El tercer hombre (1949)

Elprimerhombre ha vuelto a escuchar la famosa cítara de Anton Karas en El tercer hombre, de Carol Reed, una película que tuvo un gran éxito comercial sobre todo gracias a la historia de Graham Greene, a la colaboración como actor de Orson Welles y a una sofisticada puesta en escena.

La historia ocurre en Viena, en el periodo de posguerra, cuando la ciudad estaba dividida en zonas por cuatro potencias: la rusa, la norteamericana, la británica y la francesa. Un americano, llamado Holly Martins, escritor de novelas baratas que pasa por un mal momento económico, llega a la ciudad en busca de un amigo, Harry Lime, que le ha ofrecido un trabajo. Pero nada más llegar a la casa donde reside le dicen que su amigo ha tenido un accidente y ha muerto. Sin nada de dinero debe volver a su país pero gracias a un contrato que le hacen para dar una conferencia sobre la novela contemporánea, logra quedarse más tiempo e investiga más profundamente sobre el caso. Poco a poco, va descubriendo nuevos hechos que le hacen creer que su amigo pudo haber sido asesinado.

Durante el metraje, la intriga va en aumento. Se van alternando planos con grandes enfoques, con otros de cierta horizontalidad, con contrapicados y con planos totalmente aberrantes que ayudan a que la puesta en escena sea de lo más sugerente. El claroscuro está muy marcado y hay escenas donde el campo es muy amplio, con largas sombras que producen una cierta inquietud. Los diez minutos finales, en las cloacas de la ciudad, representan una de las mejores secuencias que se hayan rodado nunca en cine. La fotografía obtuvo un Oscar con gran merecimiento.

Sin embargo, aunque las actuaciones me parecen buenas, me disgustan algunos diálogos entre Joseph Cotten (Holly Martins) y Alida Valli (que encarna a la amante de Lime), que me parecen banales y superficiales, quizás provocados por el enamoramiento de Cotten, totalmente evitable. A todo esto, la escena en la noria entre Cotten y Welles es muy conocida y me parece un prodigio por estar tan bien planteada y por la clase magistral de interpretación que nos demuestra el señor Orson Welles. Su expresión es meticulosa y además le toca decir la mejor frase de la película: “en Italia, en 30 años de dominación de los Borgia no hubo más que terror, guerras, matanzas, pero surgieron Miguel Ángel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento; en Suiza, por el contrario, tuvieron 500 años de amor, democracia y paz, y ¿cuál fue el resultado? El reloj de cuco”. Hay quien dice que esto fue idea del mismo Orson Welles, pero yo sólo sé que en esta escena está inconmensurable.


El relato, en palabras del mismo Graham Greene, “no fue escrito para ser leído, sino para ser visto”. El guión y la trama argumental eran obra del mismo Greene, pero en la adaptación definitiva colaboró junto con Carol Reed. Al final hubo algunos cambios, como el nombre de Holly del protagonista que en verdad era Rollo, pero a Joseph Cotten no le gustaba porque, al parecer, le parecía que tenía una connotación homosexual.

De todas las películas que rodó Carol Reed, esta es indudablemente la más conocida y seguramente la mejor. En 1959 dirigió otra adaptación de una novela de Greene, “Nuestro Hombre en la Habana” y tuvo un gran éxito con “Oliver!”(1968), que era un musical donde un niño tenía toda clase de aventuras que obtuvo 5 Oscars, incluyendo mejor película y director. En cuanto a los actores, de Orson Welles no voy a decir nada porque algún día criticaré Sed de Mal o La Dama de Shangai, y refiriéndome a Cotten he de decir que trabajó con buenos directores, como con Welles en “Ciudadano Kane”, con Hichtcock en “La sombra de una duda” o con George Cukor en “Luz que agoniza”. Alida Valli trabajó con Bertolucci, Antonioni, Visconti y, como curiosidad, casi al final de su carrera cinematográfica, rodó con Dario Argento, “Suspiria” e “Inferno”.



Un saludo!

8 piquitos de oro:

morilandia dijo...

esta navidad se solidario

Ivan dijo...

una de mis películas favoritas de toda la historia, y una obra maestra incontestable, prodigiosa muestra de suspense. Sublime
Saludos!

Hernán dijo...

Cada vez que recuerdo esta película vuelvo a una escena que me parece grandiosa: la presentación del personaje de Welles en la oscuridad de la calle. Muchos dicen que el director de Citizen Kane, en ciertas escenas, dirigió más que Carol Reed, especialmente la puesta de cámaras. Vuelvo a ver esa escena (y otras) y realmente no me extrañaría.
Saludos y muy bueno el blog.

Anónimo dijo...

Puffff. Esta es una de mis películas favoritas indiscutiblemente. Te has ganado mi respeto eterno. Un saludo.

http://blogs.periodistadigital.com/sesiongolfa.php

BUDOKAN dijo...

Qué buen film , que imágenes imborrables, cuánto talento! Felices Fiestas!

Möbius el Crononauta dijo...

Gran verdad la frase sobre Suiza y el reloj de cuco. Extraordinaria película, aún no sé si atribuirle el mérito a Welles o a Reed, pero cada vez que veo una noria me acuerdo de Joseph Cotten.

Alejo dijo...

groso orson

Ramón Ramos dijo...

CINE con mayúsculas. La música y la fotografía llena de claroscuros y contraluces crean una de las atmósferas más interesantes de la historia del cine. Orson Welles hace una de sus mejores interpretaciones. Una vez me leí el libro de Graham Greene, y menudo rollo. El autor tenía razón en eso de que fue concebida para verse y no para leerse. Este es un caso claro en que la versión filmada supera a la obra escrita.
Saludos,

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