sorprendió en Cannes del año pasado por la fuerza de sus imágenes.

El relato nos lleva al invierno de dos mil seis, en el momento en que un tal Boaz queda en un bar con el mismo Folman para contarle una pesadilla que tiene cada noche en la que veintiséis perros le acechan rabiosos y desorbitados, siendo quizás el origen de tal sueño una misión que tuvo que hacer cuando la fatídica guerra del Líbano. Al principio de la guerra, cuando iban en busca y captura de palestinos sospechosos, Boaz era el encargado de disparar a los perros de los pueblos que ladraban y llamaban la atención de sus habitantes. De esta manera, si los mataba, evitaba que sus compañeros de guerra fueran descubiertos y asesinados por los palestinos que se escondían en aquellos lugares. Ahora, la imagen de esos perros se le aparece en sueños desde hace veinte años, siendo constante desde hace dos años y medio. A partir de este encuentro, Folman se da cuenta de que no recuerda nada o casi nada de esa maldita guerra en la que participó a los diecinueve años e intentará que le venga algún recuerdo a la mente hablando con otros soldados que le acompañaron en su unidad de combate. De esta manera, poco a poco irá tapando ciertas lagunas de su pasado, descubriendo terribles momentos de los que el hombre nunca podrá estar satisfecho.

Desde la primera secuencia del film, uno se da cuenta de que Ari Folman sabía lo que se hacía con este proyecto, a la vista, tan complejo. Las ideas tan claras que tuvo desde un principio, a la hora, sobre todo, de afrontar la historia con el complicado medio de la animación, se ven plasmadas con todo detalle en cada escena que se ve del resultado final. Mezclando la técnica del Flash, la animación tradicional y el 3D, Folman consiguió tener una libertad creativa que no habría podido tener con imágenes reales. Para conseguir una sensación de sueño y realidad al mismo tiempo, quería utilizar este tipo de técnica y le valió muchísimo la pena, ya que Vals con Bashir es una de las películas más sugerentes y sorprendentes de lo que llevamos de año. Todo lo que se ve en pantalla llega al espectador de una manera tan rotunda y eficaz que impresiona. Sentimientos tan a flor de piel, logrados con bellas y contundentes imágenes, con un montaje tan correcto, a lo que le sumamos una relajante y apasionada música de Max Richter, un compositor y pianista alemán afincado en Londres que se une a dejar su grano de arena en esta película.

Siendo totalmente objetivo, Vals con Bashir es una película mágica que engancha por su pausado ritmo y sus imágenes oníricas y reales a la vez. La calidad visual es absolutamente eficaz y demoledora, dando una lección de prodigio y talento a la hora de transmitir tantos sentimientos confrontados. Me sorprende que una película de estas características, sin que el director haya trabajado nunca en la animación aunque sí en el documental, llegue a conseguir unos resultados tan convincentes y tan emotivos. Y para remarcar más en la veracidad de los hechos ocurridos en aquella infame matanza indiscriminada de palestinos, el director deja el minuto final del documental para mostrar las imágenes reales de aquel horrible suceso.

En definitiva, Ari Folman consigue una obra cumbre; un documental de animación totalmente recomendable, con una impactante puesta en escena, unas imágenes de facturación excelente, redondeado todo con una banda sonora que pone la carne de gallina.

Un saludo!



Leer critica Vals con Bashir en Muchocine.net

8 piquitos de oro:

Dr. Quatermass dijo...

Hola, en general estamos de acuerdo, aunque yo si tengo que poner un pero a esta pelicula es que al final se recurra a la imagen real para resaltar el drama, ¿no confiaba el director en el poder de sus animaciones?.
Saludos!

dude dijo...

No coincido con vos frist men.
Reconozco que la primera parte del film, y sobre todo su parte onirica donde mezcla sueños y efectos de las "drogas", hacen prometer un mensaje fuerte y directo para mas tarde desinflarse, por un "mea culpa" muy similar al yakiee con vietñam, y que no denuncia nada, mas alla del borrado recuerdo, y la amnesia que actualmente invade a todo judio vivienta ( exceptuando su propio holocausto claro).

Coincido tambien con Quatermass, sobre el final

Salu2

Alazne González dijo...

yo también coincido con Quatermans, de todas formas, un imprescindible.

elprimerhombre dijo...

Si yo hubiera sido el director del documental quizás tampoco hubiera puesto las imágenes reales del final, pero no estoy de acuerdo en el hecho de que poner imágenes reales en el minuto final (repito, sólo en el último minuto) quiera decir que Folman no confiara en el poder de sus dibujos. Les recuerdo que Folman es un director de documentales y debió pensar en la gente que no conociera la terrible matanza, para que viera la cruda "realidad" de aquella injusticia. Además la imagen real tiene un raccord preciso y muy logrado con el personaje de Folman de joven respirando profundamente. Un saludo!

Cinéfilo7 dijo...

he visto el trailer y pinta muy bien, no sé que tiene pero esta muy chula!!!!

babel dijo...

Hola, coincido en que como película de animación es muy buena e impactante. El "pero" lo veo en el mensaje en sí mismo que, aunque se pretende antibelicista, no deja de tener cierta carga cínica que se lance desde quien provoc esa guerra. Además,las responsabilidades israelís en las matanzas s Sabra Y Shadila todavía están hoy por depurar, aunque Israel reconoce haber hecho de sereno y electricista (las bengalas y eso) para que todo saliera más que redondo a sus intereses. Vamos, que un poco más y se lo pisan... el morro, digo.

Buen artículo, saludos!

Rey Nova dijo...

Interesante recomendación, tomaré nota y apenas pueda la veo.

Redrum dijo...

Imprescindible, más allá del valor que tenga como denuncia.

¡1 saludo!

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